Vistas de página en total

24 feb 2021

Salmos 37:16 Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores.

Es importante entender que somos pecadores y que todos estamos siendo medidos por la misma vara que estableció Dios.  Solamente a través de su amor y misericordia que se reflejaron cuando mandó a su Unigénito a ser nuestro sustituto y morir por nuestros pecados, podemos ser justificados ante Él.  La salvación es por fe y gracia, no por obras para que ninguno de nosotros se gloríe.  Una y otra vez lo repite la biblia.  Si consideramos este principio junto con el pasaje, podemos entender que Dios nos está advirtiendo algo: no te dejes llevar por lo que hacen los demás.  Dios nos conoció, predestinó, llamó, justificó y glorificó (Romanos 8:29-30).  Nuestra justicia no viene de lo que hacemos.  Nuestra justicia no viene porque somos buenos o por el dinero que damos.  ¡La justificación viene de Dios!  Estoy haciendo tanto énfasis en esto porque tristemente pensamos que las cosas son al revés.  Nos minimizamos cuando vemos a otros que pareciera que sus riquezas los hacen ser buenos o justos.

Dios examina los corazones.  ¡Recuérdalo!

Si piensas que no hay nada que puedas hacer para servir a Dios, lee este versículo y medita en esto: lo poco que pueda hacer será mejor que lo mucho de otros pecadores.  Empieza dando de tu tiempo.  Da de tu dinero.  Da de tu esfuerzo.  Sin compararte.  Sin criticar a los demás para arriba o para abajo.  Entrégate para servir.

Dios no quiere que vayamos haciendo alarde de lo que hacemos o damos.  Por eso Cristo criticó tanto a los fariseos.  A ellos les encantaba anunciar todo lo que hacían y su gran apego a las “reglas religiosas”.  Lo poco del justo es mejor que las riquezas de muchos pecadores.  ¡Es tan importante esto que Dios compara a un solo justo con muchos pecadores!  No juzgues.  No critiques.  No te desanimes.  No te auto flageles.  Sirve.  Da.  Entrega.  Poco.  No importa que sea poco.  Lo importante es empezar.  Lo que Satanás busca constantemente es frenarte a que no hagas nada para tu crecimiento espiritual.  Te hará pensar que si haces poco no sirve de nada.  Te hará sentir que no vales.  Te hará sentir menos pues no eres como los otros que dan mucho.  ¿Lo puedes ver?

Dios es muy claro.  Lo que sea que demos como hijos suyos, siempre será mejor que lo que muchos pecadores puedan dar.

¿Qué pensamientos están pasando por tu cabeza?  Seguramente Dios te está hablando.  Es probable que ya haya algo que estás pensando que puedes y debes hacer.  ¡Hazlo!  No te detengas ni dejes que el enemigo te acabe quitando esas ganas.

 

Oración

Señor: gracias por escogerme y permitirme trabajar para Ti.  Poco a poco quiero entregarte mis riquezas y vida entera sin restricción y sin comparaciones con otros.  No permitas que me separe de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén.

25 ene 2021

Salmos 37:9-11 Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra. Dentro de poco los malvados dejarán de existir; por más que los busques no los encontrarás. Pero los desposeídos heredarán la tierra y disfrutarán de gran bienestar.

De las cosas más buscadas en este mundo son: fama, poder, dinero, amor y salud.  Irónicamente, muchos se enfocan tanto en una que pierden las demás.  Pareciera que son mutuamente excluyentes, es decir, que si tengo dinero es probable que no tenga salud o si tengo poder es probable que no tenga amor y así suc
esivamente.
  Sin embargo, esto pasa por un principio esencial: todo lo creó Dios con un propósito perfecto pero nosotros podemos tergiversarlo y convertirlo en algo que no solo nos aleja de Dios sino que trae maldición en lugar de bendición.  Por ejemplo: Dios en ningún momento nos enseña en la Biblia que el tener dinero es malo.  ¡Al contrario!  Abraham era muy rico y Job era, para estos tiempos multimillonario.  Daniel tenía prácticamente todo el poder del reino siendo el segundo al rey.  La fama de Pablo fue increíble y el amor que nos enseña Jesús es espectacular.  Cuando tomamos algo creado por Dios para su gloria y lo utilizamos para nuestra gloria o nuestra satisfacción, caemos en pecado.  Por dinero mucha gente hace cosas sumamente malas.  Por poder el mundo ha visto atrocidades, etcétera, etcétera.  Ahora, hay personas que ni siquiera se han dado cuenta de lo alejados que están de Dios al perseguir sus metas.  ¡Estos son los impíos!  ¡Estos son los malvados!  Realmente tú podrías ser uno de ellos de no ser por la misericordia de Dios que te permite abrir los ojos y tener comunión con Él.

Leo el pasaje de hoy y pienso en todas las veces que me gustaría que llegara la “justicia” y pusiera en su lugar a todos los que hacen algo mal.  Seguramente has tenido el mismo sentimiento.  Ya sea alguien que ni conocemos o muy cercano, el sentimiento es el mismo.  Algún día pagarán por lo que están haciendo.  Pienso.  Algún día dejarán de estar haciendo mal porque Dios los pondrá en su lugar.  También pienso.  Sin embargo, ¿en qué momento me dio Dios la autoridad para sentirme superior?  Si bien, el entender que todas nuestras acciones tienen una consecuencia y Dios se encargará de acomodar las cosas, pienso que Jesús nos dejó un ejemplo perfecto de lo que debemos tener en nuestro corazón: amor.  Este amor solamente puede llegar cuando reconocemos de dónde nos sacó Dios y de lo que evitó que nos pasara de no haber sido por su misericordia al permitirnos tener una comunión con Él.  Si no tenemos a Dios como Señor de nuestras vidas, realmente ¿cómo podemos esperar que la gente se porte “bien”?

Dios nos recuerda en pasajes como este que todo está bajo su control.  Sea como sea, parezca lo que parezca, Él se encargará de acomodar las cosas y traer justicia a cada uno de nosotros.  Al mismo tiempo, este pasaje debe hacernos sensibles a nuestra enorme bendición que es poder ser llamados hijos de Dios y vivir de manera virtuosa en lugar de viciosa.  Ten empatía la siguiente vez que te enojes y experimentes una injusticia.  Deja que Dios se encargue y tú ora por esa persona pues necesita mucho de nuestro Dios.

 

Oración

Padre: gracias por tus palabras, tu enseñanza y tu dirección.  Gracias porque puedo tener comunión contigo y me permites vivir diferente, con esperanza, con sentido y con gozo.  Te pido que pueda guardar este pasaje y enseñanza en mi corazón para dejar de sentirme superior a todos aquellos que hacen tanto mal y que simplemente lo hacen porque no te conocen y están cegados a la realidad.  Te pido que pueda ser luz entre tanta oscuridad.  Perdona mis pecados Padre.  En el nombre de Jesús.  Amén.

19 ene 2021

Salmos 37:7-8 Guarda silencio ante el Señor, y espera en Él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites pues esto conduce al mal.

Cuando leo pasajes como este, inmediatamente pienso en todos aquellos que dicen que la Biblia no sirve porque fue escrita hace mucho tiempo.  Estoy convencido que la gran mayoría de los que critican la Biblia, no han leído ni una tercera parte de ella y prácticamente todos los que la critican jamás la han estudiado.  ¿Por qué lo digo?  Muy simple.  Este pasaje nos abre los ojos al conocimiento tan profundo que Dios tiene de nosotros y del ser humano en general.  Sabe que hay envidias, corajes, enojos, ira, irritación, entre otros sentimientos dependiendo las circunstancias.  También sabe que tenemos dos formas de reaccionar: arreglando las cosas a nuestra manera o a la suya.  La primera opción, nos advierte que nuestro enojo, ira e irritación, nos llevarán a tomar malas decisiones, mientras que la segunda, nos llevará a crecer espiritualmente, tener paz, gozo y consuelo.  Ahora, hay un punto sumamente importante que aclarar.  Aunque la segunda opción es obvio que nos conviene más y es la mejor decisión, la primera siempre resulta más “natural” e incluso, se siente “bien” cuando la tomamos.  No así con la segunda opción.  Piénsalo.  ¿Qué es más fácil, guardar silencio cuando nos hacen enojar o dejar que nuestra ira se desborde por nuestra boca o cuerpo en general?  Obviamente las consecuencias son diferentes y es justamente lo que Dios nos está advirtiendo en estos versículos.  Entonces, si entendemos la dificultad de tomar la decisión correcta, entendemos también la necesidad de orar y prepararnos antes de que suceda un evento que nos haga perder el control.  Antes de que te encuentres en una situación donde tu irritación tome el control de tus decisiones, piensa en qué medidas puedes tomar para poder calmarte, guardar silencio y esperar con paciencia a que Dios acomode las cosas.  Un ejemplo puede ser salirte por un momento de donde sea que te encuentres.  Otro ejemplo podría ser simplemente pedir que la conversación continúe después.  También puedes orar en ese instante y pedir porque Dios te llene de paz y control de tu cuerpo.

Lo importante es entender que nuestro cuerpo nos hace reaccionar mal de una manera natural.  Las buenas decisiones y el crecimiento espiritual llegan cuando actuamos en contra de nuestro cuerpo y nuestros deseos.  Seguir a Dios no es tener el ánimo o la emoción de seguirlo sino un compromiso de hacer su voluntad por encima de la tuya.  ¡La recompensa al hacer esto es la bendición que recibes!

 

Oración

Padre: Ayúdame.  Entiendo que tu camino es mejor que el mío pero necesito dominar mi cuerpo.  Guíame para tomar mejores decisiones y no dejar que mi enojo, irritación o ira me lleven al mal como lo explica tu palabra.  Te pido que tu Espíritu que vive en mí me hable constantemente y pueda escucharlo cuando esté en situaciones complicadas.  Te pido perdones mis pecados y me guíes siempre.  En el nombre de Jesús.  Amén 

4 ene 2021

Salmos 37:5 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará.

Justamente el día de hoy me cuestionaba sobre cómo actuar ante una circunstancia en particular.  En mi cabeza pensaba: conozco mucho sobre la Biblia.  He ayudado a mucha gente en cómo tomar decisiones basadas en la palabra de Dios, pero por alguna razón, no puedo entender lo que tengo que hacer.  Tal vez la situación al ser tan personal me nublaba el entendimiento y la perspectiva.  Es probable.  Mientras escuchaba una predicación y oraba a Dios para que me diera entendimiento, mi respuesta llegó: enfócate en servirme y confía en mí.  ¡Wow!  Mi cabeza daba vueltas sobre qué hacer mientras que Dios, en su misericordia, fue bueno y contestó mis oraciones de una manera simple y brillante.

No sé que estás atravesando el día de hoy.  Tal vez tuviste un excelente día o uno de los peores de tu vida.  Lo que sé, y estoy seguro, es que vendrá un día que te encuentres sin saber qué hacer, sin saber qué decisión tomar, sin saber qué actitud y reacción tener.  Esto lo escribo para que, cuando estés en ese momento (tal vez ahora mismo), tomes un momento a solas, humilles tu corazón y le pidas a Dios por su sabiduría, su dirección, su paz y su amor para entender el camino que debes seguir.

Ahora lee el versículo nuevamente.

¿Te hace sentido?  ¿Cambió tu entendimiento?  

No hay que dejar que las circunstancias nos hagan olvidar lo más simple y precioso que existe al tener comunión con Dios: siempre podemos acudir a Él, confiar en Él y estar seguros que Él se encargará (de hecho ya lo tiene resuelto en su tiempo), de que todo se acomode de la mejor manera.  No hay nada más increíble que el poder confiar en un Dios todopoderoso que sabe tu nombre y está disponible en todo momento para que vayas a Él.  Ahora, las respuestas no siempre llegan de manera inmediata.  No porque Dios no quiera.  No.  Pienso (porque no puedo comprender del todo a Dios), que a veces Él permite que pase el tiempo sin respuestas para que podamos madurar, crecer más espiritualmente y poder ver las circunstancias y la vida en general, alineadas con su visión en lugar de la nuestra.  Pienso que permite que avancen los días porque es probable que no estemos listos para la respuesta.  A veces necesitamos más humildad.  A veces necesitamos desprendernos de algo o alguien.  A veces necesitamos querernos más.  Tal vez con esos días que pasan podemos entender lo que realmente significa perdonar y así entendemos la razón de lo que está pasando.  Sea como sea, el versículo de hoy nos da la certeza que, sin importar absolutamente nada de lo que estemos atravesando, nosotros podemos confiar en Él y dejar que resuelva todo.  Pero, lo más importante de todo es entender que primero, debemos encomendar nuestras decisiones, deseos y vida entera a Él.  Sin esto, no podemos pasar al área de confianza, gozo y respuestas.

 

Oración

Padre: toma mi vida.  Hoy te agradezco que me muestras tu camino y le das sentido a mi incertidumbre.  Hoy entiendo que mi mirada debe estar siempre en servirte, obedecerte y seguirte para que así, sin importar lo que venga, siempre podré confiar en Ti y estar tranquilo sabiendo que Tú estás al pendiente y tienes ya la mejor solución.  ¡Gracias!  En el nombre de Jesús.  Amén.

2 dic 2020

Salmos 37:3-4 Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.

Cuando te subes a un avión, confías que el piloto sabrá llevarte a tu destino.  Cuando compras comida fuera de tu casa, confías que está bien hecha y limpia.  Cuando tienes un amigo y pides un favor, confías en que lo hará.  Cuando te vas a dormir, confías que te levantarás al día siguiente.  Todos los días confiamos en muchas cosas, sin embargo, también limitamos nuestra propia confianza.  Por ejemplo, si te dijeran que es el primer vuelo del piloto, no estarías tan confiado que todo saldrá bien.  Si te avisaran que en el lugar donde compraste comida se acaban de enfermar cientos de personas, es poco probable que confíes en que la comida estará bien.  Tristemente aplicamos este mismo pensamiento con Dios: Confiamos en Él hasta que pensamos que la situación lo ha superado.  Piénsalo.  Muchas veces he escuchado gente que, al principio está muy confiada en que Dios arreglará su situación.  Están orando.  Se ven animados.  Hablan con esperanza.  Conforme pasan los días, meses o años, las cosas cambian.  La desesperación comienza a salir.  La preocupación nubla la esperanza y comenzamos a pensar que es necesario ayudar a Dios.  ¿Cómo saber qué hacer cuando estás en situaciones difíciles?  Fácil.  Haz el bien. Haz todo aquello que agrada a Dios y deja que Él se encargue del resto.   Puede ser que no te guste lo que estás leyendo porque quieres tomar acción y que las cosas cambien lo antes posible pero así no es como funciona Dios.  Nosotros confiamos y hacemos el bien.  Él se encarga de darnos lo que necesitamos para vivir y apacentarnos en su verdad.  Una vez que entiendes el primer paso, puedes pasar al versículo 4 donde nos dice que podemos deleitarnos en Dios y que concederá las peticiones de tu corazón.  Aquí es cuando muchas personas se confunden al no estudiar bien lo que están leyendo y corroborar con otros pasajes de la Biblia.  Hay iglesias que se aprovechan y confunden con intención para hablar de un dios que siempre les dará lo que quieran y lo único que tienen que hacer es pedir, mientras dan alguna aportación monetaria.  Deleitarse en Dios no puede existir sin antes confiar en Él y vivir dejando que Él reine en tu vida.  Por eso hay un orden cronológico en este pasaje.  primeo nos habla de confiar en Él, para luego decirnos que podemos deleitarnos, gozarnos, ser felices en Él y expresarle nuestras peticiones.  ¿Por qué es importante entender el orden cronológico?  Personalmente, me he dado cuenta una y otra vez, que mientras más maduro en mi relación con Dios, más insignificantes se vuelve orar por las cosas materiales o carnales.  Las peticiones de mi corazón se van alineando con los deseos de Dios y por esa razón, todo lo concede.  Este pasaje no es para que pensemos que nos concede cualquier cosa que se nos ocurra.  Si fuera así, Dios sería un mentiroso pues muchas personas han pedido por algo que no se les ha cumplido.  Sabemos que Dios no es mentiroso, por lo tanto, este pasaje no podemos entenderlo así.

Medita en tu entendimiento de Dios.  ¿Lo utilizas como un paragüas que solamente sale cuando llueve y lo guardas cuando sale el sol?  ¿Confías en Él hasta que piensas que es necesario que lo ayudes porque no te gusta lo que está pasando?  ¿Sabes deleitarte en Él?  ¿Has experimentado cómo Dios cumple tus peticiones cuando están alineadas a su voluntad?

 

Oración

Padre: Perdóname.  No he dejado que tengas control absoluto de mi vida y, por lo tanto, no he confiado completamente en Ti.  No he podido deleitarme en Ti.  No he podido apacentarme en tu verdad.  Hoy quiero comenzar a vivir diferente.  Quiero vivir confiado y buscando hacer tu voluntad al mismo tiempo que dejo que Tú te encargues de los problemas.  Lléname de tu paz, gozo y paciencia.  En Cristo Jesús.  Amén.

17 nov 2020

Salmos 37:1-2 No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán.

Me da mucha tristeza la hipocresía que existe en la comunidad cristiana.  No lo digo juzgando sino con preocupación.  Las iglesias se convirtieron en un lugar de personas “perfectas” que invitan a los “imperfectos” para poder convertirse en “perfectos”.  Entonces, cuando suceden eventos como los que se describen en este pasaje, los “perfectos” se hacen pasar por aquellos que jamás sienten envidias, celos o corajes mientras que la realidad es que en su corazón están todos esos sentimientos.

Lee nuevamente los dos versículos.  Está hablando de lo que surge en nuestro corazón cuando vemos injusticias o cuando hay personas que les va bien aunque lo hagan haciendo cosas malas.  En Latinoamérica es común encontrar políticos corruptos.  ¿Cuántas veces no has tenido coraje o envidia porque pueden disfrutar de tantas cosas mientras que sus actos son malos?  Yo, muchas.  Pero no me da pena aceptarlo.  ¡Al contrario!  Me da gusto leer pasajes como éste donde me recuerden que soy un ser humano con sentimientos que debo aprender a controlar entregándoselos a Dios y no negando lo que realmente siento.  La realidad es que Dios te conoce perfectamente y por eso te dice: no te impacientes ni tengas envidia.  ¡Es normal tener esos sentimientos!  Lo que no es normal es querer aparentar que nunca te enojas, que nunca sientes envidia o que nunca pierdes el control.  Eso, no está bien.  Si te han enseñado que así debes comportarte, hoy te digo que la Biblia no enseña este principio.  ¡Al contrario!  Constantemente nos habla de cómo nuestros sentimientos surgen y de la importancia de canalizarlos al Señor, pero siempre reconociendo que existen y nunca pensando que, como somos hijos de Dios, ya nunca nos “portamos mal”.

Hoy debes entender que hay gente que es tramposa, mentirosa, ventajosa, corrupta y, en general: mala.  Ese estatus no va a impedir que tengan éxito en sus acciones.  Pueden tener carreras profesionales exitosas.  Pueden tener una familia exitosa.  Pueden tener éxito en cualquier ámbito que puedas pensar.  ¡Eso lo decide Dios!  No debemos pensar que la justicia se aplica conforme a nuestra razón.  Se aplica conforme a la voluntad de Dios.  En su tiempo.  A su manera.  Por eso, al final nos asegura lo que sucede con todos aquellos que hacen lo malo: como la hierba son cortados y se secan.  No te sientas mal de ver a alguien que avanza más que tú haciendo trampas.  No te desesperes porque parece que hacer las cosas bien resultan peor que hacerlas mal.  Ten paciencia.  Ten fe.  En el momento preciso, cuando Dios lo haya dispuesto, todo se termina acomodando.

 

Oración

Señor: Gracias.  En Ti confío y no en lo que yo veo o pienso.  Dame paz y paciencia para que no olvide que Tú estás al control y que servirte y obedecerte siempre serán las mejores decisiones.  Gracias por darle sentido a mi corazón y mis deseos y entendimiento a lo que sucede a mi alrededor.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén.

2 nov 2020

Salmos 36:10 Extiende tu misericordia a los que te conocen y tu justicia a los rectos de corazón.

Cuando traen a la mujer ante Jesús y la acusan de ser adúltera, la respuesta de Jesús es que, aquél que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.  Poco a poco se fueron retirando todos los que la acusaban y los que estaban de espectadores hasta que quedaron Jesús y ella solos.  ¿Quién no necesita misericordia?

Aunque no estoy de acuerdo con las personas que piensan que el Dios del antiguo testamento es más bélico que el del nuevo testamento, definitivamente hay mucho énfasis en las consecuencias al desobedecer los mandamientos de Dios.  Ahora estoy leyendo Deuteronomio y la cantidad de instrucciones que les da Dios para entrar a la tierra prometida son increíbles.  Verdaderamente te hacen entender el por qué existían, y existen, los fariseos y religiosos.  Las consecuencias de cometer alguna falta podían terminar en la persona siendo lapidada.  Sin embargo, en lugar de espantarme y pensar que son dioses diferentes divididos o incongruentes, entiendo muy bien que Dios nos expresa claramente la gravedad de nuestro pecado.  Es evidente la falta de tolerancia de Dios hacia el pecado.  No hay margen de error.  Cometías una falta “grave” y, básicamente el pueblo tenía todo el derecho de matarte.  La biblia dice que todo esto era: para apartar el mal de ti.  Por esto, cuando Jesús les dice: el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, se vuelve revolucionario.

Lee el versículo nuevamente.

¡Extiende tu misericordia!  Esta es la conexión que la gente no quiere ver en Dios.  Ya sea en el antiguo o nuevo testamento, Dios es siempre constante en nuestra necesidad de recibir su misericordia.  Si bien, una vez que recibimos a Cristo somos hechos hijos de Dios, no debemos olvidar nuestra necesidad de recibir misericordia constantemente.  Piénsalo.  ¿Cuántas veces pecas al día?  Utiliza el parámetro que nos dejó Jesús.  Personalmente muchas.  Quiero pensar que cada vez menos pero sigo cayendo en errores.  Lo malo es que nos acostumbramos a sentirnos redimidos y olvidamos que, de no ser por esa gracia que es extendida a nosotros, simplemente no mereceríamos tener comunión con Dios.

Ahora que la política está tomando un tono tan divisivo, es muy importante recordar este principio: necesitamos que Dios extienda su misericordia y justicia pues no somos dignos de Él.  No critiques ni juzgues sino ama así como te ama y perdona el Señor.  Esa misericordia que recibes, compártela con aquellos que tampoco la merecen.

 

Oración:

Padre: ayúdame a amar como tú me amas y a extender tu misericordia al igual que la extiendes a mí.  Perdona mis pecados y no permitas que mi orgullo se interponga en mi relación contigo.  Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

19 oct 2020

Salmos 36:9 Porque en Ti está la fuente de la vida y en tu luz podemos ver la luz

El día de hoy escuché una anécdota que me recordó lo efímeras que son las cosas en este mundo.  Esta persona cuenta cómo en unos cuantos minutos, la emoción de haber comprado su casa en un lugar sumamente prestigiado se esfumó al salir al jardín y ver que la casa que se veía abajo era varias veces más grande que la suya.  Tuvo que hacer una pausa y recordar lo increíble que estaba siendo comprar esa casa y dejar de estar comparándose con alguien más.  Tal vez pienses que tú no eres así.  La realidad es que todos somos así.  Esta es la manera en la que nos hizo Dios.  Puede ser que tengas el mejor coche, la mejor casa, el mejor sueldo de aquellos que te rodean, pero al instante en que ves a alguien que tiene más que tú, todo se viene abajo.  Y no solo aplica en bienes.  También aplica en fama o poder.  Pienso en aquellos artistas que, teniéndolo todo, decidieron suicidarse o viven en depresión.

Todo esto lo escribo porque el versículo de hoy nos habla de una fuente de la vida.  El pasaje nos habla de luz para ver la luz.  Dios nos dice en Apocalipsis 21:6 que Él es el agua de la vida.  ¡Es la única forma de saciar nuestro interior!  ¡Es la única forma de saciar nuestros vacíos!  ¡Es la única forma de saciar nuestros deseos!

Una casa más grande no es la solución para que seas feliz.  Más dinero no te dará esa paz que tanto anhelas.  Una pareja no hará que las cosas mejoren.  ¡Por eso dice el dicho que el pasto o jardín del vecino siempre se ve más verde!  

La vida plena no está en las cosas de este mundo sino en Dios…  Piénsalo.

¿Cuántas veces has pensado que si logras esto o aquello tendrás paz?  ¿Cuánto tiempo te duró esa paz?  ¡Ahora piensa en cómo Dios puede traer paz a tu vida sin importar las circunstancias!  ¿Cuántas veces has pensado que la vida no tiene sentido?  Ahora lee y graba este versículo en tu corazón para que nunca olvides que a través de Dios podemos entender las cosas.  Tu luz nos hace ver la luz.

Date cuenta que utiliza la palabra fuente.  De una fuente nunca deja de brotar agua.  De la misma forma, si quieres vivir, la única manera es que lo hagas conociendo más de Dios y, por consecuencia, viviendo en obediencia a Él mientras eres transformado.  ¡Por eso la biblia nos dice que todo esto es locura para los que no creen!  Resulta verdaderamente ilógico y contra nuestros deseos pero es la realidad.  ¿Por qué crees que hay billonarios donando casi todo su dinero mientras que otros estamos queriendo ser más ricos?  Porque ellos ya llegaron al punto máximo y se dieron cuenta que no sirve de nada.  Además, entendieron que les da mayor beneficio utilizar su dinero y sus logros para servir a los demás que para servirse a sí mismos.  

En esta vida podemos estar como los ratones corriendo y corriendo en esa rueda que nunca para ni llega a ningún lado o podemos bajarnos, disfrutar de lo que nos ha sido dado y servir a los demás.  ¿Qué vas a decidir?

 

Oración

Señor: no quiero estar corriendo en otra dirección que no seas Tú.  Corrige mis pensamientos.  Corrige mis deseos.  Dirige mi vida y no dejes de transformarme.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén 

13 oct 2020

Salmos 36:7 Tú, Señor, cuidas de hombres y animales; ¡Cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas.


Si tienes la bendición de ser padre, seguramente en algún momento tuviste que hablar con tus hijos y calmarlos porque tenían miedo.  Personalmente, cada vez que mis hijos tienen miedo o tuvieron alguna pesadilla, les digo que oremos y que se acuerden que Dios siempre nos cuida.  El pasaje de hoy justamente nos recuerda esto.  Son dos principios increíbles: Dios te ama.  Dios te cuida.  Mencioné a mis hijos porque muchas veces pienso en cómo transmitirles que Dios es real.  Pienso en cómo enseñarles lo útil y práctico que resulta leer la palabra de Dios.  Todo esto porque sé, que los miedos simplemente se transforman pero nunca se acaban.  ¡Por eso Dios lo repite una y otra vez en su palabra que podemos confiar en Él!  Una y otra vez nos dice que está siempre dispuesto a escucharnos y a recibirnos para expresar todo lo que nos agobia.

Ahora estamos atravesando una de las peores pandemias que han existido en la historia.  Más de un millón de personas ha muerto y esta cifra simplemente seguirá creciendo.  Muchos millones de personas han perdido su empleo.  Los estimados ahora hablan de millones de personas regresando a niveles de pobreza extrema.  Los suicidios han subido.  La violencia familiar ha subido.  La depresión ha subido.  En general, tristemente son puras malas noticias.  Si Dios nos cuida, cómo es posible que permita esto.  Si Dios nos ama, por qué se ha muerto tanta gente por culpa de un virus.  La respuesta más honesta es: no lo sé.  Lo que sí sé es lo que la Biblia dice acerca de momentos difíciles o de situaciones como la de ahora.  Primero.  Sé que Dios no ha dejado de amarnos.  Sé que Dios no ha dejado de ofrecernos su refugio para guardarnos de todo lo que está pasando y poder sobrellevarlo.  Segundo.  Si lees el libro del Éxodo, puedes encontrar que Dios mandó varias plagas a Egipto para que dejaran libre al pueblo de Israel.  Pero hay un punto sumamente importante que muchas veces pasa desapercibido: Dios utilizó todas estas plagas para mostrarse no solo ante los judíos sino también ante los egipcios.  El mismo faraón reconoce que no hay otro dios como Jehová.  En el capítulo 9 versículo 20 dice cómo algunos funcionarios egipcios temieron la palabra de Jehová y fueron a cubrirse.  ¿Lo puedes ver?  A veces, este tipo de eventos sirven para aquellos que nunca hubiéramos imaginado que creerían en Dios terminen a sus pies.  Además, nos sirven a nosotros para recordar que tenemos un Dios que nunca nos abandona y siempre sus planes son mejores que los nuestros.

¿Cuáles son tus miedos?  Piénsalo.  Todos tenemos miedos sin importar nuestra edad.  Lo que no hacen todos es acudir a Aquél que nos ama y brinda refugio cuando tenemos esos miedos.

 

Oración

Padre: vengo a Ti para recibir tu amor y refugio.  Hay tantas cosas que no entiendo y simplemente te pido porque pueda confiar en Ti para seguir adelante.  Yo sé que tienes todo bajo control y tu amor nunca para.  Te pido por aquellos que me rodean y no te conocen para que pueda ser luz y vean tu increíble bondad y amor.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

5 oct 2020

Salmos 35:28 Con mi lengua proclamaré tu justicia, y todo el día te alabaré.


Después de todo un revoltijo de sentimientos, David termina con una gran enseñanza: al final, nuestro objetivo debe estar en Dios y no en nosotros.
  En todo este capítulo vimos cómo se enojaba, cómo exclamaba y gritaba, cómo pedía justicia y cómo la gente se burlaba de su situación.  Pidió a Dios que hiciera justicia.  Pidió a Dios que tomara cartas en el asunto.  Aprendimos que no debemos guardar nuestras emociones y que Dios no se va a enojar por expresar todas nuestras inconformidades.  Pero no terminó David ahí.  Terminó diciendo: proclamaré tu justicia y todo el día te alabaré.

Piensa en esto por un momento.

¿Cuántas veces nos quedamos solamente con la queja sobre nuestra situación?  ¿Cuántas veces acudimos a Dios solamente para que cambie lo que está pasando?

¿Cuántas veces solamente oramos para que la atención quede siempre en nosotros?

El sufrimiento nunca debe ser algo que busquemos evitar o evadir.  Las pruebas son las que nos hacen sacar a la luz lo que Dios quiere trabajar en nuestras vidas.  ¿Cómo entonces pedimos porque se acaben en lugar de pedir por entender lo que Dios quiere enseñarnos?  No te sientas mal.  Es natural reaccionar así.  De hecho, hay estudios que muestran que nuestra mente siempre busca la estabilidad, así que, cualquier evento o situación que rompa con esa estabilidad nos hará buscar acabarla lo antes posible.  Ahora recuerda, debemos vivir para el espíritu y no para el cuerpo.  Entonces, con el conocimiento que ya tienes, debes pensar en cómo reaccionar ante las circunstancias que atraviesas.  Medita sobre tus oraciones al respecto.  Medita sobre tu relación con Dios.  

En la biblia encontramos una descripción increíble de David: un hombre conforme al corazón de Dios.  ¿Cómo es posible esto?  ¡David fue un asesino y adúltero entre otras cosas!  Parte de la respuesta la encontramos en este último versículo pues habla justamente de lo que había en su corazón: deseos de alabar a Dios y buscar siempre Su voluntad por encima de la suya.  Si hacemos memoria en la vida de Jesús, también hace una oración similar el día antes de ir al calvario pidiendo a Dios Padre que, si es Su voluntad, no aconteciera lo que estaba establecido, pero termina pidiendo porque se haga conforme El considere mejor.  Nuevamente te animo a que medites en tus oraciones.  Tal vez estás pasando un mal momento.  ¿Cómo oras?  Insisto, no te sientas mal si has estado orando equivocadamente para que tus problemas se resuelvan.  ¡Es natural!  Pero ahora, no solamente debes orar por eso sino siempre buscando que, al final, sea la voluntad de Dios la que prevalezca y que todo tu ser sea transformado para Su gloria.

 

Oración

Señor: perdóname.  He pensado solo en mí y te he hecho a un lado.  Hoy quiero empezar a orar de manera que siempre busque alabarte y darte la gloria.  Te pido que pueda entender tu voluntad.  Que pueda entender lo que quieres cambiar en mí.  Te pido que las circunstancias no cambien hasta que entienda y sea transformado por Ti.  En Ti confío.  En Ti descanso.  En Ti sigo adelante.  En Cristo Jesús.  Amén.

14 sept 2020

Salmos 35:11-14 Se presentan testigos despiadados y yo me preguntan cosas que yo ignoro. Me devuelven mal por bien, y eso me hiere en el alma; pues cuando ellos enfermaban yo me vestía de luto, me afligía y ayunaba. ¡Ay, si pudiera retractarme de mis oraciones! Me vestía yo de luto como por un amigo o un hermano. Afligido, inclinaba la cabeza, como si llorara por mi madre.


Si lees el libro de Samuel capítulo 25 te encontrarás con la historia de  Nabal, Abigail y David.  En ese entonces David estaba huyendo de Saúl y le pide a su gente que vaya con Nabal y le pida parte de las provisiones que tenían.  Ellos se habían encargado de cuidar a los pastores de Nabal y nunca los habían molestado.  Ahora necesitaban ayuda y la pidieron de vuelta.  Los pastores llevaron el mensaje a Nabal y contestó refunfuñando y quejándose sobre lo que David pedía.  Como los pastores y servidores sabían que era necio, van con su esposa Abigail para explicarle la situación y ella decide ofrecer regalos y disculpas a la gente de David que ya se alistaban para matar a su esposo.

Este salmo que escribe David es algo por lo que todos, en algún momento u otro, debemos sentir.  Leíste bien: debemos.  ¿Por qué?  Porque quiere decir que estamos sirviendo y siguiendo el ejemplo de Jesús.  Esto, forzosamente nos expone a ser lastimados.  Nos expone a ser rechazados.  Nos expone a recibir señalamientos, burlas o desprecio.  Uno sirve, algunos responden mientras otros se dan la media vuelta.  David lo vivió.  Cristo lo vivió.  Tú y yo lo debemos vivir también.  Jesús nos dice en Mateo 20:27 que vino a servir y no a ser servido.  ¡Si Jesús vino a servir, cuánto más nosotros!  El pasaje de hoy explica lo que vivió David.  Le devolvieron mal por bien.  Nuestra razón nos diría que no sigamos haciendo lo bueno.  Que nos desquitemos.  Que busquemos venganza.  Dios nos pide que amemos, que perdonemos y que demos testimonio.  ¿Cómo lograrlo?  Simple.  A través del Espíritu Santo.  Solamente Él puede transformar lo que hay adentro de ti.  Por eso Jesús hizo tanto énfasis en sus encuentros con los religiosos.  Ustedes, les decía, solamente adoran de labios para afuera, pero su corazón está podrido.  El Espíritu Santo renueva nuestro corazón.  Permite que perdonemos, incluso cuando ni siquiera nos han pedido perdón.  Nos permite que amemos, incluso cuando nos han devuelto mal por bien.  No se trata de buscar en tu interior.  Tampoco de buscar la paz a través de alguna técnica obscura o mística.  Se trata de venir a los pies del Señor.  Postrarse ante Él y reconocer que sus planes son mejores que los nuestros.  Decirle que no entendemos por qué sucede lo que sucede pero queremos permanecer pegados a Él y seguir siendo transformados por su Espíritu.  

La vida no es fácil y la Biblia jamás nos miente acerca de ello.  ¡Al contrario!  Nos advierte que habrá aflicción.  Pero también nos llena de esperanza recordándonos que Cristo venció y ni la muerte pudo con Él.  Así que mantén tu esperanza y visión puestas en Él para seguir cada día buscando ser renovado por Su Espíritu y gozándote de vivir una vida plena aunque las circunstancias parecieran imposibles de superar.

Oración

Padre: gracias.  Vengo a tus pies, cansado, acabado y sin dirección.  Te pido que tu Espíritu Santo me renueve, me llene de Ti y de sentido y esperanza a mi vida.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

2 sept 2020

Salmos 35:7-10 Ya que sin motivo me tendieron una trampa, y sin motivo cavaron una fosa para mí, que la ruina los tome por sorpresa; que caigan en su propia trampa, en la fosa que ellos mismos cavaron. Así mi alma se alegrará en el Señor y se deleitará en su salvación; así todo mi ser exclamará: “¿Quién como Tú, Señor?” Tú libras de los poderosos a los pobres; a los pobres y necesitados libras de aquellos que los explotan.

Conforme mis hijos crecen, me voy dando cuenta de cómo su mente comienza a mejorar en conectar y comprender cosas nuevas.  Se cuestionan sobre la vida y la muerte.  Lo que es real y lo que no.  Poco a poco sus mentes van mejorando y toman mejores decisiones.  Poco a poco van controlando más sus emociones y desarrollando su parte intelectual.  De la misma forma que los niños crecen, nosotros debemos hacer lo mismo espiritualmente.  Debemos “conectar” cómo Dios está trabajando en nuestro corazón a través de tal o cual prueba.  Debemos controlar nuestros impulsos y dejar de actuar como lo hacíamos antes.  David no llegó a escribir esto de un día para otro.  No llegó a esta madurez sin haber atravesado una infinidad de pruebas.  Pon atención a sus palabras.  Lee el pasaje nuevamente.  Recuerda que el capítulo se ha tratado de las injusticias que atraviesa y cómo pide, mejor dicho, clama a Dios para que Él y no los deseos de David haga justicia.  En este pasaje vemos un clímax de David.  Una cúspide de entendimiento entre David y Dios.  Por eso David dice: todo mi ser exclamará, ¿quién como Tú Señor?  ¡Una madurez digna de admirar!  Primero, entiende sus circunstancias.  Segundo, se da cuenta y expresa lo que siente.  Tercero, clama a Dios porque sus emociones lo abruman.  Cuarto, analiza sus opciones.  Quinto, decide que prefiere dejar que el Señor se encargue en lugar de buscar opciones por sí mismo.  ¡Excelente proceso para toma de decisiones!  ¿Cómo tomas tus decisiones?  ¿Lo primero que se te ocurra o sientas?  ¿No haces nada y te guardas todo?  David nos deja un ejemplo perfecto a seguir.  Sin restricciones sobre nuestros sentimientos.  Sin restricciones para acudir a Dios y clamar.  ¡Lo que sí restringe y frena son sus deseos de venganza y justicia propia!  No guarda sus sentimientos ni actúa conforme a ellos.  Los pone a los pies del Señor y de ahí deja que todo se “acomode”.  No.  No es imposible.  Si sientes que no puedes hacerlo es porque tienes miedo a ser transformado.  Si piensas que no se puede es porque tu comprensión de Dios es de un dios muy poco capaz.  Empieza con algo.  Pequeño o grande pero algo.  Una vez que lo hagas, ¡no frenes!  Poco a poco.  Granito a granito.  Conforme avancen los días y luego los años podrás voltear atrás y darte cuenta de cuánto has crecido.  Podrás darte cuenta de cuánto te ha bendecido Dios por tomar mejores decisiones conforme a Su voluntad.  David lo hizo.  ¡Tú puedes hacerlo!

 

Oración

Padre: Tú todo lo puedes.  Quita esa duda de mi sentir y mi mente.  ¡Transfórmame!  Cada día quiero crecer espiritualmente.  Quiero aprender a tomar mejores decisiones.  Quiero aprender a seguir tus principios y gozarme sabiendo que son mejores que los míos.  ¡Gracias Dios!  En Cristo Jesús.  Amén.

26 ago 2020

Salmos 35:4-6 Queden confundidos y avergonzados los que procuran matarme; retrocedan humillados los que traman mi ruina. Sean como la paja en el viento, acosados por el ángel del Señor; sea su senda oscura y resbalosa, perseguidos por el ángel del Señor.

¡La religión ha echado a perder nuestra comunión con Dios!  Una de las mejores herramientas que utiliza Satanás es la religiosidad.  ¡Verdaderamente única su estrategia!  Nos hace pensar que somos buenos o que podemos llegar a ser buenos realizando ciertos actos.  ¡Mentira!  No somos buenos ni podemos ser buenos con nuestras acciones.  La biblia una y otra vez nos repite que la santidad llega por fe y no por obras.  Todo esto lo digo por el pasaje de hoy.  Lee nuevamente este pasaje y trata de ponerte en los pies de David.  Trata de entender su enojo.  Trata de sentir su coraje.  ¡Está siendo perseguido sin haber hecho nada!  ¡Lo quieren matar cuando solamente se ha dedicado a servir!  Los religiosos quieren que nos mantengamos sin decir nada.  Que pongamos una cara como si nada pasara y sigamos nuestro camino.  Mientras tanto, estoy convencido que Dios nos dejó este salmo de David para poder identificarnos con él.  Nos dejó estas palabras llenas de sentimiento para que sepamos que Dios nos entiende y no le es ajeno nuestro sentir.  Los religiosos no quieren que grites, te enojes, exclames o dejes que tus sentimientos exploten.  Dios no es así.  Lo que Dios te dice es: ¡Ven!  Desahoga todas tus emociones en mí.  Dame tu carga que es muy pesada y toma la mía que es ligera.  No dejes que tus emociones te consuman sino exprésalas, sácalas y entrégalas a mí.  ¿Te hace más sentido el pasaje?  ¿Te puedes identificar con esta circunstancia?  Enojarse no está mal.  Sentir rencor o coraje no está mal.  Insisto, Dios nos hizo así y sabe lo que traemos adentro de nuestro corazón.  Lo que está mal es desquitarnos con los que están con nosotros.  Lo que está mal es dejar que nuestros sentimientos se establezcan dentro de nuestro ser y echen raíces para nunca dejarnos vivir en paz.  Piénsalo.  Cuando no perdonamos o entregamos sentimientos de coraje a Dios, nosotros mismos somos los que se consumen por dentro.

David le pide a Dios que haga algo por él y que sus enemigos sean avergonzados, humillados y confundidos.  David no se quedó callado.  No quiso hacerse el religioso mostrando un semblante como si no pasara nada.  ¡Claro que pasa y sigue pasando!  Hoy hay matrimonios en la punta del divorcio y salen como si no pasara nada.  Hay personas que hablan detrás de otras y salen como si no pasara nada.  La vida está llena de momentos y situaciones complicadas.  La vida está llena de emociones agradables y desagradables.  La religiosidad nos hace pensar que todo debe estar siempre “bien”, mientras que Dios nos enseña que es normal tener sentimientos y querer “explotar”.

Saca todo lo que traes y tráelo al Señor.  Él no te va a dar la espalda.  Al contrario, quiere que su paz te llene en sobre manera.

 

Oración

Señor: no entiendo por qué pasan las cosas pero lo que hoy entiendo es que puedo venir a tus pies para entregarte mis sentimientos y recibir tu paz.  Lléname de Ti y quita todo lo que echa raíz de amargura, odio y coraje.  No quiero estar pensando en desquitarme sino en depender más de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén