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31 mar 2014

Hebreos 5:7-10

En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión.  Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer; y consumada su perfección, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen, y Dios lo nombró sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.



Mateo 26:39 es el versículo donde encontramos a Jesús pidiendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero sino como tú.  ¡Esta es la oración perfecta!  Es el momento crítico en el que una persona se rinde por completo ante Dios y pone su vida entera a disposición de su voluntad por encima de la propia.  ¡Eso es obediencia!  Y la obediencia siempre es recompensada.  Jesús se le nombró sumo sacerdote y en Él fue fundada la salvación eterna para todos los que le reconocemos y obedecemos.
Lo que el pasaje de hebreos nos está describiendo es la vida (o lucha) diaria de una persona que realmente ama al Señor.  Leíste bien.  Todos aquellos que siguen pensando que aman a Dios pero no se rinden ante Él, la biblia nos dice que no pertenecen a Él.  En cambio, aquellos que sabemos lo que es caminar en nuestros propios pasos y no queremos dar un solo paso sin estar convencidos que es su voluntad, oramos constantemente como Jesús lo hizo.  Le decimos al Señor nuestros deseos.  Le abrimos nuestro corazón y le decimos nuestros miedos.  Le decimos todo aquello que nos motiva y sobre todo, terminamos diciéndole que no queremos que se haga nuestra voluntad sino la suya porque estamos convencidos que sus planes son mejores que los nuestros.  ¿Nuestra recompensa?  Vida plena.  Paz.  Gozo.  No porque todo se resuelve y se acabaron los problemas.  ¡Por supuesto que no!  A Cristo lo crucificaron ¿cierto?  Si realmente esperáramos que todo se volviera color de rosa ¿qué tipo de esperanza nos da Jesús si murió de la forma más cruel?  La plenitud y la paz llegan con el conocimiento de que estamos haciendo la voluntad del Padre.  Te lo repito: la plenitud no llega cuando ganas más dinero; cuando se resuelven tus problemas; cuando encuentras pareja o cualquier otra cosa.  Hay personas que pierden familiares y siguen firmes en el Señor.  El ser querido ya no puede regresar sin embargo su paz y su plenitud no están fundadas en esa persona sino en Jehová.  ¿Puedes ver lo profundo de este mensaje?  Mientras tanto ¿dónde estás tú?  Como seguidores de Cristo no podemos estar viviendo doble vida.  Si bien, es una lucha constante donde nos tropezamos y estamos lejos de ser perfectos, nuestro corazón y nuestra mente están puestos en el objetivo principal de seguir los pasos de Jesús aprendiendo a negarnos a nosotros mismos para que Él crezca.  Día a día.  Oración tras oración.  Aferrándonos a su palabra y confiando en sus promesas.  No dejando pasar un instante separados de Él.

Oración

Señor: hay muchas cosas que no entiendo sin embargo, quiero entregarte mi vida y rendirme por completo.  Sé que me amas y quieres lo mejor para mí.  Hoy entiendo que debo obedecerte y ponerte por encima de mi propia vida.  Así sea mi Dios.  Aquí estoy, con mi corazón humillado para escucharte hablar y dirigir mis pasos.  En Cristo Jesús.  Amén.

28 mar 2014

Hebreos 5:4-6

Nadie ocupa ese cargo por iniciativa propia; más bien, lo ocupa el que es llamado por Dios, como sucedió con Aarón.  Tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote sino que Dios le dijo: “Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado”  y en otro pasaje dice: “tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.” 



¿Qué nos quiere decir Dios en estos versículos?  Honestamente tuve que leerlos varias veces para poder entender.  Obviamente también oré previamente por sabiduría.  Finalmente creo que entendí lo que Dios quiere mostrarnos: sumisión.  La biblia nos dice que el Señor no se aferró a ser Dios y se hizo hombre.  Jesús siendo Dios al mismo tiempo, no decidió por sí mismo sino que siempre estuvo en línea con el Padre.  Obedeciendo y esperando a que Él diera la pauta en todo momento.  Por eso nos dice este pasaje que fue el mismo Dios quien le nombró sumo sacerdote.  No lo hizo él mismo (aunque lo hubiera podido hacer y ninguno le podría haber refutado).  Sin embargo, Jesús se mantuvo fiel y obediente.  No dejó que su orgullo surgiera y tomara decisiones.  Al contrario.  Tuvo dominio propio y esperó a que fuera Dios Padre quien decidiera cómo y cuándo sería llamado sumo sacerdote.  Además de haber recibido este nombramiento, aceptó todas las falsas acusaciones de los fariseos que buscaban matarle.  No dejó que su carne dominara en ningún momento para buscar venganza contra sus mentiras.  Tampoco cayó en sus enredos haciendo milagros para demostrar que realmente era Dios.  Él se mantuvo firme y fiel en todo momento y eso debemos hacer nosotros también.  Piénsalo.  ¿Para qué necesitaba Cristo confirmación de Dios Padre?  ¡Él ya era Dios!  ¡Él ya era el Unigénito!  ¿Qué más necesita para autonombrarse sacerdote?  ¡Nada!  Sin embargo no lo hizo.  El mismo hijo de Dios esperó a que Jehová le nombrara sumo sacerdote.  ¡Impresionante!  Mientras tanto, nosotros hacemos todo lo contrario.  Peleamos por reconocimiento.  Peleamos por poder.  Peleamos por fama.  Peleamos por respeto o temor de los demás.  ¿Qué estamos haciendo?  Te voy a decir que estamos haciendo: destruir nuestra vida.  ¡Eso es lo que estamos haciendo!  ¿No me crees?  Si estuviera equivocado no veríamos tantos suicidios y vidas destrozadas con personas que han alcanzado ese “éxito”.  ¿Por qué no son felices?  Porque, irónicamente, la felicidad está en la sumisión a Cristo como él se sujetó a Dios Padre.  Te lo repito: la felicidad no está en las cosas del mundo sino en la obediencia a Jehová.  ¡Ese es el ejemplo que dejó Jesús y eso es lo que nos está diciendo en estos versículos!  No importa que haya sido Dios, simplemente se humilló y obedeció al Padre.  ¡Hagamos lo mismo!  Dejemos nuestra soberbia a un lado pues no ha traído nada bueno y tomemos la cruz de Cristo buscando su reino en todo momento.  Te animo a que medites cómo puedes poner esto en práctica.  ¿En qué crees que no estás obedeciendo o no te estás sujetando a Dios?  Piénsalo y sobre todo, pide a Dios para que cambie tu vida y sigas el ejemplo de Jesús.

Oración

Señor: perdóname.  He sido soberbio y no he querido entregarte mi vida entera.  Hoy entiendo que Jesús siguió en obediencia a Ti siendo Dios mismo y yo debo hacer lo mismo.  Entiendo que la felicidad y la vida plena está en Ti y solamente en Ti.  Te pido que pueda tener vida abundante y disfrutar en todo momento al obedecerte y seguir tus pasos.  Dame sabiduría y humildad para entender qué quieres cambiar de mi.

27 mar 2014

Hebreos 5:1-3

Todo sumo sacerdote es escogido de entre los hombres.  Él mismo es nombrado para representar a su pueblo ante Dios, y ofrecer dones y sacrificios por los pecados.  Puede tratar con paciencia a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está sujeto a las debilidades humanas.  Por tal razón se ve obligado a ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como también por los del pueblo.



Más adelante estudiaremos que Cristo es superior a cualquier otro sacerdote que existió y cómo no debemos tener sacerdotes hoy en día pues Él es la perfección total.  El día de hoy quiero enfocarme en la importancia que tiene el entender la posición de cualquier servidor en la iglesia: pecador.  Igual que tú y yo.  Todos somos pecadores.  No hay nadie que sea “mejor” o “peor” sino que cada uno de nosotros cargamos con nuestra naturaleza caída y no hay forma de deshacernos de ella o pensar que uno tiene menos pecado que otro.  Lo único que realmente puede diferenciarnos es Cristo.  Él pagó por aquellos que le reconocen y, por lo tanto, nos hace distintos a aquellos que siguen encadenados a su pecado.  Ahora, es importante que los líderes en una congregación tengan ciertas características y parámetros.  Como el pasaje lo dice: tratan con paciencia a los ignorantes y a los extraviados.  En la carta de Timoteo capítulo 3 podemos ver otras características necesarias para servir.  Pero al final de cuentas, debemos entender que el servir no nos hace más o menos santos.  Por eso el pasaje nos dice: el sacerdote se ve obligado a ofrecer sacrificios por sus propios pecados.  Él también necesita perdón de Dios.  Aquellos que compartimos a Cristo no somos más que los que no lo hacen.  Compartimos la misma “línea directa” con el Señor que con todos los que le han recibido.
¿Sabes?  Tristemente hay personas que todavía adoran a otros seres humanos.  Los colocan en un pedestal y piensan que son diferentes.  No lo son.  Piensan que tiene algún tipo de unción divina.  No la tienen.  Piensan que son intermediarios de Dios.  No lo son pues Cristo es el único camino.  Y así las personas viven confundidas.  Por eso es tan importante estudiar la palabra y después compartirla.  ¡Para que la gente deje atrás toda esa ignorancia!
Por último, el pasaje nos dice que los sacerdotes eran escogidos por los hombres.  Después aprenderemos que Cristo, a diferencia de los demás, fue escogido por Dios.  Por esta razón, debemos entender que no hay nadie por encima de Él y esto nos pone al resto en el mismo nivel.  No te dejes confundir.  Los humanos somos pecadores y solamente la gracia de Dios nos absuelve de ese pecado.  No hay nadie que pueda perdonarnos más que el Señor y no hay nadie que represente a Dios sino Cristo.  Por más que digan ser representantes de Él y que Dios les dijo esto o aquello.  Si no está en línea con la palabra de Dios no le hagas caso y considéralo fuera de la voluntad de el Señor.  Te animo a que estudies la biblia y no te dejes llevar por lo que ves o escuchas sino por lo que Dios mismo te dice a través de su palabra.

Oración

Señor: gracias por mostrarme que Jesús es el único camino a Ti.  Gracias por enseñarme que ningún hombre es mayor que otro y que todos somos pecadores y necesitamos de tu perdón.  Yo te pido me perdones y me limpies pues quiero estar apartado para Ti.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

26 mar 2014

Hebreos 4:14-16

Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos.  Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.  Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.



Varias veces me han dicho: “tú no entiendes lo que yo estoy pasando”; “es muy fácil decirlo pero muy difícil hacerlo”.  ¿Mi respuesta?  ¡Tienen toda la razón!  ¡Imagina que tuviera que atravesar por todo para poder dar un consejo!  Simplemente imposible.  Pero Dios, que es más sabio que nosotros, conocía de antemano que nos encontraríamos con esta situación cuando las pruebas llegaran.  Por esta razón, permitió que su Hijo fuera tentado en todos los aspectos que nosotros somos tentados y fue hallado sin pecado.  ¿Qué quiere decir esto?  Que es posible vivir sin pecado.  La misma biblia nos dice que las cadenas que nos ataban han sido cortadas.  Ya no somos más esclavos del pecado y ahora puedes decidir no regresar al mismo lugar.  No es fácil.  Sin embargo, no quiere decir que sea imposible.  Tal vez tengas dudas.  Tal vez no entiendas bien qué pasará si te entregas a Dios y haces lo que Él quiere en lugar de hacer lo que tú quieres.  Sin embargo, te puedo asegurar, que al hacer la voluntad del Señor por encima de la tuya, traerá mucha mayor bendición.  ¿Cómo?  No lo sé pues cada caso es distinto.  Lo que sí sé y he vivido personalmente una y otra vez es que las promesas de la biblia son reales.  Entonces, ¿qué nos dice el pasaje de hoy?  Que aprendamos a acudir al socorro de nuestro Dios.  Él es nuestro sumo sacerdote quien se compadece de lo que atravesamos y quiere mostrarnos un camino perfecto.  Acércate a Él.  Como dice la biblia: confiadamente acude al trono para recibir misericordia y hallar la gracia que te ayudará en cada momento de dificultad.  Tristemente muchas personas hacen lo contrario.  Prefieren resolver las cosas por su cuenta.  Confían más en ellos mismos que en Jehová.  Ponen su esperanza en lo que ellos pueden hacer y manipular en lugar de dejar que el Señor se encargue.  Repito, no es fácil, pero es lo que Dios quiere que hagamos.  Me imagino que muchos de los israelitas dudaron del plan de Josué para tomar Jericó: dar vueltas alrededor de la muralla y tocar cuernos para luego gritar.  ¿Cuándo se ha caído alguna muralla con trompetas y gritos?  ¡Nunca!  Sin embargo, ellos obedecieron y la ciudad les fue entregada tal y como lo dijo Dios.
Entiendo que los mandamientos de Dios son difíciles.  Pero debemos aceptar que son mejor camino para nuestra vida que nuestras propias decisiones.  También debemos entender nuestra necesidad de acudir a Él en todo momento.  Él no está ocupado ni le molesta que vengas en oración para pedir auxilio.  ¡Al contrario!  Su palabra nos dice que se goza que acudamos a Él.  Aprovechemos que tenemos al Señor de nuestro lado, su gracia, su amor y su misericordia.  Aferrémonos a Él y busquemos su reino en todo momento sin importar las pruebas que atravesemos.  Así, y solo así, podremos realmente crecer en comunión con Él y decirnos siervos suyos.

Oración
Señor: toma mi vida.  No quiero restringirte más.  Me entrego a Ti y quiero buscarte cada mañana.  No quiero hacer más mi voluntad sino la tuya.  No quiero dudar más de tus planes ni de tus mandamientos.  Entiendo que son mejores que los míos y que el obedecerte trae bendición a mi vida.  Gracias por tu trono de gracia al cual me permites acudir en todo momento.  Gracias por la vida de Jesús y el gran ejemplo que dejó al vencer al pecado.  Te pido que reines tú y no el pecado sobre mí.  En Cristo Jesús.  Amén.