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29 abr 2009

Mateo 26:74-75

Entonces Pedro comenzó a maldecir y a jurar: no conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo. Entonces se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.


La negación de Pedro es un pasaje muy conocido. Todos sabemos que cuando Jesús anuncia su muerte, Pedro es el primero que salta y dice que iría con él a donde fuera necesario y Jesús responde que lo negará, no una ni dos, sino ¡TRES veces! Me recuerda a las palabras de Pablo a los corintios advirtiendo a aquellos que se sintieran muy firmes y fuertes en el Señor que tuvieran cuidado de no caer (1ª Corintios 10:12). En la vida de Pedro, encontramos reacciones similares por todos lados, por momentos era la persona más entregada y luego dudaba de todo. Él fue el primero en decir a Jesús que era el Cristo y como sabemos también el único en negarlo. Pero esto nos da ejemplo para nuestra vida espiritual en la que es normal tener muchos altibajos. No te sientas mal de estar atravesando un momento “bajo”, el pasar pruebas es parte de nuestro crecimiento espiritual.
Por otro lado, a Pedro no le bastó negar a Jesús sino que además comenzó a maldecir y a jurar… ¿te puedes dar cuenta que cuando tomas tus propias decisiones, cuando no consultas a Dios, cuando permites que tu orgullo e “instinto” guíen tu camino, lo único que sucede es que todo EMPEORA? Pedro se encontraba en un momento crítico. Estaban por asesinar a su maestro. ¿Qué le hubiera pasado si en lugar de negar a Jesús lo aceptaba? Probablemente hubiera sido juzgado o lapidado. Es muy fácil criticar a Pedro estando en nuestra casa o escuchando su historia, pero si nos ponemos en sus zapatos, probablemente lo hubiéramos negado también. Sin importar que las circunstancias sean buenas o malas en nuestra opinión, siempre será mejor acudir a Dios primero para tomar cualquier decisión. Pienso en un ejemplo muy sencillo: cada vez que me enojo y dejo que mi orgullo sea quien dirija mis actos, las reconciliaciones tardan el triple de tiempo que cuando me pongo a orar y pido que el Señor me quite mis corajes. A veces acertamos, a veces no. ¡Pero no dejemos de aprender y esforzarnos para acertar lo más que podamos!
Por último, es importante notar que finalmente Pedro entendió que estaba haciendo mal las cosas y no tuvo más que doblar su rodilla y llorar. A diferencia de Pedro, Judas, al reconocer su error, fue y se ahorcó.
Pedro maldijo y juró por negar a Jesús. ¿Qué has hecho tú? ¿Qué has permitido que pase en tu vida por negarlo? ¿Te has dado cuenta de las consecuencias?

Oración
Padre: perdona mis pecados. Perdona si te he negado y no me he dado cuenta. Ahora entiendo que al querer hacer mi voluntad es negarte a Ti. Guíame para no caer en mi orgullo sino que pueda estar sensible siempre a tu voluntad. Te doy gracias por permitirme aprender de tu Palabra y oro en el nombre de Jesús
Amén

Mateo 26:67-68

Entonces algunos le escupieron (a Jesús) en el rostro y le dieron puñetazos. Otros lo abofeteaban y decían: a ver, Cristo ¡adivina quién te pegó!




