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29 jun 2012

Hechos 27:6-8


Allí el centurión encontró un barco de Alejandría que iba para Italia, y nos hizo subir a bordo.  Durante muchos días la navegación fue lenta y a duras penas llegamos frente a Gnido.  Como el viento nos era desfavorable para seguir el rumbo trazado, navegamos al amparo de Creta, frente a Salmón.  Seguimos con dificultad a lo largo de la costa y llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca de la ciudad de Lasea.


Como bien sabes, Pablo estuvo preso por dos años y finalmente había comenzado su camino a Roma para ir con el emperador.  De alguna u otra forma, imagino que estaba emocionado o por lo menos contento de no estar ya en el mismo lugar y sin saber qué pasaría con su vida.  Muy bien, es hora de ir a Roma.  Pero cuando emprenden su viaje, se encuentran con vientos que no son favorables.  La navegación es sumamente lenta y nos dice el pasaje que con trabajo llegaron a Gnido.  Para que te des una idea,  el viaje de Sidón a Mira fue aproximadamente tres veces más de distancia.  Ahí estaban en el barco viendo como el viento no los llevaba a ningún lado.  Tratando de llegar a su destino pero sin tener forma para cambiar la situación.  ¡Qué desesperación!  Finalmente sale rumbo a Roma, dos años después, ¿y ahora esto?  ¿No te parece que es tiempo de que Pablo empiece a reclamar a Dios?  ¿De qué se trata?  ¿No puedo tener un viaje sin tantos contratiempos?  Seguramente algunos de estos pensamientos pasaron por la mente de Pablo y estoy convencido que pasan por la tuya y la mía.  ¿Cuántas veces no nos hemos desesperado por lo que sucede?  Queremos que las cosas vayan más aprisa.  Queremos que vayan más lento.  Queremos que se solucionen los problemas.  Queremos que no haya enfermedades.  Queremos que no haya tristezas.  Queremos que no haya dolor.  Pensamos que después de atravesar algo difícil nos merecemos un “descanso” y por ello nos enojamos cuando las cosas empeoran.  ¿Te ha pasado?  Estoy seguro que sí.  Ahí estamos como Pablo.  Después de que pasaron los días o los años, pensamos que las cosas pintan mejor y cuando comenzamos el viaje, resulta que nuevos problemas surgen.  ¿Por qué?  ¡Por qué!  ¿Cuánto más vamos a tener que seguir con esto?  La verdad no lo sé.  Mi teoría es que toda la vida.  De ahí la importancia de acudir a la fuente de vida que nunca se seca: Cristo.  No podemos llevar nuestras cargas.  Son demasiado pesadas.  ¿No te han aplastado lo suficiente?  Sí, entiendo que estás cansado.  Entiendo que has atravesado por mucho dolor o sufrimiento.  Pero ni tú ni yo ponemos las reglas ni decidimos cómo cambiar las cosas.  Por eso es tan significativo el hecho de que estaban metidos en un barco y si el viento era contrario, nada podían hacer para cambiar la situación.  Así estamos hoy en día.  Cuando las pruebas llegan, realmente nada podemos hacer para que sean distintas.  Lo que sí podemos hacer es acercarnos más a Dios y aprender a depender más de Él.  No dejes que la desesperación y el cansancio te desanimen.  Acude a Cristo.  Dobla tus rodillas y reconoce que estás exhausto.  Pide por sus fuerzas para que puedas seguir adelante.
Oración
Señor: estoy cansado.  Las pruebas y cargas me han aplastado y no sé cómo seguir.  Te pido perdones mis pecados y me des fuerzas llenándome de tu amor y tu paz.  En el nombre de Jesús te lo pido.  Amén 

28 jun 2012

Hechos 27:4-5


Después de Sidón zarpamos y navegamos al abrigo de Chipre, porque los vientos nos eran contrarios.  Después de atravesar el mar frente a las costas de Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira de Licia.  


Si ves en un mapa el trayecto que hicieron, te podrás dar cuenta de que en lugar de ir directo a Mira, rodearon todo Chipre para protegerse de los malos vientos.  La semana pasada viaje por trabajo.  Para regresar a casa, mi vuelo de repente no aparecía en las pantallas.  Algo andaba mal.  Después de un momento de desesperación por no saber lo que estaba pasando, finalmente me informaron que mi vuelo estaría retrasado.  Aproximadamente cuatro horas y media después, salió mi vuelo rumbo a mi destino final.  Si bien, los tiempos de traslado de punto A a punto B se han disminuido increíblemente, siguen surgiendo problemas que no podemos controlar.  La misma tormenta y mal clima que frenaron al centurión que llevaba Pablo nos frenan hoy en día.  ¿Cuántos vuelos se cancelan por mal tiempo?  ¿Cuántas carreteras deben cerrarse por lo mismo?  ¿A qué voy con esto?  A que la vida nunca será fácil.  No fue diseñada para ser fácil y no tener problemas.  ¿Lo entendiste?  Te lo repito.  La vida no fue diseñada para que sea sencilla y sin contratiempos.  ¿Para que fuimos creados entonces?  Para dar gloria a Dios.  Nos gusta disminuir nuestras aflicciones y hemos ingeniado mil y un formas distintas para ello.  La tecnología nos ayuda a contrarrestar los efectos del clima y seguimos buscando la forma de vencer a la “madre naturaleza”.  La verdad es que eso nunca va a pasar.  Primero, porque no existe la madre naturaleza.  Se llama Jehová y es el creador de todo lo que ves.  Él dirige los vientos y controla los mares así como el amanecer y el atardecer.  Segundo, porque siempre será más poderoso que nosotros.  Así de sencillo.  ¿Entonces debemos vivir resignados?  ¡Todo lo contrario!  Si algo podemos aprender del mensaje de Dios es que siempre habrán pruebas, pero al mismo tiempo siempre podremos acudir a los brazos de nuestro Señor para recibir socorro, consuelo y amor.
Es normal atravesar “tormentas” en la vida.  No te creas mártir ni pienses que eres el único que está pasando por una situación difícil.  Cada uno de nosotros experimenta distintas circunstancias que nuestro Dios permite para moldear nuestro corazón y hacerlo más parecido al de Jesús.  Dicho de otra manera, las tormentas son necesarias para sacar lo peor de nosotros.  Para depurarnos.  Para pulirnos y sacarnos brillo pues tenemos mucha “mugre” que estorba en nuestra comunión con el Señor.  
Así como hemos inventado tecnología que nos ayuda a contrarrestar los efectos del clima, hemos también creado instrumentos y formas que nos permiten “seguir caminando” sin la necesidad de voltear a Dios.  Debes tener cuidado.  Mientras más dependes de ellos, más profundo el hoyo en el que te metes.  Ojo, el Señor siempre estará ahí esperando que te des la vuelta y tomes su mano, pero las consecuencias de todo lo que hagas, tú serás quien las pague.
Debemos redireccionar nuestra mirada y forma de pensar.  Juan 16:33 nos dice que en el mundo tendremos aflicción pero debemos confiar porque Cristo lo ha vencido.
Oración
Señor: perdona mis pecados.  Gracias por mostrarme que mi vida la debo enfocar a ti y no en mí.  Gracias por enseñarme que siempre habrá dificultad pero que debo confiar en Ti que has vencido toda adversidad y hasta la muerte misma.  Señor, ayúdame a cambiar.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén

27 jun 2012

Hechos 27:3


Al día siguiente hicimos escala en Sidón; y Julio, con mucha amabilidad, le permitió a Pablo visitar a sus amigos para que lo atendieran. 


Hay que poner mucha atención a las palabras que se utilizan para este versículo.  Nos dice que Pablo fue tratado con mucha amabilidad.  En la versión Reina Valera 1960 dice humanamente y en otra dice con mucha consideración.  Me parece que la versión de Reina Valera nos ayuda a recordar que en ese tiempo, los presos eran tratados de manera inhumana.  Eran considerados basura y se podía hacer con ellos lo que quisieran.  Si bien, tendrían un juicio antes de ser acusados, en el transcurso de dicho juicio, podían pasar situaciones extremas.  Por esta razón llama la atención lo que hace Julio con Pablo.  Julio probablemente había estado presente en las audiencias de Pablo.  Es probable que pensara que era inocente y por esta razón le trata con amabilidad y le da muchos privilegios.  Pero, ¿Quién decidió que fuera Julio y no otro el que llevara a Pablo a Roma?  Dios.  Tenemos un Dios tan bueno y nos ama tanto que se encarga de darnos grandes regalos dentro de nuestras tribulaciones y ese fue su regalo a Pablo.  Como creyentes debemos mantener una postura de esperanza y optimismo constante basado en nuestra fe.  ¿Cómo estar triste y afligido si confiamos en el Creador?  Tristemente sé que nuestros problemas nos envuelven y nos hacen olvidar las promesas de Dios.  Nos quitan la perspectiva y nos roban la paz.  Detente por un momento.  No bajes tu mirada y te enfoques en lo que ves aquí.  Debemos caminar con la mirada en el cielo confiando que nuestro Dios nos guía por el camino correcto.  Sé que tienes miedo y quieres ver por dónde caminas, pero confía en que Dios te ama y te llevará siempre por el mejor camino.
Es importante recordar lo que sucede en este versículo.  Julio, un centurión, es utilizado por Dios para crear un milagro y afectar la vida de Pablo.  Recuerda bien este evento.  Nuestro Dios utiliza todo tipo de personas para llevar bendiciones a los que le siguen.  No importa si son centuriones, reyes o emperadores.  Dios está por encima de ellos y los utiliza para dar bendiciones a los suyos.  Tal vez tienes miedo o no sabes cómo resolver tu situación.  Te estás enfrentando a centuriones y reyes que no están de tu lado.  ¿Sabes?  Pablo no sabía que Julio estaba de su lado.  Pablo no podía saber que Julio sería amable con él y que le daría las libertades que le dio.  ¡Ese fue un regalo de Dios!  Asimismo, nosotros no sabemos lo que vendrá mañana.  Nos enfrentaremos a situaciones complicadas y no será fácil atravesarlas.  Pero debemos estar confiados que Jehová se está encargando de poner a los “Julios” en nuestros caminos.  ¿Lo puedes ver?  Esto debe llenarte de gozo y paz.  Dios se encargará de lo imposible para que tú solamente camines y hagas lo posible.  ¡Ese es Jehová!  Te ama y quiere lo mejor para ti.  Ahora entrega tu vida y confía en Él.
Oración
Padre: gracias por tu amor que simplemente no merezco ni puedo comprender.  Gracias por cuidarme y llenarme de bendiciones.  Ayúdame a confiar en Ti y saber que Tú estás al control y que no hay rey o emperador que esté por encima de tu voluntad.  Ayúdame a estar preparado en las pruebas y sobretodo a no separarme de Ti.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

26 jun 2012

Hechos 27:1-2


Cuando se decidió que navegáramos rumbo a Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centurión llamado Julio, que pertenecía al batallón imperial.  Subimos a bordo de un barco, con matrícula de Adramitio, que estaba a punto de zarpar hacia los puertos de la provincia de Asia, y nos hicimos a la mar.  Nos acompañaba Aristarco, un macedonio de Tesalónica.


Haz escuchado el dicho “después de la tormenta viene la calma”.  Pues aunque muchas veces en lugar de calma tenemos que decir que nos “llueve sobre mojado”, finalmente, de una u otra forma, las cosas cambian.  Pablo, después de dos años de estar preso en el mismo lugar, ahora sería trasladado a Italia para poder apelar al emperador.  Todo se dio en el tiempo perfecto de Dios.  No fueron tres años ni cinco.  Tampoco fueron un par de meses o unos cuantos días.  Fue el tiempo que Dios estableció para que Pablo creciera espiritualmente y además, impactara a todos los que estarían con él.  Aristarco su acompañante es prueba de ello.
Piensa en esto por un momento: ¿cuánto tiempo estuviste en la escuela; cuánto tiempo estuviste en tu primer trabajo; cuánto tiempo viviste en la misma casa?  Ahora, medita en cuántas personas vieron y escucharon un buen testimonio de tu parte.  ¿Qué vieron en ti?  ¿Aceptaron a Cristo o se alejaron más?  Cada lugar en el que estás tiene un propósito.  Tiene su tiempo y su forma.  Depende de ti y de mí el ser sabios y sencillos para poder servir al Señor en cada rincón que nos coloca.  El problema viene cuando tenemos nuestra mente y nuestros deseos apuntando a otra dirección que no es Dios.  Tenemos un trabajo y estamos pensando que estaríamos mejor en otro.  Vivimos en una casa y nos gustaría estar en otra.  Ganamos un sueldo y queremos otro mejor.  Vivimos en una colonia o ciudad específica y nos gustaría vivir en otra.  ¿Qué clase de vida es esa?  ¡Qué círculo tan vicioso hemos permitido que se desarrolle en nuestra forma de vivir!  La biblia nos enseña cómo reaccionar, cómo comportarnos y cómo crecer espiritualmente.  El día de hoy, Dios te colocó en un lugar específico.  Hablas un idioma específico.  Tienes cualidades únicas.  Estarás con ciertas personas.  ¿Qué vas a hacer con esto que Dios te da hoy?  ¿Quejarte?  ¿Desear que las cosas fueran distintas?  ¿Simplemente dejar que pasen los días?  ¡Despierta!  ¡Busca que cada día que vives puedas dar gloria al Señor en todo lo que haces!  ¿Tienes casa?  Abre sus puertas y permite que la palabra se estudie ahí.  Recibe gente y comparte de tus bendiciones.  ¿Tienes salud?  Utilízala ayudando a aquellos que no la tienen.  ¿Tienes trabajo?  Comparte lo que recibes con aquellos que no son tan afortunados.  
En el pasaje de hoy aprendemos que tarde o temprano las cosas cambiarán.  Un día estaremos aquí y otro estaremos allá.  ¿Qué vas a contestar cuando Dios te pida cuentas?  Te animo a que pidas perdón y cambies de dirección.  No te escondas más.  No dejes que pase más tiempo.  Sal y ponte a servir al Señor en cada detalle de tu vida sin importar el lugar ni las circunstancias.
Oración
Señor y Padre: alabado seas.  Eres grande y todopoderoso.  Gracias por amarme y por darle sentido a mi vida.  Gracias por mostrarme cómo corregir mi vida y darme la oportunidad de empezar nuevamente a pesar de mis fallas.  Hoy te pido que pueda aprender a servirte en todo lo que haga.  Que pueda aprender a compartir las bendiciones que me das y que mi vida sea un testimonio de tu gran amor.  Gracias Señor, en el nombre de Cristo Jesús.  Amén 

25 jun 2012

Hechos 26:30-32


Se levantó el rey, y también el gobernador, Berenice y los que estaban sentados con ellos.  Al retirarse, decían entre sí: este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte ni la cárcel.  Y Agripa le dijo a Festo: se podría poner en libertad a este hombre si no hubiera apelado al emperador.


Cuando creces espiritualmente tus deseos se van alineando a los deseos de Dios.  De hecho, es una petición que te recomiendo hagas cada vez que ores.  Pide que todo lo que deseas se encuentre en línea con lo que el Señor desea para ti.  Si lo haces, tus deseos hoy, se irán transformando y conforme pase el tiempo podrás darte cuenta de cómo el Señor ha trabajado en tus principios, tu forma de pensar y ver las cosas.
Pablo llevaba dos años de haber sido aprehendido injustamente.  ¡Dos años!  Si tenemos un día difícil pensamos que es demasiado, imagina cuánto más dos años.  Pero ese tiempo no pasó en vano.  Ese tiempo fue un entrenamiento intensivo.  Los primeros días, podríamos asumir que Pablo deseaba ser puesto en libertad.  ¿Quién quiere estar preso siendo inocente?  ¡Nadie!  Pero conforme pasaron los días, su corazón y su mente se fueron transformando y, junto con sus deseos, se alinearon al corazón y los deseos de Cristo.  ¿Qué transformación vemos después de dos años de cárcel?  Pablo sabía que Agripa tenía la facultad de ponerlo en libertad.  Sabía que era conocedor de la ley y los profetas.  Sabía que conocía de Jesús y que no pensaría que estaba hablando de cosas extrañas sino verdades y profecías cumplidas en la vida de Cristo.  De todas formas, no solicitó a Agripa que lo liberaran sino que utilizó el tiempo de su audiencia para hablar de Jesús.  ¿Cómo?  Tenía la oportunidad de expresar la injusticia que atravesaba y tratar de conseguir su libertad ¿Y no lo hizo?  ¿Prefirió permanecer más tiempo preso?  ¿Por qué hizo eso?  Porque sus deseos se encontraban en segundo lugar mientras que obedecer al Señor era el primero.  ¿Te das cuenta?  Primero buscamos que nos liberen por haber sido aprehendidos injustamente y después, cuando el Señor ha trabajado y moldeado nuestro corazón y nuestra mente, podemos tomar decisiones que al principio considerábamos sin sentido pero hoy sabemos que es lo mejor.  ¿Te ha pasado?  Muchas veces el Señor nos da algo que deseamos unos años después de que estuvimos orando por ello.  ¿Sabes por qué Dios tarda tiempo en acomodar las piezas?  Porque debemos aprender y estar listos para lo que viene.  Porque debemos estar maduros para manejar la situación y a lo que estaremos expuestos.  Piensa en aquello que hoy deseas.  Entrégalo al Señor.  Deja que Él decida si estás listo para recibirlo y sobretodo, si está en Sus planes.  No podemos ser seguidores de Jesús que nunca crecen espiritualmente.  No puedes permanecer siempre en el mismo escalón.  ¡Debes subir!  ¡Debes aumentar tu compromiso y entrega!  ¡Debes madurar!  Nadie se queda siendo niño toda la vida.  ¿Por qué habría de ser así en tu vida espiritual?  Lo que hoy piensas que “necesitas” es probable que mañana el Señor te demuestre que no es tan importante.  Lo más importante en esta vida es dar gloria y servir a Jehová.  Ese es el propósito por el que estamos aquí y Pablo no solo lo entendió sino que vivió para cumplir estos principios.  Dejó pasar la oportunidad de ser puesto en libertad prefiriendo compartir a Cristo y obedeciendo Sus planes.  Y tú, ¿Qué vas a hacer?
Oración
Señor y Padre Santo: en verdad que tu palabra no deja de asombrarme.  Cuanta sabiduría hay en ella y cuánto me enseña a corregir mis pasos.  Hoy quiero pedirte que mis deseos sean tus deseos y que mis pensamientos sean tus pensamientos.  Hoy aprendí que hoy puedo desear algo que no tiene importancia ni te da gloria, ayúdame Padre y transforma mi corazón para buscar servirte en todo momento.  Quiero crecer y madurar espiritualmente.  Guíame Señor.  En el nombre de Jesús.  Amén.

18 jun 2012

Hechos 26:25-29


No estoy loco, excelentísimo Festo.  Contestó Pablo.  Lo que digo es cierto y sensato.  El rey está familiarizado con estas cosas y por eso hablo ante él con tanto atrevimiento.  Estoy convencido de que nada de esto ignora, porque no sucedió en un rincón.  Rey Agripa, ¿Cree usted en los profetas?  ¡A mí me consta que sí!  Un poco más y me convences a hacerme cristiano.  Le dijo Agripa.  Sea por un poco o por mucho.  Le replicó Pablo.  Le pido a Dios que no sólo usted, sino también todos los que me están escuchando hoy lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas


Este evento trae a la mesa un punto sumamente debatido entre los seguidores de Cristo.  ¿Qué y cómo se debe compartir el evangelio?  Muchos piensan que se debe ser amoroso y tratar de ser muy sutil mientras que otros quieren exponer la verdad entera y sin restricción.  Honestamente, sea de una u otra forma, pienso que el parámetro que estableció Jesús es que lo hagamos amando a nuestro prójimo.  No queriendo aplastarlo ni criticarlo y por el otro lado, no consintiendo sus pecados.  Además, debes saber a quién te estás dirigiendo y tratar de hablar de una forma en la que puedan entenderte.  Jesús utilizaba parábolas relacionadas con la agricultura porque la mayoría se identificaba con esa labor.  Por esta razón, cuando Festo trata de frenar a Pablo y lo insulta diciendo que ha perdido la cabeza, Pablo se defiende ferozmente sabiendo que el rey Agripa tenía ya conocimiento de los profetas y de la ley.  Así también, es conveniente saber a quién le estamos hablando y cuáles son sus principios.  Insisto, no para pelear.  No para atacar.  Sino para poder llevar mejor el mensaje de Dios.
Por otro lado, me encantan las palabras de Pablo cuando cuestiona al rey sobre su conocimiento de los profetas.  Me encanta que no tuvo miedo ni se quedó callado porque era el rey.  Si bien, era rey de una región, Pablo entendió que él servía al Rey de reyes.  No temas.  No te hagas “chiquito” cuando estés frente a una persona públicamente famosa, con prestigio o poder.  No pienses que no van a estar interesados en tu mensaje.  No frenes tu deber de compartir el evangelio por ninguna de estas causas.  Se amoroso, sencillo y respetuoso pero no temeroso.  Las palabras del Señor son poderosas y penetran hasta lo más profundo de nuestro ser.  Tal vez tengas tiempo queriendo compartir a Jesús con tu jefe o alguna otra persona y no lo has hecho por temor a su posible respuesta.  Has una oración y pide al Señor por sabiduría y que Él te muestre cómo compartir su palabra.  Cuestiona, Pablo cuestionó al rey mismo.  Defiéndete.  Pablo se defendió de los ataques de Festo.  Pero al final, debes estar convencido que Jesús es quien se presentó y a quien hiciste brillar.  No quieras brillar tú.  No quieras que sean tus palabras las que convencen.  Permite que el deseo de Pablo sea tu mismo deseo: que no solo el rey sino todos los que te estén escuchando puedan conocer a Cristo y reconciliarse con Él.
Por último, si te equivocas.  Pide perdón y empieza de nuevo tratando de corregir lo que hiciste mal.  No te desanimes.  Todos nos equivocamos así que vuélvelo a intentar.
Oración
Señor: Padre.  Quiero pedirte que perdones mis pecados y agradecerte por tener ese cuidado tan especial y llenarme de bendiciones que no merezco.  Te pido que pueda aprender a compartir tu palabra sin restricción y que siempre busque que Tú seas quien brille y no yo.  Dame sabiduría, humildad y amor para hablar de tu nombre.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

15 jun 2012

Hechos 26:22b-24


No he dicho sino lo que los profetas y Moisés ya dijeron que sucedería: que el Cristo padecería y que, siendo el primero en resucitar, proclamaría la luz a su propio pueblo y a los gentiles.  Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió.  ¡Estás loco Pablo! Le gritó.  El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza.


Qué difícil es recibir críticas.  Es fácil cansarse y querer sentarse un tiempo y dejar de recibir “golpes”.  De hecho, a veces le tenemos miedo no solo a la crítica sino al rechazo.  Por eso, muchos creyentes prefieren quedarse callados y nunca expresar su fe.  ¿Para qué meterse en problemas?  Mejor llevo mi relación con Dios.  Leo mi biblia y que nadie se involucre.  Si bien, suena como una buena idea, la realidad es que Dios nos pide que anunciemos su nombre.  Nos pide que vayamos y seamos embajadores de su reino.  Entonces, ¿cómo obedecerle y al mismo tiempo no querer exponernos?  Simplemente no se puede.  Si bien, el ir al cielo es una dádiva de Dios, el obedecer y servir está lleno de retos que involucran nuestro sacrificio.  Lo más irónico (e increíble) es que mientras más te entregues y obedezcas, mayores bendiciones vendrán a tu vida.  Nosotros pensamos al revés.  Pensamos que si obedecemos y nos entregamos más y más, nos perderemos de esto o aquello.  Arrastramos nuestra forma de pensar y seguimos creyendo que allá afuera hay más bendiciones que obedeciendo a Dios.  Queremos llevar una vida espiritual pero al mismo tiempo le agregamos un poquito de esto y aquello que no queremos cambiar.
La vida en Cristo es un verdadero reto.  La misma biblia nos lo anuncia.  Nos dice que cada día tiene su propio mal.  Nos dice que si creemos en Jehová, no nos cansaremos y como las águilas volaremos.  Nos dice que si estamos cansados, vayamos y entreguemos nuestras cargas.  Nos dice que no temamos y que confiemos en Él.  Nos dice que todo lo podemos en Cristo.  Nos dice que ya no somos esclavos del pecado.  Nos dice que ya no estamos solos.  Nos dice que ahora somos sus hijos.  Nos dice que Él nos ama.  Todo esto está escrito para días difíciles.  Dios sabe que tendremos esos días.  Días como hoy, como ayer o como los habrá mañana.  No temas ni desmayes.  Dios está contigo.  Sal y anuncia su evangelios sin importar las críticas que puedas recibir.  Pablo es un gran ejemplo de cómo ser un siervo de Dios.  Mientras está anunciando la resurrección de Cristo recibe críticas y juicios de parte de Festo.  Lo humillan y comparan con un loco.  ¿Crees que fue fácil para Pablo escuchar estas palabras?  ¡Por supuesto que no!  Así como no es fácil pasar pruebas hoy en día.  Pero nuestro Dios necesita moldear nuestro carácter.  Necesita pulir nuestro corazón y darle forma para que sea como el de Jesús.  Allá afuera nos dicen que cada vez que te humillas y dejas que alguien te haga menos, al día siguiente será peor y nos aplastarán más y más.  Por el contrario, Cristo nos enseña a servir y poner la otra mejilla.  Pablo ya lo había practicado en repetidas ocasiones y por eso lo pudo hacer en este momento.  Recibió la crítica y contestó con amor.  Y nosotros, ¿Cómo vamos a responder a las críticas y humillaciones?
Oración
Padre: te pido perdón por mis pecados.  Te pido perdón porque he preferido quedarme callado y no anunciar tu nombre.  Hoy entiendo que debo aprender a recibir cualquier tipo de críticas y mantenerme en tu amor y recibiendo fuerzas de Ti.  Te pido que me llenes de Ti para que pueda salir y servirte.  Ayúdame a dejar atrás mi forma de pensar y actuar pues sé que van en contra de lo que Jesús quiere.  Transforma mi corazón Señor.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

13 jun 2012

Hechos 26:19-22a


Así que, rey Agripa, no fui desobediente a esa visión celestial.  Al contrario, comenzando con los que estaban en Damasco, siguiendo con los que estaban en Jerusalén y en toda Judea, y luego con los gentiles, a todos les prediqué que se arrepintieran y se convirtieran a Dios, y que demostraran su arrepentimiento con sus buenas obras.  Sólo por eso los judíos me prendieron en el templo y trataron de matarme.  Pero Dios me ha ayudado hasta hoy, y así me mantengo firme, testificando a grandes y pequeños.


Voy a empezar por el final del pasaje.  Pero Dios me ha ayudado y así me mantengo firme.  Como seguidores de Jesús, debemos aprender a depender cien por ciento de Dios.  No ochenta.  No noventa y nueve.  Cien por ciento.  Cada vez que atravesamos una prueba, el Señor nos muestra todo aquello que seguimos utilizando para salir adelante y quiere que volteemos a Él dejando atrás nuestra vieja costumbre.  Si hoy estás atravesando una situación difícil.  Medita.  ¿Qué quiere Dios que aprenda?  Él puede librarme y, como a Pablo, me ayudará a mantenerme firme.  Entonces, ¿Cuál es el propósito de esto que estoy viviendo?  ¿Qué quiere mostrarme el Señor?  No te quejes por la circunstancia.  No te quejes porque es difícil o porque antes estabas mejor.  Abraza las promesas de Dios y confía que Él está en control.
Pablo fue aprehendido por obedecer las instrucciones que recibió de Dios.  En cuanto escuchó el mensaje, salió y compartió las buenas nuevas.  Él sabía que vendrían problemas al compartir en las sinagogas.  ¿Cómo lo sabía?  ¡Él mismo era el que perseguía a los que ahora acompañaba!  Por supuesto que no era el único haciendo esto.  Era obvio que otros judíos continuarían con el trabajo que estaba realizando.  Aun así, decidió obedecer y realizar lo que se le había encomendado.  ¿Por qué a nosotros nos cuesta tanto trabajo cambiar?  ¿Porque cuestionamos todo lo que sucederá?  ¿Qué van a pensar a decir a hacer?  ¿Me rechazarán?  ¿Me criticarán?  ¿Se burlarán?  Deja todos esos pensamientos atrás.  No te sirven para nada.  Si has entendido que debes reconciliarte con Dios, ¡Hazlo!  Si has entendido que debes cambiar tu vida, ¡Hazlo!  No te detengas.  No lo pospongas.  Si vienen problemas, no te preocupes, Dios se encargará de mantenerte firme.  Recuerda: ya no estás solo.  Ya no tienes que trabajar con las herramientas que tenías.  Ahora deja que Dios te muestre cómo se vive cuando Él reina en tu vida.
Lo que más me gusta leer en la biblia son palabras como las que hoy dice Pablo: Dios me mantiene firme.  Gracias a Él sigo aquí.  Me encanta leer cómo el Señor se encarga de destruir fortalezas impresionantes como lo hace en Jericó utilizando un pueblo con el corazón entregado y trompetas.  Me encanta leer que nosotros debemos permanecer en Él y no tener miedo.  Me encanta leer que vendrán pruebas y que cada día tendrá su propio mal, pero nuestro Dios se ha encargado de vencer a la muerte misma así que no hay necesidad de temer.  Hoy, el Señor te quiere retar a comprometerte más con Él.  A entregar tu vida al cien por ciento y no en pedazos.  ¿Qué vas a decidir?
Oración
Señor: alabado seas.  Eres grande, poderoso pero sobre todo, amoroso.  Gracias por amarme.  Gracias por extender tu misericordia y por cuidar de mí siempre.  Te entrego mi vida entera.  Te pido que me mantengas firme a pesar de las circunstancias.  Guíame en tu camino y no permitas que me aparte de él.  Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús.  Amén 

12 jun 2012

Hechos 26:16-18


Ahora, ponte en pie y escúchame.  Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar.  Te libraré de tu propio pueblo y de los gentiles.  Te envío a éstos para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados.


Este domingo aprendí algo sumamente valioso en la predicación que escuché y tiene mucho que ver con las palabras de Dios a Pablo.  “... Con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar.  Te libraré... Y te envío para que abras los ojos de los demás...”  y ¿Qué es lo que aprendí?  Que no necesitamos cambiar para acercarnos a Dios.  No necesitamos ser perfectos y sin pecado para poder pedir por su gracia y misericordia.  Al contrario.  Podemos llegar totalmente “mugrosos” y llenos de pecados y Él, dentro de su incomprensible amor y misericordia se encargará de limpiarnos.  Lo que necesitamos es reconocerlo y Él se encargará de todo lo demás.  ¿Y qué tiene que ver esto con el pasaje de Pablo?  Que primero Dios se muestra a él y le explica que Él se encargará de enseñarle todo lo que vendrá.  Tú serás mi testigo.  A ti te voy a revelar.  A ti te voy a librar.  Todo esto acontecerá en el futuro, pero hoy, lo que necesito es probar que tu corazón esté dispuesto.  ¡Esto es increíble!  Honestamente, muchas veces no me quiero acercar a Dios porque sé que he hecho las cosas mal (¡y eso que soy su seguidor!).  Pienso que no está bien ir a Él si he pecado y tristemente, estoy convencido que muchos en las congregaciones piensan igual.  Queremos tener iglesias que tengan individuos “bien portados” mientras que Cristo se juntó con lo peor y lo rechazado de la sociedad.  Rechazamos a los tristes y abatidos y recibimos a los orgullosos.  Vemos el exterior sin entender que Dios ve el interior.
¡Dejemos que cada persona tenga su tiempo y su crecimiento con Dios!  Si bien, debemos promover y cuidar el crecimiento de nuestros hermanos, no debemos ser una piedra en el zapato que los ahuyente y cause tropiezos en su camino.  Nuestro deber es imitar a Jesús.  Y si algo hizo de manera extraordinaria, es acercarse a aquellos que nadie quería acercarse.  Perdonar a aquellos que todos querían castigar.  Amar a aquellos que eran repudiados.  ¡Eso es lo que tenemos que hacer!  Dios se encargará, como lo dice en el pasaje, de revelarnos cada “batalla” que afrentaremos.  Se encargará de mostrarnos los lugares y las personas en los que habrá que hablar en Su nombre.  Mientras tanto, hoy nos corresponde disponer nuestro corazón a Él y decirle: Señor, aquí estoy.  Dime qué quieres que haga.
Por último, quiero decirte que Satanás no es un invento ni una broma.  Es real y la biblia nos advierte de él en repetidas ocasiones.  El pasaje de hoy nos dice que si no creemos en Cristo, nuestros ojos permanecen cerrados, en tinieblas y bajo la autoridad de Satanás.  ¿No te parece una razón importantísima para ir y compartir a Jesús sabiendo que la gente hoy está así?  ¡Compartamos a Cristo!  ¡Compartamos las bendiciones que hemos recibido en Su nombre!  Seamos un canal por el cual fluyen a los demás sus bendiciones en lugar de querer todo para nosotros.
Oración
Señor: creo en Ti y tengo fe en que me libras de Satanás y las tinieblas.  Te pido abras mis ojos y me permitas ser libre.  Perdona mis pecados.  Perdona todo este tiempo que te he negado.  Aquí estoy mi Señor, dispuesto a servirte.  Toma mi corazón.  Toma mi vida.  Dime qué quieres que haga.  Dime a dónde quieres que vaya.  En el nombre de Jesús.  Amén.  

11 jun 2012

Hechos 26:12-15


En uno de esos viajes iba yo hacia Damasco con la autoridad y la comisión de los jefes de los sacerdotes.  A eso del mediodía, oh rey, mientras iba por el camino, vi una luz del cielo, más refulgente que el sol, que con su resplandor nos envolvió a mí y a mis acompañantes.  Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en arameo: Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?  ¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?
Entonces pregunté: ¿Quién eres Señor?  Yo soy Jesús a quien tú persigues.  Me contestó el Señor.


Para este entonces, Pablo llevaba ya varios años de haber tenido este encuentro con Dios.  Fácilmente habrá contado esta historia una infinidad de veces.  Simplemente imagino que en cada sinagoga que visitaba y a cada persona que comenzaba a hablarle de Jesús, empezaba haciéndolo compartiendo este encuentro.  Pero, ¿por qué la biblia lo repite también?  ¿Para qué volvemos a leer que en su camino a Damasco cayó al suelo por causa de la luz y escuchó la voz?  ¿Qué sentido tiene?  Personalmente pienso que el Señor nos está recordando lo importante que es de dónde venimos y hacia dónde vamos.  Conforme pasa el tiempo y nos involucramos más con Jesús, nos olvidamos de dónde nos sacó.  Se nos olvida que éramos necios.  Se nos olvida que nos dábamos de golpes contra la pared, o coces contra el aguijón (como dice otra versión), hasta que llegó Jesús a darle dirección y sentido a nuestra vida.
Dice Pablo que iba con la comisión de los jefes y los sacerdotes.  En pocas palabras, con puras personas influyentes que tienen poder para que se hagan las cosas.  Así iba él.  Caminando muy seguro y confiado.  Siguiendo su pasión de acabar con los seguidores del nazareno.  Un insignificante carpintero de Belén no puede más que todos nosotros.  Pensaba.  Fácilmente vamos a acabar con ellos.  Pero sin saberlo, estaba luchando contra el Señor.  Has una pausa en tu vida.  ¿Hacia dónde te diriges?  ¿Quién te rodea?  ¿Quién o qué le está dando sentido a lo que haces?  Es necesario que lo medites.  Muchas veces tenemos la costumbre de hacer las cosas y pensamos que están bien y que así debe ser.  La realidad es que solamente debe ser conforme a la voluntad de Dios.  Tristemente, como iba Pablo vamos nosotros.  Necios.  Orgullosos.  Pensando que no necesitamos de nada más.  Utilizando nuestras capacidades.  Apoyándonos con tantas cosas que hay a nuestro alrededor y dejando a Dios atrás.  Creemos que así podemos seguir.  El problema llega cuando una luz, solamente una luz, lo suficientemente fuerte, nos tira y no nos deja seguir adelante.  ¿Dónde están las autoridades y los influyentes?  ¿Dónde están los poderosos?  ¿Dónde están aquellos que tanto miedo causaban a los seguidores de Jesús?  ¿Dónde quedó todo aquello que te daba seguridad y te hacía sentir orgulloso?  ¿Dónde está tu fuerza para seguir adelante?  Tirados en el suelo sin poder moverse.  Entiéndelo.  Los hombres nunca podrán más que Dios.  Puedes dudarlo por un momento.  Es normal.  Estás acostumbrado a decidir conforme lo que ves, pero es hora de que empieces a echar a andar la máquina de la fe y experimentes lo que Dios hace en la vida de sus seguidores.  Piénsalo.  
Oración
Señor: gracias por rescatarme y darme la oportunidad de cambiar de dirección.  Gracias por darle sentido a mi vida y recordarme que debo trabajar mi fe y no confiar en lo que veo sino en Ti.  Te pido que nunca olvide de dónde me has sacado y siempre esté listo para compartir los milagros que has hecho en mi vida.  Que la gloria sea para Ti mi Señor.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

8 jun 2012

Hechos 26:9-11


Pues bien, yo mismo estaba convencido de que debía hacer todo lo posible por combatir el nombre de Jesús de Nazaret.  Eso es precisamente lo que hice en Jerusalén.  Con la autoridad de los jefes de los sacerdotes metí en la cárcel a muchos de los santos, y cuando los mataban, yo manifestaba mi aprobación.  Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar.  Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero.


La iglesia de Dios no busca a aquellos que están “sanos” sino a todos los enfermos.  Algunos necesitan terapia intensiva mientras otros se someten a operaciones.  Cada uno de nosotros está arrastrando distintos pecados.  Ninguno nació y se convirtió en un ejemplo a seguir.  No tenemos un solo relato en la biblia de alguien que inmediatamente haya obedecido al Señor sin dudar, temer o algún otro problema.  Moisés asesinó a un hombre.  David mandó matar al esposo de la mujer que deseaba.  Abraham tuvo un hijo con la sierva de su mujer.  Jonás desobedeció constantemente en lo que Dios le pedía.  Pedro negó tres veces a Jesús.  Y así llegamos a Pablo.  Asesino.  ¿Recuerdas que la biblia dice: donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia?  La realidad es que tú y yo somos igual de despreciables que cualquier otro pecador.  Como humanos nos gusta crear “escalas de gravedad” y nos escondemos en ellas.  Si no matas ni le haces daño a alguien, todo está bien.  Me dijo una persona.  ¿Y qué me dices de engañar a tu cónyuge u odiar a tu prójimo (pero sin hacerle daño físico)?  Como seguidores de Jesús, no podemos arrastrar nuestra forma de pensar anterior a Cristo.  Debemos deshacernos de ella y dejar que Dios haga una nueva criatura de nosotros.  ¡Esto es lo que nos está diciendo Pablo!  Está abriendo su corazón.  Está confesando las cosas tan terribles que hizo.  ¡No lo estaba diciendo de manera orgullosa!  Todo lo contrario.  Estoy seguro que su tono era de tristeza.  Ahora sus ojos estaban abiertos y podía darse cuenta de las aberraciones que había causado.  Tú y yo tenemos que andar por el mismo camino.  Tenemos que abrir nuestro corazón y reconocer cada pecado que hemos cometido.  Pide al Señor que abra tus ojos y te de entendimiento.  Saca todo aquello que habías guardado.  Todo aquello que no querías recordar ni quieres que la gente se entere.  Confiésalo ante Dios.  Su gracia abunda y puede mucho más que tu pecado.  Él te ama y no te amará menos si confiesas lo que has hecho mal.  Por el contrario, seguirá con sus brazos abiertos y te dirá bienvenido, te he estado esperando.
Por último, debemos ser humildes y aprender a no juzgar.  Si le preguntáramos a todos los cristianos de esa época, qué piensas de Pablo, seguramente no hubiéramos recibido buenos comentarios.  Estoy convencido que nadie hubiera pensado que aceptaría a Cristo.  ¡Imposible!  ¡No lo conoces!  ¡No conoces lo que ha hecho!  ¿Si sabes que presenció y aprobó la muerte de Esteban entre otros?  Y así me diría uno por uno.  Tristemente, así contestamos nosotros también.  Pero el Señor se encargó de dominar a ese león implacable y utilizarlo para su gloria.  No importa qué tan desviada y alejada esté una persona.  No importa si su pasado es considerado como uno de los peores.  Nuestro Dios le ofrece su amor y misericordia y quiere que esa alma se reconcilie con Él.  ¿Quiénes somos nosotros para obstruir su propósito o cuestionarlo?  Preocupémonos por dejar de pecar.  Preocupémonos porque otras personas se reconcilien con Dios.  Dejemos que Él se encargue de todo lo demás.
Oración
Señor: tú conoces lo que he hecho.  Tú sabes lo que hay en mi corazón.  Hoy te pido que me perdones y me limpies por completo.  He arrastrado tantas cosas que ya no puedo más.  Sé que me ofreces tu misericordia y yo quiero abrazarla y convertirla en mi esperanza de vivir.  No quiero vivir como antes.  No quiero ser como antes.  Transforma mi vida.  Transforma mi entendimiento.  Quita mi corazón de piedra y pon uno de carne.  Gracias Señor.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén 

7 jun 2012

Hechos 26:7-8


Ésta es la promesa que nuestras doce tribus esperan alcanzar rindiendo culto a Dios con diligencia día y noche.  Es por esta esperanza, oh rey, por lo que me acusan los judíos.  ¿Por qué les parece a ustedes increíble que Dios resucite a los muertos?


¿Por qué ya no se habla del cielo?  ¿Por qué casi no se predica a la resurrección de los muertos?  Son temas difíciles.  Mucha gente no quiere escuchar la posibilidad de ir al infierno.  Mucha gente rechaza la idea de un cielo y un infierno pero no tiene ningún fundamento para hacerlo.  Cuando abrimos la biblia y la estudiamos, es fácil darnos cuenta de que Dios nos llamará a cuentas al morir.  No es algo que tenga que ver con la traducción ni tampoco de interpretación.  La palabra es muy clara sobre el juicio que tendremos cuando termine esta vida.  Pero al mismo tiempo, el Señor no nos deja en el limbo.  Nos dice que su amor fue tan grande que no se aferró a ser Dios y se hizo hombre, mandando a su Unigénito para que todos los que crean y confiesen su nombre pudieran ser salvos y recibir la vida eterna, esto quiere decir, ir al cielo y estar con Él.
En su discurso, Pablo cuestiona el por qué resulta tan difícil el creer en la resurrección.  Hoy en día, tenemos cantidad de creencias y no suena tan descabellado hablar de la resurrección.  El problema radica en que ahora cada quien tiene su “verdad” y entonces todos estamos bien.  Tú crees en la resurrección, yo creo en que nos morimos y se acabó, y otros creen en la reencarnación.  Al final, todos vamos “al mismo lugar”.  Error.  No estoy diciendo que no respetemos otras creencias.  Por supuesto que no.  Pienso que Jesús no nos enseñó que debemos atacar otras religiones o formas de pensar.  Pero lo que sí nos enseñó es a no dejarnos engañar ni a retroceder en nuestros principios haciendo menos al Creador.  No te confundas.  Lo que otras personas puedan pensar no debe afectar tu comunión con Dios.  No dejes de leer la biblia.  No dejes de orar.  Dios se encargará de contestar todos tus cuestionamientos.  Recuerda que somos las ramas y Jehová el árbol.  Si nos apartamos del árbol, ¿cómo nos alimentaremos?
Día y noche, las tribus esperaban la promesa del Mesías.  Hoy está en tus manos.  Jesús vino y murió por cada uno de nosotros.  Sufrió por ti.  Sufrió por mí.  No lo merecía.  Pero lo hizo por amor y para ganar el alma de cada uno de los que creemos en su nombre.  Nos da la oportunidad de ser resucitados y estar en su presencia.
Es importante que medites en esto.  ¿Cuál es tu concepto del cielo, del infierno y de la vida eterna?  Busca pasajes en la biblia que hablen del tema para que estés bien informado y no andes de una idea en otra por lo que escuchas.  Como dice Pablo, hay personas allá afuera que cuestionarán tu fe y se les hará increíble aceptar que los muertos resucitarán.  Acude a la palabra de Dios.  Estúdiala.  Llénate de ella.  Establece tus principios basada en ella.
Aquí hay algunos pasajes que nos hablan claramente del cielo o el infierno: Mt 5, 10:28, 2Pedro 2, 3, Juan 5, Romanos 2, 5, Hebreos 9.  Estos son algunos capítulos que te pueden servir.
Oración
Señor: perdona mis pecados.  Vengo humillado y reconociendo que te necesito.  Hoy entendí que hay un juicio y una vida después de la muerte.  Quiero ir a tu presencia al ser resucitado y vivir con la certeza de que así será.  Entiendo que Jesús murió por mis pecados y quiero que sea mi Señor y mi Salvador.  Te lo pido en Su nombre.  Amén 

6 jun 2012

Hechos 26:1-7


Entonces Agripa le dijo a Pablo: tienes permiso para defenderte.  Pablo hizo un ademán con la mano y comenzó así su defensa: rey Agripa, para mí es un privilegio presentarme hoy ante usted para defenderme de las acusaciones de los judíos, sobre todo porque usted está bien informado de todas las tradiciones y controversias de los judíos.  Por eso le ruego que me escuche con paciencia.  Todos los judíos saben cómo he vivido desde que era niño, desde mi edad temprana entre mi gente y también en Jerusalén.  Ellos me conocen desde hace mucho tiempo y pueden atestiguar, si quieren, que viví como fariseo, de acuerdo con la secta más estricta de nuestra religión.  Y ahora me juzgan por la esperanza que tengo en la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados.


Recuerdo la primera vez que hice una decisión por Cristo.  Me sorprendió todo lo que escuché y quería aprender más.  Definitivamente traté de obedecer y seguir sus principios.  Pero poco a poco, fui moviendo la barrera conforme me acomodaba mejor.  Esto es para los muy clavados.  Pensaba.  Yo con esto y hasta aquí estoy bien.  Lo que no sabía, o no quise saber, es que poco a poco me fui alejando más y más de Dios.  Escuchaba predicaciones y sabía que habían muchas partes de mí que tenía que cambiar pero lograba “esquivar” las pedradas.  Después de varios años, mi vida no era congruente.  Decía creer en algo y mis acciones decían lo contrario.  Imagínate que llegó un momento donde, sabiendo que debía cambiar, pensaba en cómo explicarle a la gente el por qué de mi cambio.  Y por esta razón estoy escribiendo todo esto.  Pablo relata sobre su infancia y cómo se ha comportado siempre.  No le da pena ni miedo el decir que estuvo en una de las sectas más estrictas entre los judíos.  Abre totalmente su pasado y expresa su nueva convicción: y ahora me juzgan por la esperanza que tengo en la promesa que Dios hizo...  
¿A qué le tenemos miedo?  ¿A que nos critiquen?  ¿A que nos cuestionen?  ¿A que se separen de nosotros?  ¡Piénsalo!  No tiene sentido.  Si nos cuestionan, ¡excelente situación para compartir el evangelio!  Si nos critican y se apartan, ¿qué tipo de personas quieres tener cerca de ti?  Tenemos miedo al cambio.  A lo incierto.  A lo que no conocemos.  ¿Qué pasará después?  Me cuestionaba.
Cuando abres tu pasado, liberas todo aquello que vienes arrastrando y que no te deja caminar.  Pablo lo hizo.  Confesó cada detalle de lo que había hecho en su vida para posteriormente expresar su fe en la promesa de Dios.  ¿Cual es tu pasado?  ¿Qué estás arrastrando?  ¿Qué es lo que no te deja seguir adelante?  ¿Qué te detiene para reconocer abiertamente tu fe en la promesa de Dios?  Cuida tu testimonio.  Cuida tus acciones.  Cuida tu boca.
Por último, recuerda que Satanás existe.  Él busca constantemente desanimarte y bloquear cualquier deseo tuyo por reconciliarte y comprometerte con el Señor.  Va a atacar sutilmente.  Así lo hizo conmigo y estoy seguro que lo ha estado haciendo contigo.  No tiene cuernos ni trinche.  Al contrario.  Es sumamente seductor y utiliza elementos atractivos para hacernos pensar que no necesitamos tanto “fanatismo” y que nuestra vida así está bien.
Oración
Dios Padre: ya no quiero que pase más tiempo y que me aleje más y más de Ti.  Hoy quiero reconciliarme y comprometerme contigo.  Quiero cambiar mi vida.  Quiero dejarte guiar mis pasos.  Quiero abrir mi pasado y confiarte mi presente y mi futuro.  No permitas que el miedo y la incertidumbre frenen mis deseos por entregarte mi vida.  Dame la fuerza para seguirte y la fe para no voltear atrás.  Me encomiendo a Ti, en el nombre de Jesús.  Amén 

5 jun 2012

Hechos 25:23-27


Al día siguiente Agripa y Berenice se presentaron con gran pompa, y entraron en la sala de la audiencia acompañados por oficiales de alto rango y por las personalidades más distinguidas de la ciudad.  Festo mandó que le trajeran a Pablo, y dijo: Rey Agripa y todos los presentes: aquí tienen a este hombre.  Todo el pueblo judío me ha presentado una demanda contra él, tanto en Jerusalén como aquí en Cesarea, pidiendo a gritos su muerte.  He llegado a la conclusión de que él no ha hecho nada que merezca la muerte, pero como apeló al emperador, he decidido enviarlo a Roma.  El problema es que no tengo definido nada que escribir al soberano acerca de él.  Por eso lo he hecho comparecer ante ustedes, y especialmente delante de ti, rey Agripa, para que como resultado de esta investigación tenga yo algunos datos para mi carta; me parece absurdo enviar un preso sin especificar los cargos contra él.


Ahora que vienen elecciones en Estados Unidos, la gente y las empresas pueden donar dinero a las campañas de los candidatos.  Si nos dieran la tarea de juntar la mayor cantidad posible, ¿Qué características buscarías en los que integrarían tu equipo?  Lo primero que pienso es que tengan un nivel socioeconómico alto, que tengan buenas relaciones con personas importantes, que sean sociables y agradables y que tengan muchas ganas de trabajar.  Perfecto.  Hemos juntado a un gran equipo y probablemente, al terminar la campaña, habremos recolectado mucho dinero.  ¿A quién felicitamos?  A cada uno de los que contribuyeron en la recolección.  Nadie pensaría en formar un equipo con las características opuestas.  ¿Qué sentido tiene?  Imposible recolectar grandes sumas de dinero entre aquellos que no tienen.  ¿Es lógico no crees?  Este ejemplo lo escribo para abrirnos los ojos y darnos cuenta que la lógica humana no aplica a la lógica del Señor.  Cuando David es nombrado rey, todos sus hermanos habían sido puestos primero que él y Jehová los rechazó.  De hecho, ni siquiera había sido convocado por su padre para el ungimiento.  ¿Por qué?  Porque su padre vio la lógica humana y pensó que no había sentido en traer a su hijo pequeño y que era pastor de ovejas.  Pero Dios trabaja distinto y tenemos que aprender que sus caminos son distintos a los nuestros pero llevan a bendiciones que los nuestros jamás alcanzarían.  Regresando al pasaje de hoy, Pablo había sido aprehendido y llevaba ya dos años encarcelado siendo inocente.  Sin que nosotros pudiéramos pensar que algo bueno vendría del encarcelamiento, Dios se encargó de anunciar su evangelio a Félix, Festo y ahora Agripa y su esposa (entre otros políticos importantes).  Cuando dejamos que Dios guíe,nos lleva a situaciones que jamás imaginamos.  Haciendo una analogía con el ejemplo de las elecciones y nos preguntáramos, cómo llegar al gobernador y al rey Agripa para posteriormente ir con el emperador, estoy convencido que no hubiéramos comenzado con mandar a alguien de nuestro equipo a la cárcel.  Pero aún teniendo éxito en nuestro plan, utilizando todo tipo de conexiones importantes y llegando al mismo emperador, la gloria no sería para el Señor sino para nosotros que fuimos muy buenos en formar al equipo ideal.  ¿Te das cuenta de esto?  Cuando el Señor nos dice que su poder se fortalece en nuestra debilidad es para que aprendamos a dejarlo trabajar.  Debemos buscar Su lógica y no la nuestra y a esto se le llama: fe.  ¿Qué da más gloria a Dios, juntar mucho dinero con personas millonarias o ver cómo se junta una mayor cantidad con personas que nadie pensó que podían hacer algo?  ¿Por qué crees que Jesús nació en Belén?  La ciudad más pequeña e insignificante.  ¿Por qué crees que fue carpintero?  La profesión de menor prestigio.  ¿Por qué crees que murió en la cruz?  La muerte más cruel e indigna.  Para que nadie pudiera pensar que él hizo algo como hombre sino que la gloria entera se dio al Padre.  Para que entendamos que lo que tiene valor son las cosas de Dios y no las que el mundo nos promueve.  Por eso Pablo estaba en la cárcel.  Porque estaba sirviendo a Dios.  Porque el Señor tuvo un plan único para él.  Fue tan perfecto su plan que después de dos mil años seguimos admirando su ejemplo.  ¡Impresionante!   Deja atrás tu costumbre y lógica humana y recibe la fe y principios de Jehová como nuevo camino para tu vida.
Oración
Señor: en verdad que tu palabra no deja de sorprenderme.  Gracias por mostrarme tu voluntad.  Gracias por recordarme que tus planes son mejores que los míos y perdona mi necedad al rechazarlos.  Hoy te pido que pueda vivir en mi debilidad para que tu poder y tu gloria se manifiesten y seas Tú quien brille y sea alabado.  Ayúdame a ser un conducto de tus bendiciones y amor para que más personas puedan venir a Ti.  Heme aquí Señor listo y dispuesto a servirte.  En el nombre de Jesús.  Amén 

4 jun 2012

Hechos 25:17-22


Cuando acudieron a mí, no dilaté el caso, sino que convoqué al tribunal el día siguiente y mandé traer a este hombre.  Al levantarse para hablar, sus acusadores no alegaron en su contra ninguno de los delitos que yo había supuesto.  Más bien, tenían contra él algunas cuestiones tocantes a su propia religión y sobre un tal Jesús, ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo.  Yo no sabía cómo investigar tales cuestiones, así que le pregunté si estaba dispuesto a ir a Jerusalén para ser juzgado allí con respecto a esos cargos.  Pero como Pablo apeló para que se le reservara fallo al emperador, ordené que quedara detenido hasta ser remitido a Roma.  A mí también me gustaría oír a ese hombre.  Le dijo Agripa a Festo.  Pues mañana mismo lo oirás.  Le contestó Festo.


Imagina una película de drama y suspenso.  La historia empieza.  Nos muestran momentos felices y hay paz.  De repente, un evento cambia todo.  Al parecer la paz se ha ido y ahora hay dolor y dificultad.  Así podríamos pensar que se desarrolla la vida de Pablo.  Así podemos pensar que nuestra vida se desarrolla.  Tenemos momentos felices y luego llegan pruebas tan duras que nos tiran y no podemos levantarnos.  Nuestra vida se ha vuelto un drama.  Nuestra dependencia a Dios la cambiamos por dependencia a nuestros ahorros o a algunas personas involucradas en nuestro caso.  Algunos deciden cambiar la oración y la lectura de la biblia y se involucran en otro tipo de actividades “espirituales”.  Para empeorar la situación, aquellos involucrados en nuestros problemas son como Agripa y Festo.  Personajes corruptos, mentirosos y egoístas.  Solamente de leer las mentiras de Festo me ponen de mal humor y me desespero.  ¿Alguna vez has presenciado mentiras descaradas y cínicas?  Pues la vida de Pablo estaba en juego con mentiras y verdades mezcladas.  ¡Qué cansado!  ¡Qué difícil!
¿Cómo podemos salir adelante de situaciones que nos tienen en el suelo?  ¿Cómo tener esperanza cuando las cosas no parecen tener solución?  ¿Cómo levantarse si aquellos que están en nuestra contra están totalmente alejados de Dios, no les interesa nuestro bienestar y peor aún, tienen poder para hacernos mal?  ¿Qué hacer con los Festos de hoy en día?  La respuesta la encuentro en 2Crónicas 20:16-17, “ustedes saldrán contra ellos y los encontrarán junto al arroyo, pero ustedes NO tendrán que intervenir en esta batalla.  Simplemente quédense quietos para que vean la salvación que el Señor les dará.”  ¿No hacer nada?  Correcto.  Totalmente opuesto a lo que escuchamos.  “tú puedes; ¡Ánimo!; no te des por vencido; sigue adelante” entre otras frases comunes.  Pero Dios nos dice algo distinto: tú, no puedes, pero no te preocupes que Yo voy a hacer todo por ti.  Solamente preséntate y observa.  No te quedes sentado sino preséntate y ve los problemas que están frente a ti.  No temas pues Yo estoy contigo.
¡Qué increíble!  ¡Qué palabras de aliento!  ¡Gracias Dios!
Dios conoce tus problemas y aquello que te quita el sueño y roba tu paz.  Dios sabe que hay personas como Festo allá afuera haciéndote pensar que tu situación es imposible.  Por esta razón, su palabra nos llena de esperanza y recuerda constantemente que debemos permanecer en Él y entregarle nuestras batallas.  
Oración
Padre: estoy agotado.  Te entrego mis problemas.  Te entrego mi vida.  Hoy me presento ante Ti humillado y pidiendo que traigas paz a mi corazón.  Hoy aprendí que Tú traes la victoria a mi vida en aquello que pensaba estaba perdido.  Gracias.  Ayúdame a vivir confiado y a permanecer en tu camino.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén