Vistas de página en total

1 ago 2022

Salmos 41:10-12 Pero tú Señor, compadécete de mí; haz que vuelva a levantarme para darles su merecido. En esto sabré que te he agradado: en que mi enemigo no triunfe sobre mí. Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendré para siempre.



Me da mucha tristeza cuánta gente es confundida con predicaciones e ideas sobre Dios y la biblia que no están bien sustentadas.  Predicaciones que hacen creer que todo estará bien, que siempre habrá más, que los sufrimientos cesarán y, que aquellos que hacen el mal, inmediatamente tienen su castigo.  ¡Mentira!  En esta vida la biblia es muy clara cuando nos dice que tendremos aflicción.  Nos dice que baste a cada día su propio mal.  Nos dice que todos aquellos que seguimos a Jesús seremos señalados, perseguidos y puestos en diferentes pruebas.  ¿Por qué y para qué enfocarnos en promesas sin sentido?  Todo esto lo digo por el pasaje de hoy.  Vuelve a leerlo con calma.  David expone sus sentimientos y deseos pidiendo a Dios que lo ayudara y que sus enemigos no triunfaran.  ¿Esto quiere decir que Dios puede hacer que mis enemigos no triunfen sobre mí?  Sí y no.  Sí lo puede hacer más no necesariamente lo va a hacer.  Muchos de nosotros viviremos sin ver la justicia de Dios.  Muchos morirán viendo a aquellos que les hicieron daño (enemigos) con una vida que pareciera muy buena y ventajosa.  ¿Cómo es posible?  ¿Por qué Dios permite esto?  Me encantaría tener una respuesta satisfactoria, pero lo único que puedo decirte es que Dios es perfecto y sabe más que tú o yo para la decisión de sus planes.  Habrá ocasiones en que veamos una consecuencia a los que hacen el mal y habrá otras en las que no.  La justicia no llega cuando nosotros pensamos o queremos.  La justicia llega cuando Dios lo decide.  Ahora, el hecho de que no la veamos no quiere decir que no exista o que no llegue.  Basta leer el apocalipsis para darnos cuenta de que absolutamente nadie se escapará de la ira de Dios.  ¡La gente le va a gritar a las montañas que caigan sobre ellos para esconderlos de la ira de Dios!

Las promesas de Dios que no debemos olvidar son: su amor incondicional, los frutos de su Espíritu que mora en nosotros, la paz que abunda sin importar las circunstancias, el fundamento y dirección que da a nuestra vida, entre muchas otras.  ¡Esto es lo que debemos estar pidiendo constantemente!  Claro que duele cuando nos lastiman.  Claro que no es agradable sufrir y ver que aquellos que nos hicieron daño vivan como si no ha pasado nada, sin embargo, debemos vivir confiados en que, ya sea que lo veamos o no, Dios siempre se encargará de hacer lo correcto y traer justicia perfecta.

 

Oración 

Señor: perdóname.  He estado buscando venganza cuando lo que necesito es pedir porque tu amor y perdón llenen mi corazón.  Ahora entiendo que Tú tienes el control y Tú estableces la justicia en tus tiempos.  Perdona mis pecados y no permitas que me aparte de ti o me confunda por las circunstancias que atraviese.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén. 

27 jun 2022

Salmos 41:5-9 Con saña dicen de mí mis enemigos: ¿Cuándo se morirá? ¿Cuándo pasará al olvido? Si vienen a verme, no son sinceros; recogen calumnias y salen a contarlas. Mis enemigos se juntan y cuchichean contra mí, me hacen responsable de mi mal. Dicen: “Lo que le ha sobrevenido es cosa del demonio; de esa cama no volverá a levantarse”. Hasta mi mejor amigo en quien yo confiaba y que compartía el pan conmigo me ha puesto la zancadilla.


Muchas veces me he cuestionado el por qué Jesús decidió tener a Judas dentro de su grupo de discípulos sabiendo que lo traicionaría.  Obviamente podría haber sucedido todo sin él.  Sin embargo, era importante para Dios mostrarnos una lección sumamente importante sobre la naturaleza caída que tenemos y, lo que muy probablemente viviremos en nuestras vidas: la traición.  Tal vez no vivamos algo como Jesús de vida o muerte o como David mientras describe en el salmo su gran dolor por haber perdido a su amigo, pero sin duda nos dolerá y será difícil de aceptar.  Recuerda que Satanás no se muestra como el “diablito rojo” fácil de reconocer.  ¡Al contrario!  Busca filtrarse sin que nos demos cuenta.  Nos hace que dudemos sobre nuestros principios y maneras de pensar.  Y así, sin darnos cuenta por no estar constantemente pegados al Señor, podemos estar cayendo en las mismas acciones que se describen en el pasaje.  Hablando mal de alguien.  Deseando mal a alguien y pensando que no merece lo que tiene.  Satanás es tan listo y mi orgullo tan grande, que muchas veces cuando leo la biblia, como en este pasaje, solamente pienso en cómo reaccionaría si me pasara algo como lo que le pasa a David.  ¿Cómo reaccionaría ante alguien que me desea el mal?  ¿Cómo reaccionaría ante un amigo que me pone una zancadilla para que me caiga?  Pero, y aquí está lo sorprendente, no pienso inmediatamente si yo no he hecho eso en primer lugar.  ¿Te das cuenta?  ¡Primero soy inocente y pienso que nunca podría hacer algo malo!  Sin duda trato de hacer la voluntad de Dios, pero eso no me quita mi voluntad carnal ni mis malas acciones.  En lugar de estar pensando en quién nos desea el mal, quién nos hizo daño y a quién no queremos perdonar, deberíamos estar pensando si no hemos lastimado a alguien sin siquiera darnos cuenta.  Deberíamos estar pensando si no le hemos fallado a algún amigo cuando nos necesitaba y se sintió traicionado.  En pocas palabras: deberíamos estar pensando menos en nosotros y los males que recibimos y más en pedir constantemente al Señor que nuestras acciones siempre sean conforme a su voluntad y no seamos como aquellos que describe David en el pasaje de hoy.

 

Oración

Señor: te pido abras mis ojos, mi corazón y mi mente para darme cuenta de lo que hago y el impacto de mis acciones.  No permitas que haga daño a nadie, sino que mi vida lleve siempre amor y esperanza a los que me rodean.  Guíame en tu voluntad.  En Cristo Jesús.  Amén.

14 jun 2022

Salmos 41:4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra Ti he pecado.

Satanás es tan listo que nos ha hecho pensar que no hay necesidad de pedir perdón y misericordia a Dios.  He tenido varias veces la misma plática con personas que piensan que son “buenas” porque tratan de llevar una vida correcta.  No roban.  No han matado a nadie.  Tratan de hacer el bien.  Tratan de no decir mentiras o solo aquellas que consideran que no son malas.  En general, llevan una metodología individual de cómo ser “buenos” y lo que piensan que, al mismo tiempo, agrada a Dios o, por lo menos a algún dios que han creado en su mente.  Es muy probable que ya hayas tenido alguna conversación similar ya sea que estuviste del lado que escucha este tipo de ideas o el que las está viviendo.  La realidad es muy dura y sin margen de maniobra.  Ninguno de nosotros puede tener comunión con Dios si primeramente no se reconoce como pecador y con la necesidad de ser perdonado a través de Cristo Jesús.  Romanos capítulo 3 versículo 9 empieza a explicarlo muy bien.  Ninguna persona es mejor que otra.  ¡Todos somos pecadores!  Ahí está lo brillante que ha sido Satanás.  Ahora la cultura nos enseña que no tenemos nada de qué arrepentirnos.  Se ha minimizado el pecado original y nuestra naturaleza caída.

¡Ten misericordia de mí y sana mi alma! Clama David.  Pero no termina ahí.  “Porque contra Ti he pecado.”  Concluye.  No debemos pedir perdón hasta que asesinemos a alguien.  No debemos pedir perdón hasta que cometamos un fraude o robemos.  El perdón lo necesitamos simplemente por el pecado que habita en nosotros.  ¡Ese es el castigo que se le dio a la humanidad cuando Eva y Adán deciden probar el fruto prohibido!  No hay nada que podamos hacer para ser justificados y perdonados.  Por eso Satanás nos quiere hacer pensar que no existe esa necesidad si, en general, nos portamos “bien”.  ¿Te das cuenta de lo que está pasando?  ¿Puedes pensar en circunstancias donde consideras que no necesitas pedir perdón a Dios?  Si, en este momento estás pensando que esto es muy exagerado, quiere decir que Satanás ha ganado.  Te ha engañado a tal grado que consideras que eres una “buena” persona y puedes seguir haciendo todo como hasta ahora sin necesidad de arrepentirte o de tener a un salvador como Cristo.  La realidad es distinta.  Sin Cristo no puedes tener comunión con Dios.  Sin Cristo no puedes ir con el Señor al morir.  Sin Cristo terminas en el infierno al morir.  ¡Las consecuencias son eternas y terribles!  Por eso comparto esto.  Personalmente no gano nada, pero no puedo guardar la verdad y dejar que otras personas se pierdan.

 

Oración

Señor: muchos que leyeron esto necesitan saber que los puedes perdonar.  Te pido que en su corazón haya arrepentimiento y sepan que Tú perdonas a todos los que venimos a tus pies.  Te pido que Cristo viva en sus corazones y puedan tener comunión contigo.  Te pido abras sus ojos y su entendimiento.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

8 jun 2022

Salmos 41:1-3 Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia. El Señor lo protegerá y mantendrá con vida; lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará al capricho de sus adversarios. El Señor lo confortará cuando esté enfermo; lo alentará en el lecho del dolor.


Es muy triste ver cómo la gente no entiende el inmenso valor que tiene la palabra de Dios.  Preferimos escuchar y leer lo que dicen los últimos estudios, análisis y tendencias en lugar de acudir a la base y fundamento de todo. Digo esto por el pasaje de hoy.  Lee la primera parte.  Dichoso el que piensa en el débil.  En otras palabras, es muy bueno tener empatía y, es mejor dar que recibir.  Cuando la gente lee esto en alguna revista, le pone atención y piensa que el hombre es muy sabio.  Cuando lo leemos en la palabra de Dios nos ayuda a entender la grandeza del Señor y lo increíble que es su sabiduría.  Ahora, qué involucra pensar en el débil.  En otras traducciones dice el pobre.  Involucra dar no solo de nuestro dinero sino de nuestro tiempo, esfuerzo y dedicación.  ¡Por eso no es tan fácil hacerlo!  Suena muy bonito, pero hacerlo es totalmente diferente.  Pensar en el débil o pobre significa tomar acción para aliviar su situación.  Abre tus ojos, abre tu corazón y deja que Dios te muestre dónde hay necesidad y cómo la puedes cubrir.  Cuando hacemos esto, creamos un círculo virtuoso.  Cuando estoy bien, puedo pensar en mi prójimo, amarlo y procurarlo.  Cuando yo me encuentro en necesidad, puedo recibir de alguien más lo que necesito para posteriormente “regresar” y compartir el bien que recibí.  No se trata de dar para recibir.  Se trata de dar para que la gloria sea al Señor.  Al buscar la gloria de Dios, Él cumple sus promesas en nosotros: nos llena de dicha, nos protege, nos alienta y nos conforta.  Lee el pasaje completo nuevamente y con detenimiento.  ¿Puedes ver el ciclo tan perfecto?  Dios nos utiliza para que llevemos su amor a los demás.  La Biblia nos dice que somos la sal del mundo.  ¿Cómo ser sal si nadie la prueba?  Dice que somos la luz del mundo.  ¿Cómo ser luz si no salimos de nuestro círculo?  La dicha, las bendiciones, la paz, el consuelo, el amor, la esperanza, todas las promesas que Dios tiene para nosotros llegan cuando le obedecemos.  Ya sea que nosotros actuamos como los dadores o los recibidores, constantemente estamos viviendo ese círculo en el que Dios hace milagros y nos da una vida abundante sin importar las circunstancias.  A veces recibimos.  A veces damos.  ¡Esto es la obediencia!  No quedarnos cómodos buscando siempre recibir.

 

Oración

Señor: Gracias por tu palabra que es perfecta y de gran enseñanza.  Gracias por mostrarme cómo vivir.  Te pido que salga de mi zona de confort y que viva dispuesto a dar de mi tiempo, de mi esfuerzo y de mi dinero para aquellos que lo necesitan.  Utilízame.  Quiero servirte y obedecerte.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

24 may 2022

Salmos 40:17 Y a mí, pobre y necesitado, quiera el Señor tomarme en cuenta. Tú eres mi socorro y mi libertador; ¡no te tardes Dios mío!


 


El día de hoy hubo una persona que decidió ir a una escuela primaria en un lugar en Texas y comenzó a disparar.  Al parecer 18 niños murieron.  En lo que va del año 2022, ha habido 27 ocasiones de asesinatos de este tipo donde una persona entra a algún lugar público y comienza a disparar.  El día de ayer, vi un video donde entrevistaban a una persona que había sido asaltada mientras iba conduciendo por una carretera y aproximadamente 300 otros vehículos habían pasado por lo mismo.  ¿Por qué no estuve en ninguna de estas tragedias?  A dos años de pandemia por Covid 19, muchas personas han fallecido.  Padres, madres o hijos.  Cada uno era un ser querido.  ¿De qué depende quién muere y quién no?  ¿De qué depende a quién le toca atravesar una tragedia o no?  La verdad no lo sé.  Lo único que puedo pensar es que es misericordia de Dios y al mismo tiempo, hay un plan dentro de todo lo que pasa.  Estoy convencido que las tragedias también tienen un plan detrás.  Estoy convencido que Dios nos ama y no permite que algo pase solamente porque sí.  No va a haber ningún sufrimiento sin que haya crecimiento espiritual y aprendamos a depender más de Él y a darle la gloria.  Todo esto lo escribo porque, al leer el pasaje de hoy, me identifico con las palabras de: a mí, pobre y necesitado, quiera el Señor tomarme en cuenta.  Si no es por su amor, mi vida podría estar dentro de aquellos que pierden su casa por algún desastre natural.  Podría estar con problemas de salud.  Podrían mis hijos tener algún problema o incluso fallecer.  ¡No soy nada ni nadie para poder cambiar una situación así!  Lo único que puedo hacer es levantarme, tratar de conocer más de Dios en ese día, buscar servirle de alguna manera y, si es posible, amarlo más.  ¡Por más que quiera no hay nada más que pueda hacer!  Piénsalo.  Somos pobres y necesitados.  David lo expone muy bien en su salmo.  Solamente Dios nos puede socorrer y librar.  Ahora, aunque parece simple esta meditación, la realidad es que cuesta trabajo aceptar este principio.  Casi siempre buscamos todas las opciones que se nos puedan ocurrir antes de aceptar nuestra debilidad e imposibilidad de cambiar las circunstancias.  Hoy me siento triste y abrumado.  No puedo imaginar el dolor de los padres de los niños que fueron asesinados.  Un día como ayer.  Como hace una semana.  Como hace dos años.  Simplemente que hoy, sus hijos no regresaron a casa.  ¡Devastador!  Hoy doy gracias a Dios por lo que tengo y le pido que nunca olvide lo pobre y necesitado que soy.  Que nunca olvide que El siempre será mi socorro y libertador.  Le pido que, cuando vengan momentos como el que hoy atraviesan las víctimas de esa tragedia, Él no tarde y venga a llenarnos de su paz, su amor y su consuelo para poder seguir adelante.

 

Oración

Señor: Gracias.  Hoy tengo vida y puedo disfrutar a mi familia y seres queridos.  Hoy me diste un techo, abrigo y comida.  Gracias por cuidarme.  No quiero que se me olvide este momento de vulnerabilidad y entendimiento de cuánto te necesito.  En Cristo Jesús.  Amén. 

27 abr 2022

Salmos 40:16 Pero que todos los que te buscan se alegren en ti y regocijen; que los que aman tu salvación digan siempre: “¡Cuán grande es el Señor!”

El día de hoy estuve viendo en Google Maps ciertas ciudades de Ucrania.  Había la opción de ver fotos que gente comparte y viene la fecha en que fueron tomadas.  Algunas eran de hace algunos años mientras que otras de tan solo algunos meses atrás.  Gente visitando la ciudad.  Tomándose fotos en lugares turísticos.  Paseando.  Disfrutando.  Viviendo.  No pude dejar de pensar en que no se imaginaban lo que vendría a sus ciudades y, en específico, a sus vidas.  ¿Cómo pueden estas personas alegrarse, regocijarse y exclamar cuán grande es Dios?  Creo que, por el contrario, lo primero que viene a la mente es cuestionar a Dios.  ¿Por qué permite esto?  Nosotros no hemos hecho absolutamente nada más que nacer en un lugar que no pudimos escoger y simplemente sobrevivimos.  ¿Por qué a nosotros?  ¿Cuándo va a terminar?  ¿Por qué permite tanto mal?  Primero voy a dar mi opinión sobre cómo me parece que Dios contestaría esas preguntas.  Todo lo que sucede es ocasionado cuando damos rienda suelta al pecado que existe en cada uno de nosotros.  No es culpa de Dios sino de nosotros.  No es sino la consecuencia de nuestros propios actos que Dios permite porque, de lo contrario, tendría que matarnos a todos.  Me parece que Dios tiene un tiempo para que cada uno de nosotros pueda reconciliarse con Él y por eso no termina con nuestras vidas.  En resumen, es el daño colateral que ocasionamos y que Dios permite, para tener la oportunidad de ser reconciliados con Él en un futuro.  Por otro lado, ¿cómo podemos regocijarnos en la adversidad?  La respuesta es simple pero sumamente profunda.  Entregando absolutamente todo nuestro ser a los pies del Señor.  Lee el pasaje nuevamente.  Que se alegren y regocijen los que te buscan.  Que te alaben los que aman tu salvación.  ¿Lo puedes ver?  No se alegran cuando acaban las guerras.  No se regocijan cuando tienen más dinero.  La alabanza no se hace hasta que las cosas se acomodaron a mi favor.  Todo esto llega cuando mi vida gira alrededor de Dios y no a la inversa.  Has una pausa y medita en esto.  Queremos paz, alegría, amor, abundancia y felicidad entre otras cosas, pero no buscamos donde realmente lo vamos a encontrar: entregando nuestras vidas a Cristo y viviendo en obediencia a Él.  No.  Pensamos que todas esas cosas están en este mundo.  Pensamos que una casa nos dará seguridad, que unas vacaciones en un lugar bonito traerán paz, que comprar un coche nuevo nos dará felicidad.  ¡Todo esto es falso y a Satanás le encanta engañarnos para apartarnos de Dios!

