Hace unos años, tenía muy buena
relación con un vecino. Continuamente estaba
en su casa o él en la mía. Después de un
incidente, la amistad terminó. Me causó
tristeza pues lo estimaba junto con su esposa.
Pedí a Dios que pusiera amor en mi corazón y traté de llevar nuevamente
una amistad pero fue notorio que ellos no lo querían. El incidente no fue nada grave ni en contra
de ellos o nosotros, sin embargo, fue suficiente para terminar la
relación. Estoy seguro que tienes
relaciones que estimas y consideras importantes en tu vida. Tal vez hayas tenido alguna situación como la
mía donde se terminó una amistad sin tener un fundamento suficiente para que
haya sido así. Bien, pues en el
devocional de hoy vemos a David triste, angustiado, consumido y agotado. ¿Por qué?
Porque su amigo, el rey Saúl, tenía envidia de él y lo buscaba para
matarle. Su amistad había terminado por
celos. David no había hecho nada más que
servir a su rey y obedecer en todo lo que le pedía. Había sido fiel. Tenía una excelente amistad con su hijo
Jonathan y justamente fue él quien le ayudó a escapar de las manos de su padre
para que no lo asesinaran. ¿Por qué
pasan estas cosas? No lo sé. Así como escribí hace unos días que tampoco
sé porque hay sufrimiento, tampoco entiendo bien por qué Dios permite estas
cosas. Si bien, son creadas por nuestro
pecado y naturaleza caída, Dios podría no permitir que pasaran. Pero tiene un propósito y dentro de su
sabiduría, yo estoy convencido que todo lo que nos pasa, es para edificarnos y
bendecirnos. Es triste perder una
amistad. Es más difícil ser perseguido
cuando no has hecho nada más que servir y obedecer. David estaba sufriendo por algo que, al
parecer de muchos, no merecía. Sin embargo,
algo que sí sé, es que Dios tiene planes que van más allá de nuestro
entendimiento y, cuando podemos verlos en retrospectiva o, históricamente,
podemos conectar los puntos de manera fascinante. Hoy puedo ver que esa persecución de Saúl a
David hizo que David mostrara lo que realmente había en su corazón. Aún teniendo la oportunidad de acabar con su
persecución y matar a Saúl, decidió no hacerlo y esperar a que Dios decidiera
tomar cartas en el asunto. Estoy convencido
que fue un proceso de crecimiento espiritual de extremada importancia para
David. Personalemente puede
identificarme con los adjetivos que David utiliza en este pasaje. Vuelve a leerlos detenidamente. Estoy angustiado. Triste.
Consumido. Tengo dolor en mi
cuerpo, mis huesos y mi alma. Todo esto
clama David a Dios. ¿Te has sentido así? Son en estos momentos cuando realmente
reconoces tu necesidad de Dios. Son en
momentos así cuando te entregas y vienes de rodillas a Él. Esos momentos son maravillosos. Vienes al Señor aplastado, entregas toda tu
carga a Él y Él se encarga de cambiarla por una ligera y llenarte de paz y
gozo. Si no has experimentado esto,
quiero decirte que no tienes una verdadera comunión con Dios.
Oración
Padre: quiero tener una verdadera comunión
contigo. Te pido perdones mis pecados y
traigas luz a mi oscuridad. Abre un
camino nuevo ante todo lo que me abruma.
Toma mis angustias. Toma mi vida
pues en Ti confío. Te pido me llenes de
tu paz y consuelo para que pueda dejar atrás todos estos sentimientos que me
consumen y pueda experimentar tu vida en abundancia. Te lo pido en Cristo Jesús. Amén.
1 comentario:
Es real que Dios Padre siempre tiene planes, propósitos más grandes que las circunstancias que permite vivamos. Es difícil entenderlo y más aceptarlos, pero llega el momento que nos mostrará " para que " lo permitió y también que Su Misericordia y Gracia estuvo siempre con nosotros.Nunca estamos solos.
Publicar un comentario