Vistas de página en total

28 feb 2014

Hebreos 2:11-13

Tanto el que santifica como los que son santificados tienen un mismo origen, por lo cual Jesús no se avergüenza de llamarlos hermanos, cuando dice: “Proclamaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.”  En otra parte dice: “Yo confiaré en él.”  Y añade: “Aquí estoy yo, con los hermanos que Dios me ha dado.”



Jesús fue un hombre como tú y como yo.  Sin embargo, al mismo tiempo era cien por ciento Dios.  ¿Cómo lo sé?  Porque eso es lo que la biblia nos dice.  Cuando se escribe este libro o carta a los hebreos, se tenía la duda de quién era realmente Jesús.  ¿Era Dios?  ¿Era un profeta?  Recuerda que en algún momento la gente pensaba que era Elías.  En general, existía confusión entre los judíos que recibían el mensaje y por ello, con estos versículos se busca clarificar las cosas.  Me parece una increíble muestra de sabiduría y soberanía por parte del Señor, al escribirnos algo que no solamente fue utilizado hace dos mil años sino hoy en día nos encontramos con los mismos cuestionamientos.  ¡Definitivamente es nuestro creador y sabe perfectamente de qué “pie cojeamos”!  Es muy importante tener claros los principios que Dios nos da.  De lo contrario andamos de un lado para el otro conforme escuchamos a alguien hablar y luego cambiamos si escuchamos a alguien más.  Recuerda que la biblia siempre debe ser tu lugar donde acudes para aclarar cualquier duda y establece todos los principios de la fe. 
Jesús fue hombre.  No solamente tuvo hermanos en la fe sino también hermanos carnales.  Mateo 19:55 nos explica claramente que Jacobo, José, Simón y Judas fueron sus hermanos.  Sí.  Hijos de María su madre.  Mucha gente piensa que María permaneció sin tener más hijos después de Jesús pero es erróneo.  Claramente nos dice la palabra que tuvo otros hijos.  ¿Entiendes ahora la importancia de estudiar la biblia?  Como seguidores de Jesús, debemos tener claro quién es Él.  Él es Dios.  El Verbo.  A través de Él todo fue hecho.  Al mismo tiempo fue hecho hombre.  Hombre carnal.  Con tentaciones.  Con hambre.  Con dolor y cansancio.  Él vino a proclamar el nombre de Jehová a todos nosotros.  Ahora podemos entender que Jesús no fue una gran persona solamente.  Él es Dios también.  Sé que he sido muy repetitivo pero es de gran importancia que tengas claro este principio y no te confundan con otras creencias fuera de la biblia.  Aquellos que creen que Cristo solamente fue Dios estando en la tierra, están equivocados.  El pasaje de hoy nos dice claramente que Él y nosotros tenemos un mismo origen.  Nos dice que Jesús nos llama hermanos.  No podría llamarnos hermanos siendo Dios.  ¿Cómo el Señor le llama hermano al siervo? 
Sé que no es fácil entender cómo puede ser Dios hecho hombre y al mismo tiempo seguir siendo Dios.  Parece una gran historia fantástica.  Sin embargo, Dios así lo dispuso y solamente tenemos el testimonio escrito no solo en la biblia sino en los historiadores de la época los milagros que se hicieron para demostrar esta dualidad.  A nosotros nos queda creerlo y dejar que Dios haga milagros en nuestras vidas para poder vivir en carne propia la demostración de su deidad.

Oración
Padre: gracias por ser un Dios de orden y aclarar cualquier confusión que surge involucrando tu nombre.  Hoy entiendo que Jesús fue hombre como yo y al mismo tiempo Dios.  Entiendo la importancia de leer y estudiar tu palabra para conocerte mejor y tener claros tus principios.  Gracias por la vida de Jesús.  Gracias por amarme y perdonarme.  Te pido siempre guíes mi vida Señor.  En Cristo Jesús. Amén.

27 feb 2014

Hebreos 2:10

En efecto, a fin de llevar a muchos hijos a la gloria, convenía que Dios, para quien y por medio de quien todo existe, perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de la salvación de ellos. 



En los últimos años, hemos presenciado movimientos de distintos países alzando su voz para exigir un cambio.  Algunas personas fallecieron.  Otras, como los comerciantes, sufrían mientras la inestabilidad reinaba o, si su negocio se encontraba donde las manifestaciones y encuentros con militares ocurrían, simplemente no podían siquiera acercarse.  Imagina el sacrificio.  Una de las novelas más conocidas, Los miserables de Víctor Hugo, habla justamente del sacrificio que se realiza al buscar mejorar una situación.  Hay mucho que perder y muchas veces no alcanzamos a vivir el cambio.  ¿Sabes qué nos dice el versículo 10 de Hebreos 2?  Que Cristo tuvo que sufrir por cada uno de nosotros para un fin futuro.  Así como los “revolucionarios” sacrifican su vida para mejorar la de los demás y, de mantener la suya, también disfrutar de los beneficios de esa batalla, Cristo, siendo Dios, se hizo hombre.  No tenía que hacerse hombre.  Podía seguir en el cielo y continuar con los sacrificios.  Pero había un plan mejor.  Un plan que nos demostraría un amor incondicional.  Un amor que sobrepasa todo entendimiento.  Un plan que nos acercaría un paso más al Creador.  Por ello Cristo se hace hombre.  Cien por ciento hombre.  Carne y hueso.  Vino con un propósito en específico: perfeccionar mediante su sufrimiento nuestra salvación.  Dios quiere llevar a muchos hijos al cielo.  ¡Eso es lo que la biblia dice!  No quiere castigarnos.  No es un Dios autoritario.  No es un Dios alejado y desinteresado.  Dios es la esencia misma del amor y lo derrama sin restricción sobre ti y sobre mí.  Son palabras con mucho poder.  ¿Lo puedes entender?  Tú y yo no hicimos nada para merecerlo.  Al contrario.  Solamente le fallamos y le dimos la espalda.  Sin embargo, Él decidió amarnos primero y buscarnos constantemente.  Decidió enviar a su Hijo para alcanzarnos y ofrecernos la reconciliación a través de su muerte y resurrección.
A pesar de tan increíble amor que se demuestra hacia nosotros, muchas veces preferimos dar la espalda y seguir nuestro camino.  No queremos entregar nuestra vida o partes de ella.  Dudamos.  Pensamos que ya estamos bien.  ¿Para qué cambiar?  Sin embargo Cristo sacrificó su vida entera.  No pagó con años de prisión o con algún miembro de su cuerpo.  Se entregó por completo por ti.  Hagamos lo mismo por Él entregando nuestra vida sin restricción.  Es normal que dudemos y tengamos miedo.  Pero eso no debe frenar nuestra entrega. 
Seguramente conoces personas que no han aceptado a Cristo.  Ora por ellas y sobre todo, comparte esta noticia.  Comparte que Cristo se sacrificó por su vida.  Comparte que los ama.  No es fácil aceptar que somos pecadores pero la palabra y gracia de Dios penetran en lo más profundo de nuestro corazón removiendo absolutamente todo.  Así que comparte su palabra y confía en que Él tocará esos corazones.

Oración

Señor: gracias por el sacrificio que hizo Jesús.  Gracias por permitirme ser llamado tu hijo.  Te pido perdón porque no he entregado mi vida entera y te he limitado.  Hoy vengo a Ti para que tomes control completo de mí.  Sé que tu camino es lo mejor para mí y no quiero que el miedo y la duda me dejen afuera.  Gracias Señor por amarme.  Te pido me llenes de tu paz y que pueda vivir confiado en que Tú estás al frente guiando cada paso que doy.  Gracias en Cristo Jesús.  Amén  

26 feb 2014

Hebreos 2:8b-9

Si Dios puso bajo Él todas las cosas, entonces no hay nada que no le esté sujeto.  Ahora bien, es cierto que todavía no vemos que todo le esté sujeto.  Sin embargo, vemos a Jesús, que fue hecho un poco inferior a los ángeles coronado de gloria y honra por haber padecido la muerte.  Así, por la gracia de Dios, la muerte que Él sufrió resulta en beneficio de todos. 



Creo que nunca he escuchado a algún no creyente decir que la muerte de Cristo resulta en beneficio de todos.  Conocen algunas características de él pero jamás los he escuchado decir que su muerte fue algo que beneficia a todos.  Mientras tanto, el pasaje de hoy nos dice justamente eso: la muerte que Él sufrió resulta en beneficio de todos.  Algo estamos haciendo mal que el mensaje no está llegando correctamente.  Algo estamos haciendo mal para que la gente no entienda que Jesús no vino por los sanos sino por los enfermos.  Cristo fue hecho hombre.  Siendo Dios se hizo hombre.  Vino a darnos el mejor ejemplo que jamás pueda existir.  Sin embargo ahí no termina el propósito de su venida.  Vino a morir y pagar por nuestros pecados.  Y su propósito tampoco termina aquí.  Después de morir, resucitó al tercer día.  Venciendo a la muerte.  Venciendo al pecado.  Rompiendo todas las cadenas que nos ataban.  ¡Así es como todos nos hemos beneficiado de su muerte!  Pero hay algo más, hoy en día no vemos que todo esté sujeto a Él, pero llegará el momento en el que todo estará bajo sus pies y nosotros reinaremos junto con Él.  ¿Cómo es posible que tantas buenas nuevas sean apagadas por el hecho de reconocernos pecadores?  ¿Tan soberbios somos?  ¿Tan necios?  No lo sé.  Lo que sí sé es que debemos actuar.  No podemos seguir sentados dejando que otros hablen del Señor.  ¡Cómo dejar así tan increíble mensaje!  Tal vez hemos juzgado y criticado.  Tal vez hemos preferido guardar silencio.  No conozco tu historia.  Hoy te animo a meditar sobre cómo compartes al Señor.  Lee estos versículos.  Abre los ojos y date cuenta de tan grande amor que se derrama sobre nosotros.  Trata de entender la misma esencia del Señor: amor.  ¡Dios es amor!  Cristo es amor.  Vino porque quiere darnos la oportunidad de ser reconciliados con Él.  Él nos amó primero.  No hay nada que puedas hacer para que te ame más o que te ame menos.  Su muerte te beneficia a ti y a todos los que te rodean.  ¡Comparte ese mensaje!  Guarda estas palabras en tu corazón y cuestiona todo lo que hagas.  ¿Estoy sirviendo al Señor?  ¿Estoy buscando su gloria?  ¿Entiendo lo que hizo por mí?  ¿Estoy siendo soberbio o necio?  Espero que cuestiones tus actos para que de esta manera puedas crecer espiritualmente.  Es necesario que reconozcas en dónde estás parado.  No dónde crees que estás parado sino dónde realmente estás.  Ahora entiende lo que Dios ha hecho por ti y entrega tu vida a Él en obediencia y servicio.

Oración

Padre: gracias.  No solo dejaste de ser Dios y te hiciste hombre sino que sufriste hasta la muerte para que yo me viera beneficiado.  Gracias por haber resucitado y traído esperanza a mi vida.  Gracias por permitirme ser reconciliado con el Padre a través de tu sacrificio.  Te pido perdón por mis pecados.  Examina mi corazón y guíame conforme a tu voluntad.  Oro en el nombre de Jesús.  Amén  

25 feb 2014

Hechos 2:5-8a

Dios no puso bajo el dominio de los ángeles el mundo venidero del que estamos hablando.  Como alguien ha atestiguado en algún lugar: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para que lo tomes en cuenta?  Lo hiciste poco inferior a los ángeles; lo coronaste de gloria y de honra y todo pusiste debajo de sus pies. 



Siento que existe una “moda” sobre los ángeles.  Constantemente veo en redes sociales a personas que están involucradas en cursos sobre los distintos tipos y cómo establecer una comunicación con ellos.  Hay ángeles que al parecer toman el lugar de Dios y ¡te pueden ayudar a tantas cosas!  Pero, ¿cómo entender a los ángeles y la posición que Dios les da y al mismo tiempo no caer en este tipo de dilemas en los que la gente se envuelve y termina siguiendo a un “ángel” en lugar de al Señor?  La respuesta es aburrida y la he repetido una y otra vez: acudiendo a la palabra misma.  Los pasajes anteriores, junto con los de hoy, nos confirman que los ángeles no son superiores a Dios ni tampoco son un medio para llegar a Él.  Aunque son superiores a nosotros, no van a reinar como nosotros lo haremos a lado de Jehová.  Aunque esto es claro y no hay nada que “descifrar” hay personas allá afuera que no conocen del evangelio y continúan poniendo sus esperanzas en todo menos el Señor.  Ahora que tienes claro que los ángeles no dominan, no dejes pasar la oportunidad cuando algún tema de estos salga en tus conversaciones.  La gente necesita escuchar este mensaje.  La gente está hambrienta de principios firmes que ha establecido Dios.  Buscan y buscan pero no encuentran porque nosotros preferimos quedarnos callados para no “incomodar”.  ¡Error!  Levanta la voz y comparte el evangelio.
Por otro lado, es importante entender que el Señor ha decidido que nosotros seremos coronados y todo será puesto debajo de nuestros pies.  ¿Por qué es importante?  Para que aprendamos a vivir en humildad y servicio.  Sí.  Totalmente opuesto a lo que se nos enseña y promueve diariamente.  Se nos dice que tenemos que sobresalir.  La publicidad nos enseña personas con físicos perfectos, la casa perfecta, el cónyuge perfecto y la familia perfecta.  Todo para decirnos que la familia “perfecta” utiliza este o aquel producto y que tú también debes tenerlo para ser “perfecto” y que te sientas pleno.  Hay un comercial que, aunque ya lo he escuchado, no deja de sorprenderme.  Dice: ten un seguro de vida para que ahora sí puedas estar tranquilo.  ¿En serio?  ¿Un seguro de vida?  Probablemente pueda eliminar una variante de todo aquello que podría quitarme el sueño pero hay muchas otras que seguirían persiguiéndome sin dejarme estar “tranquilo”.  En cambio, la biblia dice que nuestro Dios reina, que nada se mueve sin que Él lo acepte y todo será postrado ante sus pies.  ¿Entiendes hacia dónde voy?  Mientras que aquí se nos ofrecen pequeños “remedios”, Dios nos da la cura completa.  Dejemos de vivir con “parches” y entreguemos nuestra vida al Señor para que Él nos transforme completamente.

Oración

Señor: gracias por enseñarme el lugar que ocupan los ángeles y ayudarme a no caer en confusiones y engaños.  Gracias por amarme incondicionalmente y permitirme tener comunión contigo sin que lo merezca.  Te pido perdones mis pecados.  Te pido guíes mi vida.  Heme aquí.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén