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21 ago 2008

Filemón 1:23-25

Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas mis colaboradores. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.


Es muy común decir “me saludas a tal o tal persona, que te vaya bien, que estés bien, etc”. Pero muchas veces son una muletilla y no verdaderos deseos. Cuando te preguntan “¿cómo estás?” aunque te sientas mal, muy probablemente contestas “bien”.
Lo que se puede ver en estos versículos es la comunión que tenían estas personas. Recuerda que en ese entonces no se escribían correos electrónicos ni tampoco eran cartas escritas con plumas “bic” que se pueden comprar en cualquier esquina. Era un tiempo donde definitivamente NO querías desperdiciar tinta ni papel para escribir una carta (y menos estando en prisión), así que, si no era algo relevante, simplemente no se escribía. Pero Pablo, movido por el Espíritu, consideró importante el decir a Filemón que “los amigos” lo saludaban.
Con este ejemplo es con el que debes manejar tus relaciones personales pero en especial con la gente que ha recibido a Cristo.
La relación con los hermanos en Jesús también debe fomentarse. Se debe de dedicar tiempo y esfuerzo. Es probable que te cruces con gente que a pesar de ser creyente, no te caiga bien. Es normal. No te sientas mal o como un extraño pero tampoco te quedes con ese sentimiento y pide a Dios que te de amor para con esa persona.
En mi caso, convivo más tiempo con personas que no tienen una relación con Cristo durante el día. En mi oficina no he encontrado mas que una persona que ha aceptado a Jesús en su corazón.
¿Cómo le hacía Pablo para tener compañeros de prisión y colaboradores estando encerrado?
¿Qué hacía para poder tener siempre a su alrededor gente a la cual guiaba e instruía en la Palabra de Dios?
¿Por qué mi vida no es como la de él?
Seguramente cuando llegó a la cárcel no había personas que creyeran en Jesús. Pero con el paso del tiempo esto cambió. Me gustaría que así fuera en mi oficina. Te propongo que busques lo mismo en tu lugar de trabajo, escuela, casa, etc.
Pablo se rodeaba de personas con su mismo sentir en Cristo y cuando no era así, comenzaba a compartir de su experiencia con Dios y las personas se maravillaban de lo que veían en este hombre y creían en Jesús.
Por último, en la carta menciona a Epafras, su compañero de prisión. Para muchos de nosotros, estar en prisión significaría algo malo. Para Pablo también. No creo que disfrutara mucho estar ahí pero entendió que por encima de él están los planes de Dios, comprendió que si estaba en una cárcel, era un lugar perfecto para hablar del Señor y LO HIZO. Tal vez te encuentras en momentos difíciles, con enfermedad o con necesidades, pero por más complicada que parezca tu situación, entiende que es una bendición por que a través de ella, ¡podrás dar testimonio de Jesús! ¡Serás utilizado por Dios para compartir su palabra! ¿Te das cuenta de la gran bendición?

Oración
Padre: te doy gracias por darme vida. Te doy gracias por ser tan bueno conmigo. Te pido porque pueda tener a mi alrededor gente que cree en ti y que te busque. Permite que en cualquier lugar hable de Ti sin miedo ni restricciones, quiero aprender a utilizar las circunstancias que atraviese para poder ser utilizado por Ti. Escucha mi oración Señor en el nombre de Jesús te lo pido
Amén

19 ago 2008

Filemón 1:21-22

Te he escrito confiado en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo. Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.



Últimamente he puesto mucha atención en cómo se comportan los niños. Estoy sorprendido en su inteligencia y cómo siendo tan pequeños aprenden a “manipular” a los padres para conseguir lo que quieren. Honestamente pienso que estamos viviendo un tiempo en el que la obediencia no tiene valor. No es difícil encontrar personas que no estén obedeciendo. Hay aquellos que no pagan impuestos, los que no obedecen señales de tráfico, los que pasan por alto las leyes, los que no guardan los mandamientos de Dios y al final, todos hacen lo que quieren.
Imagina que pudieras decir a alguien lo mismo que Pablo le dijo a Filemón: estoy confiado que obedecerás y ADEMÁS harás aun MÁS. “Sí que era otra época” dirán muchos. No es la época, son los principios.
La obediencia no es algo que se impone, se ENSEÑA. El método más efectivo es el ejemplo. Cuando uno es obediente y pide que los demás sean obedientes, sus palabras toman fuerza sobre los demás. Por el contrario, ¿cómo puede alguien pedir obediencia cuando su vida habla de lo opuesto?
Dios cambia vidas. Transforma al desobediente y restituye al perdido.
¿Puedes entender que tu vida debe hablar de tus principios? No se trata de que vayas diciendo que crees en Dios e incluso criticando a aquellos que hacen mal las cosas. Lo que debes buscar es que la gente pueda darse cuenta que eres una persona diferente. Que eres una persona que tiene principios y LOS CUMPLE. Después puedes aprovechar su curiosidad sobre tu forma de ser para compartir que Cristo es quien transformó tu vida.
La obediencia no es fácil. Se debe fomentar, trabajar y exigir.
Por otro lado, en el siguiente versículo, Pablo le pide a Filemón que prepare alojamiento pues quizá Dios le permita ir, contestando así las oraciones que probablemente Filemón y su gente habían estado haciendo.
Es interesante ver que Filemón oraba por Pablo y pedía a Dios el poder verlo nuevamente. Además Pablo aclara que es probable que por sus oraciones, él pueda “ser concedido”.
Muchas personas piensan que las oraciones no las escucha Dios o dependiendo el “grado de importancia” Dios sabrá a cuál le hace caso y a cual no. FALSO.
El Señor escucha las oraciones que le hacemos. Lo que puede variar es la RESPUESTA a esa oración, pero NUNCA pongas en duda que está siendo escuchada. Como escribí anteriormente, no podemos conocer ni entender los planes de Dios, pero podemos estar convencidos que son los mejores. Filemón quería recibir a Pablo y por ello le pedía a Dios que se lo concediera. Dependía de Dios el sí o el no, pero Filemón NO se quedó con las ganas de expresar su necesidad y deseo. Hoy te recomiendo que hagas lo mismo. Dile a Dios tus necesidades y deseos. Habla con Él. Abre tu corazón y expresa tus sentimientos. Puedes estar convencido que te escuchará.

Oración
Padre: te pido perdón porque sé que no soy obediente como Tú me lo pides. Quiero que me cambies y pueda ser un testimonio de obediencia. Ayúdame a obedecer en todo y a no hacer excepciones de lo que debo y no debo obedecer. También te pido por mis necesidades y mi fe para que siempre esté convencido que escuchas mis oraciones. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

18 ago 2008

Filemón 1:17-18

Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.




El día de ayer vi la película “Piratas del Caribe”. Dentro de la trama, llega un momento en que los piratas deben decidir por un “jefe del consejo pirata” y se realiza a través de votos. Cada “jefe de un grupo de piratas” tiene un voto y con esto puedes imaginar a quién destina ese voto. Efectivamente, cada jefe votó por si mismo. Si lo piensas, no tienes que ser pirata para reaccionar muy similar. Pienso que por naturaleza el hombre es egoísta. Es difícil hacer algo por los demás. Involucra tiempo, a veces dinero y otras esfuerzo físico e incluso mental. Es más fácil hacer a un lado a todos los demás y seguir por tu camino.
Pablo no solamente dejó de pensar en sí mismo, fue más allá de interesarse por alguien y apoyarlo. Puso su reputación y su cartera disponibles para resarcir los daños que otra persona (Onésimo) había causado. Decidió interceder por él y pedir que fuera recibido como su embajador, como su propia persona, y si existía deuda económica, no dudó en abrir su cartera, la cual dudo que tuviera mucho, y ponerla a disposición de saldar cuentas de otra persona.
Ayer tuve un encuentro muy peculiar. Caminando por la calle me topé con una persona que me pidió dinero para comer. Como no me gusta dar dinero le dije que si quería me acompañara a la tienda que estaba cerca y le compraría comida. Después le dije que lo acompañaba a comer lo que le había comprado. Al principio no quiso y cuando insistí se sentó y comenzó a comer. Después de estar platicando un buen tiempo y de escuchar su historia, la cual no hablaba nada bien de él, me dijo que necesitaba veinte dólares para lavar su ropa, bañarse y poder estar limpio. Dudé mucho en dárselos. Al final no lo hice. Honestamente pensé que podría gastarlos en drogas o alcohol y no quería ser parte de eso. Podría estar equivocado y lo iba a utilizar correctamente. No lo sé y como puedes ver, sigo pensando en qué debí de haber hecho. También pensé que ya había ayudado en darle de comer y que era suficiente. Te cuento esto como ejemplo de que no es fácil ayudar como lo hizo Pablo. Llegó un momento en que me cansé de estar escuchando a esta persona hablar y quería irme a mi casa. También hubo instantes en las que se puso agresivo y empecé a dudar de que haya sido una buena idea acompañarlo a comer. Insisto, a veces es más fácil hacer a un lado a todos y seguir por nuestro camino.
Las oportunidades para hacer algo por los demás están presentes y accesibles. Uno mismo es quien construye barreras altísimas que nos separan de esa realidad.
No quiero que mi ejemplo suene a que soy una buena persona. No lo soy. Me costó trabajo estar ahí. Sé que Jesús estuvo con personas que nadie quería y por eso pensé que yo debía hacer algo similar. Pablo hizo lo mismo con Onésimo. Estuvo con él aunque era considerado inútil. Además, intercedió por él para que fuera recibido por Filemón. Creo que es un pasaje digno de meditar. ¿Cómo ayudas a tu prójimo, a tu comunidad, a tu país? ¿Prefieres voltear la mirada y pretender que nada está pasando?
No permitas que el egoísmo sea algo natural en ti. Se debe de trabajar para eliminarlo. Definitivamente cuesta trabajo interceder por los demás y ayudar al prójimo. Al final Dios tiene una recompensa para ti. Además, pienso que es lo menos que espera Dios de nosotros ¡es el segundo mandamiento que dejó Jesús!

Oración
Padre: me cuesta trabajo ayudar a mi prójimo e interceder por él. Gracias por dejar el ejemplo de Pablo y te pido que pueda actuar como él y como Jesús. Cambia mi corazón. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén