Personalmente pienso que David tiene
un carácter muy parecido al de Pedro. Un
día sale a luchar contra el gigante Goliat, confiado en que el Señor ya ha dado
la victoria mientras al otro día comete adulterio con Betsabé y termina
asesinando a su esposo. Pedro es el
primero en confesar que Jesús es el mesías y también el primero en negarlo tres
veces. Estos son los ejemplos que
tenemos en la biblia. Personas reales. Con dudas.
Con problemas. Con sentimientos. Con pasiones.
Hoy quiero meditar en las palabras de estos tres versículos. David, descrito por Dios como un hombre
conforme a su corazón, nos muestra sus momentos más sensibles. Nos abre su corazón y podemos sentir su
vulnerabilidad. Había sido ungido para
ser rey y ahora era perseguido por Saúl sin haber hecho nada malo. Guíame, le pide a Dios. ¿Te has sentido así? ¿Sin rumbo?
¿Sin saber cómo tomar una decisión?
“Guíame” le dice David al Señor.
Tú eres mi roca y mi fortaleza, guíame.
Parecieran sencillas sus palabras pero son mucho más profundas cuando analizamos
el contexto. El rey Saúl perseguía a David
por envidia. La gente cantaba que Saúl
vencía a mil enemigos mientras que David vencía a diez mil. Es muy probable que, de haberlo querido,
David hubiera podido haber dado un golpe de estado y quitar a Saúl del
trono. Tenía todo el apoyo de la
gente. De hecho, tuvo dos ocasiones para
asesinar a Saúl y decidió no hacerlo.
¿Por qué? Porque tenía muy claro
que Jehová lo había puesto ahí como rey y Él decidiría cuando lo quitaría. En palabras de David: no puedo matar al ungido del Señor.
¿Te das cuenta? David no estaba
pasando por un buen momento. Podía reaccionar
conforme a sus impulsos. Gritar que no
era justo y tomar justicia por su propia voluntad quitando a Saúl pero no lo
hizo. Sufrió persecución injustamente y
en su corazón cantaba este salmo: guíame Señor, mi roca, mi fortaleza, líbrame
pues en Ti confío. Imagina por un
momento esa lucha entre sus impulsos y carnalidad diciéndole que es injusta su
situación, que debe salir y hacer algo al respecto mientras que por otro lado,
sabe que Dios tiene un mejor camino y clama a Él para que lo muestre. Ahora medita en cómo reaccionas ante las
injusticias en tu vida. ¿Qué haces
cuando algo no te gusta? ¿Dónde buscas
consejo? ¿Cómo decides? Si David, siendo linaje escogido para que de
su descendencia naciera Jesús, pedía dirección a Jehová, me parece fácil
entender que nosotros debemos buscar aún más el mismo camino. Aprende a controlar tus impulsos y dejar que
Dios muestre un camino distinto. Ten fe
en que Él tiene bendiciones para ti aunque las cosas estén de cabeza. Pide que dirija tu vida. Acude a Él para que sea tu roca y tu
fortaleza.
Oración
Señor: solamente tú puedes sacarme
adelante. Solamente tú puedes ser mi
roca y mi fortaleza cuando las cosas no tienen sentido y mi instinto busca
actuar de manera incorrecta. Lléname de
tu paz y guíame para actuar conforme a tu voluntad. Abre mi entendimiento y fortaléceme pues
quiero decidir por ti y para ti. Te lo
pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario