(Mis enemigos que me
odiaban) Pedían ayuda; no hubo quien los salvara. Al Señor clamaron pero no les respondió. Los desmenucé. Parecían polvo disperso por el viento. ¡Los pisoteé como al lodo de las calles!
En la biblia encontramos
muchos ejemplos sobre las dificultades que atravesaremos. En ningún momento se nos esconde que habrá
pruebas y que vendrán días en los que parecerá que Dios nos ha abandonado. Sin embargo, en cada uno de los ejemplos que
leemos hay un pequeño y gran detalle: Dios siempre responde. Lo repito: Dios siempre responde a sus
hijos. David nos está contando los
eventos que sucedieron después de su persecución. Nos habla de cómo el Señor le escuchó,
respondió y le libró de sus enemigos. Al mismo tiempo, nos dice cómo no
contestó a los que clamaron a Él que odiaban a David. ¡Esta es una gran enseñanza! Mateo 7:21 dice: no todo el que me dice: Señor, Señor entrará en el reino de los cielos
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 1 Juan 2:19 dice: salieron de nosotros pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido
de nosotros habrían permanecido con nosotros pero salieron para que se
manifestase que no todos son de nosotros.
Debes tener claro que el Señor siempre responde a sus hijos, nunca nos
abandona y nos protege en todo momento.
Cuando David dice que sus enemigos claman al Señor y no responde, no es
porque Dios es malo sino que cumple su palabra y responde a los que permanecen
en Él y a los que verdaderamente son de Él.
No te confundas pues Satanás quiere hacerte pensar que Dios puede
contestar a algunos y a otros no. Lo que
también debes tener presente es la importancia de realmente permanecer a
Él. El cristianismo no es una religión. Te lo repito.
El cristianismo no es una religión.
Una religión no lleva a las personas al cielo o al infierno. La falta de comunión con Cristo y Dios Padre
es lo que define a dónde se va una persona al morir. Examina tu vida. ¿Realmente eres de Cristo? No sea que estás del lado de los que dicen
Señor, Señor pero Dios nunca les conoció.
Todo esto lo escribo porque al estudiar este pasaje me sorprendió notar
que los enemigos de David clamaron al Señor y no les respondió. Si juntamos los pasajes que puse de Mateo y
Juan, podemos entender el por qué de esta falta de repuesta. Entonces resulta interesante cuestionarse
quién es y quién no es parte de la familia del Señor.
Jehová nos insiste que al
permanecer en Él las batallas están ganadas.
La historia de David es un reflejo de ello. El Señor se encargó de eliminar a sus
enemigos y mostrar su mano poderosa. No hubo
dificultad para David. Nos dice la
biblia que los aplastó y parecían polvo disperso. Eso es lo que sucede cuando dejamos que
Cristo tome el control. Las circunstancias
permanecen igual pero ahora Él se encargará de derribar todo lo que tenemos
frente a nosotros y llevarnos a la victoria para que nos gocemos y demos la
gloria a Él.
Oración
Padre: yo quiero estar de
tu lado. No quiero ser de los que dicen
tu nombre pero realmente no permanecen a tu familia. Perdona mis pecados. Reconozco que Cristo murió por mí y que
solamente a través de Él puedo ser reconciliado contigo. Padre, yo quiero clamar a Ti y escuchar tu respuesta. Quiero permanecer en Ti. Quiero servirte. Quiero obedecerte. Heme aquí mi Señor. En el nombre de Jesucristo. Amén
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