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28 jun 2013

1 Pedro 4:3-5

Pues ya basta con el tiempo que han desperdiciado haciendo lo que agrada a los incrédulos, entregados al desenfreno, a las pasiones, a las borracheras, a las orgías, a las parrandas y a las idolatrías abominables.  A ellos les parece extraño que ustedes no corran con ellos en ese mismo desbordamiento de inmoralidad, y por eso los insultan.  Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.



En varias ocasiones he escuchado “las generaciones que vienen cada vez están peor” haciendo alusión a que hay mayor desenfreno a una edad más temprana.  Si bien, puede ser cierto que las edades para entrar en ciertas actividades son menores, debemos entender que esto no es algo nuevo.  ¡Hace más de dos mil años que el ser humano ha tenido un gran problema con el desenfreno!  El fin de semana veía un documental sobre la vida de los swingers.  Estas personas se identifican como parejas estables y que les gusta tener interacción sexual con otras parejas.  Por más que las parejas hablaban de cómo estas actividades fortalecían y mejoraban su matrimonio o relación en pareja, debemos entender que esto se llama orgía y Dios lo reprueba.  Eso se llama entregarse al desenfreno y a las pasiones.  Otra tendencia o moda es que las mujeres hagan actos homosexuales y sea algo “sexy”.  ¿Recuerdas cuánta emoción causó el beso que Madonna le dio a Britney Spears y a Christina Aguilera en un evento en vivo?  ¿Para que digo todo esto?  Para que recapacitemos en lo que se está moviendo a nuestro alrededor.  En la época de Pedro, los romanos tenían fama de realizar las orgías más impresionantes.  Se entregaban a todo tipo de pasión y por ello Pedro llama la atención y nos advierte sobre nuestra manera de comportarnos.  ¿Debemos juzgar a los que se comportan así?  No.  De hecho, es muy importante que lo entiendas.  La biblia lo dice muy claro: ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar.  No te rinden cuentas a ti ni eres nadie para criticar sus acciones.  Lo que a ti y a mi nos corresponde es amarles y llevarles el mensaje de Cristo.  Te lo repito.   No juzgues a los que tienen un camino reprobable.  No critiques ni señales a los que han dejado que su cuerpo reine.  ¡Al contrario!  Así como Jesús intercedió por las mismas personas que lo estaban crucificando, nosotros debemos orar por ellos y amarles como Cristo lo pide.  
Debes tener cuidado en tu forma de caminar.  Tu cuerpo te traiciona.  Tu cuerpo te hace pensar que hay placer en darle rienda suelta.  Debes entender que tu cuerpo no piensa en lo que es mejor para los demás, no piensa en las consecuencias, no piensa en tu relación de pareja, no piensa en tus hijos, no piensa en absolutamente nadie más que en si mismo.  ¡Por eso causa tanto problema!  ¡Por eso nos dice Dios que tengamos dominio propio!  ¡Porque el cuerpo nos lleva a tomar decisiones sumamente equivocadas!
El pasaje de Pedro nos da ejemplos de lo que la gente que no conoce a Cristo hace y nos manda a mantenernos alejados de esas actividades.  Nos manda a soportar críticas y señalamientos por cambiar de rumbo y comportarnos como es agradable a Él.  Nos manda a no juzgarles pues le corresponde a Dios esa labor.  Hoy debes meditar en tu vida.  Lo que hay a tu alrededor.  Tus amistades.  Tus actividades.  Tus pensamientos.  Tu relación con Dios.  Cada día es una batalla que debes ganar muriendo a tu cuerpo y dejando que el Espíritu Santo reine.
Oración
Señor: muchas veces he pensado que el cuerpo trae placer y gozo pero hoy entiendo que mi cuerpo solamente toma malas decisiones.  Hoy entiendo que mi cuerpo me lleva a donde no debería estar y con quien no debería estar.  Te pido que abras mis ojos.  Te pido que examines mi corazón y mis pensamientos.  Quiero entregarte mi vida y no seguir por los caminos de antes.  Estoy convencido que tu camino es mejor que el mío y por ello te pido que no me dejes apartarme de Ti ni un instante.  Te pido que me llenes de amor para mi prójimo y que frenes mis críticas y juicios pues solamente Tu eres digno de juzgar.  Gracias por tu misericordia mi Señor.  Gracias por escuchar mi oración.  En el nombre de Jesús.  Amén 

27 jun 2013

1 Pedro 4:1-2


Por tanto, ya que Cristo sufrió en el cuerpo, asuman también ustedes la misma actitud; porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado para vivir el resto de su vida terrenal no satisfaciendo sus pasiones humanas sino cumpliendo la voluntad de Dios.  



Cuando una persona se pone a dieta, trata de mejorar sus hábitos alimenticios y por consecuencia disminuir el exceso de masa corporal.  Para lograr bajar de peso exitosamente, será necesario tomar decisiones en momentos cruciales.  Tal vez ese chocolate o dulce que le encanta de postre tendrá que suspenderlo.  Una dona o unos tamalitos tendrán que esperar.  Habrá días que le cueste más trabajo y el antojo de aquello a lo que está acostumbrado tratará de apoderarse de él.  Pero, si está firme y con la mirada en la meta, sabrá que el sacrificio de hoy significa un éxito en el futuro.  De la misma forma somos expuestos con nuestra vida espiritual y carnal.  La vida carnal es antes de “empezar una dieta”.  Nuestra vida espiritual comienza cuando entendemos que traemos mucho “peso” que no necesitamos.  Así emprendemos nuestro camino en Cristo.  Así da inicio nuestro crecimiento espiritual.  Una finalidad: Servir y obedecer a Dios.  Un solo sentir: entregar nuestra vida.  Un motivo: no regresar a lo mismo que hacíamos anteriormente.  Cada uno de nosotros ha vivido distintas experiencias.  Por consecuencia, cada uno tendrá sus propias pruebas y tentaciones.  Habrá aquellos que tengan que controlar su manera de hablar, otros su manera de beber, otros su manera de juzgar, otros su dependencia al dinero, otros trabajarán con su orgullo y así sucesivamente, cada uno se irá dando cuenta de cómo dejar de satisfacer las pasiones humanas y satisfacer la voluntad del Señor.  Tristemente, hay personas que predican a Cristo diciendo que todo es fácil y maravilloso una vez que lo aceptamos en nuestras vidas.  Hablan de prosperidad y de bendiciones como si fuera lo único que vamos a atravesar.  Hoy quiero decirte que la biblia nunca nos dice que estaremos exentos de pruebas y situaciones difíciles.  Tal vez lo primero que Dios haga en tu vida para transformarte sea quitarte tu trabajo.  Tal vez te quite a un ser querido.  Tal vez decida cambiarte de casa o país.  Hay tantas cosas con las que Dios puede trabajar que sería inútil tratar de nombrar todas.  Lo que debes saber, es que, una vez que estás convencido que quieres dejar atrás tu carnalidad y crecer en lo espiritual, Dios comenzará a “pulirte” o “ponerte a dieta” a través de pruebas que irán dando nueva forma a tu espíritu.  Si crees en el sacrificio de Jesucristo, dice la biblia que ya has roto con el pecado.  Ya no eres esclavo ni estás encadenado.  Ahora eres libre.  Ya no tienes pretexto de seguir cayendo en las mismas pasiones.  Tus ojos han sido abiertos y tu entendimiento ha sido aclarado.  Cristo sufrió en el cuerpo para mostrarnos que la vida espiritual es superior a la carnal.  Sufrió para enseñarnos que es más importante el espíritu que la carne.  Sufrió para romper con el pecado y abrir un nuevo camino para nosotros.
Así como aquél que inicia una dieta tendrá momentos donde quiera devorar su platillo que tanto le gustaba, habrá días en los que pienses que estabas mejor antes o que sería bueno repetir lo que antes hacías.  Hoy Dios te dice: ¡alto!  ¡No lo hagas!  El gozo carnal es efímero mientras el gozo y la bendición espiritual son eternos.  

Oración
Padre y Señor mío: tu palabra es maravillosa y te agradezco que la pueda estudiar libremente y sin temor.  No quiero regresar a mis malos hábitos.  No quiero seguir viviendo para satisfacer mi carne.  Quiero dejarte que me transformes y me renueves.  Quiero seguir tu camino.  Hoy entiendo que hay momentos difíciles y debo ser fuerte para tomar las decisiones correctas y no caer.  Te pido que pueda entender que las tentaciones son obstáculos que puedo superar y no paredes que no me dejen avanzar.  Te pido me llenes de fuerza y fe para seguirte y no me aparte ni un instante.  Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús.  Amén 

26 jun 2013

1 Pedro 3:19-22


Por medio del Espíritu fue y predicó a los espíritus encarcelados, que en los tiempos antiguos, en los días de Noé, desobedecieron, cuando Dios esperaba con paciencia mientras se construía el arca.  En ella sólo pocas personas, ocho en total se salvaron mediante el agua, la cual simboliza el bautismo que ahora los salva también a ustedes.  El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios.  Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo, quien subió al cielo y tomó su lugar a la derecha de Dios, y a quien están sometidos los ángeles, las autoridades y los poderes.



En la época de Noé, la gente fue advertida sobre lo que vendría.  En los tiempos de Lot, Sodoma y Gomorra fueron también advertidos.  En el tiempo de Cristo, se nos volvió a ofrecer la reconciliación con Dios.  ¿Qué sucedió?  Vino un diluvio que acabó con todos menos los que estaban en el arca.  Después cayó fuego del cielo y las dos ciudades fueron destruidas.  Al morir Jesús hubo un terremoto, el velo del templo se rasgó en dos y hubo oscuridad desde mediodía hasta media tarde.  Hoy en día, ¿qué estamos esperando para entregar todo nuestro ser al Señor?  ¿Necesitamos destrucción para entender?  ¿Necesitamos diluvios?  ¿Por qué seguimos pensando que la vida seguirá como lo hizo hoy?  ¿Por qué nuestro orgullo nos deja tan ciegos?  Así como un día no paró de llover y Noé entró al arca con su familia.  Así también habrá un día en el que dejemos de estar aquí.  Ese día llegará y te preguntarás ¿Tenía sentido estarme preocupando por todo aquello que me quitaba el sueño?  ¿Qué va a decir Dios de lo que hiciste con todo aquello que te fue entregado?  ¿Es Cristo tu Señor y Salvador?  El pasaje de hoy nos recuerda de una época en la que la gente no creyó en lo que Dios anunció.  Un tiempo en el que comían, se casaban y se divertían.  Pero llegó un día en el que todo terminó y la lluvia no paró.  Imagino que algunos intentaron entrar al arca una vez que vieron que era en serio y el agua cubría ya sus casas.  Demasiado tarde.  Hoy tenemos la oportunidad de “entrar al arca”.  Hoy tenemos la oportunidad de aceptar la reconciliación que ofrece Jesús.  Hoy tenemos la oportunidad de no caer en los mismos errores en los que tanta gente se ha perdido.  Hoy podemos caminar distinto.  Todo empieza reconociendo nuestra necesidad de Dios.  Reconociendo nuestros pecados.  Reconociendo que hemos tomado malas decisiones y hemos hecho mal las cosas.  Reconociendo que nos sentimos vacíos, tristes y agotados.  Dios está ahí.  Listo para recibirte.  Si has tomado la decisión de seguir a Jesús y transformar tu vida, debes saber que el bautismo es el siguiente paso.  No porque sin él no irás al cielo ni porque algo milagroso sucederá.  No.  La misma biblia nos explica el por qué debemos bautizarnos: como compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios.
¿Dónde estás parado?  ¿Hacia dónde te diriges?  ¿Qué estás esperando para hacer las cosas distintas?  El tiempo sigue avanzando y nosotros no podemos quedarnos parados.  Cada día debemos buscar cómo servir a nuestro Dios y cómo entregarle nuestra vida.  Seamos ejemplo como lo fue Noé.  Seamos ejemplo como lo fue Jesús.  Por el contrario, seremos aquellos que quedaron fuera del arca o peor aún de los que gritaban e injuriaban mientras Cristo era crucificado.

Oración
Señor: perdóname.  He sido orgulloso y no he querido escuchar tu mensaje.  Yo quiero estar dentro del arca.  Yo quiero estar con Cristo como mi Señor y Salvador.  No quiero ser de los que quedaron fuera mi Dios.  Te pido perdones mis pecados.  Te pido renueves mi corazón y mi mente.  Dale sentido a mi vida.  Lléname de Ti y guíame para no llenarme de nada más.  Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús.  Amén 

21 jun 2013

1 Pedro 3:18


Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios.  Él sufrió muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.  



Una de las principales críticas que escucho hacia la iglesia y hacia Dios en general es con relación a obedecer los mandamientos.  La gente piensa que Dios quiere tenernos en una especie de corral sin poder pensar ni actuar diferente.  Piensan que, al seguir todo lo que Dios pide, se están perdiendo de mucho.  Cuando leo versículos como el de hoy, me doy cuenta de lo equivocados que están y del mal trabajo que hacemos para compartir a Cristo correctamente.  Jesús vino a reconciliarnos con Dios.  Se sacrificó para que nuestros pecados fueran perdonados.  Siendo Dios se hizo hombre y siendo justo murió por los injustos.  ¿No te parece que este ejemplo habla de un amor incomprensible hacia nosotros?  ¿Este ejemplo te habla de un Dios que quiere limitar tu vida y que no disfrutes de su creación?  El sacrificio de Cristo me recuerda del inmenso amor que Dios tiene por cada uno de nosotros y de lo contrario que resulta pensar que no quiere que vivamos plenamente.  ¿El problema?  Nosotros somos los que no sabemos cómo vivir realmente en plenitud.  Buscamos donde no hay.  Y tomamos lo que no nos sirve.  Pero si buscas en Jesús, en su palabra, no solo encontrarás sino que te llenarás en abundancia.
Por otro lado, es importante entender que su sacrificio se realizó una vez y no es necesario que se repita.  Hay religiones que utilizan el nombre de Dios y continúan pidiendo a la gente que haga sacrificios para poder entrar en comunión o ser perdonados por Él.  ¡Mentira!  Debes saber y entender que el sacrificio que Cristo realizó no necesita de tu ayuda ni que lo complementes.  No necesitas dejar de comer esto o aquello.  No necesitas flagelarte.  No necesitas repetir ninguna oración.  ¡Él hizo todo!  ¿No te parece increíble?  Por esto la biblia nos dice que murió una vez por todas.  No es necesario que esté muriendo una y otra vez porque seguimos pecando.  ¡Imagina qué ironía!  Jesús vivió para darnos testimonio y murió siendo justo para darnos la oportunidad a nosotros los injustos.  Ahora, ¿Conoces a Dios?  ¿Crees en Él?  ¿Has pedido perdón por tus pecados a través de lo que Cristo hizo por ti?  Tal vez es tiempo que dejemos atrás la doble vida.  Tal vez es tiempo de tener congruencia entre lo que decimos creer y lo que hacemos.  Es tiempo de entender que Cristo vino para darnos vida.  Es tiempo de entender que su sacrificio nos trae libertad en lugar de esclavitud.  Medita en dónde estás parado.  ¿A dónde te han llevado tus decisiones?  Si conoces a Dios, piensa en aquellos momentos que hiciste la voluntad de Dios y en los que no.  ¿Cuándo tuviste paz y gozo?  ¿Cuándo te sentiste libre y cuando esclavizado?  
Por último, debes saber que Jesús no está en la cruz.  Él vive y está sentado a la derecha de Dios Padre.  Cada vez que pienses en Jesús y en su sacrificio, piensa en el amor perfecto que tiene Dios contigo y en un sacrificio que se hizo por ti y para ti.  Piensa también en un Dios que se hizo hombre, murió siendo justo por los injustos, pero que el Espíritu le dio vida y hoy reina.

Oración
Padre: creo en el sacrificio que Jesús hizo por mí.  Creo que fue perfecto y no necesita repetirse.  Creo que vino a limpiar mis pecados y quiero reconciliarme contigo.  Perdóname Señor.  Vengo a Ti de rodillas reconociéndote como mi Señor y mi Salvador.  Gracias por tu inmenso amor y por mandar a tu Justo para pagar por mis injusticias.  Gracias por vencer a la muerte y darme esperanza de vivir.  Oro a Ti mi Dios en el nombre de Jesús.  Amén 

19 jun 2013

1 Pedro 3:15b-17


Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.  Pero háganlo con gentileza y respeto, manteniendo la conciencia limpia, para que los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo se avergüencen de sus calumnias.  Si es la voluntad de Dios, es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.



Es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.  Te lo repito.  Es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.  ¡Cuántas veces pensamos que hacer algo que va en contra de la voluntad de Dios puede ser mejor!  ¡Cuántas veces la tentación nos hace pensar que sería mejor si reaccionamos de tal o cual forma!  Honestamente, es sorprendente lo que pasa por mi cabeza cuando dejo que mi orgullo y mi yo tomen control.  Sale lo peor de mí.  Pero sobre todo, me hace pensar que es mejor decidir y actuar conforme a mi voluntad que a la de Dios.  Por alguna razón queremos que las decisiones de hacer lo correcto sean las fáciles y las de respuesta inmediata.  Queremos “hacer lo bueno” e inmediatamente se resuelve todo.  ¡Así no funcionan las cosas!  Por eso la gente se desanima y no le encuentra sentido en luchar por hacer el bien.  ¿Qué sentido tiene seguir a Dios si los demás se están aprovechando de mí?  ¿Qué sentido hacer lo bueno mientras los demás me aplastan?  ¿Qué sentido poner la otra mejilla para volver a recibir un golpe?  Te voy a repetir lo que dice Dios: es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.  Deja que estas palabras penetren en tu mente y en tu corazón.  Medita en ellas.  No dejes que tus emociones te nublen la vista y no te dejen ver más allá.  Cuando evitamos hacer la voluntad de Dios porque tememos las posibles consecuencias, estamos pensando que ir en contra de Él significaría tener mejores resultados.  ¡Es imposible!  Tal vez en el corto plazo pareciera cierto, pero conforme pasen los días te darás cuenta que cometiste un gran error y desearás haber tomado la decisión opuesta.  Las personas que no tienen a Dios en sus vidas no pueden ver más allá y siempre buscarán tomar decisiones que faciliten su día a día.  Pero si tú has recibido a Cristo no puedes actuar igual.  Debes entender que en ocasiones será necesario sufrir por hacer el bien.  Debes entender que, independientemente del sufrimiento que pudiera ocasionar el obedecer a Cristo, será la mejor decisión que pudieras tomar.
Cuando alguien te pregunte sobre tu comportamiento.  Cuando alguien te pregunte sobre tu “religión”.  Ten un corazón dispuesto y amoroso a compartir de Dios.  Que no te de pena.  Que no te de miedo.  ¡Al contrario!  Llénate de alegría de poder hablarle a alguien de tu comunión con Dios pues se está abriendo la oportunidad de que esa persona pueda reconciliarse con el Señor.
Cada día tendrás que tomar decisiones.  Cada día debes decidir si será blanco o negro.  Cada día debes poner a prueba tu fe y tu compromiso con Dios.  ¿Qué tanto le estás entregando a Dios?  Deja de pensar en el corto plazo.  Deja de pensar en evitar lo difícil y el posible sufrimiento.  Mejor busca la voluntad de Dios y obedece en todo momento.

Oración
Padre: te pido perdón por mis pecados y por pensar que a veces es mejor tomar mis propias decisiones por evitar algún problema.  Hoy entiendo que es mejor sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.  Ayúdame a seguirte y obedecerte sin importar las consecuencias.  Ayúdame a comprender que tu voluntad siempre será lo mejor.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

18 jun 2013

1 Pedro 3:13-15a


Y a ustedes, ¿Quién les va a hacer daño si se esfuerzan por hacer el bien?  ¡Dichosos si sufren por causa de la justicia!  No teman lo que ellos temen, ni se asusten.  Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor.  



Conforme voy creciendo espiritualmente, más me doy cuenta de lo alejados que están nuestros pensamientos y nuestros principios de los de Dios.  Con los versículos de hoy, me doy cuenta que no termina ahí.  También nuestros temores deben ser distintos a los de los demás.  Piénsalo.  Cuando Cristo viene a dirigir nuestras vidas, la biblia dice que nacemos de nuevo.  Nuestra forma de vivir debe ser distinta y alineada con la voluntad de Dios.  Esto se logra leyendo la biblia y aprendiendo de sus principios y mandamientos.  ¿Cómo debemos comportarnos?  ¿Cuáles deben ser nuestros miedos y temores?  ¿Cuál debe ser nuestra meta?  ¿Cuál es la definición de una vida exitosa?  ¿Cómo tener una vida plena?  Todas estas interrogantes deben de pasar por tus pensamientos en algún momento.  La biblia dice que seríamos dichosos si sufrimos por hacer el bien.  Hacer el bien debería ser algo de todos los días.  Debería ser una práctica común.  Sin embargo, en la vida real, las cosas no son así.  Recientemente en México, se han publicado hechos de corrupción y actos de prepotencia de algunos políticos.  Millones de pesos desviados.  Personas prepotentes gritando y pensando que son “superiores” por el puesto que ocupan.  Estas son solo historias de las cuales nos enteramos.  Pero también hay muchas historias como la tuya y la mía que, de ser reveladas, tampoco nos sentiríamos muy orgullosos.  Por esta razón, la biblia nos dice: quién puede dañarte si todo el tiempo estás buscando hacer el bien.  En caso de que alguien te haga algo, siéntete dichoso pues has hecho lo correcto y Dios te está viendo con buenos ojos.  Seamos honestos y dejemos de escondernos en las faltas de los demás.  Dejemos de pensar que no estamos “tan mal”.  La biblia nos dice que nos esforcemos por hacer el bien.  No dice que no seamos tan malos o medio buenos.  Hagamos el bien sin importar que los demás hagan lo contrario y sin esperar algo a cambio.  Hagamos el bien porque es lo que agrada a Dios.
Por otro lado, me impresiona que nos adviertan sobre los temores que debemos y no debemos tener.  La biblia nos dice que temamos a Dios.  Nuestra mente y nuestro cuerpo le temen a quedarnos sin trabajo, a no tener un techo, a no ser exitosos, a quedarnos sin dinero, etc.  ¿Cuáles son tus miedos?  ¿Qué te roba tu paz?  ¿Encontrar pareja?  ¿Sentirte amado?  ¿Tener sentido para vivir?  ¿Quedarte solo?  Debemos entender que Dios nos está diciendo que no debemos tener miedo.  Nuestra fe debe superar esos sentimientos y nuestra mente debe estar enfocada en conocer de la palabra para que sean las mismas promesas del Señor las que nos den esperanza.  Jesús nos dijo: no se preocupen por qué comerán, ni qué vestirán ni por su cuerpo.  La vida tiene más valor que la comida y el cuerpo más que la ropa.  Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo Dios los alimenta.  ¡Cuánto más valen ustedes que las aves!  No tengan miedo mi rebaño, porque es la voluntad del Padre darles el reino.  
Dios te ama.  Dios quiere lo mejor para ti.  También quiere lo mejor de ti.  Quiere que le entregues toda tu vida y sigas su camino.  Te animo a que tomes una decisión hoy.  Busca hacer el bien, la voluntad de Dios en todo lo que hagas.  Deja todos tus miedos y teme solamente a Jehová.
Oración
Padre: te pido perdones mis pecados.  Te pido que pueda vivir sin miedos como las demás personas y que entienda que Tú tienes un cuidado especial de mí.  Te pido que pueda entender que me amas, que no estoy solo, que no estás lejos sino siempre a mi lado.  Padre, te pido que pueda hacer el bien y tener la fortaleza para hacerlo en todo lo que haga sin importar lo que pueda ocasionar.  Te pido que reines en mi vida.  En Cristo Jesús.  Amén 

17 jun 2013

1 Pedro 3:10-12


En efecto, “el que quiera amar la vida y pasar días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de proferir engaños.  Apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala.  Porque el Señor mira con buenos ojos a los justos y sus oídos están atentos a sus oraciones, pero mira con indignación a los que hacen el mal.




Muchas veces estamos atravesando tantas cosas en un mismo instante que olvidamos hacia dónde vamos.  Perdemos dirección y solamente queremos salir y tener algo de “luz”.  Terminamos viviendo día a día.  No sabemos qué hacer y nos sentimos desesperados.  Sabes, no eres el único que atraviesa momentos difíciles.  No eres el único que se siente solo.  Tampoco eres la “peor” persona en el mundo.  Dios te ama y mandó a su Hijo para que pudiéramos reconciliarnos con Él y sobretodo para tener comunión con Él.  Como creyentes, no debemos dejarnos arrastrar por lo que nos sucede.  Debemos tener una meta fija en todo momento: seguir a Cristo.  Para ello, Él nos dejó su palabra.  Los versículos de hoy nos dan la pauta para ello.  Nos dicen: qué hacer, qué decir y cómo hacerlo.  
Guarda tu lengua del mal y de proferir engaños.  Santiago en su capítulo 3 nos advierte de este órgano tan pequeño pero que puede causar tanto daño.  Exalta a aquél que puede controlar su lengua pues al controlarla controla todo el cuerpo.  ¿Cuántas veces has dicho lo que no debías?  ¿Cuántas veces te has arrepentido por hablar de más?  ¿Cuántas veces has herido por no controlar tus palabras?  ¿Quieres saber lo que hay en tu corazón?  Pon atención a lo que dices y te abrirá los ojos.  ¿Cómo reaccionas cuando oyes críticas y juicios?  Guarda tu lengua y tus labios.  ¡Guárdala!  Así como se guarda la ropa de invierno en verano y viceversa, guarda tu lengua y aprende a utilizarla en el momento correcto.  
Apártate del mal y has el bien.  Es voluntario.  No podemos tener como pretexto el que no sabíamos lo que estábamos haciendo.  Siempre tenemos elección.  Lo que pasa es que muchas veces estamos “tan adentro” que pensamos que no había opción.  Debemos aprender a estar alerta y con un alto discernimiento para entender, en dónde estamos, qué vemos, con quién estamos y qué conversaciones tenemos.  Créeme.  No estoy exagerando.  Si realmente queremos mantenernos apartados del pecado, debemos ir un paso adelante de las tentaciones.  Piensa en esto: si alguien quiere dejar de tomar, ¿Tiene sentido que vaya a bares o fiestas?  Cada acción tiene una reacción.  Si no piensas antes de actuar, simplemente te vas a encontrar del lado en el que no querías estar.  Por el contrario, si eres diligente y cuestionas lo que haces y quieres hacer, tu probabilidad de navegar correctamente es mucho mayor.
Busca la paz y síguela.  ¿Quién si no Dios puede dar paz?  Obviamente no se refiere a una paz efímera y misteriosa.  Se refiere a la paz que Dios da.  Solamente la podemos obtener estando pegados y sujetos a Él.  El seguirla involucra fortalecer tu comunión con Dios.  Esta es nuestra meta.  Mantenernos en el Señor.  Esta es la dirección que siempre debes tener.  En conclusión, si quieres tener días felices, debes: cuidar lo que dices, controlar lo que haces y mantenerte en la dirección correcta.  Solamente así podrás encontrar bendición y paz en tu vida.

Oración
Señor: gracias por tu palabra y por darme instrucciones para tener una vida plena.  Hoy entiendo lo importante de cuidar mi lengua y de controlar lo que salga de ella.  Comprendo también la importancia de mis actos y cómo tengo yo la decisión de prevenir estar en donde no debo y por consecuencia hacer lo que no debo.  Te pido me fortalezcas para poder caminar en tu dirección.  Quiero buscarte de día y de noche y recibir tu paz.  En Cristo Jesús.  Amén 

13 jun 2013

1 Pedro 3:8-9


En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes.  No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.




Pedro concluye el tema de las relaciones humanas diciendo: sean autoridades, parejas, amigos, vecinos o cualquier otra persona, vivamos en armonía unos con otros.  Suena muy sencillo ¿No crees?  Vivan en armonía.  ¿Qué tan complicado puede ser?  ¿Honestamente?  ¡Muy complicado!  Seamos honestos.  No somos fáciles.  Ojo.  Me incluí en el ejemplo.  No podemos pensar que los demás están mal mientras nosotros hacemos todo bien.  Es un hecho que cada uno de nosotros tiene su “cola que le pisen”.  Algunos somos más o menos de esto o aquello.  Pero en general, siempre vamos a encontrarnos con alguien que nos haga complicado el vivir en armonía.  Por eso la palabra de Dios dice: ama a tu prójimo como a ti mismo.  En inglés, la traducción diría: ama a tu vecino.  ¡Prácticamente desde que salimos de la casa ya podemos encontrarnos con la dificultad de amar!  Peor aún.  Con nuestra propia pareja también se nos dificulta vivir en armonía.  La armonía es un fin que se persigue constantemente.  No es algo que se alcanza y se acabó.  Debemos constantemente recordarnos el estar en paz unos con otros pues así nos ha llamado Dios.  Ahora, como siempre, la palabra nos da ciertas herramientas para poder lograr un objetivo.  En este caso, seguido del mandamiento a vivir en armonía nos dice: compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes, no devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan.  ¡Bendigan!  ¿Quieres conocer el ejemplo más increíble de bendecir?  En hechos capítulo 7 lo puedes encontrar.  Se llamaba Esteban.  Mientras le aventaban piedras y lo acusaban injustamente, tuvo dominio propio y se mantuvo siempre en el espíritu para no caer en pecado.  ¿Sabes cuál fue su reacción a la agresión?  Interceder por aquellos que lo estaban matando.  ¿No te parece impresionante?  ¡Eso es vivir en armonía!  ¡Eso es amar a tu prójimo!  ¡Eso es no devolver el mal con mal!  Obviamente Esteban murió poco después de pedirle a Dios que no les tomara su asesinato en contra.  ¿Sabes?  El seguir al Señor siempre resulta en final feliz.  ¿El problema?  Es un final espiritual y en línea con Dios.  Por el contrario, los finales felices que tenemos en mente nos dicen que los malos no pueden “triunfar”.  Que aquellos que nos hacen daño deben pagar por lo que hicieron.    Y que Esteban, siendo el “bueno” no debía haber muerto. Pero la realidad es la siguiente: mientras Esteban hacía la voluntad de Dios, él fue asesinado.  ¿Quiere decir que Dios no lo cuidó?  ¿Quiere decir que hacer su voluntad no tiene sentido?  No.  Quiere decir que la voluntad de Dios no necesariamente implica estar en esta vida y tampoco implica estar exento de sufrimiento corporal.  Por el contrario, ¡implica una  vida llena de paz, misericordia y amor inimaginables!  De otra manera cómo podemos explicar que alguien bendiga mientras le están matando.  ¿Lo puedes ver?  Esteban nos dejó un ejemplo para no poner pretextos acerca de nuestra entrega y nuestra situación en particular.  No importa lo que estés atravesando.  Tampoco importa el tipo de personas contra las que te estés enfrentando.  Dios quiere pulir tu corazón y hacerte crecer espiritualmente.  Depende de ti subir el siguiente escalón.  Hoy debes aprender que fuiste llamado a llevar bendición.  Hoy debes buscar que tu vida devuelva el bien mientras recibe un mal.  Hoy debes aprender a practicar el amor, a ser compasivo y humilde.  Piénsalo.  Jesús nos dejó el mismo ejemplo maravilloso.  Mientras moría en la cruz, pedía por aquellos que lo estaban asesinado y le injuriaban.  ¿Qué vas a hacer?  Tu orgullo es el principal enemigo.  Tu ego es la barrera más grande que debes romper.  Si puedes ver más allá, tu vida será sumamente transformada si decides tomar este paso de fe y entregar por completo tu vida al Señor.

Oración
Padre nuestro: Tú todo lo sabes y todo lo puedes.  Hoy estoy a tus pies pidiendo perdón y auxilio.  Quiero hacer tu voluntad pero no puedo devolver mal por bien.  No puedo amar a aquellos que me hacen daño.  No puedo siquiera estar bien con mi pareja o mi vecino.  Perdóname.  Hoy entiendo que me has llamado a ser un canal de bendición.  Hoy entiendo que me has llamado a ser diferente y a comportarme conforme a tu voluntad.  Te pido que renueves lo que hay en mi corazón y en mis pensamientos.  Te pido me des fortaleza para no pensar en nada más que en obedecerte y poder siempre amar y llevar bendición sin importar que me estén haciendo daño.  Padre, quiero seguirte y sé que esto es muy difícil para mí.  Te pido que no me dejes y sobretodo que no me separe de Ti ni un instante para poder hacer lo que me pides.  Gracias mi Señor.  En Cristo Jesús.  Amén 

11 jun 2013

1 Pedro 3:7


De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida.  Así nada estorbará las oraciones de ustedes.



En otra traducción dice: den honor a la mujer como a vaso más frágil.  Si pones atención al versículo 7, nos dice que la mujer es más delicada que los hombres, nos pide que le demos honor y cuidado como a vaso más frágil.  No dice que sea inferior.  No dice que sea menos capaz.  No dice que no pueda ir a trabajar como un hombre.  No.  Solamente dice que tienen una cualidad distinta a los hombres: son delicadas.  Debemos entender que no somos iguales.  Debemos entender que Dios nos ha dado capacidades distintas para realizar roles distintos.  Pensar que somos iguales es desechar esa unicidad con la que el Señor nos creó.  El día de ayer vi un programa que analizaba las fortalezas del cerebro entre hombres y mujeres.  Las mujeres tenían mejor memoria para las caras y nombres que los hombres así como seguir instrucciones.  Por el otro lado, los hombres tenían mejor concepto espacial (acomodar muchas cosas dentro de una cajuela en un coche) y pueden desenvolverse mejor en lugares no conocidos y tomando riesgos.  A penas estamos descubriendo científicamente las diferencias que tenemos unos de otros mientras que Dios nos lo dijo hace miles de años.  Hombres: no podemos tratar a nuestras mujeres como si fueran amigos varones.  Por más que sean nuestra “mejor amiga y confidente”.  Debemos aprender a tratarlas delicadamente.  Mujeres: recuerden a sus maridos lo que nos corresponde.  Nosotros no tenemos tan buena memoria como ustedes.  Varones: aprendamos a ver a nuestras esposas como al vaso más frágil que debemos cuidar y guiar en el Señor.  Efesios 5:25 y 28 nos dice que debemos amar a las mujeres como Cristo amó a la iglesia y como a nuestros propios cuerpos.  ¿Cómo amó Cristo a la iglesia?  ¿Cómo amas tu propio cuerpo?  Cristo entregó su vida por la iglesia.  La amó sin importar lo que hiciera y sin pedir nada a cambio.  La amó con el amor más grande que existe: el amor agape (en griego).  Un amor incondicional.  Un amor que no busca lo suyo.  Un amor perfecto.  ¡Ese amor pide Dios que tengamos hacia nuestra pareja!  Así como piensas en tu cuerpo, en tus necesidades, en tus deseos y en tus satisfacciones, así también debes pensar en tener cuidado de tu mujer.  Piensa en ella.  En sus deseos.  En sus satisfacciones.  Piensa en cómo amarla sin restricción.  Mujeres: ¿No les enamora un hombre así?
Tristemente, en lugar de escuchar a Dios, escuchamos la publicidad de artículos que nos venden y las costumbres que hay allá afuera.  Pensamos que debemos tener un coche último modelo para impresionar a la mujer.  Incluso hay dichos que dicen que es mejor ser rico que guapo para conquistar a una mujer.  Toda esa sabiduría “coloquial” no te llevará a escoger sabiamente a tu pareja y mucho menos a tener un matrimonio exitoso.  La biblia no te dice que como hombre debes ser rico en dinero para proteger a tu mujer.  Te dice que seas rico en amor y entrega para con ella.  Te dice que debes tratarla como lo más preciado y frágil.  Te dice que la ames sin estar esperando que haga o deje de hacer.  ¡Qué fácil nos ponemos a exigir!  ¡Qué fácil nos olvidamos de entregar nuestro todo por ustedes!  Varones.  La mujer es más delicada y frágil que nosotros.  Seamos amorosos.  Seamos cuidadosos de ellas.  Busquemos su bien siendo buenos líderes así como Cristo fue líder de la iglesia.  Facilitemos el que se sujeten a nosotros teniendo un cuidado único y especial.  Finalmente, como parejas, busquemos dar testimonio a los demás a través de nuestros matrimonios.  Que la gente pueda ver que un matrimonio en Cristo es distinto.  Que la gente pueda ver que tu matrimonio ha durado y florece por seguir los principios de Dios y no porque tienen mucho en común o se llevan bien.  Nuestra base es Dios.  Nuestro objetivo es darle gloria y entregarle nuestras vidas tanto en lo personal como en pareja.  Ambos somos herederos de la vida eterna.  Sigamos los principios que el Señor nos ha establecido y veamos cómo hace milagros en nuestras relaciones.  Mujeres, no duden y cumplan con su parte.  Hombres, dejen a un lado el orgullo y amen a sus mujeres incondicionalmente.  Si tu relación está mal, te animo a que sigas estos principios.  No importa que tu pareja no los siga.  Tú síguelos fielmente y confía en Él.  Deja que el Señor haga milagros en tu vida personal y en tu vida en pareja.

Oración
Señor: el mundo me confunde.  Tengo ideas y conceptos que creía eran ciertos y hoy entiendo que están en contra de tu voluntad.  Gracias por enseñarme cómo llevar mi matrimonio de manera exitosa y en especial cómo tratar a mi esposa.  Te pido que me llenes de Ti, de tu amor, de tu misericordia.  Te pido que pueda amar y cuidar a mi esposa de la misma manera en que Cristo amó a la iglesia.  Te pido que entienda que es frágil y delicada y que así aprenda a tratarla y protegerla.  Ayúdame a guardar tus conceptos y desechar aquellos que no son conforme a tu voluntad.  Padre: restaura aquellos matrimonios que están destrozados.  Renueva sus corazones y permite que vean los milagros que puedes hacer y la manera en que puedes dar vida a lo que parece estar muerto.  Te pido que seas la base de mi matrimonio y que nunca nos separemos de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén 

10 jun 2013

1 Pedro 3:1-6


Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al observar su conducta íntegra y respetuosa.  Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos.  Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible.  Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios.  Así se adornaban en tiempos antiguos las santas mujeres que esperaban en Dios, cada una sumisa a su esposo.  Tal es el caso de Sara, que obedecía a Abraham y lo llamaba su señor.  Ustedes son hijas de ella si hacen el bien y viven sin ningún temor.




Antes de cualquier comentario, debes saber que el día de mañana toca todo lo relacionado a los esposos.  Recuerdo que estos versículos se hablaron en mi boda.  Recuerdo también que en cualquier ocasión en la que se hace mención de ellos, causan mucho alboroto.  No son palabras fáciles de entender y mucho menos de llevar a cabo.  Sin embargo, no por eso quiere decir que no son verdad y que no lleven bendición para aquellos que las siguen.  Las mujeres escuchan la palabra someterse e inmediatamente cierran sus oídos.  ¡Pensamiento retrógrada!  Las cosas ya no funcionan así.  ¡Es injusto y da lugar al abuso!  Definitivamente entiendo que no es fácil pero tampoco es imposible.  Por esta razón, como seguidores de Cristo, debemos dejar a un lado tanto “ruido” y poner atención a lo que Dios quiere y pide de nosotros.  Los versículos de hoy no son populares ni bien aceptados.  Las parejas de hoy en día tratan de evitar tener una relación con este tipo de premisas.  Tristemente, las mujeres “modernas” son sumamente independientes y es relativamente normal ver que aplasten a sus maridos.  Quisimos dar un giro al matrimonio pensando que las ideas del hombre son mejores que los planes del Señor.  Pensamos que podíamos hacerlo mejor a nuestra forma.  Dios nos creó.  Dios conoce tus debilidades.  Dios sabe cuál es la mejor manera de llevar un matrimonio.  Él sabe cómo puedes tener una relación con tu pareja para enamorarte cada día más y tener un hogar estable.  ¿Qué abunda hoy?  Familias disfuncionales.  Divorcios.  Engaños.  Maltratos.  Insultos.  Queremos jugar al matrimonio con nuestras propias reglas en lugar de las de Aquél que lo creó.  ¿Resultado?  Lo hemos echado a perder.  ¿Sabes algo?  Definitivamente me encanta ver a mi esposa arreglada y con un vestido en el que se vea hermosa.  Definitivamente un peinado puede hacer que se vea muy atractiva.  ¡Claro que me gusta verla!  ¡Claro que me emociona verla adornada como dice la biblia!  Sin embargo, cuando más me enamoro de ella no es cuando se viste de tal o cual forma.  No.  Cuando veo que quiere entregar su vida al Señor es cuando más me enamoro de ella.  Cuando veo que quiere seguir la voluntad de Jehová sin importar las circunstancias, más me enamoro.  Cuando escucho sus pensamientos y veo cómo el Señor va moldeando su corazón, más me enamoro.  Sí, los hombres somos visuales y nos llaman la atención mujeres atractivas como lo describen los versículos.  Sin embargo, esto no es la base para una relación.  Es imposible querer fundamentar un matrimonio en tan pobres principios.  Piénsalo.  No basta con llevarse bien y tener gustos en común.  ¿Cuáles son las bases de tu relación?  ¿Cómo quieres enamorar a tu marido?  Dios nos ha dado la pauta para tener un matrimonio exitoso y lleno de gozo.  Nosotros hemos echo a un lado esos principios y jugado nuestras propias cartas.  Abre los ojos.  ¿A dónde nos ha llevado el seguir nuestras reglas?  ¿A dónde nos ha llevado el criticar y juzgar la palabra de Dios?  Tal vez tu matrimonio esté a punto de colapsar o ya haya colapsado. Tal vez estás buscando pareja.  Sea cual sea tu situación, te animo a que pongas los principios de Dios por encima de cualquier cosa.  Te animo a que abras tu entendimiento y permitas que el Señor te muestre el por qué sus mandamientos, aunque parecen duros y difíciles, serán la mejor manera de llenar tu vida y tener un matrimonio sólido.  El ejemplo de una mujer que sigue a Dios es extraordinario.  No minimices el impacto que puedes tener.  No dudes de la palabra de Dios.  Busca y promueve, como la biblia dice, la belleza incorruptible por encima de la corruptible.  Esto sí tiene mucho valor delante de Dios y tú serás la primera en recibir bendiciones.

Oración
Padre Santo: es difícil seguir tus mandamientos.  Es difícil negarse a uno mismo.  Es difícil cambiar las costumbres e ideas que tengo.  Sin embargo, hoy veo en dónde estoy y sé que no es el mejor lugar.  Hoy entiendo que Tú tienes algo mejor para mí.  Hoy entiendo que Tú restauras las ruinas y renuevas relaciones que estaban acabadas.  Te pido que pueda entregarte mi vida y por consecuencia mi vida en pareja.  Te pido pueda seguir tu voluntad y tenga fe para cada día estar seguro que tus principios serán de mayor bendición y lo mejor que pueda hacer.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

7 jun 2013

1 Pedro 2:24-25


Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia.  Por sus heridas ustedes han sido sanados.  Antes eran ustedes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor que cuida de sus vidas.




Alguna vez leí una nota que cuestionaba el hecho de que Jesús se haya sacrificado por nosotros.  Obviamente era de un grupo ateo.  Les causaba conflicto entender el por qué y por ello decía la nota que era estúpido pensar que necesitamos de alguien que muera por nuestros pecados.  Hay mucha necesidad de Dios allá afuera.  También hay mucho orgullo negando esa necesidad.  Si has recibido a Cristo en tu vida, tu deber es anunciar el evangelio y llevar la reconciliación a cada esquina.  Debes recordar lo que hizo por ti.  Debes recordar que sufrió y se sacrificó para que tú pudieras ser perdonado.  Al mismo tiempo, debes tener presente que hay personas que siguen sin tener la bendición de conocerle.  Hay personas todavía que siguen como ovejas descarriadas.  A ellas debemos darles testimonio de lo que es la vida en Dios.  A veces recibiremos comentarios como la nota que leí.  Nos rechazarán.  Nos señalarán.  Nos criticarán.  Pero también habrá personas que nos reciban.  Nos pidan comer con ellos.  Nos abran las puertas de su corazón y su vida para que les hablemos más del Dios maravilloso.  Jesús hizo un sacrificio único.  ¿El propósito?  Para que muramos al pecado y vivamos para la justicia.  En otras palabras, para que muramos a nosotros mismos y vivamos para Dios.  Cristo no murió para ser mártir.  No murió por anunciar que era Dios.  Tampoco murió por ser acusado injustamente.  Murió con el propósito de darnos vida y sanar nuestras heridas.  Murió para cerrar el testimonio perfecto y cumplir con las escrituras.
No sé en dónde te encuentres en tu vida espiritual.  Tal vez has escuchado de Dios y realmente no conoces de Él.  Tal vez tienes mucho tiempo estudiando su palabra pero nunca has tomado acción en tu vida.  Hoy quiero animarte a que dejes de ser una oveja descarriada y comiences a seguir al Pastor.  A que reconozcas que eres pecador.  A que reconozcas que necesitas de Dios.  Pero sobre todo, a que entiendas que Dios te ama y quiere llenarte de bendiciones.  Dios no quiere hacer tu vida aburrida.  Dios no quiere que seas una persona que no cuestiona su fe.  Dios no quiere aplastarte con sus mandamientos.  Todos esos pensamientos negativos hacia Dios los hemos inventado para que nuestro orgullo siga floreciendo y nadie nos corrija o cambie nuestra manera de ser.  Pero si podemos darle una oportunidad a su palabra y podemos vivir la experiencia de obedecerle, nuestra vida nunca será la misma.  Piensa en esto: nadie me paga por mandarte este correo o escribir en este blog.  No recibo ningún beneficio por este trabajo.  ¿Por qué lo hago entonces?  Porque lo que Dios ha hecho en mi vida no me lo puedo guardar para mi mismo.  Es demasiada bendición acumulada y no está bien.  He aprendido que hay más bendición cuando aprendemos a utilizar lo que Dios nos da y lo compartimos para que los demás también puedan recibir bendiciones.  Cristo murió por ti y por mí porque nos ama.  Porque quiere que dejemos de andar descarriados, lastimándonos, echando a perder nuestras relaciones y en general nuestra vida con malas decisiones.  No tengas miedo de seguir al Pastor.  Es mucho mejor que vivir “descarriado”.  Allá afuera nos quieren convencer de que la vida “descarriada” es increíble y debemos aspirar a ella.  La realidad es que solamente la vida en Cristo es increíble y espero puedas reconocerlo sin tener que destruir demasiado tu vida.