Si hacemos un poco de memoria, cuando Jesús es tentado en el desierto, sus tentaciones están relacionadas a la demostración o confirmación de que es Dios. Satanás le dice que convierta las piedras en pan; que caiga de las montañas para que Dios mande a sus ángeles y por último que puede gobernar sobre la tierra si se postra ante él. Jesús pudo soportar las tentaciones y salir adelante. Quién diría que eso era una preparación para otra prueba similar en la esencia pero más cruda en la violencia física: a ver Cristo, ¡adivina quién te pegó! En repetidas ocasiones le piden a Jesús demostrar su naturaleza divina. Le exigen que haga alguna señal y advierten que sin señal no creerían a lo que él dijera.
Por el contrario, tenemos pasajes en los que sin que le sea demandado el realizar alguna señal, Jesús realizó milagros. Pienso en la mujer que tocó su manto, o cuando está en la barca con sus discípulos y reprende los vientos y calma la tormenta.
Pareciera que Jesús tiene un patrón de comportamiento. Con aquellos que demandaban señales no hacía nada. Con los que reconocían que era el Señor y que si quería podría sanar o hacer lo imposible, siempre cumplía su voluntad.
Pero si algo sobresale aún más es que a pesar de todos los milagros que hizo, nunca enfocó la mirada a los milagros sino que daba gloria a Dios Padre.
Cuando sacó demonios de las personas, los demonios le llamaban Jesús el Hijo de Dios (mateo 8:29).
¿Si los mismos demonios reconocían a Jesús, por qué a nosotros nos cuesta tanto trabajo reconocerlo como Hijo de Dios? ¿Por qué demandamos señal a Dios para “ahora sí” ser diferentes? ¿Por qué no podemos creer sin restricciones, confiar sin limitaciones y tener una fe tan poderosa que mueva montañas?
Probablemente esté en nuestra naturaleza el dudar tanto. Tenemos dos ejemplos de personas en la Biblia: los que exigieron señales y los que creyeron. Los que se quedaron exigiendo y exigiendo, terminaron odiando a Jesús, le escupieron, lo golpearon y nunca pudieron ver la realidad.
Aquellos que decidieron creer, sus vidas fueron transformadas.
¿De qué lado quieres estar?
No dejes que siga pasando el tiempo para “ahora sí” comenzar a comprometerte con Dios. Cada día que dejas pasar, tu corazón se endurece más y más. Te animo a que vuelvas a leer el versículo y reflexiones. ¿No crees que has tenido reacciones similares ante Dios? ¿No le has reclamado y cuestionado el por qué hace o deja de hacer? ¿No te has molestado por que no escucha tus oraciones?
Piénsalo…

Oración
Señor: perdona si he tenido actitudes como las del ejemplo de hoy. Perdona que cuestione tu soberanía y que exija en lugar de pedir. Hoy quiero comprometerme a confiar y a permitir que Tú guíes y muestres en lugar de que yo exija y defina el camino. Te pido que escuches mi oración en Cristo Jesús
Amén

28 abr 2009

Mateo 26:55-56

Y de inmediato (Jesús) dijo a la turba: ¿Acaso soy un bandido, para que vengan con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el templo y no me prendieron. Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Vuelve a leer detenidamente los versículos.
Hay tres tiempos involucrados, 1. Pasado, 2. Presente y 3. Futuro.
1. Todos los días me sentaba a enseñar
2. Por qué vienen con espadas y palos a arrestarme
3. Entonces los discípulos huyeron
Si analizas cómo funciona la vida en general, siempre está compuesta de estos tres factores en el tiempo. Lo interesante es meditar acerca de lo que hacemos con nuestro presente, cómo se empieza a formar un pasado con ese presente y cómo reaccionamos ante el futuro con las bases que hemos forjado.
Voy a explicarlo mejor con los versículos de hoy.
Todos los días los discípulos escuchaban y aprendían de las enseñanzas de Jesús. Tú y yo, cada día aprendemos nuevas cosas en todas las áreas de nuestra vida, en esta ocasión, quiero enfocarme a la espiritual.
Después, vienen con espadas y palos a arrestar a Jesús. De igual forma, es muy normal encontrarnos en situaciones difíciles y que aparecen de un instante a otro, nunca lo esperábamos y ahora no sabemos qué hacer o cómo reaccionar.
Finalmente los discípulos deciden huir y abandonar a Jesús. Este es el único cambio que puedes realizar en tu vida: tu FUTURO. Tú puedes decidir NO huir, NO abandonar a Jesús. Al igual que los discípulos, tendrás situaciones que te espantarán, te harán temblar y sacudirán toda tu paz. Probablemente no sepas a dónde o a quién acudir y tu preocupación no la puedas soportar. Tienes dos salidas: 1-Abandonar a Jesús y huir buscando cualquier solución a la mano independientemente de que sea buena o mala, lo que quieres es sentir un poco de alivio. 2- Acudir a Dios en busca de respuestas y paz.
Jesús había advertido a sus discípulos lo que habría de venir y se cumplió tal y como se los dijo. Además, se cumplieron al pie de la letra las profecías de la crucifixión. Estos datos nos dan cierta ventaja para tomar mejores decisiones. Piensa en esto por un momento: si Jesús (Dios) conoce lo que ha de venir, me ama y tiene un plan perfecto para mi vida, ¿para qué buscar en otros lados? ¿Qué sentido tiene abandonar la única roca sólida y fundamento para mi vida? Los discípulos fallaron y huyeron. Es probable que tú hayas huido en otras ocasiones también. Es tiempo de quedarse y reconocer a Jesús en lugar de abandonarlo. Aprendamos del error de ellos para no cometerlo nuevamente nosotros. Dios tiene innumerables promesas para tu vida. Si algo se cumple en esta vida es la palabra de Dios. Hay que cambiar nuestro futuro, hay que confiar hoy en Dios y comenzar un presente diferente. Un presente con futuro. Un presente con bases sólidas y fundamentos fuertes. Un presente de la mano del Creador.

Oración
Señor: gracias por tus enseñanzas y por la paz que traen a mi corazón. No dejo de sorprenderme de tu sabiduría y del cuidado que tienes de mí. Gracias por mostrarme que puedo vivir confiado en Ti y además puedo tener paz sin importar las circunstancias. Quiero empezar un presente nuevo y formar un futuro contigo guiando mi camino siempre. Te doy gracias por esta oportunidad que me das para vivir diferente, en el nombre de Jesús
Amén.

16 abr 2009

Mateo 26:6-7

Estando Jesús en Betania, en casa de Simón llamado el Leproso, se acercó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy caro, y lo derramó sobre la cabeza de Jesús mientras él estaba sentado a la mesa.


La reacción de los discípulos y en especial, Judas Iscariote (quien traicionaría a Jesús más tarde) fue de rechazo total. El relato de Juan nos explica que en específico, fue Judas quién argumentó acerca del desperdicio y mal uso del perfume.
Replicó que el dinero del perfume se pudo haber utilizado para darlo a los pobres. Sabemos ahora que Judas probablemente como administrador del dinero de los discípulos, robaba dinero para sí mismo. Aún así, quiso seguir con la hipocresía y falsa imagen de que en realidad se preocupaba por los pobres.
La reflexión de este versículo se encuentra en la reacción de Judas y los discípulos con respecto a la actitud de María ungiendo a Jesús con su más preciado perfume.
¿Qué se merece Jesús? ¿No merece mucho más que la unción con un perfume? ¿Cómo es posible que sus discípulos se indignaran o desaprobaran un acto de adoración puro hacia su Señor?
Si bien, somos humanos y nos equivocamos, no debemos olvidar la historia y seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez. El ejemplo que más sobresale es el de Judas. Discípulo de Jesús. Pasó varios años a su lado y viendo los milagros que hacía. Escuchó directamente del Maestro las enseñanzas de la Palabra de Dios. Todo esto no sirvió para transformar su corazón y reconocer su pecado. ¿Y tú? ¿Has reconocido que eres pecador? ¿Has reconocido a Jesús como salvador? ¿Qué le has entregado a Jesús?
Jesús no solo merecía el perfume sino que todos se postraran y le adoraran. Probablemente la costumbre durmió los sentidos de los discípulos. La costumbre duerme nuestro entendimiento y trae nubes al discernimiento. Por esta razón siempre insisto en no hacer nada sin cuestionarse el por qué se está haciendo. Hoy en día, tú y yo nos podemos acostumbrar a nuestra rutina diaria y pasar de largo las bendiciones que Dios nos da en cada momento. A veces, la salud es lo primero que se nos olvida y lo recordamos hasta que nos enfermamos. ¡Entonces sí nos ponemos a pedir por la salud!
Hoy quiero animarte a meditar en esto: ¿Qué merece Jesús? ¿Qué estás dispuesto a entregarle? ¿Piensas que aquellos que le dedican mucho tiempo son “fanáticos”? ¿Estás consciente que no basta con escuchar de la Palabra de Dios, sino hay que ponerla en práctica? El perfume de María era sumamente caro. Ella lo tenía guardado como algo muy preciado. Sin pensarlo dos veces, se humilló ante Jesús y lo reconoció como lo más valioso e importante en su vida. Te animo a que, sin dudar, le entregues a Dios aquello que es lo más preciado para ti.

Oración
Padre nuestro: te pido perdón por mis pecados y te doy gracias por las enseñanzas de tu palabra. Te quiero entregar mi vida y ayúdame a entender que mereces mucho más de lo que te he dado. No permitas que la costumbre me haga olvidar que eres Señor y mi Salvador. Ayúdame a estar siempre agradecido y humillado. Te lo pido en el nombre de Jesús.
Amén

15 abr 2009

Mateo 25:19-21

Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. El que había recibido las cinco mil monedas de oro llegó con otras cinco mil. “Señor- dijo- usted me encargó cinco mil monedas. Mire, he ganado otras cinco mil. Su señor le respondió: “¡hiciste bien siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”


Después de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, me parece que el ir y hacer discípulos en todas las naciones lo encontramos dentro del top ten de los mandamientos. El llevar una vida que de fruto al ciento por uno entraría también en esa misma lista. Estoy leyendo un libro sobre el matrimonio y no dejo de sorprenderme la cantidad de correcciones que debo hacer a mi vida. ¡Cambios, cambios y cambios!
En la vida cristiana, los cambios son algo de todos los días. Por el contrario, la mayoría de los hombres somos adversos al cambio y nos gusta acomodarnos a lo que conocemos y hacemos, para así, trabajar con el menor número de incertidumbre (algunos no tanto, por eso digo la mayoría…).
Si analizamos el ejemplo del versículo de hoy, nos damos cuenta que el hombre que recibió las monedas, no dudó en ir y ponerlas a trabajar para generar otras cinco mil. Recibió y lo puso a trabajar. Lo repito: 1- recibir. 2- utilizar. Este hombre no se puso a meditar sobre lo que habría de hacer con esas monedas, tampoco las guardó y pensó que después podría ver qué hacía. El versículo 16 nos dice que a penas y recibió las monedas, salió inmediatamente para negociar con ellas.
Bien. La analogía con la vida actual.
Tú y yo hemos recibido cinco mil monedas de oro.
Cada uno de nosotros tiene diferentes capacidades y cualidades. Unos tienen facilidad de palabra, otros saben escuchar mejor, otros son pacientes, otros son líderes, otros pueden aprender idiomas fácilmente, y así, la lista sigue y sigue.
La reflexión de hoy es que puedas seguir los pasos del siervo que agradó a su amo: 1- recibir 2- utilizar.
¿Tienes conocimiento de lo que te ha sido entregado? Dentro de esta categoría entra una sub categoría. Se te han entregado dos cosas principalmente: 1- tus características como persona y 2- la oportunidad de estudiar y aprender de la palabra de Dios. Es importante que estés consciente de aquello que se te facilita y lo que no. Si te pones muy nervioso al hablar en público, es mejor que busques por otros lados y encuentres la actividad que puedas desarrollar con gusto y facilidad. Por ejemplo: yo respeto mucho a las personas que pueden trabajar en los hospitales con personas sumamente enfermas. Me cuesta mucho poder convivir con enfermos y por el contrario veo gente que se mueven en un hospital como pez en el agua. La segunda característica de lo que recibimos es todavía más importante: recibimos la Palabra de Dios. De todo lo que has podido aprender sobre la palabra de Dios ¿cuánto realmente has utilizado? ¿Has producido el “doble” de lo que se te ha entregado como lo hizo el siervo fiel? ¿Qué has hecho con esto que se te ha dado?
Quiero concluir recordándote que Jesús vendrá un día, al igual que el amo del siervo, a ajustar cuentas contigo. ¿Qué trabajo podrás decirle que has hecho? ¿Cuánto has utilizado y multiplicado lo que te ha sido entregado? Espero que mucho…

Oración
Padre nuestro: Tú que te encuentras en los cielos y en tu misericordia nos permites tener comunión contigo, ¡alabado seas! Perdona mis pecados y mi falta de entrega. Hoy entiendo que me has dado mucho y que tengo el compromiso de utilizarlo para Ti. Te pido esto en el nombre de Jesús
Amén.

14 abr 2009

Mateo 24:12

Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará.



Jesús está hablando a sus discípulos y dando algunas señales que vendrán antes de su segunda venida. Me sorprendió este versículo pues, aunque toma lugar en el futuro, pienso que actualmente se están presentando las bases para que suceda.
Últimamente he estado pensando mucho en el mundo que le tocará vivir a mis hijos. Tristemente no es muy alentador lo que veo. En la televisión veo programas de adolescentes teniendo relaciones sexuales para ser populares, aceptando la homosexualidad o lesbianismo como algo bueno, pensando que los padres son un estorbo para hacer lo que ellos quieren, utilizando drogas como medio de escape o diversión, atravesando problemas de anorexia y bulimia al igual que un resfriado o dolor de cabeza. Los programas para niños pequeños, tienen a dinosaurios morados que enseñan que la familia tiene varias formas de ser: con un solo padre o una sola madre, con un padre y su esposa o con una madre y su esposa, ¿dónde quedó el núcleo familiar implantado por Dios?
No estoy promoviendo el que no veas televisión. Recomiendo limitar y concientizar su uso, pero no anularlo. Lo único que quiero resaltar es la transformación que ha tenido la sociedad y cómo reaccionamos ante ello. En un libro que leí recientemente, daba estadísticas sobre los principales problemas que atravesaban los niños en las escuelas de los Estados Unidos en los años cincuentas: gritar en los pasillos, empujar a los compañeros, decir groserías. En comparación con los problemas de hoy en día: abortos, consumo de drogas, armas, entre otros. “habrá TANTA maldad que el amor de muchos se enfriará”.
Lo que hoy quiero animarte a hacer es a poner atención al ambiente que te rodea y la influencia que tienes en él. ¿Estás promoviendo que el amor crezca y se fortalezca o estás dejando que la maldad aumente y el amor se enfríe? En tu círculo más cercano, familiares y amigos, ¿qué testimonio estás dando? ¿Eres de los que se ríen con bromas sobre Jesús o racistas, aceptas que se burlen o critiquen a los demás, piensas que es normal que las familias se estén desintegrando como ahora, aceptas que los niños estén viendo como normal todo lo anteriormente mencionado?
Todos tenemos parte en el medio que nos rodea y podemos influir para que la palabra de Dios sea manifestada y podamos vivir diferente. No permitamos que la maldad abunde y opaque el amor de los servidores de Cristo. Cuida tus ojos de lo que ven, cuida tus oídos de lo que oyen, cuida tu boca de lo que dices y sobre todo cuida tu corazón de la maldad que hay en el mundo cubriéndola con la única protección efectiva: la palabra de Dios.

Oración
Señor: este mundo está de cabeza y yo he tolerado que voltee mis cosas también. Te pido que me guíes para retomar el camino correcto y no aceptar aquello que no te agrada. Ayúdame a dar testimonio de Ti y a vivir conforme a tu voluntad. Perdona mis pecados Señor y escucha mi oración en el nombre de Jesús
Amén

13 abr 2009

Mateo 24:1-2

Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.


Lo primero que viene a mi mente cuando leo este versículo es: ¿qué le habrán dicho los discípulos a Jesús? Si lees con atención dice, respondiendo él les dijo. ¡Pero no nos dicen a qué está respondiendo! Lo único que sabemos es que los discípulos se convirtieron en guías turísticos y llevaron a Jesús a que viera el templo y probablemente pensaban que se sorprendería de lo inmensa y asombrosa que era la construcción. En cambio, Jesús no hizo ni un ¡Ah! O un ¡oh! Si no les contestó con una enseñanza: todo esto que ven quedará destruido. Si parafraseo un poco les está diciendo: entiendo que es increíble la construcción y digna de contemplar pero deben recordar que lo importante no es lo que vemos sino lo que está dentro de nuestros corazones. Es normal que se sorprendan de construcciones hechas por el hombre, pero recuerden que el único que vive para siempre es mi Padre. No se dejen sorprender demasiado por lo que ven pues olvidarán que la fe es por encima de todo ello. No se dejen llevar por lo que ven pues les dificultará vivir las promesas que tengo para ustedes. No confíen demasiado en lo que ven, aunque sea sorprendentemente asombroso, pues más temprano que tarde no quedará piedra sobre piedra…
Así nos sorprendemos con lo que vemos en nuestras vidas. Vemos un mal jefe y no pensamos que haya alguna solución, tenemos momentos de abundancia y pensamos que así será siempre, atravesamos enfermedades y nos limitamos solamente a lo que los doctores dicen, deja de existir un sueldo fijo y nos preocupamos por lo que habremos de comer mañana. Todo, absolutamente todo, está bajo el pleno control de Dios. Además, lo que ves y vives, aquello que piensas que nunca cambiará o que nunca sucederá, habrá algún día en el que no quedará “piedra sobre piedra” y todo sea diferente.
No permitas que lo que vives y lo que ves, te aleje de la perspectiva correcta: la Divina. Cada día debes alinearte con la voluntad de Dios y esto solamente se logra cuando te maravillas de aquello por lo que debes maravillarte: el amor de Dios hacia ti, el trabajo de su Espíritu Santo en tu ser y el fruto que trae consigo en tu vida.
Es normal que te maravilles por las cosas que ves y pasan a tu alrededor. Le pasó a los discípulos. Incluso ellos trataron de sorprender al mismo Jesús mostrándole el templo, pero tú y yo ahora aprendemos de sus errores y podemos evitarlos. Ellos se sorprendieron tanto por lo que tenían enfrente que se olvidaron que a su lado tenían al Hijo de Dios, ¡Dios mismo encarnado! Seguramente se sintieron avergonzados al darse cuenta de lo que habían hecho. Dios en su amor, corrigió a sus discípulos y nos corrige hoy en día. Te animo a que te sorprendas y maravilles de lo que Dios tiene para ti y pongas en segunda perspectiva todo lo demás.

Oración
Señor: perdona mis pecados. Perdona que a veces las circunstancias no me permitan ver más allá de lo que veo y no puedo entender así tu voluntad y vivir tus promesas. Te pido que pueda cambiar y maravillarme de lo que Tú haces en mi vida y no de aquello que pasa alrededor de ella. Te lo pido en el nombre de Jesús,
Amén

7 abr 2009

Mateo 22:37

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” le respondió Jesús.


En el castellano, la palabra agápe o filéo se traduce como ama, pero en el original griego, se hace la diferencia entre una y otra. En este versículo no se utiliza el amor filéo que se refiere más a un afecto sentimental o de emoción y en su lugar se encuentra la palabra agapao que se deriva de agápe. Esta palabra dista mucho del amor que se conoce en el mundo. No está basado en sentimientos ni en estados de humor, tampoco es interesado ni busca lo suyo. Cuando leemos la definición de amor en la 1ª carta a los Corintios versículo trece, encontramos la palabra agápe. Voy a citar las características descritas de este tipo de amor: es paciente, bondadoso, no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor, se regocija en la verdad, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta y no se extingue.
Con esta definición de Corintios nos podemos dar idea de lo que nos está diciendo Jesús con respecto al mandamiento más importante.
El mandamiento de amar a Dios necesita de tu convicción. No puede llevarse a cabo por sentimentalismos. No puede crecer solamente cuando te encuentras en momentos difíciles y estancarse o reducirse cuando todo es prosperidad. El amor al que Dios nos está llamando requiere una entrega total a Él. Implica no tener restricciones para obedecer y confiar plenamente en su palabra aplicándola día a día.
Piensa en aquello que hayas deseado con todo tu corazón. Piensa en algo que te haya ocupado todas tus fuerzas e ideas para obtenerlo. ¿Qué es por lo que estás luchando hoy en día para lograr mañana? Así como nos ponemos con diferentes propósitos, debemos entender que nuestra relación con Dios Padre debe mantenerse siempre con nuestra máxima capacidad. No podemos tener una temporada alta y una baja con Él.
Si Dios estuviera frente a ti en este momento, ¿qué crees que te diría? ¿Estaría contento de que lo has amado con todas tus fuerzas, con toda tu mente y todo tu corazón?
El mundo está tan alejado de Dios… dedicamos 8 horas o más al trabajo. Otro tiempo más en el carro y si eres afortunado algo de ejercicio. ¡Obviamente lo único que queda después de eso es dormir! ¿Dónde quedó el amar a Dios?
Hoy quiero animarte a meditar en la responsabilidad que tienes con el Señor. El amor agapao-agápe al que nos llama Jesús necesita de tu compromiso entero hacia Él.
Este es el nivel de entrega que Dios espera de ti. No espera que te vuelvas un fanático ni religioso desmesurado, lo que Dios Padre te pide es que lo ames (agápe) como Él te amó (agápe) primero.

Oración
Padre: gracias. Tu amor es incomprensible. Quiero aprender a amarte como lo pides y transmitir ese amor a los demás. Quiero comprometerme contigo para no dejar pasar más días en los que no me entrego a Ti por completo. Gracias por amarme de esa manera y te pido que escuches mi oración en el nombre de Jesús
Amén

6 abr 2009

Mateo 22:29

Jesús les contestó (a los saduceos): ustedes andan equivocados porque desconocen las Escrituras y el poder de Dios.



Lo que más me llama la atención es la forma en que Jesús siempre se condujo: conforme a las escrituras. Cuando fue tentado en el desierto, su forma de mantenerse sin pecado fue respondiendo a cada tentación con versículos de la Biblia. Imagina por un momento a cualquier líder importante. ¿Cuántas veces no contestará: esto es así porque lo digo yo? A pesar de que Dios tiene todo el poder y el derecho de decirlo, Cristo obedece y se mantiene apegado a las escrituras de su Padre.
En este mismo sentido quiero reflexionar sobre las discusiones que surgen sobre la religión. Actualmente se está habla mucho de la unificación de religiones. Todos quieren aceptarse a todos, todos quieren “tolerarse” y nadie quiere tener ningún tipo de problemas. Ahora prefieren decir que cada quien llega a Dios a su manera y no meterse en conflictos espirituales. Además, esta metodología resulta más rentable, pues siempre habrá más fieles en lugares donde se toleran las faltas a la palabra de Dios que en aquellos donde se establece Su palabra como estándar de comportamiento.
Ahora resulta común el tener discusiones y que al final cada quién diga: bueno, eso es lo que tú piensas y esto lo que yo, cada quien tiene su verdad. ¡Falso! ¡No es tu verdad ni mi verdad! Es la Palabra de Dios. Es la verdad última y única. Es la verdad de Dios. No te dejes engañar por lo que la gente dice o piensa. Es de suma importancia el acudir a las escrituras e informarte de lo que Dios tiene que decirte. Debes aclarar muchos mitos que existen sobre la Biblia. Pero nadie puede convencerte ni hablarte de ellos, tú mismo tienes el deber de ir y estudiar la palabra de Dios.
Por último, pon atención a las palabras de Jesús: andan equivocados. Esto nos da a entender que hay quienes se encuentran en el camino correcto y quienes no. Alguna vez me preguntaron si creía que las personas que no aceptaban a Jesús se irían al infierno. Mi respuesta fue afirmativa. No porque yo lo piense o lo crea, sino porque Dios lo muestra en su palabra. Es necesario reconocer tus pecados y aceptar a Cristo como salvador y único camino para la reconciliación con Dios Padre (2ª Corintios 5:16-21). Jesús no dudó en decir a los saduceos que estaban equivocados, tú tampoco dudes en hacerlo. Ahora, como siempre, hay que seguir el ejemplo de Jesús. Su respuesta fue: andan equivocados porque DESCONOCEN las escrituras. Tú no puedes decidir quién está bien o mal. Lo que puedes exponer es la palabra de Dios y mostrar la verdad que existe en ella. No estoy llamando a que tengas discusiones con todos los que se te pongan enfrente y los agarres a “bibliazos”. Estoy animando a que dejemos de ser tímidos con la palabra de Dios y entendamos que es nuestra responsabilidad compartirla y exponerla sin temor ni duda sino con amor y sabiduría como lo hizo Jesús.

Oración
Padre: perdona mis pecados y permite que sea limpio ante Ti. Quiero compartir de tu palabra de manera agradable a Ti. Te pido que no tenga nunca pena ni temor de compartir de tu palabra sino que pueda exponerla siempre que se presente la oportunidad de hacerlo. Gracias por enseñarme que Tú tienes la verdad y por ponerla a mi alcance para estudiarla y comprenderla. Guíame para entender que Tú eres quien tiene la verdad y el camino y no yo, guíame para compartir la bendición que es el conocerte y permitir que otras personas te conozcan también. Te pido que escuches mi oración en el nombre de Jesús
Amén.