Vistas de página en total

29 ago 2016

Salmos 30:1-2 Te exaltaré Señor porque me levantaste, porque no dejaste que mis enemigos se burlaran de mí. Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste.

Dicen que los perros adoptados de la calle son los más agradecidos…  ¿Por qué será?  Pienso que, aquellos que sufren carencias, tienen mucho mayor entendimiento que los demás.  Tienen una mejor perspectiva de las cosas.  Saben el valor que tiene lo que los demás desprecian.  Como seres humanos, una y otra vez cometemos el mismo error: la soberbia.  No lo digo yo ni necesito estudios para demostrarlo.  Simplemente lee la biblia y encontrarás una y otra vez ejemplos de cómo caemos ante el mismo pecado.  Empezamos con Adán y Eva, seguidos por Jonás, Saúl y el mismo pueblo de Israel.  El Señor nos levanta, nos exalta, nos pone por encima de nuestros enemigos para que, después de un tiempo se nos olvide y comenzamos a actuar bajo nuestras propias expectativas y tomamos nuestras propias decisiones.  ¿Acaso necesitamos estar perdiéndolo todo para comprometernos con Jehová como Él lo pide?  ¿Tan necios somos?  Yo espero que no.  Espero que cada uno de nosotros pueda aprender, no solo de los errores propios sino de los de los demás para poder encaminarse en obediencia al Señor de una manera más rápida y segura.  Vuelve a leer el pasaje y pon atención a lo que David está diciendo.  David estuvo a punto de morir asesinado.  Después de ver cómo toda tu vida se desmorona para después verla reestablecida al grado de ser rey debe resultar sumamente emotivo.  Cuando David vio que las cosas cambiaron a su favor no se olvidó de Aquél que le mantuvo durante sus días oscuros sino que inmediatamente le reconoció y le dio la gloria.  “Te exaltaré Señor”.  No busca la exaltación para él mismo sino que reconoce de dónde proviene todo.  Identifica la verdadera fuente para seguir adelante.  Pienso que esto es justamente lo que sucede con los perros de la calle al ser adoptados.  Saben cómo vivían antes y cómo viven ahora.  Saben las condiciones que atravesaban contra lo que hoy tienen por delante.  ¿Cómo no estar agradecido?  ¿Cómo reclamar u olvidar lo que han hecho por ti?  Parece fácil pero la realidad es muy distinta.  Recientemente meditaba sobre el Éxodo.  Los israelitas habían vivido en carne propia los milagros del Señor.  Una y otra vez se mostró Jehová poderoso y amoroso para con su pueblo.  Sin embargo, siempre encontraron la manera de apartarse de Él.  Si nunca hubieran desobedecido, su trayecto les hubiera según algunas personas de 10 días a un par de meses máximo.  Pero su soberbia (desobediencia) hizo que Dios no lo permitiera y estuvieron cuarenta años caminando por el desierto.  ¡El desierto!  ¿Cómo es posible que hasta en un desierto encontraron formas para apartarse de Dios?  Pensaría que hoy en día tenemos muchas distracciones pero en un desierto pareciera imposible tener otra cosa en qué pensar que en alabar al Dios que te ha rescatado.  Pero la realidad es que somos soberbios y desobedientes.  Por eso es bueno leer pasajes como el de hoy.  Pasajes que nos ayudan a recordar de dónde venimos.  De qué tan abatidos estábamos y cuán poca esperanza teníamos antes de conocer al Señor.  Si le has pedido ayuda a Dios y ha contestado tus oraciones, no tardes un minuto más y dale la honra y gloria que se merece.  Reconoce su amor, gracia y grandeza.  No olvidemos quién es Él y quiénes somos nosotros pues ahí empieza siempre la perdición.
Oración

Padre: te doy gracias por tu amor, gracia y paciencia.  Gracias por siempre buscarme y estar deseoso de tener comunión conmigo.  Gracias por los milagros que haces diariamente en mi vida y te pido nunca deje de ver tu mano trabajando.  No permitas que mi orgullo estorbe en mi comunión contigo.  Perdona mis pecados.  Guíame en tu voluntad.  A Ti sea la gloria.  En el nombre de Jesús.  Amén

24 ago 2016

Salmos 29:11 El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz.

¿Sabes cómo funciona la cultura allá afuera?  Te voy a dar unos ejemplos: el dinero fortalece.  El poder fortalece.  El éxito profesional fortalece.  El poderío militar fortalece.  La abundancia fortalece.  Otros ejemplos son: busca la paz en tu interior.  Sigue tus instintos y alcanzarás paz.  Tienes que estar en paz contigo mismo para estar en paz con  los demás.  Sal de vacaciones, de la rutina para lograr tener paz.  La paz llega con estabilidad económica.  La paz llega con la ausencia de problemas.  La paz llega cuando hay salud.  La paz llega cuando hay amor.  ¿Te parecen conocidas estas frases?  Tal vez pienses que varias de ellas son correctas.  Justamente hoy quiero decirte lo contrario.  No lo son.  De hecho, son totalmente falsas.  No resulta natural entender el por qué son falsas.  Uno tiene que ir aprendiendo a discernir entre lo carnal y lo espiritual y esto no se da de un día para otro.  Por ejemplo, hay gente que cree en Dios pero todavía no entiende que el aborto va en contra de Su voluntad.  Poco a poco tenemos que ir creciendo en nuestro conocimiento de Él para poder actuar conforme a Su voluntad.  No te preocupes si te equivocas.  No te preocupes si te falta mucho por descubrir.  Cada día termina convencido que te has acercado más a Él y le amas más que el día anterior.  ¡Ese será un gran día!  Ahora, ¿qué dice el último versículo del capítulo 29?  Nos explica claramente dónde encontrar la fuerza y la paz para vivir cada día.  No hay nada que interpretar.  No hay nada escondido.  Claramente nos dice: el Señor fortalece a su pueblo, el Señor bendice a su pueblo con la paz.  ¿Sabes por qué la gente se confunde y piensa que los ejemplos que escribí sobre cómo recibir paz o tener fortaleza son ciertos?  Porque en cierta medida sí dan un tipo de paz y un tipo de fortaleza.  Me explico mejor.  El tener dinero puede darte paz pues podrás estar convencido que tendrás dónde dormir, qué comer y qué vestir.  ¿Cierto?  Pero ¿qué pasa cuando te asaltan, cuando algún ser querido fallece o cae enfermo?  ¿De qué sirve ese dinero para traer paz a tu vida?  ¡De nada!  El poder da cierta fortaleza.  Uno puede acomodar ciertas áreas a su antojo y beneficio.  Sin embargo, ¿qué poder puede decidir cuánto vivirá uno?  ¿Qué poder puede proteger a sus hijos para que no les pase nada?  Ninguno.  Como humanos nos confundimos con lo que vemos y olvidamos lo más importante: lo que no vemos.  Pensamos que la paz la podemos encontrar en alguna parte mientras que Dios nos dice muy claro que Él es quien da la paz.  Y no es una paz temporal o limitada.  Es una paz que abunda y cubre todas nuestras preocupaciones.  ¿Te das cuenta?  Vivimos engañados.  Los medios no promueven esta paz.  Los medios no promueven la fortaleza en el Señor.  Te promueven lo que les conviene promover.  Venderte un hotel para que tengas “paz”.  Piénsalo.  Medita en esto por un tiempo para que puedas procesarlo.  Toma tiempo pues te estoy diciendo que tu forma de pensar hasta ahora está equivocada.  ¿Estás abrumado?  ¿Necesitas ánimo para seguir adelante?  ¿Demasiado estrés?  ¿Demasiada tristeza?  ¿Falta de paz?  Ahora ya sabes dónde está la fuente de la fortaleza y la paz para cada día de tu vida.  Acude a Él.  Pasa tiempo con Él.  Permanece en Él.

Oración

Señor: tu palabra es maravillosa.  Abre mi mente y entendimiento como nunca imaginé.  Gracias por mostrarme tu camino y ayudarme a corregir mis pasos.  Hoy entiendo lo alejado que está este mundo de Ti y cuánta necesidad tengo de Ti.  Hoy vengo a tus pies pidiendo porque me llenes de tu fortaleza y de tu paz.  Llena mi vida.  Que las circunstancias no reinen sobre mi sino tu paz.  Perdona mis pecados y límpiame.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén

16 ago 2016

Salmos 29:10 El Señor tiene su trono sobre las lluvias; el Señor reina por siempre.

Cuando Dios pidió a Noé que construyera el arca pues habría de llover por 40 días y 40 noches, podemos darnos cuenta de lo que significa la lluvia pues cubrió toda la faz de la tierra incluyendo la montaña más alta.  Cuando hay un huracán o tormenta tropical, dicen que lo que más complica la situación no son los vientos sino que no pare de llover.  Los vientos como quiera destruyen y se terminan pero la lluvia frena toda posibilidad de hacer algo.  Sin embargo, el versículo dice que Dios tiene su trono por encima de las lluvias y reina por siempre.  Piénsalo.  No se trata de poesía ni alguna idea vaga.  Es una pequeña muestra de la grandeza del trono de Dios. 
Muchas veces he meditado en los milagros que hizo Jesús.  Las sanaciones.  Reprender tormentas.  Levantar a Lázaro de la muerte.  Alimentar a miles de personas con tan solo unos cuantos panes.  ¿Para qué lo hizo?  Lo que yo entiendo es que lo hizo para demostrarnos que tiene autoridad por encima de todo lo que vemos y más allá pues su milagro más importante es cuando dice: tus pecados te son perdonados; ve y no peques más; levántate y no peques más.  Lo hizo para enseñarnos a enfocarnos en lo que realmente es importante: la vida espiritual.  Mientras nosotros nos preocupamos por qué comeremos, vestiremos o dónde habitaremos, el Señor nos dice: Yo tengo poder por encima de todo lo que ves, preocúpate por amar a tu prójimo, por perdonar, por dejar de mentir, por ayudar, por vivir una vida que brinda gloria al Señor.  ¿Lo puedes entender?  Es totalmente opuesto a lo que aprendemos en la cultura de hoy.  La televisión te dice que debes ser de tal o cual forma en el aspecto físico y material mientras que Dios te muestra cómo transformar tu interior y por consecuencia tu exterior lo proyecta.  No se trata de buscar en tu interior.  No se trata de buscar en tu corazón.  No se trata de pensar positivo ni buscando atraer nada.  Se trata de entender que Jehová reina y su trono está por encima de las lluvias.  Deja de preocuparte por lo material.  Deja de preocuparte por lo pasajero y dedícate a cambiar para lo eterno. 
Uno de los mejores testimonios, ejemplos de vida, que he visto es cuando un familiar cercano como un padre, madre o hijo fallece y la familia se encuentra triste pero al mismo tiempo gozosa y con esperanza de que saben que ahora la persona que ha fallecido se encuentra con el Señor.  Saben que es cuestión de tiempo para reencontrarse con ellos y esto les trae gozo.  Por el contrario, las personas que no quieren aceptar al Señor, que prefieren vivir con lo que ven y no ir más allá se acaban cuando llega la muerte.  ¿Cómo puede existir esperanza sin Dios?  ¿Cómo puede existir certeza sin la palabra del Señor?  Imposible.  Mientras unos se atemorizan por las “tormentas”, otros nos gozamos en ellas pues sabemos que podemos confiar en nuestro Señor que reina por encima de todas.
Oración

Padre: en Ti confío.  Te pido perdón por mis pecados y que transformes mi forma de pensar para entender tu camino y no apartarme de Ti.  Hoy entiendo que debo poner atención a mi vida espiritual y te pido que abras mis ojos y pueda darme cuenta de todo aquello que va en contra de Ti.  Gracias mi Señor por tu amor en el nombre de Jesús Amén.