Como dice una frase famosa: vivió
para contarlo; así le pasó a David.
Simplemente vivió para contarlo.
El título de este salmo es: acción de gracias por haber sido librado de
la muerte. Hace unos meses escuché una
de las predicaciones más impresionantes.
El pastor de la iglesia Saddleback y autor del famoso libro Una vida con
Propósito, Rick Warren, contaba acerca del suicidio que cometió su hijo y lo
extremadamente doloroso que había sido y seguía siendo para su esposa, para él
y para su familia. Pero terminó diciendo
que todo ese sufrimiento ahora lo utilizaba para dar gloria al Señor. “Vivió para contarlo”. No se quedó siendo víctima ni cuestionando
por qué Dios permitió ese dolor tan grande.
No se quedó sin hacer nada al respecto y dejando que su dolor tomara
posesión y control de su vida. Piénsalo. Perder a un hijo es probablemente de las
cosas más duras que uno puede experimentar.
Como una persona entregada al Señor, Rick decidió poner ese dolor al
servicio del Señor y “vivió para contarlo”.
Tristemente, muchos de nosotros “vivimos para no contarlo”. Dios hace milagros en nuestra vida. Nos saca de problemas. Nos da salud.
Nos prospera. Nos da paz cuando
las circunstancias son difíciles. Todo
para que, cuando alguien nos pregunta: ¿cómo te sientes? ¿cómo te fue con esta situación? ¡qué bueno que ya estás mejor! nosotros digamos “ah, sí gracias”. Vivimos para no contarlo. Es triste.
Esto que lees me lo digo a mí mismo y sé que hay muchos allá afuera como
yo que tienen este mismo problema. David
era un extraordinario músico. Lo sé
porque la biblia nos lo dice y justamente por esa cualidad conoce a Saúl. Él utilizó ese gran talento para Dios
escribiendo gran cantidad de Salmos.
Todos llenos de pasión. De angustia. De búsqueda por el Señor. De desesperación. De gozo.
De agradecimiento. Insisto: vivió
para contarlo. Ahora nos preocupamos por
incomodar a alguien. No queremos entrar
en discusiones y dejamos que lo “políticamente correcto” apague nuestro deber
de compartir el evangelio. ¿Sabes? A la gente le puedes hablar mucho sobre la
biblia y algo te escucharán pero si les compartes sobre Dios y después ven cómo
transformas tu vida: eso creará un verdadero impacto.
Medita en tu vida. ¿Dónde está Dios? ¿Le reconoces constantemente? ¿Compartes de Él? ¿Vives para Él? ¿Vives para contarlo o para no contarlo? Yo espero que de ahora en adelante pongas más
atención a todo lo que sucede en tu vida y le pidas a Dios que te muestre cómo
ser transformado para que te vuelvas en un ejemplo vivo de lo que significa
vivir para Jehová. Vive para
contarlo. Vive para decirle al mundo que
Dios nos ama y que no hay pecado que su amor y sacrificio en la cruz no pueda
cubrir.
Oración
Padre: aquí estoy a tus pies para
pedirte perdón por mis pecados. Te pido
que me limpies para que pueda tener comunión contigo y escuchar tu voz. Hoy quiero cambiar y vivir para contar tus
milagros en mi vida. Lléname de Ti, de
tu amor, de tu paciencia, de tu sabiduría y misericordia para que mis actos
sean siempre conforme a tu voluntad y un verdadero ejemplo de cómo transformas
corazones. En Cristo Jesús. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario