Hubo un punto en mi vida en el que
tuve que decidir si realmente creía en Dios y todo lo que dice su palabra. Siempre he creído en Él pero no transformaba
mi vida para reflejar esa creencia. Dicho
de otra manera: escogía lo que me gustaba de su palabra y lo que no,
simplemente pensaba que era para aquellos exagerados y fanáticos que querían
hacer todo “al pie de la letra”. Poco a
poco, su palabra siguió creciendo en mí hasta que ya no pude seguir igual. Tenía que decidir. No podía decir que era su seguidor los
domingos para salir el lunes a hacer lo que quisiera sin importarme que
estuviera conforme a su voluntad. ¿Te ha
pasado? ¿Estás en esta situación? No fue poco tiempo el que pasé actuando
así. Tristemente las cosas que no son de
Dios me parecían atractivas y no quería dejarlas. Al mismo tiempo, leía que Pablo enseñaba que
en su vida, todo lo que antes consideraba de valor (o atractivo) ahora lo
consideraba basura. Estas palabras
creaban (y siguen creando) un gran impacto en mi vida. Me hacían pensar que yo debía cambiar. Me hacían pensar que tenía que entregar
realmente mi vida a Jehová. Hoy, después
de muchos años, cosecho el fruto de esa decisión. Gracias a Dios porque nunca me dejó de
buscar. Gracias a los que me rodeaban
que siempre siguieron enseñándome su palabra.
Hoy quiero animarte a que tomes la misma decisión. Vuelve a leer el salmo. Trata de ponerte en los zapatos de David mientras
dice estas palabras. En Ti confío. Tú eres mi Dios. Mi vida entera está en tus manos. ¿Quién es el dueño de tu vida? Se honesto.
No sirve de nada que te engañes.
David dice: mi vida entera está en tus manos. Sin restricciones. No había absolutamente nada que David
guardara del Señor. Esa fue la decisión
que tomé. Si Dios dice algo, lo
hago. Obviamente no soy perfecto y
cometo muchos errores pero mi actitud es perseverar en su palabra para que Él
me transforme y termine haciendo su voluntad de manera natural. Hoy puedo decir confiado: en Ti confío; Tú
eres mi Dios; Mi vida entera está en tus manos.
No hay nada más maravilloso que uno pueda decir. Ni la salud, ni la riqueza, ni el poder o la
fama pueden crear tal gozo. Solamente Dios
puede llenarnos cuando le entregamos nuestra vida entera. David estaba pasando por un momento difícil
mientras decía estas palabras. Tal vez
estás en una situación similar donde no encuentras por dónde caminar. Tal vez te sientes solo o deprimido. Tal vez no quieras seguir viviendo y sientas
que a nadie le importa tu vida. No es
casualidad que estés leyendo esto. Es Dios
mismo hablándote y diciéndote que está con los brazos abiertos y listo para que
lo hagas el rey de tu vida y puedas vivir confiado en Él. Te animo nuevamente a que hagas lo mismo que
yo hice hace muchos años pues ha sido la mejor decisión de mi vida.
Oración
Padre: quiero pedirte que seas mi
Dios, mi Rey, mi Salvador, mi Todo. Quiero
vivir confiado en Ti. Descansando en
Ti. Gozándome y riendo en Ti. Gracias por rescatarme y darme
esperanza. Gracias por amarme y hacerme
sentir amado. Toma mi vida entera mi
Dios. te lo pido en el nombre de Cristo
Jesús. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario