Dicen que los perros adoptados de la
calle son los más agradecidos… ¿Por qué
será? Pienso que, aquellos que sufren
carencias, tienen mucho mayor entendimiento que los demás. Tienen una mejor perspectiva de las
cosas. Saben el valor que tiene lo que
los demás desprecian. Como seres
humanos, una y otra vez cometemos el mismo error: la soberbia. No lo digo yo ni necesito estudios para
demostrarlo. Simplemente lee la biblia y
encontrarás una y otra vez ejemplos de cómo caemos ante el mismo pecado. Empezamos con Adán y Eva, seguidos por Jonás,
Saúl y el mismo pueblo de Israel. El Señor
nos levanta, nos exalta, nos pone por encima de nuestros enemigos para que,
después de un tiempo se nos olvide y comenzamos a actuar bajo nuestras propias
expectativas y tomamos nuestras propias decisiones. ¿Acaso necesitamos estar perdiéndolo todo para
comprometernos con Jehová como Él lo pide?
¿Tan necios somos? Yo espero que
no. Espero que cada uno de nosotros
pueda aprender, no solo de los errores propios sino de los de los demás para
poder encaminarse en obediencia al Señor de una manera más rápida y
segura. Vuelve a leer el pasaje y pon
atención a lo que David está diciendo.
David estuvo a punto de morir asesinado.
Después de ver cómo toda tu vida se desmorona para después verla
reestablecida al grado de ser rey debe resultar sumamente emotivo. Cuando David vio que las cosas cambiaron a su
favor no se olvidó de Aquél que le mantuvo durante sus días oscuros sino que
inmediatamente le reconoció y le dio la gloria.
“Te exaltaré Señor”. No busca la exaltación para él mismo sino que
reconoce de dónde proviene todo. Identifica
la verdadera fuente para seguir adelante.
Pienso que esto es justamente lo que sucede con los perros de la calle
al ser adoptados. Saben cómo vivían
antes y cómo viven ahora. Saben las
condiciones que atravesaban contra lo que hoy tienen por delante. ¿Cómo no estar agradecido? ¿Cómo reclamar u olvidar lo que han hecho por
ti? Parece fácil pero la realidad es muy
distinta. Recientemente meditaba sobre
el Éxodo. Los israelitas habían vivido
en carne propia los milagros del Señor.
Una y otra vez se mostró Jehová poderoso y amoroso para con su pueblo. Sin embargo, siempre encontraron la manera de
apartarse de Él. Si nunca hubieran
desobedecido, su trayecto les hubiera según algunas personas de 10 días a un
par de meses máximo. Pero su soberbia
(desobediencia) hizo que Dios no lo permitiera y estuvieron cuarenta años
caminando por el desierto. ¡El
desierto! ¿Cómo es posible que hasta en
un desierto encontraron formas para apartarse de Dios? Pensaría que hoy en día tenemos muchas
distracciones pero en un desierto pareciera imposible tener otra cosa en qué
pensar que en alabar al Dios que te ha rescatado. Pero la realidad es que somos soberbios y
desobedientes. Por eso es bueno leer
pasajes como el de hoy. Pasajes que nos
ayudan a recordar de dónde venimos. De qué
tan abatidos estábamos y cuán poca esperanza teníamos antes de conocer al
Señor. Si le has pedido ayuda a Dios y
ha contestado tus oraciones, no tardes un minuto más y dale la honra y gloria
que se merece. Reconoce su amor, gracia
y grandeza. No olvidemos quién es Él y
quiénes somos nosotros pues ahí empieza siempre la perdición.
Oración
Padre: te doy gracias por tu amor,
gracia y paciencia. Gracias por siempre
buscarme y estar deseoso de tener comunión conmigo. Gracias por los milagros que haces
diariamente en mi vida y te pido nunca deje de ver tu mano trabajando. No permitas que mi orgullo estorbe en mi
comunión contigo. Perdona mis
pecados. Guíame en tu voluntad. A Ti sea la gloria. En el nombre de Jesús. Amén
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