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30 abr 2015

Salmos 9:3-4

Mis enemigos volvieron atrás; cayeron y perecieron delante de ti.  Porque has mantenido mi derecho y causa; te has sentado en el trono juzgando con justicia.



Es difícil e incluso imposible entender el por qué de las cosas que suceden.  Sin embargo, Dios no nos ha abandonado para vivir como podamos.  No nos “avienta al ruedo” esperando porque todo salga bien.  Si permite algo en tu vida debes saber que hay un propósito específico y que será para bien.  En el pasaje de hoy vemos la alabanza después de haber atravesado la prueba.  En este momento Dios ya había actuado y su mano poderosa se había manifestado.  Los enemigos cayeron y perecieron ante Él.  Dios protegió a David y no permitió que le hicieran ningún daño.  ¿Sabes?  La biblia nos llena de sabiduría a través de distintos ejemplos e historias para que podamos meditar en ellas cuando nos encontramos en un momento difícil.  Tal vez hoy estás ahí.  En medio de la tormenta buscando un rayo de sol.  Tal vez has tenido una temporada complicada y estás cansado o exhausto.  El pasaje de hoy es para enseñarte que la victoria está en las manos de Dios.  No importa el tamaño de tus problemas pues Dios siempre será mayor.  Tus enemigos nunca podrán contra ti siempre y cuando dejes que Jehová sea quien pelee.  Cada vez que utilices tus métodos, tus fuerzas y tus ganas, debes saber que caerás y no llegarás a ningún lado.  Por el contrario, cuando te entregas al Señor, cuando dejas que Él reine, que Él decida y que Él muestre el camino, tus enemigos vuelven atrás, caen y perecen.  ¿Lo puedes entender?  Todo esto que estás pasando es para que aprendas a dejar de confiar en Ti y comiences a confiar en el Señor.  Dios te está dando el final de la película para que entiendas que los buenos (los que creen en Él) siempre ganan.  No te desanimes.  No dejes que Satanás te confunda y te haga dudar.  Dios está al pendiente de ti y quiere protegerte y amarte.  Dobla tus rodillas y no dejes de orar.  Constantemente abre tu corazón y entrega tu vida para que Él tome las riendas y pelee la batalla por ti.

Oración

Señor: gracias.  No solamente me amas sino que además llevas mi carga pesada y me permites llevar la tuya que es ligera.  Te pido perdón por mis pecados.  Te pido que vengas y reines en mi vida.  Te entrego mis problemas.  Te entrego mis angustias.  Te entrego mis rencores y mis corajes.  Te entrego mi ser.  Guíame.  Alumbra mis pasos mi Dios pues no quiero seguir igual.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

28 abr 2015

Salmos 9:1-2

Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas.  Me alegraré y me regocijaré en Ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo.



Escribir estos devocionales es mi manera de contar sus maravillas.  Tiene más de 8 años que empecé y sigo disfrutando cada día que escribo aunque disfruto aun más cuando recibo un correo, llamada o comentario mencionando la bendición que fue leer la meditación en la palabra de Dios.  Dios es grande.  Dios es maravilloso.  La vida es difícil y la carne no ayuda.  Cada uno de nosotros debe aprender a discernir entre lo carnal y lo espiritual.  Entre los deseos personales y los de Dios.  Cuando ejercitamos esta manera de pensar y actuar, nuestras palabras comienzan a ser de alabanza, alegría y regocijo hacia Jehová.  Finalmente, compartimos sus maravillas con los demás.
Estos versos sirven mucho para evaluar tu nivel espiritual y comunión con Dios y te voy a decir por qué.  Hay dos opciones: que te sientas identificado con David y sus palabras o que no te identifiques con ellas.  Cuando uno se encuentra en la primera instancia, es en el momento en que se ha permitido que Dios gobierne en su vida y deja que Él guíe sin importar las consecuencias o lo que uno desea.  Por otro lado, en la segunda instancia, esas personas son las que conocen de Dios, le han escuchado y quieren recibir sus bendiciones pero nunca agradecen por lo que tienen o se les ha dado.  Para ellos no hay nada que contar a los demás.  Quieren más.  piensan que merecen más.  Piensan que Dios debería darles como a otras personas les ha dado.  Ahora te pregunto ¿de qué lado estás?  No hay pretextos ni explicaciones.  Simplemente abre tu corazón ante Jehová y date cuenta realmente de dónde estás parado.  No te escondas de tu realidad.  A Dios no lo podemos engañar.
Escribir estos devocionales tiene como finalidad que las palabras del salmo de hoy se vuelvan realidad en tu vida.  Espero poder motivarte para que, conforme atraviesas distintas pruebas en tu vida, puedas ver la mano de Dios y sus milagros sean evidentes en cada paso que des y así poder cantarle, alabarle y vivir agradecido.  Entregar mi vida al Dios de la biblia es lo mejor que he hecho en mi vida.  Hoy escribo para contar sus maravillas y espero te anime a que cuentes las tuyas.

Oración
Padre: gracias.  Tu amor no lo merezco y sin embargo lo derramas sobre mi de manera infinita.  Alabado seas.  Me lleno de gozo al saber que tienes cuidado de mí y que puedo acudir ante Ti cuando atravieso cualquier situación.  Gracias por tu palabra y la oportunidad de leerla y estudiarla libremente.  Te pido perdones mis pecados y que mi vida sea un testimonio constante de las maravillas que haces.  Gracias mi Señor.  En Cristo Jesús.  Amén

27 abr 2015

Salmos 8:9

¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!



Conocer la teoría no es la mitad del cien por ciento.  Es mucho menos.  Yo calcularía un veinte por ciento puesto que el otro ochenta significa poner en práctica esa teoría y eso realmente cuesta mucho trabajo.  Piénsalo.  El conocimiento no sirve de mucho hasta que no se pone en acción.  Tanta sabiduría que tenía Salomón escribiendo sus proverbios y sin embargo, cuántos errores cometió al no ponerlos en práctica.  Hay un refrán que dice: del dicho al hecho, hay un largo trecho.  Y así puedo seguir y seguir hablando de lo difícil que es poner en práctica lo que aprendemos pero el principal objetivo de hoy es abrir los ojos y meditar en el pasaje de hoy.  Te pido lo leas nuevamente.  La teoría es que el nombre de Jehová, nuestro Señor, es grande sobre toda la tierra.  En otra traducción utiliza imponente.  Ahora, ¿cómo es posible que, ante cualquier situación se nos olvida este principio?  Fácilmente nos agobiamos, nos angustiamos, nos enojamos y hacemos todo lo incorrecto.  ¡La teoría es clarísima!  El nombre de Jehová es imponente y ese mismo Dios es tu Dios.  ¿Te das cuenta lo triste de esta situación?  Tenemos que hacer consciente lo poco que pasamos las enseñanzas de Dios a nuestra vida práctica. 
Tal vez te cuesta trabajo darle la perspectiva correcta a lo que significa que el nombre de Jehová sea imponente.  Te voy a dar unos ejemplos.  No hay persona en este mundo que esté por encima de Él.  No hay situación que se suscite que esté fuera de su control.  No hay una sola gota de lluvia que caiga sin que Él lo permita.  El viento no soplaría sin su permiso.  Ahora piensa en tus problemas.  Piensa en lo que te quita tu paz.  Piensa en todas tus disyuntivas.  ¿Realmente tiene sentido sentirte así?  Por ello la biblia nos dice que busquemos Su reino y Él se encargará de todo lo demás.  Memoriza este pasaje para que cada vez que tengas incertidumbre recuerdes que Jehová es grande e imponente y que no hay nada que esté fuera de su control.  No te quedes con la teoría de lo que Dios puede hacer.  Pasa a la práctica y deja que Él gobierne tu vida y que sus palabras dirijan tus pasos.  Deja tus problemas a Él y vive confiado en que Él es el imponente y el grande.

Oración

Señor:  gracias.  Pensaba que mi situación era grande y mis problemas sin solución.  Hoy entiendo que Tú eres imponente y no hay nada que te pueda hacer frente.  Me humillo ante Ti pidiendo perdón por mis pecados y sobre todo, porque pueda aprender a vivir recordando en todo momento quién eres Tú.  Te entrego mi vida.  En el nombre de Jesús.  Amén

23 abr 2015

Salmos 8:5-8

Le has hecho (al hombre) poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.  Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar.



Al que se le da, se le exige responsabilidad sobre lo dado.  Honestamente hemos fracasado en ser buenos gobernantes sobre lo que Dios nos ha dado.  Tenemos animales que se han extinguido y una lista muy grande de otros que están en proceso de extinción.  ¿Eso es señorear sobre la creación de Dios?  Todo lo contrario.  Es desperdiciar y derrochar.  Ahora alimentamos a las vacas con granos aunque su dieta debe ser pasto pero así se engordan más.  Se les dan antibióticos y hormonas para producir más sin importar el efecto que tiene al comerla nosotros.  ¿Esto es señorear la obra de las manos de Dios?  Tenemos animales viviendo en condiciones deplorables y totalmente inhumanas.  Esto no es lo que Dios quiere para su creación.  Este no es el propósito de que podamos señorear sobre ellos.  Hay personas que, independientemente de creer en Dios, simplemente han decidido eliminar todos esos alimentos para reprochar tan terribles prácticas.  No.  No estoy tratando de cambiar el mensaje de Jehová.  Al contrario.  Es parte de lo que tenemos que conocer.  Dios nos ha dado y Dios nos va a exigir.  No podemos hacernos de “la vista gorda”.  Tenemos que entender que estamos haciendo mal uso de lo que Dios nos ha dado y vaya que nos ha dado en abundancia y sin merecerlo.  ¿Qué puedes hacer al respecto?  Busca productos que sean orgánicos y que tengan algún certificado que tratan bien a los animales.
Por otro lado, también debemos pensar en todo lo demás que se nos ha dado y lo que hacemos con ello.  Vida.  Salud.  Familia.  Un techo.  La posibilidad de tener una educación.  En fin.  Piensa en cómo es tu “reinado” sobre todo aquello que Jehová te ha dado.  ¿Eres dictador?  ¿Piensas que lo mereces todo?  ¿Vives agradecido y buscar compartir lo que se te da?  Medítalo pues serás llamado a cuentas de todo lo que se te entregó y lo que hiciste con ello.

Oración

Padre: te pido que pongas sabiduría y amor en mi corazón para ser sabio en cómo cuidar tu creación y señorear en ella conforme a tu voluntad.  También te pido que me guíes para señorear en todos los aspectos de mi vida de manera que sea agradable a Ti aunque vaya en contra de mis deseos.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén.

22 abr 2015

Salmos 8:3-4

Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: ¿Qué es el hombre para que en él pienses?  ¿Qué es el ser humano para que lo tomes en cuenta?



Una pregunta muy común cuando se habla de Dios es: ¿Por qué Dios permite esto o aquello?  Ejemplos como las guerras, el hambre, las enfermedades, los secuestros o asaltos, los asesinatos y violaciones, en general, toda la lista de las maldades que hacemos como hombres, entran en esa pregunta.  ¿Por qué Dios lo permite?  ¿Sabes?  Esa pregunta habla mucho de dónde está posicionado nuestro corazón y nuestra manera de entender la vida.  Cuando uno quiere acomodar a Jehová a su entendimiento, uno se siente con el derecho y la autoridad para cuestionar y reclamar sus obras.  Por otro lado, cuando uno acepta a Cristo y busca vivir conforme a su voluntad, las palabras de David en este salmo son sumamente poderosas, edificantes y transformadoras.  Nos abren los ojos y renuevan el entendimiento.  ¿Quién soy yo para cuestionar a Jehová?  ¿Quién soy yo para que en mí pienses?  ¿Quién soy yo para que me tomes en cuenta?  ¡Nadie!  No soy nadie.  No he hecho nada para merecer el perdón que Dios me ha otorgado.  Tampoco merezco el amor que derrama sobre mí.  Por lo tanto, la interrogante no es el por qué Dios permite esto o aquello sino quién soy yo para cuestionarle.  ¿Lo puedes entender?  Jehová creó con sus dedos los cielos.  Ni siquiera la mano entera necesita para crear lo que nosotros jamás podríamos crear.  Nuestra carne nos lleva a ser egocéntricos mientras que el Espíritu nos dirige a la humildad, el servicio y la obediencia a Dios.  Hay gente que necesita “tocar fondo” para darse cuenta que no merece nada y sin embargo Dios sigue ahí con los brazos extendidos.  No seas necio y soberbio.  No esperes a que tu vida se desmorone para entender que el egocentrismo no lleva a nada bueno mientras que una vida Cristo céntrica produce bendición. 
Respondiendo la pregunta inicial, no es Dios quien permite todas esas maldades sino el hombre que está alejado de Él.  Medita en el pasaje de hoy.  Medita en dónde está tu corazón.  En dónde están tus pensamientos.  ¿Vives agradecido?  ¿Vives con gozo?  Si tu respuesta es negativa es porque no has entendido las palabras de David en este salmo.

Oración

Señor: vengo de rodillas a pedirte perdón.  No soy nadie para cuestionarte ni para merecer nada de Ti.  Gracias por derramar tu amor sobre los que te pedimos perdón y recibimos a tu Hijo Jesús.  Gracias por darnos tanto.  Yo te pido que mi vida pueda ser testimonio del gran amor que me tienes y lo maravilloso que eres.  Gracias por fijarte en mí.  Gracias por tomarme en cuenta.  Gracias por conocerme a la perfección.  Gracias por la esperanza que traes a mi vida.  En Cristo Jesús.  Amén