No sé qué plan pueda tener Dios para todos aquellos que han tenido que escapar de sus casas por la guerra en Ucrania.  Tampoco sé por qué hay padres que tienen que vivir la muerte de sus hijos.  No sé por qué algunas personas tienen enfermedades tan desgarradoras.  No sé por qué hay abusos.  Lo que sí sé y estoy seguro es que Dios existe y quiere tener comunión con cada uno de nosotros.  Quiere mostrarnos su amor y su gracia.  Sé, que cada vez que lo busco y camino conforme a su voluntad, termino lleno de gozo, paz y alabando su nombre.  Sé que seguir a Cristo no es una religión.  Sé que ser cristiano es individual y lo tienes que vivir personalmente y no a través de otra persona que te comparte su experiencia o fe.  Sé que tienes que tener fe y dar los pasos correspondientes a esa fe.  Como escribí anteriormente, la respuesta es simple pero muy profunda.

 

Oración

Señor: no permitas que las circunstancias me hagan dudar de Ti.  No permitas que mi pecado me aleje de Ti.  Te pido que reines en mi vida.  Te pido que no viva atrapado y sin caminar por miedo.  Quiero vivir obedeciéndote y caminando con fe dando cada paso confiando en Ti en todo momento y sin mirar atrás.  Transfórmame mi Dios pues quiero vivir alegre, regocijándome y alabando tu nombre.  En Cristo Jesús.  Amén.

12 abr 2022

Salmos 40:11-12 No me niegues, Señor, tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad. Muchos males me han rodeado; tantos que no puedo contarlos. Me han alcanzado mis iniquidades y ya ni puedo ver.


Algo que trato de enseñarle a mis hijos es el concepto de misericordia.  No es fácil para ellos entenderlo y, muchas veces, para mí el practicarlo.  Mi principal objetivo es que puedan irse dando cuenta de cómo podemos recibir sin merecer.  De hecho, recibimos muchísimo sin merecerlo, pero estamos tan acostumbrados que ni siquiera lo vemos.  Por ejemplo: te levantas y no piensas que puedes ver o que te puedes parar con tus dos piernas.  Lo das por hecho, aunque no lo sea para todos.  Les platico esto porque poco a poco, me voy dando cuenta de cómo la meritocracia está muy metida en mi cabeza y estorba en mi comunión con Dios.

Me parece que estos dos versículos nos deben sacudir la manera en la que pedimos y entendemos la misericordia.  Lo primero, es entender que no la merecemos y pudiera ser quitada.  Lo segundo, nuestras malas decisiones tienen consecuencias y eso no quiere decir que Dios no ha tenido misericordia de nosotros.  Lee nuevamente los dos versículos.

¿Por qué pensamos que merecemos misericordia?  ¿Bajo qué parámetro nos medimos o comparamos?  La “vara” la pone Dios cuando mandó a su Hijo a vivir en este mundo y morir por nuestros pecados.  Esto quiere decir que cada uno de nosotros necesita misericordia.  No solo los asesinos, ladrones o algún otro ejemplo de delitos graves.  No.  Cada uno de nosotros.  La biblia es muy clara en Romanos 3:23 que todos somos pecadores y necesitamos de la gracia de Dios.

Si estás leyendo esto y te parece simple o que no aplica a tu vida, has una pausa y pide a Dios porque pueda abrir y examinar tu mente y tu corazón para poder darte cuenta de cuánto perdón necesitas recibir.

Por otro lado, es impresionante leer que David menciona cómo sus iniquidades o maldades, lo han alcanzado.  Todo, absolutamente todo, tiene consecuencias.  No podemos pensar lo contrario.  Y, peor aún, pensar que Dios nos está castigando.  No.  Lo que siembras, es lo que cosechas.  Esto no quiere decir que todo es malo.  ¡En absoluto!  Simplemente quiere decir, que todos cometemos errores.  Justamente va de la mano con el versículo anterior.  Necesito de Tu misericordia, de Tu amor y Tu verdad le pide David a Dios pues se encuentra en un momento bajo en su vida.  Tú cometes errores.  Yo cometo errores.  Lo importante es entenderlo, reconocerlo y tomar responsabilidad sobre nuestras acciones. 

¿Qué crees que te está queriendo mostrar Dios con este pasaje?  ¿Qué está pasando en tu vida que quiera utilizar Dios para abrir tus ojos y tu entendimiento?

 

Oración

Padre: Gracias por tu misericordia. Gracias por siempre estar y nunca alejarte.  Gracias por tu amor incondicional.  Yo te pido perdón por mis pecados.  Te pido que nunca me olvide que no merezco tu misericordia y gran amor.  En Cristo Jesús.  Amén 

16 mar 2022

Salmos 40:8 Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí.

La biblia dice que amar al que nos ama no tiene mérito alguno, mientras que amar y perdonar a los que nos lastiman es hacer la voluntad de Dios.  ¿Qué tiene de agradable perdonar al que nos hace daño?  Dios nos pide que seamos personas que viven agradecidas.  ¿Qué puedo agradecer cuando vivo en escases?  Nos pide consolar a los que necesitan ser consolados.  Ayudando a las viudas y a los huérfanos.  Nos pide que no nos divorciemos.  ¿Qué tiene de agradable estar peleando con tu pareja y no separarte?  Nos pide que no desesperemos a nuestros hijos, a amar a nuestras esposas como Cristo amó a la iglesia, a ser sumisas a sus esposos y a respetarnos mutuamente.  ¿Qué tiene de agradable ser fiel a tu pareja?  ¿Por qué es agradable no tener relaciones sexuales antes de casarte?  Estas son solamente algunas preguntas que todos debemos hacernos.  Siempre he pensado que debemos cuestionar nuestra fe y tener claro por qué creemos lo que creemos y por qué confiamos en lo que confiamos.    

Personalmente me gusta mucho leer y por lo menos la mitad de lo que leo tiene que ver con superación personal o algo relacionado a mejorar en el conocimiento de mi mismo o el ser humano en general.  ¿Sabes qué dicen ciertos estudios laicos (no religiosos) acerca de la monogamia por ejemplo?  Se estudió a personas que habían permanecido con su pareja y encontraron que tenían una mejor posición económica que aquellos que se habían divorciado y habían tenido más parejas.  Encontraron que estaban mejor en cuestiones de salud.  Encontraron que eran más felices.  Encontraron que se sentían más plenos.  Otro ejemplo.  Hay estudios (nuevamente laicos) que demuestran el increíble impacto que tiene en nuestras vidas el perdonar, aunque no nos pidan perdón.  ¡Hasta el corazón se beneficia!  Hay otros estudios que muestran que el vivir agradecido trae mayor felicidad versus aquellos que no tienen la costumbre de dar gracias y percatarse de lo que pueden agradecer.  Así podría seguir con más y más ejemplos.  El punto es muy simple.  Como humanos, a penas estamos descubriendo científicamente lo que Dios nos dejó hace miles de años.  Nos dijo que confiáramos en Él y que él nos bendeciría.  ¿Pero qué hicimos?  Dudar y hacer nuestra voluntad.

Para poder decir que nos agrada hacer la voluntad de Dios, tenemos que entender que Él es real y sabe más que tú y yo.  Después, tenemos que dar pasos de fe y dejar a un lado nuestra voluntad y deseos poniendo a Dios por encima de ellos.  Finalmente, cuando obedecemos (a pesar de nuestras dudas y posiblemente quejas), experimentamos un resultado que trajo paz, gozo, milagros y muchas otras bendiciones, entonces sí, damos gracias y gloria a Dios y comenzamos a repetir las palabras del salmista: me agrada hacer tu voluntad y guardo tu ley dentro de mí.

 

Oración 

Padre: hoy entiendo que te he puesto detrás de mis deseos, mi voluntad y mis pensamientos.  Hoy entiendo que no te he dejado reinar en mi vida.  Hoy entiendo que no puedo decir que me gozo haciendo tu voluntad pues no he hecho tu voluntad al 100%.  Te pido perdón.  Te pido pueda tomar mejores decisiones poniendo tus principios y deseos por encima de los míos.  Te pido pueda entender que siempre será mejor tu camino que el mío.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

22 feb 2022

Salmos 40:4 Dichoso el que pone su confianza en el Señor y no recurre a los idólatras ni a los que adoran dioses falsos.


La versión Reina Valera 1960 dice: Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza y no mira a los soberbios ni a los que se desvían tras la mentira. 

Sería muy fácil tomar decisiones si supiéramos cómo sería el resultado.  No habría incertidumbre.  No habría ningún tipo de inquietud.  No habría necesidad de pedir consejo ni de acudir a Dios para pedir que todo salga bien.  Pero así no es la vida.  No sabemos siquiera lo que sucederá el siguiente minuto.  Llevamos varios días con noticias de Rusia juntando tropas alrededor de Ucrania, pero no sabíamos que el día de ayer sería cuando comenzarían a entrar en dicho territorio.  Tampoco sabemos hasta dónde llegará esa invasión.  Lo que sí sabemos es que debe haber gente preocupada por su situación y la increíble incertidumbre que atraviesan.  Cuando una persona atraviesa problemas económicos o de salud, sabemos que, constantemente hay una preocupación por no saber cómo se resolverán las cosas.  Personalmente recuerdo cuando mi segundo hijo estaba recién nacido y el doctor detectó algo que podía ser un gran problema si no se atendía.  Nos pidió hacer exámenes y así teníamos a un niño de un par de meses llorando metido en una máquina gigante para una resonancia magnética.  Sin duda uno de los momentos más difíciles que he atravesado.

Todos estos ejemplos los pongo para que medites en todo lo que va pasando en tu vida y en la de aquellos que te rodean.  ¡Nunca hemos sabido ni sabremos lo que vendrá!  Lo que sí sabemos es que todos los que ponemos nuestra esperanza y confianza en el Señor, seremos dichosos y bienaventurados.  Siempre habrá distracciones.  Siempre habrá motivos para pensar que podemos hacer esto o aquello en lugar de entregar nuestra confianza al cien por ciento en Jehová.  No hay nada ni nadie que pueda sustituir a Dios.  Lo que sí debes saber es que hay dioses falsos y gente soberbia que nos confundirán.  

Medita en esto por un momento.

¿Estás poniendo toda tu confianza en Dios o te estás dejando seducir y confundir?

 

Oración

Padre: Cuántas gracias te doy por el amor incondicional que derramas sobre mí.  Gracias por enseñarme que siempre puedo confiar en Ti y por prevenirme para no confiar en dioses falsos o personas soberbias.  Padre, tú sabes lo que estoy atravesando y solamente tú sabes cómo se desenvuelve.  Yo hoy estoy convencido que puedo confiar en ti y vivir dichoso y bendecido por ello.  Quita todas mis dudas y permite que pueda vivir tu paz y gozo en cada momento sin importar lo que suceda.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

25 ene 2022

Salmos 40:1-3 Puse en el Señor toda mi esperanza; Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca y me plantó en terreno firme. Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto, muchos tuvieron miedo y pusieron su confianza en el Señor.


Sin pensar si quiera que podemos comprender del todo las maneras en que Dios opera, con el pasaje de hoy nos damos cuenta de una forma que se repite constantemente.  Los pasos son los siguientes: 1. Ponemos toda nuestra esperanza en Él.  2.  Nos escucha.  3. Nos rescata.  4. Nos reestablece.  5.  Nos llena de esperanza. 6.  Nos utiliza como testimonio para que los demás crean y alaben Su nombre.  

¿Recuerdas el pasaje del buen samaritano?  ¿Aquel hombre que se detuvo para ayudar a una persona tirada en el camino, vestirla, llevarla a un hogar donde lo cuidaran y dieran nuevamente la oportunidad de empezar de nuevo?  ¡Es el mismo ejemplo de este pasaje!  Cada uno de los pasos se repite.  Lo interesante y emocionante para nosotros debe ser el énfasis en la primera parte que dice: puse toda mi esperanza en el Señor.  No podemos pensar que Dios va a actuar como en este Salmo si nosotros ponemos una parte de nuestra esperanza en Él y la otra en nuestra habilidad de resolver los problemas.  No podemos poner esperanza en nuestra cuenta de banco y en Dios.  No podemos poner esperanza en mantenernos positivos y en Dios.  Absolutamente toda tu esperanza debe estar puesta en Dios.  Ahora, como aclaración, esto no quiere decir que no debamos confiar en un doctor o especialistas en distintas áreas.  Alguna vez platiqué con alguien que no quería ir con un psicólogo o especialista porque Dios era todo lo que necesitaba.  A mi parecer esto es incorrecto.  Sin duda Dios nos llena y da la paz, alegría, gozo, perdón y todo aquello que necesitamos.  Sin embargo, esto no quiere decir que no haya otras personas que puedan guiarnos y ayudarnos a entender ciertas circunstancias.  

Lee nuevamente el pasaje con esta perspectiva y medita si realmente estas entregando el cien por ciento de tu esperanza.  

Sin importar lo que atravesemos, cada vez que ponemos toda nuestra esperanza en el Señor, Él se encargará de los siguientes pasos.  Si hoy estás intranquilo.  Si hoy estás pasando momentos difíciles.  Ora.  Toma un momento y pon tus inquietudes a los pies de Jehová.  Deja que Él escuche tu oración.  Deja que Él se encargue de mostrarte el camino a tomar.  Deja que El te rescate.  Deja que Él te de esperanza nuevamente.  Y, finalmente, utiliza esa experiencia para darle gloria y ser testimonio para los que necesitan luz en medio de tanta oscuridad.

 

Oración

Padre: Cuántas gracias te doy por tu amor y cuidado.  Hoy te entrego todas mis cargas e inquietudes.  Quiero vivir entregado a ti y sin restricción.  Rescátame Señor.  Limpiame y guíame por tus caminos.  Lléname de Ti y permite que mi vida sea luz para que los demás se acerquen a Ti.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén  

1 nov 2021

Salmos 39:12 Señor: Escucha mi oración, atiende mi clamor; no cierres tus oídos a mi llanto. Ante Ti soy un extraño, un peregrino, como todos mis antepasados.

Dios nos conoce tan bien que nos deja ejemplos como el de David el día de hoy.  Ejemplos en los que alguien duda de su presencia y capacidad de escucharnos.  Piensa por un momento en esto: sabemos que Dios siempre está con nosotros; sabemos que nos escucha; sabemos que nos ama; sabemos que quiere lo mejor para nosotros y sabemos que no deja que pase absolutamente nada que no sea para su gloria.  Entonces, ¿por qué se nos olvida tan seguido?  ¿Por qué hay ocasiones en las que nuestras preocupaciones apagan todo esto que conocemos y estamos seguros?  La respuesta es simple: por nuestra carne.  Nuestra propia carne es la que nos hace duda sobre nuestra vida espiritual.  Además, la biblia nos enseña que estamos en guerra contra huestes espirituales (Efesios 6:12).  Si lees “Screwtape Letters” de C.S. Lewis, recordarás cómo los demonios tratan de convencer a los creyentes de no crecer en su fe y apartarlos de Dios.  Personalmente no entiendo bien cómo suceden estas cosas, pero es un hecho que han habido momentos en mi vida donde, a pesar de que todo está bien, siento que hay algo que no me deja tranquilo y quiere robarse mi paz.  No puedo darle otra explicación que una batalla cien por ciento espiritual.

Hoy te escribo esto para llenarte nuevamente de ánimo y recordarte que el objetivo y la meta no han cambiado.  Cristo sigue siendo vencedor.  Dios te sigue amando y quiere lo mejor para ti.  Jehová no ha dejado de escuchar cada una de tus súplicas y sabe cuántas lágrimas has derramado.  Gracias al sacrificio de Jesús, ya no somos extraños para Dios sino podemos ser llamados hijos suyos y poder acudir a Él diciéndole ¡Abba Padre! (Romanos 8:15).  

David pasó muchas pruebas y circunstancias que lo hicieron caer de rodillas y suplicar por su salvación y cuidado.  Cada uno de los que decidimos entregar nuestra vida y ser servidores de Cristo, seguramente atravesaremos momentos así.  Abre tu corazón y dile a Dios todo lo que sientes.  Tus miedos.  Tu cansancio.  Tus frustraciones.  Tus corajes.  Dile que no sientes que esté cerca y que no quieres apartarte de Él.  Dile que no quieres ser un extraño sino su hijo.  No te dejes engañar por tus sentimientos ni pierdas la batalla espiritual.  ¡Dios es Dios y siempre ha vencido!

 

Oración

Padre: Gracias por siempre cumplir con tus promesas y nunca dejarme solo.  No permitas que me aparte de ti ni dude que estás a mi lado.  Te entrego todas las cargas que no me dejan seguir y por favor quita todo aquello que roba mi paz.  Gracias por tu amor y por tu palabra que siempre guía mis pasos.  En Cristo Jesús.  Amén.

12 oct 2021

Salmos 39:11 Tú reprendes a los mortales, los castigas por su iniquidad; como polilla, acabas con sus placeres. ¡Un soplo nada más es el mortal!


Estoy leyendo un libro que habla sobre cómo la tecnología ha sido mucho más rápida que las regulaciones y, por consecuencia, los mercados o bolsas de valores, se ven afectados por personas que toman ventaja de esto.  En este libro relatan la historia de una persona que quería exponer ciertos abusos que estaban ocurriendo y se frustraba que dentro de su misma empresa no lo dejaban o limitaban lo que podía decir.  La historia en general nos muestra una y otra vez, cómo el ser humano termina haciendo lo injusto y se aprovecha de su prójimo para beneficio propio.  Obviamente no estoy diciendo que todos actúan así.  Lo que digo es que este tipo de historias se repiten constantemente.  De una u otra manera hay abusos, engaños, robos o algún otro tema donde se benefician algunos en perjuicio de otros.  

La versión Reina Valera 1960 traduce iniquidad como pecado, por lo que leemos, Tú castigas al hombre para corregirlo por su pecado.  ¿Cuáles son las palabras clave de lo que nos dice este pasaje?  Que es Dios quien los reprende o castiga y no nosotros.  ¿Lo puedes entender?  A nosotros no nos corresponde sino a Dios.  Por esta razón termina diciendo que no somos nada más que un soplo o vanidad.  Un buen baño de agua fría para entender quiénes somos.  Sin importar tus circunstancias ya sean de poder o económicas, realmente no eres nadie. Necesitas comer como los demás.  Te enfermas igual que los demás y mueres igual que los demás dejando absolutamente todo en esta tierra y tu cuerpo convertido en polvo.

A veces perdemos tiempo, esfuerzo y hasta dinero tratando de corregir lo que está pasando cuando Dios nos está diciendo que es Él quien se encargará de todo sin importar que sea una injusticia.  Él es quien reprende al hombre.  Él es quien acomoda todo.  Ni tú ni yo tenemos esa autoridad.  Mientras la cultura nos quiere motivar a querer ser “alguien” en esta vida, Dios nos recuerda que no somos “nadie” sin Él viviendo en nuestro corazón siendo Señor y Salvador.  Deja que Dios haga su trabajo y tú has el tuyo.  Lee su palabra para pasar tiempo con Él.  Ora más.  Medita en qué camino está mostrando que debes tomar.  Piensa qué quiere Dios que entregues o cambies con esta circunstancia.  Dedica tu tiempo y esfuerzo a estos principios y no a querer arreglar las cosas que consideras deben ser cambiadas.

 

Oración

Mi Dios: Gracias por recordarme que puedo y debo confiar en Ti.  Toma mis cargas, mis rencores y frustraciones.  Hoy quiero vivir para servirte y dejar que Tú te encargues de todo lo demás.  No permitas que me aparte de Ti.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

21 sept 2021

Salmos 39:9 He guardado silencio; no he abierto la boca, pues tú eres quien actúa.

Ser padre me ayuda mucho a entender lo necios que somos los hijos y la enorme paciencia que Dios tiene con nosotros.  Si tú eres padre, estoy convencido que sabes muy bien a lo que me refiero.  Los niños son desesperados, no tienen un “filtro” entre su mente y su boca, son poco cuidadosos y, conforme van creciendo quieren hacer las cosas sin que les ayudes hasta que se dan cuenta que sí necesitan tu ayuda.  Así creo que actuamos con Dios.  Como niños que necesitan crecer y madurar.  Niños que necesitan entender la importancia de dejar de hablar.  Dejar de quejarnos.  Dejar de dar opiniones y comenzar a escuchar.  Dejarte actuar.  Dejarte hablar o simplemente dejarte llevar a cabo tus planes, en tu perfección, en tu tiempo, en tus términos.  ¡Qué difícil!  ¿Sabes?  Somos tan necios que muchas veces veo cómo El Señor nos lleva a extremos donde la espada y la pared son nuestras únicas opciones para darnos cuenta de que Dios es una tercera opción que no habíamos querido tomar.  ¡Hablamos tanto!  ¡Opinamos tanto!  ¡Nos quejamos tanto!  Como niños nos comportamos pensando que merecemos que las cosas sean diferentes.  ¿Por qué?  Porque no queremos confiar y entregar el control a Dios.  Alguna vez escuché algo que me hizo reír mucho: dejamos que Dios tome el volante de nuestra vida, pero cada vez que da vuelta a la izquierda o derecha tratamos de convencerlo de lo contrario.  ¿Estás seguro de que quieres girar para allá?  ¡Mejor para el otro lado!  Y así de simple no dejamos que Dios trabaje.  Todo porque el control lo queremos tener en todo momento.  Pero todo cambia cuando decidimos, como David en este Salmo: dejar de hablar y dejar que Él actúe.  ¡Qué increíble postura!  Ojo, David no llega a este punto de manera voluntaria.  Recuerda todo el sufrimiento que tuvo en su vida.  David atravesó muchas adversidades y por eso lo que él dice nos sirve de tantísimo ejemplo.

Guarda silencio.  No abras tu boca.  Deja que Dios actúe.

Sin importar tus circunstancias.  Sin poner peros ni justificaciones.  Solamente Dios y tú.  Dobla tus rodillas.  Has a un lado tu orgullo y entrega el control.  Tal vez estás enojado por la muerte de un ser querido; la pérdida de un trabajo; pérdida de salud; una traición o alguna otra cosa similar.  Guarda silencio.  Pasa tiempo con Dios leyendo su palabra y simplemente escucha.  Deja que hable a tu corazón y confía que está acomodando todo de manera perfecta.

 

Oración

Señor: es muy difícil para mí dejar de hablar y entregarte el control por completo, pero hoy aprendí que es lo mejor que puedo hacer.  Quiero guardar silencio y dejar de estar abriendo mi boca para dejarte actuar.  Lléname de tu paz y tu fuerza.  En nombre de Jesús.  Amén 

31 ago 2021

Salmos 39:7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en Ti.


¿Sabes cómo puedes darte cuenta dónde está tu esperanza?  Meditando en como reaccionas ante cualquier adversidad.  ¿Cuánto tiempo y esfuerzo dedicas a resolver tus problemas antes de doblar tus rodillas y pedir dirección a Dios?  ¿Normalmente terminas entre “la espada y la pared” para acudir al Señor por ayuda?  No te sientas mal pues no eres el único.  ¡Todos lo hacemos!  Lo importante es reconocerlo, entenderlo y dejar de hacerlo.  Si antes tardabas 10, trabaja para que sea 9 y luego 7 y así sucesivamente hasta que, cada vez que te encuentras en una disyuntiva, de manera natural te pongas a orar y pedir a Dios que no sea tu voluntad sino la suya la que dirija cada paso que vas a tomar.  Cada momento que vamos atravesando es una oportunidad para dejar de poner nuestra esperanza en algo más que no sea Jehová.  Cada una de las pruebas nos ayuda a sacar nuestros miedos, enojos, rencores y todo aquello que cargamos que Dios quiere que le entreguemos.

Hace ya muchos años que tenía la gran oportunidad de ir en México a un reclusorio (cárcel) a compartir la palabra de Dios.  Dentro de los probablemente miles de hombres que estaban ahí, solamente unos cuantos venían a escuchar y mantenían una iglesia ahí adentro.  Cada uno de ellos había cometido delitos.  Merecían estar ahí y no era casualidad.  Sin embargo, Dios les dio otra oportunidad.  Les extendió la mano y perdonó todos sus pecados.  Todos.  El sacrificio de Jesús cubrió todas las atrocidades que hicieron.  Seguirían pagando por lo que hicieron permaneciendo encerrados, mientras que su espíritu había sido liberado.  Lo que yo me preguntaba, pregunto y, te pregunto es: ¿hasta dónde tenemos que llegar para entender que nuestra única esperanza es en Dios?  ¿Qué tan bajo tenemos que caer?  ¿Cuántas personas tenemos que lastimar?  ¿Cuántas vidas nos llevamos entre las patas por seguir tomando malas decisiones y querer seguir con nuestro orgullo?  Lee el pasaje nuevamente con esto en mente.  ¡El salmo completo habla de desesperación y al mismo tiempo un deseo por no separarse de Dios!  No era todo fácil.  ¡Nada es fácil!

Pienso que, si Dios contestara la pregunta del versículo diría: No tienes nada de que preocuparte.  Sigue poniendo tu esperanza en mí y yo me encargaré como siempre lo he hecho.  ¿No te parece que es muy probable que Dios nos dijera algo así?  Tal vez te lo está diciendo ahora mismo.

 

Oración

Padre: vengo abrumado, cansado y sin saber cómo seguir adelante.  Gracias por tu palabra que me llena de aliento y me recuerda que mi esperanza puesta en Ti es todo lo que necesito.  No permitas que me aleje ni confunda.  Quiero estar a tus pies escuchando tus instrucciones y obedeciendo.  En Cristo Jesús.  Amén 

16 ago 2021

Salmos 39:5-6 Muy breve es la vida que me has dado; ante Ti, mis años no son nada. ¡Un soplo nada más es el mortal! Es un suspiro que se pierde entre las sombras. Ilusorias son las riquezas que amontona, pues no sabe quién se quedará con ellas.

Llevamos desde marzo del 2020 que empezaron todas las restricciones por la propagación del COVID.  La incertidumbre y el miedo han reinado por mucho tiempo.  Este virus ha ocasionado muchos cambios en nuestras vidas.  Personas han renunciado a sus trabajos pues se dieron cuenta que no eran felices en lo que hacían y que no vale la pena dedicar tiempo y esfuerzo a algo que no les trae ningún gozo.  Otras personas cambiaron de domicilio, ya sea a las afueras de la ciudad o incluso a otros estados o países.  De igual forma, se dieron cuenta de lo que se estaban perdiendo por estar “metidos” en el lugar donde vivían y decidieron cambiar.  Un virus.  Muchas restricciones.  Mucha incertidumbre.  Mucho miedo.  Ahora te pido que vuelvas a leer el pasaje de hoy.

Dios nos recuerda constantemente lo que es la vida y la importancia que debemos darle.  Mientras unos buscan acumular riquezas, Dios nos enseña que son ilusorias.  Mientras otros tratan de mantenerse siempre sanos y saludables, la vida nos recuerda que no somas nada más que un soplo y que la vida es muy breve.

El COVID vino a sacudir la forma de vivir y hacer que todos nos cuestionemos el por qué de las decisiones que tomamos incluyendo aquellas que eran “un hecho”.  Ya sea para bien o para mal, esta enfermedad ha hecho que valoremos muchas cosas que no considerábamos importantes.  Asimismo, Dios nos está recalcando lo importante de mantener todo en la perspectiva espiritual sobre la carnal.  Todo este sufrimiento, desde el ángulo espiritual, será como un soplo.  Todo este miedo, en la perspectiva eterna, será un sin sentido.  ¡No debemos estar esperando que un virus o alguna enfermedad nos mueva a ordenar nuestros principios y prioridades!  Ahora es el momento de entender que Dios es Rey y Señor.  Ahora es el momento de entender que la vida en este cuerpo no es más que un instante de la eternidad.  Nos enfocamos más en dejar de sufrir y acumular riquezas que en servir a Dios y conocer más de Él.  

¡Qué gran error!

Vuelve a leer el pasaje y trata de abrir tu mente para que Dios pueda mostrarte en dónde está tu corazón.  Deja que te muestre dónde están tus prioridades.  No esperes a que llegue un momento difícil para ir a sus pies.

 

Oración

Señor: no quiero que pase más tiempo sin venir a tus pies y pedirte perdón por mis pecados.  Gracias por enseñarme lo que realmente vale y lo que no.  Te pido que mi vida esté alineada a tus pensamientos y deseos por encima de los míos.  Te pido que mi vida te de siempre gloria.  No permitas que esta vida me abrume y haga pensar que no hay nada después de la muerte.  Gracias por tu Hijo Jesús que venció a la muerte y nos permite estar en tu presencia pagando por nuestros pecados.  Gracias en el nombre de Cristo Jesús.  Amén