Oración
Padre: perdóname.  He vivido descarriado pensando y queriendo convencerme de que no te necesito.  Escucho de Ti, digo que creo en Ti, pero la realidad es que mi vida no habla de Ti ni me he entregado a Ti.  Perdona mis pecados Señor.  Te pido que entienda lo que Jesús hizo por mí al morir en el madero.  Te pido sanes mis heridas y aprenda a morir a mí para que viva para Ti.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén 

6 jun 2013

1 Pedro 2:22-23


“Él (Cristo) no cometió ningún pecado ni hubo engaño alguno en sus labios”.  Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia. 



Con estos últimos versículos del capítulo 2 de Pedro, he estado meditando en el ejemplo de Jesús.  Donde nació.  Cómo vivió.  Cómo murió.  Momentos críticos como el que nos recuerda Pedro con estos versículos: recibía insultos y no los replicaba; padecía y no amenazaba sino que se entregaba a Jehová.  ¿Por qué?  ¿Qué tenemos que aprender de este ejemplo?  ¿Cómo lo puedo aplicar a mi vida?
Pienso que Jesús nos quería enseñar a diferenciar entre la carne y el espíritu.  Quería enseñarnos que el cuerpo realmente no vale nada mientras que el espíritu es sumamente valioso.  Quería enseñarnos a diferenciar entre lo fugaz y lo eterno.  Solamente así puedo entender el por qué de cada ejemplo.  ¿Por qué nació en un pesebre siendo rey?  Para enseñarnos que no es importante tener una casa, un palacio o simplemente un techo.  ¿Por qué tuvo la profesión de carpintero considerada la más baja en ese entonces?  Para enseñarnos que el “éxito” profesional o una cuenta bancaria no son lo más importante en esta vida.  ¿Por qué recibió insultos?  Para enseñarnos dominio propio y control sobre la carne a través del espíritu.  ¿Por qué murió siendo abatido y humillado?  Para recordarnos que este cuerpo es fugaz pero nuestra alma es eterna.  Solamente así puedo entender la profundidad de su ejemplo.  Solamente así puedo darle sentido a sus palabras.  ¿Cómo regresar mal por bien?  ¿Cómo ceder al padecimiento y dejar que nos hagan daño?  Solamente si entendemos que lo que nos pase en “el cuerpo” es fugaz mientras que el trabajo que hacemos con nuestro espíritu es eterno.  ¿Lo puedes entender?  El mundo nos confunde.  Allá afuera nos enseñan lo opuesto a las escrituras.  Nos hacen pensar que nuestra vida debe ser de una u otra forma para que sea plena.  Nos crean ideas que tal o cual producto nos llenará de placer.  En general, nos hacen pensar que el cuerpo, la carne, es lo más importante y por ello necesitamos de todo lo material que nos rodea.  Mientras tanto, lo espiritual es abandonado.  Dejamos a Dios en una esquina y esperamos que nuestra vida sea plena.  Imposible.  ¿Quieres aprender a perdonar?  ¿Quieres aprender a amar a tu prójimo?  ¿Quieres aprender a servir?  ¿Quieres recuperar tu matrimonio?  ¿Quieres salir de tu adicción?  ¿Quieres tener un sentido para vivir?  ¿Quieres sentirte amado y que no estás solo?  Pon atención.  No hay nada en este mundo que pueda cambiarte y llenarte de la manera en que Dios lo hace.  Nada.  Ni la terapia.  Ni los retiros.  Ni consejería.  Nada.  Solamente el Espíritu Santo puede transformarte desde dentro de ti.  Solamente Dios puede llenarte de amor para aquellos que antes odiabas.  Solamente Dios puede llenarte de su amor para que entiendas que no estás solo.  Solamente Dios puede llenarte de su consuelo para poder seguir adelante.  En Dios y en nadie más está la vida plena.  Lo importante, y en aquello que he estado meditando, es que la vida plena que ofrece la biblia, es muy distinta al concepto de vida plena en el mundo.  La vida plena llega cuando aprendemos a devolver el mal con amor.  La vida plena llega cuando preferimos servir que ser servidos.  La vida plena llega cuando compartimos a Cristo.  La vida plena llega cuando confiamos en que sus pasos son mejores que los nuestros.  La vida plena llega con el compromiso de entregar nuestro corazón y ponerlo a los pies del Señor para que Él decida hacia dónde debemos de ir.
Oración
Señor y Padre Santo: gracias.  No puedo dejar de agradecerte el amor y cuidado que tienes de mí.  Gracias por rescatarme.  Gracias por fijarte en mí.  Gracias por no dejarme solo.  Gracias por preocuparte por mí.  Gracias.  Te pido que pueda entender el ejemplo de Jesús y poder imitarlo en todo lo que haga.  Te pido que aprenda a vivir por el espíritu y a abandonar la carne.  Ayúdame a ser sabio y renovar mis pensamientos y principios conforme a tu voluntad.  En Cristo Jesús te lo pido.  Amén.

4 jun 2013

1 Pedro 2:20-21


Pero ¿Cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal?  En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios.  Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.



El sufrimiento es parte de nuestra vida.  No es natural y por ello hacemos todo lo posible para evitarlo.  ¿A quién le gusta sufrir?  ¡A nadie!  Pero cuando vemos el sufrimiento a través de los ojos de Dios, podemos entender que el sufrimiento es necesario para transformar y renovar nuestro carácter.  Las pruebas, el maltrato, el sufrimiento, todo esto va dando forma a tus acciones, reacciones y pensamientos.  Si no conocemos a Dios y alguien nos maltrata, ¿Cómo crees que reaccionarías?  Obviamente devolveríamos mal con mal.  Basta con salir a la calle y ver cómo abunda el deseo de venganza en lugar del amor.  Pero Dios nos enseña algo distinto.  Nos dice que fuimos llamados para soportar el maltrato y seguir dando buen testimonio.  Nos exhorta a obedecer a nuestras autoridades y superiores sin importar que sean dignos o que nos traten bien.  Nos enseña que nuestra autoridad principal es Dios y Él ha puesto cualquier autoridad en la tierra y a Él le agrada que nos sujetemos a ellas.  Ahora, Dios, siendo conocedor de todo, nos advierte que habrá mucha injusticia.  Nos prepara para lo que vendrá y además, nos da dirección: para esto fueron llamados, Cristo sufrió por ustedes dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.  No nos avientan al mundo para tratar de sobrevivir.  Dios nos prepara y nos guía.  Lo que nos corresponde hacer es tener fe y confiar en que sus pasos son mejores que los nuestros.  Nos corresponde tomarnos de su amor y llenarnos de su consuelo para poder soportar todo esto.  Piensa en esto por un momento: la biblia nos dice que no hay mérito o elogio en recibir sufrimiento si recibimos maltrato por haber hecho el mal.  Por el contrario, hay mucho mérito en recibir maltrato, y continuar haciendo el bien.  ¿De qué lado estás?  ¿Cómo son tus reacciones?  ¿Eres una persona arrebatada y explosiva?  O por el contrario ¿Eres una persona que no hace nada y guarda todo?  ¡Dios no quiere robots como siervos!  Dios quiere corazones que estén dispuestos a entregarse por completo.  Si alguien te maltrata, es normal que te enojes.  Es normal que sientas impotencia.  Lo que Dios quiere que hagas es doblar tus rodillas, deshacerte de tu orgullo y ponerte a orar pidiendo por paz.  Ora porque tengas amor para tu prójimo.  Ora para que puedas entender lo que Dios quiere que aprendas.  Ora para que tus actos sean similares a los de Jesús.  No ores para que se resuelvan los problemas.  No ores para que no haya injusticias.  No ores para que te cambien de jefe o para que se acabe esto o aquello.  ¡No!  Dios nos dice que habrá maltrato en nuestras vidas tal y como lo hubo en la de Jesús.  Entonces tenemos dos opciones: vivir amargados y enojados cada vez que llega una prueba y atravesamos sufrimiento y maltrato o, vivir pegados al Señor pidiendo que nos llene de Él para poder dar un testimonio de mérito sin importar lo que estemos atravesando.  ¿Qué vas a hacer?  Yo te animo a que te entregues a Dios y camines sus pasos.  Sí, habrá maltrato, pero servirá para moldearte conforme al corazón de Cristo.

Oración
Señor: te pido perdón por mis pecados.  Te pido que pueda dar un buen testimonio aunque reciba maltratos.  Te pido que tenga fe y pueda ser fuerte para controlar mi cuerpo y mis reacciones pues muchas veces van en contra de tu ejemplo.  Te doy gracias por advertirme de lo que habrá de venir y te pido que pueda mantenerme en tus pasos en todo momento.  Lléname de tu paz, de tu amor y de tu consuelo para que pueda vivir dando testimonio de Ti.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

3 jun 2013

1 Pedro 2:18-19


Criados, sométanse con todo respeto a sus amos, no sólo a los buenos y comprensivos sino también a los insoportables.  Porque es digno de elogio que, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se soporten las penalidades, aun sufriendo injustamente.  



Hay un dicho que me parece sumamente sabio.  Dice algo así: dale a un hombre hambriento un pescado y lo habrás alimentado por un día.  Enséñale a pescar y lo habrás alimentado toda su vida.  ¿Qué quiere decir?  ¿Qué nos enseña?  Personalmente me recuerda que debo mantener mi perspectiva alineada con la de Dios.  Aunque el pasaje no tiene relación con lo espiritual, sí me ayuda a mantenerme en la línea correcta el entender que debo ver más allá del día a día.  A veces, nuestros problemas nos atrapan.  No nos dejan salir.  Nos sentimos aplastados.  Nuestro humor cambia.  Nuestra sonrisa se va junto con nuestra paz.  Mientras tanto, la incertidumbre se apodera y reina.  ¿Te ha pasado?  Entonces sabes a lo que me refiero.  Tal vez hoy estás batallando con adicciones.  Tal vez llevas tiempo contemplando quitarte la vida.  Tal vez estas considerando dejar a tu pareja.  Tal vez sientes que estás solo y a nadie le importas.  Lo que sea que estés atravesando en este momento, quiero decirte que estoy escribiendo esto para que sepas que Dios te ama.  Leíste bien y te lo repito: ¡Dios te ama!  Toma un respiro.  Dios te ama y está ahí.  Aunque pienses que está lejos y apartado.  Aunque pienses que no mereces que esté a tu lado.  Él está ahí.  Con los brazos abiertos.  Amándote incondicionalmente y esperando que regreses a Él.  No importa lo lejos que te hayas ido.  No importa lo que hayas hecho.  Jesús pagó por tus pecados y te ofrece misericordia y gracia.  No dejes que los problemas de hoy apaguen tu esperanza.  Dios te ofrece una nueva a través de su Hijo.  ¿Qué estás esperando para doblar tus rodillas y reconocer que tu orgullo no te está llevando a nada bueno?  Ahí está Dios.  Esperándote.
¿Qué tiene que ver todo esto con los versículos de hoy?  Pedro nos habla acerca de los sirvientes o criados.  Nos dice que deben respetar a sus amos sin importar el trato que les den.  Si dejamos que la perspectiva del día a día nos guíe, personalmente diría que la biblia está mal y que no hay derechos humanos en ella.  ¿Cómo es posible que Dios no condene el maltrato?  Pero alineando mis perspectiva con la divina, puedo ver más allá y comprender que somos extranjeros y peregrinos en esta tierra.  Esto que vivimos hoy es pasajero.  Comer un pez y saciar el hambre por un día equivale a nuestra vida en la tierra, mientras que aprender a pescar y saciar el hambre de por vida equivale a nuestra vida eterna en la presencia del Señor.  ¿Lo puedes entender?  No significa que a Dios no le importan los derechos humanos.  ¡Al contrario!  Después de amarle por sobre todas las cosas, amar a nuestro prójimo es lo más importante.  Lo importante no es que tengamos comodidades y que no haya sufrimiento.  ¡Lo importante es que la gente entregue su corazón a Cristo!  Lo importante es que no se vayan a una eternidad sin Él.  Lo importante es que dejen de vivir vacíos y sin esperanza mientras el evangelio está ahí esperando ser anunciado para darles vida.  ¡Esta es la perspectiva correcta!  ¡Esto es lo que Dios quiere que hagamos!  Hay muchos problemas en el mundo.  Hay guerras, hay hambre, hay abandonos, hay maltratos, hay adicciones, hay huérfanos, en fin, no puedo nombrar todos.  Lo que sí te puedo decir es que tenemos dos opciones: quedarnos con la perspectiva del día a día y pensar que debemos solucionar esos problemas, o entender que la vida va más allá y lo más importante es solucionar su vida espiritual llevándoles la gracia y misericordia de Dios.  La gente no necesita más dinero, o comida o alguna otra cosa.  ¡Necesitan a Cristo en sus vidas!  Sé que puede resultar algo confuso y si necesitas preguntar no dudes en escribir y con gusto contestaré todas tus dudas.  Mientras tanto, espero que puedas recibir el mensaje y entender que Dios te ama y quiere que compartas ese amor y anuncies que ama a tu prójimo también y quiere tener comunión con él.

Oración
Padre: no puedo más.  Pensaba que me había alejado tanto de Ti que ya no me aceptarías.  Hoy te doy gracias porque me muestras que nunca me has dejado.  Gracias por amarme como lo haces.  Gracias por tu misericordia.  Gracias por no abandonarme.  No merezco tanto amor y sin embargo ahí estás.  Te pido perdón por mis pecados.  Te pido perdón por tantos reclamos.  Hoy entiendo que mi perspectiva estaba alineada en los principios incorrectos.  Te pido que renueves mi corazón y mis pensamientos pues quiero vivir en tu palabra y conforme a tu voluntad.  Guíame a una vida llena de Ti, una vida plena y alimentada de tu palabra.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén