Vistas de página en total

22 jun 2021

Salmos 38:18 Por tanto, confesaré mi maldad, y me contristaré por mi pecado.


En los versículos anteriores, David está abriendo su corazón y expresando todo su dolor y sufrimiento.  Versículo 6 estoy doblado y humillado; versículo 7, mis lomos están llenos de ardor; versículo 8, estoy debilitado y molido; versículo 10, mi corazón está acongojado; versículo 17, mi dolor está delante de mí continuamente.  Es claro que no la estaba pasando bien.  Es claro también, que su pecado era la causa de ese sufrimiento.  Finalmente llega a una conclusión: debo confesarlo todo.  Como siempre he escrito, la vida de David es fascinante cuando la vemos con ojos humanos y, al mismo tiempo, cuando entendemos que la misma Biblia nos describe su corazón como uno agradable a Dios.  Cuando escuchamos historias de alguien que hizo algo increíble pensamos que esas personas son diferentes a nosotros mientras que la realidad es que también son seres humanos.  Hay personas que piensan que los personajes de la Biblia son superiores a nosotros o ejemplos inalcanzables.  ¡Falso!  Cada una de las personas que aparece en la Biblia fue una persona como tú y como yo.  Con momentos buenos y malos.  Con fallas y errores.  Con virtudes y vicios.  Pero lo que nos une a todos es que somos creación de Dios y el pecado nos separa de Él.  ¡No es imposible ser como David!  Simplemente hay que estudiar lo que hizo y seguir sus pasos.  1. Obedecer a Dios.  2. Confiar en Dios.  3. No apartarse de Dios.  4. Arrepentirse y confesar sus pecados a Dios.  5. Dar la gloria siempre a Dios.  No importan tus circunstancias.  No te quieras ocultar en que la gente no puede entender tus problemas.  Los pasos son los mismos para todos.  David hizo mucho bien pero también hizo mucho mal.  No siempre tomó buenas decisiones.  No siempre fue rey.  Su familia no era perfecta.  Pasó mucho sufrimiento e hizo que otros sufrieran.  El versículo de hoy por eso resulta fascinante.  Porque nos muestra el corazón de David.  “Voy a confesar mi pecado” dice David.  ¿Ya confesaste tu pecado?  ¿Ya reconociste lo que no le gusta a Dios?  Muchas veces nos metemos tanto en querer resolver nuestros problemas y sufrimientos que nos olvidamos de que el pecado es el que está ocasionando todo.  Pensamos que es esto o aquello y que la solución será de tal o cual manera mientras que la realidad es que necesitamos venir al Señor, doblar nuestra rodilla y corazón para confesar nuestros pecados y pedir perdón.  ¡Ahí está la solución!  ¡Ahí está la respuesta!  En la humillación y reconocimiento de nuestra necesidad de ser perdonados.  Piénsalo y medita en lo que necesitas confesar.

 

Oración

Padre: perdona mis pecados.  Tú eres la solución a todos mis problemas y por eso vengo a Ti, para pedirte que no me aparte de Ti, que no dude de Ti y que nunca deje de darte la gloria.  Lléname de tu paz y límpiame.  En Cristo Jesús.  Amén 

16 jun 2021

Salmos 38:3 Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; ni hay paz en mis huesos a causa de mi pecado.

Uno de mis libros favoritos es Crimen y Castigo de Dostoievski.  Además de ser una gran novela tiene demasiada similitud a la realidad.  Sin contarles el final o gran parte del libro, la trama se basa en cuestionar si uno mismo se castiga más de lo que nos podría castigar la sociedad con las leyes que ponemos.  A lo largo de la historia, el personaje principal jamás deja de estar nervioso y ansioso.  ¡Lo mismo nos está diciendo este Salmo!  ¡Lo mismo pasa cuando hacemos algo malo!  Mientras la cultura nos intenta convencer que no hay problema al tomar decisiones que van en contra de lo que Dios quiere y pide, la realidad es que nuestro ser nunca puede tener paz ni gozo cuando estamos haciendo lo contrario a su voluntad.  En otras palabras: cuando pecamos, no podemos vivir contentos.  Cuando pecamos, no podemos estar en paz.  Cuando pecamos, no podemos ser felices.  El dinero no te hace feliz.  Una pareja no te hace feliz.  Una casa no te hace feliz.  El lugar donde vives no te hace feliz.  Solamente Dios es quien permite que seas feliz y disfrutes lo que tienes.  Eclesiastés 5:19 nos dice claramente que Dios nos da todo y además, nos permite disfrutar lo que nos da.  Entonces, cuando queremos hacer nuestra voluntad, las cosas a nuestra manera, sin importar lo que Dios diga o pida, y al mismo tiempo queremos ser felices, resulta simplemente imposible.  ¡Por eso el salmo nos dice que no tiene paz en sus huesos!  El pecado no nos permite tener paz.  ¡Es así de simple!  

Recientemente se dio la noticia que Bill Gates, uno de los tres hombres más ricos del mundo, se divorciaría de su esposa.  Lo pongo como ejemplo porque la mayoría de los problemas en parejas están relacionados a las finanzas.  La gente piensa que si tuvieran más dinero, tendrían menos problemas.  La realidad es que es nuestro pecado y el proceso de transformación que Dios hace en nosotros lo que ocasiona todos esos problemas entre parejas.  ¡No es el dinero!  Si el dinero fuera el problema, ninguno de los millonarios que están en las noticias se divorciaría.  ¿Lo puedes entender?  Nuestro pecado es el problema y no las circunstancias.  La paz se va cuando decidimos pecar y no venir a Dios pidiendo perdón.  La paz y el gozo se esfuman cuando pensamos que podemos seguir sin tener comunión con Dios.  Lo que realmente sucede cuando nos apartamos de Dios es que nuestros huesos claman pidiendo paz.  Tal cual lo describe este salmo.  ¿De qué lado estás?

 

Oración.

Señor: Vengo a Ti a pedirte perdón.  Ahora entiendo que mi falta de paz es ocasionada por mi pecado.  No quiero vivir apartado de ti y en desobediencia.  Quiero seguir tus mandamientos y servirte.  Guíame y no permitas que me aparte de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén.

7 jun 2021

Salmos 38:1-4 Jehová, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues en tu ira. Porque tus flechas me han atravesado, y sobre mí ha caído tu mano. Por causa de tu indignación, no hay nada sano en mi cuerpo; por causa de mi pecado, mis huesos no hallan descanso. Mis maldades me abruman, son una carga demasiado pesada.



Este salmo lo escribe el rey David quien le recordamos como un hombre conforme al corazón de Jehová.  Un ejemplo a seguir al que Dios le permitió reinar por 40 años y llenó de victorias, riquezas y tiempos de paz.  Ese mismo David, como tú y yo, pecaba.  En ningún momento fue perfecto.  Lo que lo separa del resto y, por ello aprendemos de él, es su deseo constante de servir al Señor y nunca apartarse de Él.  Sabía reconocer cuando se equivocaba y pedía perdón por lo que había hecho.  Este salmo es ejemplo de ello.  Sabe que pecó.  Sabe que Jehová no tolera el pecado.  Por esta razón, pide que Dios tenga compasión.  “No me castigues”.  “No me reprendas”.  Le dice a Dios.  Lo que me sorprende es cómo describe su situación: mis huesos no hallan descanso, mis maldades me abruman y su carga es demasiado pesada.  ¡Increíble!  ¡Cuando hacemos algo malo no hay forma de tener paz!  Simplemente no se puede tener paz mientras hacemos lo que no agrada a Dios.  Por más que pensemos lo contrario, no se puede.  Adán y Eva lo intentaron y fracasaron.  Inmediatamente sintieron pena y temor así que tuvieron que esconderse de Dios.  Zaqueo no podía ni acercarse a Jesús y por ello sube al árbol para siquiera poder verlo pasar.  ¡Su pecado no lo dejaba en paz!  David es una persona digna de admirar.  Tanto por lo bueno como por lo malo que hizo.  Lo bueno nos ayuda a entender lo increíble que es obedecer y servir al Señor.  Lo malo nos ayuda a entender las terribles consecuencias que tenemos cuando damos rienda suelta a nuestro cuerpo y damos la espalda al Espíritu.  Tal vez ahora estés atravesando una situación así.  Tal vez sabes que estás actuando mal y no puedes estar tranquilo.  También puede ser que hace tiempo que hiciste algo malo y nunca pediste perdón y, por esta razón, has venido arrastrando un lastre que no te deja estar en paz.  Lee el pasaje.  La biblia es muy clara.  El pecado siempre trae destrucción.  El pecado nos llena de cargas que nos aplastan y no podemos soportar.  Mientras que acudir al Señor, pedir perdón, pedir dirección y gracia siempre nos llena de paz, de sabiduría y gozo.  ¿Cuál quieres escoger?  ¡Ya no sigas dejando que tu orgullo te aparte de Dios y te aplaste como hasta ahora!  Mejor has esta oración y reconcíliate con el Señor.

 

Oración

Padre: Perdóname pues he pecado.  Muchas veces.  He preferido hacer caso a mis deseos sin importar que estén en contra de tu voluntad.  Vengo a Ti para pedirte perdón.  Por favor, ten misericordia de mi.  Que tu gracia se derrame sobre mi y pueda tener paz.  Te pido pueda vivir en tu gozo y dejar atrás esto que me aplasta.  En Cristo Jesús.  Amén.

31 may 2021

Salmos 37:39-40 Pero la salvación de los justos es de Jehová y Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará y los librará; los libertará de los impíos y los salvará, por cuanto en Él esperaron.

Lo primero que dice una persona que no quiere creer en Dios es: cómo puede ser justo Dios si Él decide quiénes se van al cielo y quiénes no.  Pareciera que tiene sentido su argumento hasta que pensamos en la otra opción: ¿quién decide entonces y bajo qué parámetro?  Aquí es cuando no tienen una respuesta.  Saben perfectamente que si dicen que los hombres podemos establecer ese parámetro, forzosamente sería injusto.  Entonces queda solamente Dios para poder decidir y seguir siendo justo.  Romanos es muy claro en cuanto a la manera en la que Dios nos escoge y separa (santifica) para servirle.  Por pura misericordia, para que ninguno de nosotros se gloríe.

¿Quieres salvación?  Está en Jehová.  ¿Quieres fortaleza?  Está en Jehová.  ¿Quieres ayuda?  Está en Jehová.  ¿Quieres ser liberado?  La salida está en Jehová.  Lee el pasaje nuevamente.  No dice que la salvación de los justos es cuando hacen tal sacrificio o logran algo.  Tampoco dice que nuestra fortaleza viene de ser perseverantes y nunca darnos por vencidos.  No dice que en los tiempos de angustia podemos salir adelante con pensamientos positivos.  El pasaje es muy claro: ¡Jehová es quien nos da todo lo que necesitamos!

Cada vez que atraviesas un momento difícil tienes dos opciones: tratar de resolverlo o tratar de entender lo que Dios quiere enseñarte.  Te lo repito porque es fácil de escuchar pero muy difícil de aceptar.  Tienes que aprender a decidir entre resolver tus problemas o dejar que Dios te transforme y moldee conforme a su voluntad.  Piensa en esto por un momento: qué sentido tiene que se acaben los problemas si nunca aprendes a servir al Señor.  ¿Qué sentido tiene que se acabe la pobreza pero, al morir, todos se van al infierno porque nunca reconocieron su necesidad de Dios?  Cada circunstancia tiene un propósito: transformarnos para ser cada día más como Jesús y menos como nosotros.

Vuelve a leer el pasaje.

¿A quién es la gloria?  ¿En quién podemos confiar?  ¿En quién podemos esperar?  ¿Quién lucha y gana nuestras batallas?  ¿Quién nos protege?  ¿Quién nos salva?  Entonces, ¿por qué vivimos tan preocupados?  ¿Por qué seguimos pensando que todo gira alrededor de nosotros cuando hoy aprendimos que todo gira alrededor de Jehová?

 

Oración

Padre: gracias por ser tan paciente y amoroso conmigo.  Hoy entiendo que Tú eres el centro de todo y quiero aprender a dedicar mi vida para servirte.  Te pido que pueda siempre decidir por dejarte transformarme en lugar de querer que las circunstancias cambien.  No me quiero separar de Ti mi Dios.  En Cristo Jesús.  Amén.

3 may 2021

Salmos 37:35-36 He visto al déspota y malvado extenderse como cedro frondoso. Pero pasó al olvido y dejó de existir; lo busqué, y ya no pude encontrarlo.

Es muy triste lo rápido que olvidamos las cosas.  Triste porque no nos ayudan a conectar los puntos y poder entender mejor los planes de Dios.  Pensemos en David mientras escribe esto.  ¿Cuántos reyes y personas con poder no habrá conocido?  Por ejemplo Nabal.  Un hombre rico con mucha gente a su servicio.  Cuando David le pide que le de de comer y beber a su gente, él se niega de manera prepotente.  Posteriormente muere y David se casa con su esposa Abigail.  También podemos pensar en Saúl.  Tanto que persiguió a David y procuró matarlo pero todo su poder como rey no pudo contra la protección de Dios y terminó muriendo mientras que David sería coronado.  Ahora piensa por un momento en alguna persona con estas características.  Déspota.  Malvado. Presuntuoso.  O también puedes pensar en alguna prueba que parecía imposible de atravesar.  ¿Puedes decir como David, lo busqué y ya no pude encontrarlo?  ¿Puedes ver ahora la mano de Dios cubriéndote todo ese tiempo que sufrías?  ¿Puedes ahora ver la protección de Dios cuando antes pensabas que estaba lejos?

¡Por eso es importante recordar!  Porque vendrán más momentos así.  Son necesarios para nuestro crecimiento espiritual.  Pero la siguiente vez que venga un problema, podrás tener memoria de cómo el Señor se encargo de abrir caminos donde no había y alumbrar tus pasos para que no caigas.

Recientemente vi un video de una persona muy inteligente y explicaba sobre la violencia y las guerras en el transcurso de la historia.  Comentó sobre la biblia y en tono sarcástico y menospreciando su contenido dijo: sí, la biblia contiene muchos eventos aberrantes.  También, hace no mucho tiempo una persona me decía que la biblia eran puras historias de fantasía.  Con el pasaje de hoy pensé inmediatamente en estas dos personas.  Personas que se sienten fuertes y como cedros frondosos.  Menosprecian a Dios.  Se sienten superiores a todos los que creemos en él.  Pero habrá un día que los buscaré y no los hallaré.  Espero, honestamente, que antes de que esto pase se arrepientan y acepten a Cristo en su corazón.  Pero de no ser así, estoy convencido que así como David presenció esto, tú y yo lo presenciaremos nuevamente.

 

Oración

Padre: Te pido perdón por mis pecados.  Reconozco que Jesús es tu Hijo y que murió por mis pecados.  Reconozco que soy pecador.  Reconozco que te necesito para ser perdonado.  Gracias por permitirme tener comunión contigo.  Gracias por tu palabra que me enseña y recuerda que nunca me dejas solo.  Gracias porque hoy entendí que seguirte y obedecerte siempre será la mejor recompensa aunque parezca que a otros les va mejor haciendo lo contrario.  En Cristo Jesús.  Amén 

19 abr 2021

Salmos 37:34 Pero tú, espera en el Señor y vive según su voluntad, que Él te exaltará para que heredes la tierra. Cuando los malvados sean destruidos tú lo verás con tus propios ojos.


A mi hijo André le encanta que le cuente historias.  Siempre me pide que le cuente una historia.  Lo interesante es que, mientras le voy contando la historia, quiere siempre brincar al final.  Si hay una “batalla” quiere que gane inmediatamente.  Si el personaje tiene que “entrenar” o hacer algo, quiere que eso sea inmediato y pasemos a lo siguiente.  Lo que hice entonces fue explicarle lo que pasaría si le cuento una historia como él quería.  Había una vez… y tuvo una batalla y ganó.  Así de simple terminó la historia.  Y luego le pregunté si no prefería escuchar todo lo que pasaba mientras se llegaba a la victoria.  Escogió escuchar toda la historia.

Cuando hay pruebas, nuestra primera reacción es querer que se acaben.  Nuestro mismo cerebro está diseñado para evitar el estrés y busca constantemente regresar a la rutina o normalidad.  Pero para todos los que hemos atravesado adversidades y las hemos puesto a los pies del Señor, orando continuamente y clamando a sus pies, sabemos que ese periodo en el que sobrellevamos la prueba, es donde ocurren los milagros.  ¡No porque se acaban las pruebas y todo vuelve a la normalidad!  Sino porque Dios nos transforma y nuestra relación con Él madura.  Es justamente cuando se “cuenta la historia” el momento que necesitamos para crecer.  Si las pruebas fueran inmediatas no habría ninguna transformación en nosotros.  ¡Ni siquiera habría necesidad de acudir a Dios!  Este salmo lo escribe David quien vivió en carne propia la necesidad de esperar y dejar que Dios acomodara las cosas mientras que los “malvados” se salían con la suya.  Tuvo que vivir en cuevas y esconderse mientras que el rey buscaba matarlo simplemente por envidia.  Tuvo que aprender a esperar en los tiempos de Dios y así tenemos que aprender también nosotros.  ¿Hubiera sido increíble que esta pandemia hubiera terminado hace mucho tiempo? ¡Por supuesto!  Pero por algo Dios permite que pase el tiempo.  Tal vez conforme más tiempo pasa, más personas vienen a sus pies.  ¡Para qué buscar la salud física cuando estamos muertos espiritualmente!

Espera en el Señor y vive conforme a su voluntad.  No solamente debes esperar sin hacer nada.  ¡Debes esperar buscando obedecer y servir a Dios!  Lee el pasaje otra vez y trata de entender que Dios trabaja en nosotros de manera profunda mientras esperamos…

 

Oración

Padre: ayúdame.  Es difícil pasar pruebas sin entender tus planes.  Te pido por sabiduría, paciencia, paz y fuerza.  Ayúdame a no apartarme de Ti.  Ayúdame a querer servirte y obedecerte.  Ayúdame a no pensar que me has abandonado.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

12 abr 2021

Salmos 37:31 La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pies no resbalarán.


Si leo este pasaje, guardo la ley de Dios y me pasa algo malo, pareciera que Dios no está cumpliendo con su palabra.  A+B=C.  Obedezco + Dios me cuida = nunca me pasa nada malo.  El problema es que sí nos suceden cosas que consideraríamos malas.  En términos del pasaje: nuestros pies resbalaron.  ¿Entonces cómo entender este pasaje?  Simple.  Lo debemos analizar con la perspectiva de Dios.  Por ejemplo, cuando Israel desobedece a Dios y permite que los babilonios con Nabucodonosor los conquiste, pareciera que es algo malo.  Pero conforme pasa el tiempo y vemos cómo Daniel y sus amigos lograron presentar al Dios Todopoderoso no solo a Nabucodonosor sino al siguiente rey Darío quienes le darían la gloria por sus manifestaciones milagrosas y poderosas, no podemos seguir pensando igual.  En la vida de Daniel, vemos cómo un evento que parecía malo se convierte en algo increíble.  Daniel fue librado de los leones y del horno de fuego.  Fue puesto como segundo al rey.  Fue librado una y otra vez de la gente que le envidiaba y quería ver que le fuera mal.  Él se concentró en guardar y obedecer la ley de Dios y el Señor se encargó de que sus pies nunca resbalaran.  Ahora, tenemos también el ejemplo de David.  Tan increíble su relación con Dios que la biblia nos dice que nadie ha tenido un corazón como el de él dispuesto a obedecer en todo.  Sin embargo su hijo Amnón violaría a su media hermana Tamar.  Después,  Absalón, hermano de Tamar, mataría a Amnón.  Unos años después, el mismo Absalón buscaría usurpar el reino de su padre.  ¿Cómo puede permitir Dios  tanta tragedia si David tenía un corazón que le buscaba constantemente?  Primero, debemos entender que ninguno de nosotros es perfecto ni justo (Romanos 3:10).  Después, debemos entender que nuestras acciones tienen consecuencias que no están ligadas a un castigo de Dios.  Por ejemplo: David no castigó a Absalón por lo que le hizo a su hija Tamar.  Es probable que Absalón no hubiera matado a su medio hermano si su propio padre le hubiera castigado.  Por último, debemos regresar el principio que mencioné en la historia de Daniel: debemos tener la perspectiva de Dios.  Esto forzosamente debe humillarnos y llevarnos a no quejarnos ni cuestionar lo que sucede sino buscar con mayor fervor el no apartarnos de Dios por no comprender las circunstancias.  Dios es Dios.  Nosotros, solamente somos nosotros…  

Es un hecho que Dios cuida y bendice a los que guardan sus mandamientos.  Es un hecho que servirle nos da recompensas en el cielo.  Dios no miente y siempre cumple con su palabra.  Por el contrario, Satanás miente constantemente y busca confundirnos para romper o interrumpir nuestra comunión y crecimiento con Dios.  ¡No te dejes engañar!  No entender las circunstancias que atraviesas no significa que Dios ha permitido que tus pies resbalen.  Las adversidades no significan que Dios está permitiendo que tus pies resbalen.  Concéntrate en guardar la palabra de Dios.  Concéntrate en obedecer, en servir, en orar y permanecer pegado a Él.  Poco a poco podrás ir entendiendo y disfrutando que tus pies jamás resbalaron.

 

Oración

Señor: ¡Gracias!  Gracias por cuidarme y recordarme que nunca me abandonas aunque las pruebas que hagan dudar y confundirme.  Toma mi mano y nunca la sueltes.  No permitas que me aparte de Ti.  No permitas que dude de la veracidad de tu palabra y tu amor por mí.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

7 abr 2021

Salmos 30:30 La boca del justo habla sabiduría, y su lengua habla justicia.

Hay ocasiones en las que termino de hablar con alguien y simplemente me sorprendo de lo negativo que puede llegar a ser una persona.  Hace poco tiempo tuve una conversación así y es sumamente desgastante.  Comparto esto porque me parece importante poner atención a lo que decimos y medirlo con el pasaje de hoy.  ¿Qué sale de nuestra boca?  ¿Sabiduría?  ¿Amor?  ¿Consuelo? O ¿quejas, enojos, rencores, odios, etc.?  

¿Cómo son tus conversaciones?

Hay personas que solamente les gusta tener la razón o “ganar” argumentos.  Personalmente me gusta mucho tener discusiones complicadas donde me hagan pensar y cuestionar mis pensamientos y principios.  Al final, debo recordar este versículo.  De mi boca debe salir sabiduría y justicia.  ¿Cómo define la biblia la sabiduría?  Simple: Proverbios 1:7 dice que el principio de la sabiduría es el temor al Señor.  Entonces, si alineamos esto con lo que sale de nuestra boca, no podemos estar hablando mal sobre alguien.  Tampoco podemos estar mintiendo.  No podemos hablar nada que esté en contra de los principios de Dios.  ¡Solamente así puede salir sabiduría y justicia de nuestra boca!  ¿Te das cuenta?  Pareciera sencillo seguir este pasaje y obedecer pero la realidad es muy complicada.  Nuestra carne se apodera y hablamos lo que no tenemos que hablar.  Gritamos.  Mentimos.  Maldecimos.  Juzgamos.  En fin, todo lo que no está en línea con la palabra de Dios termina saliendo de nuestra boca.  ¿Cómo arreglarlo?  ¿Cómo cambiar?  Aunque no hay imposibles para Dios y en un instante puede cambiarnos, en lo personal, esto es un trabajo que se da por etapas.  Poco a poco vamos entendiendo y poniendo más atención a lo que hablamos.  Nos vamos dando cuenta de cómo salen palabras no adecuadas cuando antes ni siquiera nos percatábamos.  Orando constantemente.  Con un corazón dispuesto, pidiendo a Dios que nos transforme, comenzamos a filtrar nuestras palabras para que solamente salga aquello que agrada a Dios.

Piensa en este principio.  Pide a Dios que puedas escuchar tus palabras y conversaciones de la misma forma que Él nos escucha.  Piensa en tus últimas pláticas y lo que salió de tu boca.

 

Oración

Señor: Hoy quiero hacer un cambio en mi vida y aprender a hablar conforme a tu voluntad.  Quiero que todo lo que salga de mi boca sea sabiduría y justicia, palabras agradables a Ti.  Abre mis oídos para que pueda darme cuenta de todas mis conversaciones que no te agradan y transforma mi lengua y mente.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén 

9 mar 2021

Salmos 37:27-28 Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre. Porque Jehová ama la rectitud, y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; mas la descendencia de los impíos será destruida.

No dejo de sorprenderme de cuán increíbles son los principios de Dios y el beneficio que siempre traen a nuestras vidas.  Escucho o leo sobre estudios que demuestran la importancia de dar gracias todos los días y tener el hábito de vivir agradecido.  También hay estudios sobre el gran impacto positivo que tiene el perdonar o negativo cuando nos aferramos a no hacerlo.  Aquellas personas que sirven, normalmente son más felices que los que no sirven.  Los que dan viven más plenos que los que no dan.  Y así, la lista sigue y sigue.  Por eso, cuando leo pasajes como el de hoy, no puedo más que entender cuánto nos ama Dios y cómo nos protege y guía por la mejor forma de vivir: apartándonos del mal y haciendo el bien.  Ahora, si fuera tan fácil como suena, no habría necesidad de las oraciones siguientes: Jehová ama la rectitud; no desampara y guarda a sus santos; los impíos son destruidos. 

Hacer el bien no siempre es fácil.  Apartarse del mal tampoco.

Es importantísimo entender y reconocer esto.  Estoy seguro que por esta razón muchos que dicen ser cristianos terminan cometiendo actos terribles.  Infidelidades.  Abusos tanto en drogas, físicos y verbales.  Violencia.  Falta de entendimiento en preferencias sexuales.  Estos son algunos ejemplos que se me ocurren pero no es una lista completa.  Tú debes pensar y discernir por ti mismo.  Dios quiere guardarte y promete que lo hará.  De nuestra parte lo que se necesita es reconocer que somos pecadores, pedir perdón y entender que Cristo murió por nosotros.  Así podemos ser reconciliados con el Padre y recibir sus promesas.  No todos reciben sus promesas.  No todos son hijos de Dios.

Recientemente leí cuando José es buscado por la esposa de Potifar para tener relaciones sexuales con él.  Sacó a todos los de la casa para que quedaran solos.  Se presentó ante José desnuda.  Prácticamente José no tenía nada que hacer más que acostarse con ella.  ¿Qué hizo?  ¡Correr!  No porque no quisiera acostarse con ella.  ¡Por supuesto que no!  Lo hizo porque sabía que debía apartarse del mal.  Lo hizo porque sabía que eso agradaría a Dios.  Sin embargo, las consecuencias de su decisión lo llevaron a la cárcel.  Si la historia terminara aquí, pensaríamos que Dios no cumple sus promesas.  Pero después de estar en la cárcel, ¡José termina siendo el segundo al Rey!

Tal vez siempre te has dejado seducir por el mal.  Tal vez corriste para apartarte del mal y estás sufriendo consecuencias como José que no esperabas ni parecen justas.  Hoy quiero recordarte que seguir a Dios es lo mejor que podemos hacer.  ¡No hay duda!  Deja atrás lo que te estorba para seguir Su voluntad.  Quita las cadenas que Cristo ya ha roto de tu pecado.  Camina por la luz que Él pone frente a ti.  No te desesperes.  Aunque parezca sin sentido, Dios te está apartando.  Te está guardando.  En su momento, lo entenderás y podrás dar gloria a Él y compartir el milagro que hizo en tu vida.

 

Oración

Señor: Gracias.  Gracias por recordarme que aquí estás.  Gracias por recordarme que me amas.  Gracias por nunca abandonarme.  Hoy te pido que me guíes para que siempre huya y me aparte del mal.  Te pido que siempre pueda escoger por hacer el bien.  Quiero vivir siguiendo tus principios y tus deseos por encima de los míos.  Te lo pido en el nombre de Jésus.  Amén

24 feb 2021

Salmos 37:16 Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores.

Es importante entender que somos pecadores y que todos estamos siendo medidos por la misma vara que estableció Dios.  Solamente a través de su amor y misericordia que se reflejaron cuando mandó a su Unigénito a ser nuestro sustituto y morir por nuestros pecados, podemos ser justificados ante Él.  La salvación es por fe y gracia, no por obras para que ninguno de nosotros se gloríe.  Una y otra vez lo repite la biblia.  Si consideramos este principio junto con el pasaje, podemos entender que Dios nos está advirtiendo algo: no te dejes llevar por lo que hacen los demás.  Dios nos conoció, predestinó, llamó, justificó y glorificó (Romanos 8:29-30).  Nuestra justicia no viene de lo que hacemos.  Nuestra justicia no viene porque somos buenos o por el dinero que damos.  ¡La justificación viene de Dios!  Estoy haciendo tanto énfasis en esto porque tristemente pensamos que las cosas son al revés.  Nos minimizamos cuando vemos a otros que pareciera que sus riquezas los hacen ser buenos o justos.

Dios examina los corazones.  ¡Recuérdalo!

Si piensas que no hay nada que puedas hacer para servir a Dios, lee este versículo y medita en esto: lo poco que pueda hacer será mejor que lo mucho de otros pecadores.  Empieza dando de tu tiempo.  Da de tu dinero.  Da de tu esfuerzo.  Sin compararte.  Sin criticar a los demás para arriba o para abajo.  Entrégate para servir.

Dios no quiere que vayamos haciendo alarde de lo que hacemos o damos.  Por eso Cristo criticó tanto a los fariseos.  A ellos les encantaba anunciar todo lo que hacían y su gran apego a las “reglas religiosas”.  Lo poco del justo es mejor que las riquezas de muchos pecadores.  ¡Es tan importante esto que Dios compara a un solo justo con muchos pecadores!  No juzgues.  No critiques.  No te desanimes.  No te auto flageles.  Sirve.  Da.  Entrega.  Poco.  No importa que sea poco.  Lo importante es empezar.  Lo que Satanás busca constantemente es frenarte a que no hagas nada para tu crecimiento espiritual.  Te hará pensar que si haces poco no sirve de nada.  Te hará sentir que no vales.  Te hará sentir menos pues no eres como los otros que dan mucho.  ¿Lo puedes ver?

Dios es muy claro.  Lo que sea que demos como hijos suyos, siempre será mejor que lo que muchos pecadores puedan dar.

¿Qué pensamientos están pasando por tu cabeza?  Seguramente Dios te está hablando.  Es probable que ya haya algo que estás pensando que puedes y debes hacer.  ¡Hazlo!  No te detengas ni dejes que el enemigo te acabe quitando esas ganas.

 

Oración

Señor: gracias por escogerme y permitirme trabajar para Ti.  Poco a poco quiero entregarte mis riquezas y vida entera sin restricción y sin comparaciones con otros.  No permitas que me separe de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén.

25 ene 2021

Salmos 37:9-11 Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra. Dentro de poco los malvados dejarán de existir; por más que los busques no los encontrarás. Pero los desposeídos heredarán la tierra y disfrutarán de gran bienestar.

De las cosas más buscadas en este mundo son: fama, poder, dinero, amor y salud.  Irónicamente, muchos se enfocan tanto en una que pierden las demás.  Pareciera que son mutuamente excluyentes, es decir, que si tengo dinero es probable que no tenga salud o si tengo poder es probable que no tenga amor y así suc
esivamente.
  Sin embargo, esto pasa por un principio esencial: todo lo creó Dios con un propósito perfecto pero nosotros podemos tergiversarlo y convertirlo en algo que no solo nos aleja de Dios sino que trae maldición en lugar de bendición.  Por ejemplo: Dios en ningún momento nos enseña en la Biblia que el tener dinero es malo.  ¡Al contrario!  Abraham era muy rico y Job era, para estos tiempos multimillonario.  Daniel tenía prácticamente todo el poder del reino siendo el segundo al rey.  La fama de Pablo fue increíble y el amor que nos enseña Jesús es espectacular.  Cuando tomamos algo creado por Dios para su gloria y lo utilizamos para nuestra gloria o nuestra satisfacción, caemos en pecado.  Por dinero mucha gente hace cosas sumamente malas.  Por poder el mundo ha visto atrocidades, etcétera, etcétera.  Ahora, hay personas que ni siquiera se han dado cuenta de lo alejados que están de Dios al perseguir sus metas.  ¡Estos son los impíos!  ¡Estos son los malvados!  Realmente tú podrías ser uno de ellos de no ser por la misericordia de Dios que te permite abrir los ojos y tener comunión con Él.

Leo el pasaje de hoy y pienso en todas las veces que me gustaría que llegara la “justicia” y pusiera en su lugar a todos los que hacen algo mal.  Seguramente has tenido el mismo sentimiento.  Ya sea alguien que ni conocemos o muy cercano, el sentimiento es el mismo.  Algún día pagarán por lo que están haciendo.  Pienso.  Algún día dejarán de estar haciendo mal porque Dios los pondrá en su lugar.  También pienso.  Sin embargo, ¿en qué momento me dio Dios la autoridad para sentirme superior?  Si bien, el entender que todas nuestras acciones tienen una consecuencia y Dios se encargará de acomodar las cosas, pienso que Jesús nos dejó un ejemplo perfecto de lo que debemos tener en nuestro corazón: amor.  Este amor solamente puede llegar cuando reconocemos de dónde nos sacó Dios y de lo que evitó que nos pasara de no haber sido por su misericordia al permitirnos tener una comunión con Él.  Si no tenemos a Dios como Señor de nuestras vidas, realmente ¿cómo podemos esperar que la gente se porte “bien”?

Dios nos recuerda en pasajes como este que todo está bajo su control.  Sea como sea, parezca lo que parezca, Él se encargará de acomodar las cosas y traer justicia a cada uno de nosotros.  Al mismo tiempo, este pasaje debe hacernos sensibles a nuestra enorme bendición que es poder ser llamados hijos de Dios y vivir de manera virtuosa en lugar de viciosa.  Ten empatía la siguiente vez que te enojes y experimentes una injusticia.  Deja que Dios se encargue y tú ora por esa persona pues necesita mucho de nuestro Dios.

 

Oración

Padre: gracias por tus palabras, tu enseñanza y tu dirección.  Gracias porque puedo tener comunión contigo y me permites vivir diferente, con esperanza, con sentido y con gozo.  Te pido que pueda guardar este pasaje y enseñanza en mi corazón para dejar de sentirme superior a todos aquellos que hacen tanto mal y que simplemente lo hacen porque no te conocen y están cegados a la realidad.  Te pido que pueda ser luz entre tanta oscuridad.  Perdona mis pecados Padre.  En el nombre de Jesús.  Amén.

19 ene 2021

Salmos 37:7-8 Guarda silencio ante el Señor, y espera en Él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites pues esto conduce al mal.

Cuando leo pasajes como este, inmediatamente pienso en todos aquellos que dicen que la Biblia no sirve porque fue escrita hace mucho tiempo.  Estoy convencido que la gran mayoría de los que critican la Biblia, no han leído ni una tercera parte de ella y prácticamente todos los que la critican jamás la han estudiado.  ¿Por qué lo digo?  Muy simple.  Este pasaje nos abre los ojos al conocimiento tan profundo que Dios tiene de nosotros y del ser humano en general.  Sabe que hay envidias, corajes, enojos, ira, irritación, entre otros sentimientos dependiendo las circunstancias.  También sabe que tenemos dos formas de reaccionar: arreglando las cosas a nuestra manera o a la suya.  La primera opción, nos advierte que nuestro enojo, ira e irritación, nos llevarán a tomar malas decisiones, mientras que la segunda, nos llevará a crecer espiritualmente, tener paz, gozo y consuelo.  Ahora, hay un punto sumamente importante que aclarar.  Aunque la segunda opción es obvio que nos conviene más y es la mejor decisión, la primera siempre resulta más “natural” e incluso, se siente “bien” cuando la tomamos.  No así con la segunda opción.  Piénsalo.  ¿Qué es más fácil, guardar silencio cuando nos hacen enojar o dejar que nuestra ira se desborde por nuestra boca o cuerpo en general?  Obviamente las consecuencias son diferentes y es justamente lo que Dios nos está advirtiendo en estos versículos.  Entonces, si entendemos la dificultad de tomar la decisión correcta, entendemos también la necesidad de orar y prepararnos antes de que suceda un evento que nos haga perder el control.  Antes de que te encuentres en una situación donde tu irritación tome el control de tus decisiones, piensa en qué medidas puedes tomar para poder calmarte, guardar silencio y esperar con paciencia a que Dios acomode las cosas.  Un ejemplo puede ser salirte por un momento de donde sea que te encuentres.  Otro ejemplo podría ser simplemente pedir que la conversación continúe después.  También puedes orar en ese instante y pedir porque Dios te llene de paz y control de tu cuerpo.

Lo importante es entender que nuestro cuerpo nos hace reaccionar mal de una manera natural.  Las buenas decisiones y el crecimiento espiritual llegan cuando actuamos en contra de nuestro cuerpo y nuestros deseos.  Seguir a Dios no es tener el ánimo o la emoción de seguirlo sino un compromiso de hacer su voluntad por encima de la tuya.  ¡La recompensa al hacer esto es la bendición que recibes!

 

Oración

Padre: Ayúdame.  Entiendo que tu camino es mejor que el mío pero necesito dominar mi cuerpo.  Guíame para tomar mejores decisiones y no dejar que mi enojo, irritación o ira me lleven al mal como lo explica tu palabra.  Te pido que tu Espíritu que vive en mí me hable constantemente y pueda escucharlo cuando esté en situaciones complicadas.  Te pido perdones mis pecados y me guíes siempre.  En el nombre de Jesús.  Amén 

4 ene 2021

Salmos 37:5 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará.

Justamente el día de hoy me cuestionaba sobre cómo actuar ante una circunstancia en particular.  En mi cabeza pensaba: conozco mucho sobre la Biblia.  He ayudado a mucha gente en cómo tomar decisiones basadas en la palabra de Dios, pero por alguna razón, no puedo entender lo que tengo que hacer.  Tal vez la situación al ser tan personal me nublaba el entendimiento y la perspectiva.  Es probable.  Mientras escuchaba una predicación y oraba a Dios para que me diera entendimiento, mi respuesta llegó: enfócate en servirme y confía en mí.  ¡Wow!  Mi cabeza daba vueltas sobre qué hacer mientras que Dios, en su misericordia, fue bueno y contestó mis oraciones de una manera simple y brillante.

No sé que estás atravesando el día de hoy.  Tal vez tuviste un excelente día o uno de los peores de tu vida.  Lo que sé, y estoy seguro, es que vendrá un día que te encuentres sin saber qué hacer, sin saber qué decisión tomar, sin saber qué actitud y reacción tener.  Esto lo escribo para que, cuando estés en ese momento (tal vez ahora mismo), tomes un momento a solas, humilles tu corazón y le pidas a Dios por su sabiduría, su dirección, su paz y su amor para entender el camino que debes seguir.

Ahora lee el versículo nuevamente.

¿Te hace sentido?  ¿Cambió tu entendimiento?  

No hay que dejar que las circunstancias nos hagan olvidar lo más simple y precioso que existe al tener comunión con Dios: siempre podemos acudir a Él, confiar en Él y estar seguros que Él se encargará (de hecho ya lo tiene resuelto en su tiempo), de que todo se acomode de la mejor manera.  No hay nada más increíble que el poder confiar en un Dios todopoderoso que sabe tu nombre y está disponible en todo momento para que vayas a Él.  Ahora, las respuestas no siempre llegan de manera inmediata.  No porque Dios no quiera.  No.  Pienso (porque no puedo comprender del todo a Dios), que a veces Él permite que pase el tiempo sin respuestas para que podamos madurar, crecer más espiritualmente y poder ver las circunstancias y la vida en general, alineadas con su visión en lugar de la nuestra.  Pienso que permite que avancen los días porque es probable que no estemos listos para la respuesta.  A veces necesitamos más humildad.  A veces necesitamos desprendernos de algo o alguien.  A veces necesitamos querernos más.  Tal vez con esos días que pasan podemos entender lo que realmente significa perdonar y así entendemos la razón de lo que está pasando.  Sea como sea, el versículo de hoy nos da la certeza que, sin importar absolutamente nada de lo que estemos atravesando, nosotros podemos confiar en Él y dejar que resuelva todo.  Pero, lo más importante de todo es entender que primero, debemos encomendar nuestras decisiones, deseos y vida entera a Él.  Sin esto, no podemos pasar al área de confianza, gozo y respuestas.

 

Oración

Padre: toma mi vida.  Hoy te agradezco que me muestras tu camino y le das sentido a mi incertidumbre.  Hoy entiendo que mi mirada debe estar siempre en servirte, obedecerte y seguirte para que así, sin importar lo que venga, siempre podré confiar en Ti y estar tranquilo sabiendo que Tú estás al pendiente y tienes ya la mejor solución.  ¡Gracias!  En el nombre de Jesús.  Amén.

2 dic 2020

Salmos 37:3-4 Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.

Cuando te subes a un avión, confías que el piloto sabrá llevarte a tu destino.  Cuando compras comida fuera de tu casa, confías que está bien hecha y limpia.  Cuando tienes un amigo y pides un favor, confías en que lo hará.  Cuando te vas a dormir, confías que te levantarás al día siguiente.  Todos los días confiamos en muchas cosas, sin embargo, también limitamos nuestra propia confianza.  Por ejemplo, si te dijeran que es el primer vuelo del piloto, no estarías tan confiado que todo saldrá bien.  Si te avisaran que en el lugar donde compraste comida se acaban de enfermar cientos de personas, es poco probable que confíes en que la comida estará bien.  Tristemente aplicamos este mismo pensamiento con Dios: Confiamos en Él hasta que pensamos que la situación lo ha superado.  Piénsalo.  Muchas veces he escuchado gente que, al principio está muy confiada en que Dios arreglará su situación.  Están orando.  Se ven animados.  Hablan con esperanza.  Conforme pasan los días, meses o años, las cosas cambian.  La desesperación comienza a salir.  La preocupación nubla la esperanza y comenzamos a pensar que es necesario ayudar a Dios.  ¿Cómo saber qué hacer cuando estás en situaciones difíciles?  Fácil.  Haz el bien. Haz todo aquello que agrada a Dios y deja que Él se encargue del resto.   Puede ser que no te guste lo que estás leyendo porque quieres tomar acción y que las cosas cambien lo antes posible pero así no es como funciona Dios.  Nosotros confiamos y hacemos el bien.  Él se encarga de darnos lo que necesitamos para vivir y apacentarnos en su verdad.  Una vez que entiendes el primer paso, puedes pasar al versículo 4 donde nos dice que podemos deleitarnos en Dios y que concederá las peticiones de tu corazón.  Aquí es cuando muchas personas se confunden al no estudiar bien lo que están leyendo y corroborar con otros pasajes de la Biblia.  Hay iglesias que se aprovechan y confunden con intención para hablar de un dios que siempre les dará lo que quieran y lo único que tienen que hacer es pedir, mientras dan alguna aportación monetaria.  Deleitarse en Dios no puede existir sin antes confiar en Él y vivir dejando que Él reine en tu vida.  Por eso hay un orden cronológico en este pasaje.  primeo nos habla de confiar en Él, para luego decirnos que podemos deleitarnos, gozarnos, ser felices en Él y expresarle nuestras peticiones.  ¿Por qué es importante entender el orden cronológico?  Personalmente, me he dado cuenta una y otra vez, que mientras más maduro en mi relación con Dios, más insignificantes se vuelve orar por las cosas materiales o carnales.  Las peticiones de mi corazón se van alineando con los deseos de Dios y por esa razón, todo lo concede.  Este pasaje no es para que pensemos que nos concede cualquier cosa que se nos ocurra.  Si fuera así, Dios sería un mentiroso pues muchas personas han pedido por algo que no se les ha cumplido.  Sabemos que Dios no es mentiroso, por lo tanto, este pasaje no podemos entenderlo así.

Medita en tu entendimiento de Dios.  ¿Lo utilizas como un paragüas que solamente sale cuando llueve y lo guardas cuando sale el sol?  ¿Confías en Él hasta que piensas que es necesario que lo ayudes porque no te gusta lo que está pasando?  ¿Sabes deleitarte en Él?  ¿Has experimentado cómo Dios cumple tus peticiones cuando están alineadas a su voluntad?

 

Oración

Padre: Perdóname.  No he dejado que tengas control absoluto de mi vida y, por lo tanto, no he confiado completamente en Ti.  No he podido deleitarme en Ti.  No he podido apacentarme en tu verdad.  Hoy quiero comenzar a vivir diferente.  Quiero vivir confiado y buscando hacer tu voluntad al mismo tiempo que dejo que Tú te encargues de los problemas.  Lléname de tu paz, gozo y paciencia.  En Cristo Jesús.  Amén.