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31 oct 2023

Salmos 49:10-11

Nadie puede negar que todos mueren, que sabios e insensatos perecen por igual y que sus riquezas se dejan a otros.  Aunque tuvieron tierras a su nombre, sus tumbas serán su hogar eterno, su morada por todas las generaciones.

 



No dejo de sorprenderme sobre lo increíble que es nuestra mente.  Me encanta leer y aprender sobre cómo podemos entender la manera en la que funcionan nuestros pensamientos o la forma en la que podemos dirigir nuestro cuerpo.  Por ejemplo, con el pasaje de hoy, algunas personas que se encuentran atravesando un momento difícil podrían tomar estas palabras con actitud desalentadora o pesimista: esta vida no vale nada y al final todos nos morimos; mientras que otras personas que están enfocadas en ver lo bueno pueden entenderlas como una motivación a aprovechar cada minuto que tenemos de vida en esta tierra.  Ahora, la Biblia no es un libro de motivación o superación personal.  ¡Es la palabra de Dios!  Es nuestra guía para tomar decisiones, conocer de Dios y lo que espera de nosotros.  Entonces, si no nos vamos a enfocar en la cuestión pesimista u optimista, cómo podemos tomar este pasaje.  Bien.  Lo debemos entender de manera simple y sencilla.  Solamente tenemos una oportunidad para arrepentirnos y reconocer a Cristo como Salvador y Rey: esta vida.  No importa quién seas, tienes una sola vida y al final, como todos los demás, terminas en la tumba dejando todas tus riquezas a otros.  El hombre más rico del mundo termina en una tumba.  El hombre más pobre del mundo termina en una tumba.  No es descubrir el hilo negro ni algún misterio.  Es observación simple.  Esta persona nace y después muere.  Yo nací, eventualmente voy a morir.  ¡No es pesimista!  Es realista.  Ahora, qué quiere enseñarnos Dios con este pasaje.  Sabemos que no quiere que estemos cayendo en depresión o buscando vivir de manera extrema porque la vida se acaba.  Lo que quiere que hagamos es que cambiemos la perspectiva terrenal por una espiritual.  Quiere que cambiemos unos cuantos años de vida por una eternindad en el espíritu.  ¿Lo puedes entender ahora?  No se trata de una moda, tendencia o emoción.  Es perspectiva.  Todos los días tomamos decisiones sobre qué hacer mientras vivimos.  Basado en lo que acabamos de aprender, debemos estar convencidos que nuestros principios están acomodados de manera correcta y Dios está en primer lugar.  No mis deseos, no mi trabajo, no mi familia, no mi empresa, no mi cuenta de inversiones, no mis adicciones.  Dios.  Lo único eterno.  Has una pausa y medita en esto.  Medita en tus prioridades y examínalas versus tus actividades diarias.  ¿Están alineadas?

 

Oración

Señor

Gracias por tu palabra y por enseñarme tantas cosas a través de ella.  Te pido mi vida, mis pensamientos, prioridades y acciones estén alineados con tus principios y sean siempre una expresión de mi fe y entrega a Ti.  Te pido perdones mis pecados y siempre guíes mis pasos.  En Cristo Jesús.  Amén.

9 oct 2023

Salmos 49:7-9

"Nadie puede salvar a nadie ni pagarle a Dios rescate por la vida.  Tal rescate es muy costoso; ningún pago es suficiente para vivir por siempre sin ver la fosa."


 

Recuerdo cuando entré a trabajar a una empresa que había admirado desde hacía mucho tiempo.  ¡Una de las más importantes en el mundo!  Había asesores que tenían oficinas con vista al mar y otras además de la vista al mar eran muy grandes y en la esquina.  Me asombraba y obviamente pensaba que en algún momento me gustaría tener una.  Todos sabíamos quiénes eran los que tenían las oficinas grandes y eran “importantes”.  Lo interesante fue que un día, mientras caminaba afuera del edificio de mi oficina, me di cuenta que ninguno de los “importantes” de mi oficina figuraba dentro de los importantes en la calle.  ¡Nadie les hacía caso o “reverencia”!  Eran como cualquier otra persona.  ¡Obviamente que lo eran pero no lo entendía antes!  Lo mismo pasa con los artistas que tienen más fama.  Podrán ser reconocidos por muchos en la calle pero para otros como yo, que no tengo idea de la mayoría de ellos, pasarían totalmente desapercibidos. 

Bien.  ¿Qué quiero compartir con esto?  Pues que Dios nos advierte de todo lo que sabe que nos hará dudar o confundirnos sobre el valor de la vida, el alma y la riqueza terrenal.  Bien dijo Jesús a sus discípulos que la mujer viuda había puesto más que todos los demás aunque en dinero “terrenal” era mínimo.  Por el contrario, vemos mucha gente pensando que puede comprar su entrada al cielo.  Piensa que puede donar mucho dinero y apoyar causas sociales y con eso serán aprobados.  Dios es muy claro: nadie puede salvar a nadie ni pagarle a Dios rescate.  No se trata de ser bueno.  No se trata de poner tu propio parámetro y pensar que has hecho bien las cosas o no tan mal como otros.  Insisto en la claridad que establece Dios: nadie puede salvar a nadie.  ¿Entonces?  Necesitamos aceptar el sacrificio de Jesucristo y la gracia por la cual nos permite ser redimidos al creer en Él.  El dinero nos confunde.  Nos hace sentir “poderosos”.  Mientras más dinero tienes, más te puedes diferenciar de los demás.  Una casa más grande, en un lugar más exclusivo, con vista más bonita, con más y más y más…. Piénsalo por un momento.  Imagina la influencia que tienen las personas más ricas del mundo.  No hay nadie que no les tome la llamada si necesitan algo.  No hay nadie que no le gustaría conocerlos.  Sin embargo, tanto los más ricos como los más pobres empezaron y terminaron igual.  Sin nada.  Todos vamos en la misma dirección: la muerte.  La diferencia entre cada uno de nosotros no está en cuánto dinero hicimos en este mundo sino el impacto que tuvimos sirviendo a Dios pues sabemos que habrá recompensa en el cielo.  Todo el dinero y las propiedades se quedan mientras que nuestro servicio a Él se va con nosotros.

 

Oración.

Padre: gracias por recordarme y advertirme que el dinero me confunde y cambia mi perspectiva de la vida.  Gracias por mandar a Jesús para perdón de mis pecados y te pido que pueda vivir sirviéndote en todo momento.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

26 sept 2023

Salmos 49:5-7

¿Por qué he de temer en tiempos de desgracia cuando me rodee la maldad de mis opresores?  ¿Temeré a los que confían en sus riquezas y se jactan de sus muchas posesiones?  Nadie puede salvar a nadie ni pagarle a Dios rescate por la vida.

 

Recientemente leí un excelente libro “I still believe” y trata de la vida de un cantante de música cristiana y cómo ha atravesado diferentes momentos difíciles en su vida.  Es tan interesante que terminaron haciendo una película con el mismo nombre del libro.  Lo que me pareció extremadamente interesante es cómo narra acerca de la muerte de su esposa unos pocos meses después de haberse casado.  Comprarte sus sentimientos, sus dudas, sus enojos, frustración e impotencia.  Donde más me sorprendí es que en un momento que se encuentra en un restaurante comiendo, ve a otra pareja discutiendo (o probablemente peleando) y explica cuántas ganas tiene de ir y gritarles que se tienen el uno al otro.  ¡Están vivos los dos!  ¿No se dan cuenta que cualquier cosa que estén discutiendo no tiene sentido visto desde la perspectiva de la vida o la muerte?  Lo triste es que muchas veces tenemos que sufrir para poder entender lo que Dios nos quería enseñar de una manera fácil.  Preferimos nuestro método.  Preferimos que Dios se haga a un lado porque lo tenemos bajo control.  Ahora, ¿qué tiene que ver esta historia con el pasaje de hoy?  Vuelve a leer detenidamente con el principio de tener la perspectiva de Dios.

Cuando todo va bien, leemos esto y pensamos, ¡Claro!  Siempre estaré fuerte y entendiendo que Dios tiene el control.  Pero cuando todo está de cabeza, cuando no entendemos por qué pasa lo que pasa, entonces sí, nos cuesta trabajo entender este pasaje.  Cuando no podemos ver “la luz” y nos sentimos aplastados, entonces sí que tememos todo.  Tememos del dinero; tememos de las enfermedades; tememos de nuestros trabajos; tememos de los demás.  

Es aquí donde realmente se dividen los que creen y quieren seguir a Dios de los que no.  ¿Cómo sabemos de qué lado estamos?  Los dos grupos tenemos miedos.  Los dos grupos sufrimos.  Los dos grupos podemos sentirnos sin dirección.  La diferencia radica en lo que hacemos después: Confiar en el Dios Todopoderoso.  Entregar los miedos y buscar ser renovados a través de su palabra y poder caminar “sobre el agua” hacia Jesús.  ¿Te queda más claro?  Los cristianos también tenemos miedos.  No debemos leer este pasaje pensando que no debemos de tener dudas o miedos.   ¡Al contrario!  Debemos meditar sobre esos sentimientos y pensamientos para luego pasarlos por la perspectiva de Dios y dejar que El muestre los pasos a seguir.  Solamente así podemos vivir sin temor.

 

Oración

Padre: gracias por tu palabra y tus enseñanzas.  Te entrego todos mis miedos, frustraciones, enojos y demás sentimientos que me acaban y apartan de ti.  Ayúdame a entender que tienes un cuidado especial de mí.  Ayúdame a no separarme de Ti.  Quiero que mis días sean llenos de tu paz y confiando en que no debo temer nada pues Tú estás conmigo.  En Cristo Jesús.  Amén 

22 ago 2023

Salmos 48:13-14 Caminen alrededor de Sión, den una vuelta por ella y cuenten sus torres. Observen bien sus murallas y examinen sus fortificaciones, para que se lo cuenten a las generaciones futuras.


Los versículos anteriores hacen referencia a un momento en el que Dios rescató a Jerusalén de un ataque de manera milagrosa.  Concluye el salmo pidiendo que cada uno de los que están escuchando, voltee a su alrededor y abra los ojos al milagro que presenciaron.  Vean cómo está la ciudad.  Vean que siguen vivos.  Vean que no pasó nada pues el Señor se encargó de protegerlos.  En pocas palabras les dice: reconozcan el milagro que hizo Dios.  Una vez hecho esto, les dan otra instrucción: ahora cuéntenselo a las siguientes generaciones.  Hasta aquí todo parece muy fácil de entender y hacer, sin embargo, la realidad es diferente.  Si lees los libros de Reyes y Crónicas, te puedes dar cuenta de cuánto cambiaban las cosas de una generación a otra.  Una generación obedecía a Dios y eran bendecidos grandemente.  ¿La siguiente?  Pareciera que nadie les habló de Dios y terminan cometiendo actos abominables para el Señor y terminan siendo castigados.  ¿Por qué pasan estas cosas?  No es tan complicado hablar de lo que Dios hizo y pasarlo a la siguiente generación.  No debería ser tan cambiante una generación de otra pero la realidad es que lo es.  De hecho, en los negocios es común que las siguientes generaciones terminen destruyendo lo que los fundadores crearon.  ¿Por qué pasa esto?  Pienso que una de las variables principales es la falta de sufrimiento.  Leíste bien.  Normalmente, los que más sufren y los que atravesaron mayores dificultades son aquellos que valoran más lo que logran y adquieren.  Recordemos a David como ejemplo.  Fue ungido para ser rey pero antes de eso Dios lo tuvo como pastor de ovejas.  Posteriormente fue perseguido por Saúl para ser asesinado.  ¡Cómo no iba a valorar un tiempo de paz pues Dios lo rescató de tantas circunstancias adversas!  Piensa en Job y cómo, después de haber sufrido tanto le dice a Dios que antes solamente le había oído, pero ahora le puede ver (Job 42:5).  El hijo de David, la persona más sabia que ha existido en la historia, terminó teniendo cientos de mujeres que lo apartaron de Dios y sus principios para terminar con actos detestables para el Señor.  Obviamente no puedo asegurar que, si Salomón hubiera sufrido más, no hubiera cometido tantas atrocidades, lo que quiero decir es que, cuando pasamos por pruebas y momentos difíciles, nuestro carácter se forja de manera más fuerte basado en la dependencia de Jesús para mantenernos firmes.  Es en la pruebas cuando entendemos que somos las ramas y Jesús la vid pero como padres a veces queremos evitar que los hijos sufran y puedan experimentar esto en sus vidas.

Ya sea que eres abuelo, padre o hijo, entiende la importancia de transmitir todo lo que es Dios y sus milagros a las siguientes generaciones.  ¡Entiende el impacto que tiene!  Lee nuevamente el pasaje.  Ahora observa tu vida y todo lo que te rodea.  ¿Hay milagros que debas contar a las generaciones futuras?

 

Oración

Padre: gracias por tantos milagros en mi vida.  Gracias por mostrarte poderoso cuando yo soy débil.  Gracias por tu fuerza y dirección cuando yo no sé cómo seguir adelante.  Guíame para poder compartirte con las siguientes generaciones.  Guíame para que mis hijos te amen más de lo que yo te amo y puedan disfrutar de una relación contigo por convicción propia pues han probado de lo que eres capaz.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

16 ago 2023

Salmos 47:8-9 Dios reina sobre las naciones; Dios está sentado en su santo trono. Los nobles de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham, pues de Dios son los imperios de la tierra. ¡El es grandemente enaltecido!

Terminé de leer Isaías, Lamentaciones y ahora estoy en Ezequiel.  Algo que realmente me impresionó y no había meditado en esto en otras ocasiones que he leído estos libros es que Dios les explica claramente a los judíos que utilizaría al reino de Babilonia para invadir y destruir Jerusalén y Judá.  De hecho, también les dice que no pueden hacer nada al respecto pues está permitiendo que Nabucodonosor sea rey sobre ellos.  Sin embargo, los reyes y profetas rechazan la palabra de Dios y prefieren hacer caso omiso a las advertencias.  Conforme pasó el tiempo, la palabra de Dios se cumplió y Sedequías vio cómo degollaron a sus hijos y le sacaron los ojos convirtiéndose en un preso hasta el día que murió.  Ezequiel les advirtió incluso sobre la manera en que intentarían escapar (haciendo un hueco en la muralla) y que no funcionaría.  Así sucedió.

Dios reinó, reina y reinará.

No se ha acabado su dominio en ningún momento.  El hecho que, como sociedad, nos alejemos de Él y queramos negar nuestra necesidad de Él, no minimiza en nada su control sobre todo lo que sucede.  De hecho, Dios es muy claro en Romanos capítulo 1 aclarando que, cuando no ponemos freno al pecado, Él nos deja entregarnos en un círculo vicioso de malas decisiones.  Así es como nos encontramos hoy en día.  Sin freno.  Sin moral.  Sin principios.  ¡Pero esto no significa que Dios, como lo dice el pasaje de hoy, ha dejado de reinar sobre las naciones!  Día y noche es enaltecido y alabado.  Si volteamos a nuestro alrededor, podríamos pensar que Dios ha dejado de gobernar y esto sería un error.  Dentro de Su misericordia, nos sigue dando tiempo para entender nuestro pecado y arrepentirnos.  Lee el pasaje nuevamente.  Su palabra no ha dejado de ser precisa y verdadera.  Este principio permanece.  Dios reina.  Dios está sentado en su trono.  Los imperios son de Él.  Siempre es enaltecido.  ¿Te das cuenta?  Lo que vemos nos confunde mientras que la Biblia nos aclara.  Lo que vemos nos lleva a malas conclusiones mientras que la Biblia trae luz y verdad.  Hoy espero que este mensaje te ayude a evitar caer en malas conclusiones de lo que sucede a tu alrededor.  Los reyes judíos queriendo justificar sus acciones sufrieron las consecuencias.  No hagas lo mismo.  ¡Dios reina!  No importa que parezca que no hay esperanza en este mundo y que el pecado abunda.  Él reina y su gracia abunda más de lo que puede abundar el pecado.  Romanos 5:20

 

Oración

Señor: gracias por recordarme que tú reinas.  Gracias por recordarme que tu palabra es luz y verdad mientras que este mundo es oscuro y mentiroso.  Abre mis ojos y dame entendimiento mi Dios pues es difícil vivir con tantas cosas apartadas de ti.  Guía mis pasos.  Guía mis decisiones.  Guía mis pensamientos.  En Cristo Jesús.  Amén 

9 ago 2023

Salmos 47:6-7 ¡Canten, canten salmos a Dios! ¡Canten, canten salmos a nuestro rey! Dios es el rey de toda la tierra; por eso, cántenle un salmo de alabanza.

Estamos acostumbrados a cantar tantas canciones de amor, rencor, celos y demás pero no lo estamos para cantar canciones de alabanza a Dios.  Es normal pues resulta muy fácil prender el radio y escuchar todo menos canciones para Dios.  La industria musical que genera cientos de millones de dólares no promueve canciones de adoración.  Esto lo escribo para que tengamos un punto de partida pues pienso que cuando leemos que cantemos y alabemos a Dios no necesariamente estamos acostumbrados a hacerlo fuera de la iglesia o incluso dentro de la misma.  Nos da pena cantar con fuerza y alabar como se lo merece.  Imagina la emoción con la que se grita y “canta” un gol en el fútbol o cuando alguien canta una canción de amor con toda su emoción versus nuestras formas de cantar alabanzas.  Personalmente me da pena y tristeza mi falta de entendimiento y entrega.  ¡Qué más da si alguien me escucha cantar mal!  ¿A quién le importa que lo critiquen por estar alabando a Dios?  Bien dijo Jesús que si nos avergonzamos de Él, no podemos esperar que Él no se avergüence de nosotros frente al Padre (Lucas 9:26).

Además de tener práctica y entrega en alabar constantemente, necesitamos tener y encontrar razones para hacerlo y esto solamente ocurre cuando entregamos nuestras decisiones a sus principios y podemos gozarnos del resultado (normalmente inesperado).  Por ejemplo, para el siguiente año escolar, decidimos cambiar a mi hijo mayor a una escuela cristiana pues lo que estaba aprendiendo en la escuela pública era una desgracia en cuanto a principios.  Para mis hijos menores pensamos que podíamos hacerlo más adelante y así no tener que pagar por este año.  Después de estar orando, Dios fue muy claro en que debíamos cambiar a todos los niños y dejamos que Él se encargara que pudieran aceptarlos a todos y así fue.  Ahora que ya están en su escuela nueva y veo lo increíble que es que les enseñen sobre Dios y sus principios, puedo, verdaderamente cantar y alabar a Dios por lo que hizo.  Este es un ejemplo muy simple y cada uno de nosotros tiene que darse cuenta de cómo Dios se manifiesta en sus vidas y cómo obedecerle nos termina llenando de gozo para así no tener duda ni pena en reaccionar con alabanzas.  Por el contrario, si no hay actos de obediencia en tu vida, si no aprendes que Dios debe tener control sobre tu vida, es imposible que tengas deseos y ocasiones para querer cantarle y alabarle.  Piénsalo.  ¿Dónde estás parado?  Si hay algo por lo que estás agradecido, contento o asombrado que Dios hizo, no esperes más y alaba a Dios.

 

Oración.

Señor: Alabado seas.  Perdóname por no cantarte y alabarte como te mereces.  Guíame para no pensar en la gente sino en Ti para poder alabarte sin restricción.  La gloria sea siempre para Ti y gracias por permitirme ser tu hijo.  En Cristo Jesús.  Amén

2 ago 2023

Salmos 46:1-3 Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestra segura ayuda en tiempos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes.

Este pasaje me hace meditar en muchas cosas.  Actualmente estoy leyendo el libro de Isaías y me sorprende que ¡había profetas que decían mentiras!  Le decían al rey que ganarían alguna batalla, luego llegaba Isaías a decir que eso no era palabra de Dios y el rey se molestaba y no le hacía caso para terminar sufriendo la derrota porque Isaías sí estaba diciendo la verdad.  También pienso en la historia que cuenta Jesús sobre la vid y cómo debemos permanecer en Él.  Jesús nos enseña que si le amamos, se demuestra con nuestra obediencia a sus mandamientos.  También nos enseña sobre aquellos que dicen su nombre pero no pertenecen a Él.  Comparto todos estos pensamientos porque los salmos, y la biblia en general, hablan constantemente de las pruebas y los momentos difíciles.  Una y otra vez se nos recuerda que la vida es dura y tenemos que aprender a clamar a Dios.  Pero esto no es tan fácil si no cumplimos con todo lo que escribí anteriormente.  No podemos clamar a Dios si no somos sus hijos.  No podemos tener comunión con Él si no nos hemos arrepentido de nuestros pecados.  No podemos pedir por su rescate si no le obedecemos.  No podemos pedir porque nos llene de paz si al mismo tiempo no permanecemos en Él.  Lee con atención los versículos nuevamente.  Si queremos tener una vida plena y firme en Él para poder repetir estas palabras, forzosamente necesitamos mucho más que una buena voluntad.  Es como pensar que por el hecho de querer algo lo podemos lograr.  Por más que tenga buenas intenciones de ser el mejor golfista, corredor, tenista o cualquier otra profesión, necesito atravesar por un proceso de decisiones y disciplina para lograr ese objetivo.  De la misma manera sucede con Dios.  No podemos tener gran fe de un día para otro solo porque la deseamos.  La fe para poder decir que Dios es tu refugio, fortaleza y ayuda en tiempos de angustia llega cuando estas convencido que eres su hijo, cuando lees y estudias su palabra, cuando pasas tiempo en oración y obedeces sus principios por encima de tus deseos e impulsos.  ¡Solamente así podrás comenzarte a acercar a la plenitud de esa certeza en Dios!  Piénsalo.  Jesús nos dejó un gran ejemplo en la parábola de las semillas.  Si no crecemos buenas raíces en tierra fértil, con cualquier prueba nos vamos a caer sin saber cómo levantar.  Jesús nos advirtió sobre lo difícil que es la vida mientras que al mismo tiempo su palabra nos llena de paz y aliento.  ¡No nos deja solos!  Lo único es que depende de ti y de mí el dejar atrás nuestro egocentrismo y naturaleza caída para que entonces Él pueda verdaderamente dirigir nuestros pasos.

 

Oración.

Padre: Alabado seas.  Gracias por no dejarme nunca y por tu palabra llena de sabiduría.  Ayúdame a ponerte por encima de todo en mi vida y obedecerte sin restricción.  Te pido seas siempre mi roca y rescate.  En el nombre de Jesús.  Amén.

19 jul 2023

Salmos 44:24-26 ¿Por qué escondes tu rostro y te olvidas de nuestro sufrimiento y opresión? Estamos abatidos hasta el polvo; nuestro cuerpo se arrastra por el suelo. Levántate, ven a ayudarnos y por tu gran amor ¡rescátanos!

Si meditamos en estos pasajes y tratamos de darle sentido, me parece que es interesante la descripción que utiliza el salmista al cuestionar por qué Dios está escondiendo su rostro y los ha olvidado mientras sufren.  Sabemos muy bien que Dios es omnipresente por lo que no está haciendo referencia exacta a su presencia.  También sabemos que Dios es omnisciente por lo que no podría olvidar el sufrimiento y la opresión que sufrían.  ¿Entonces qué están queriendo decir?  ¡Pienso que simplemente están expresando sus sentimientos!  Dios nos hizo seres racionales y también emocionales.  De hecho, es más común actuar por instinto que por la razón.  Veo un salmista escribiendo y manifestando lo que hay en su corazón.  Un sentimiento de confusión, tristeza, frustración y desesperación.  Por un lado, sabe lo que Dios puede hacer mientras que por el otro, no ve que se arregle su situación.  ¿Cómo conciliar estas contradicciones?  ¿Si Dios promete cuidarme, bendecirme y prosperarme, por qué me está pasando esto?  ¡Rescátame!  Le grita el autor.  ¡Ven y ayúdanos!  

A nosotros nos corresponde meditar en cómo expresamos a Dios nuestras emociones.  ¿Sabes que Dios quiere escucharte o piensas que no le interesa tener comunión contigo pues está ocupado en otros asuntos?  ¿Oras convencido que te ama?  ¿Oras pidiendo por entender qué quiere Dios enseñarte?  Tristemente nos estamos acostumbrando a vivir sin dejar que el tiempo tome su curso.  ¡Todo tiene que ser inmediato!  ¡Todo tiene que ser preciso y cierto!  Piénsalo.  Nos confundimos cuando oramos unos cuantos días y no vemos solución.  ¡Muy triste!  ¿Por qué pensamos que el plan de Dios se debe acoplar a nuestro tiempo en lugar de buscar ser transformados durante el tiempo que Dios estableció para dar claridad a lo que atravesamos?  Ahora, a nadie le gusta sufrir.  Obviamente no es agradable sufrir.  Lo interesante es que los datos muestran algo muy peculiar en nuestra relación con el sufrimiento.  Si bien, es claro que no nos gusta sufrir, una vez que atravesamos ese sufrimiento y vemos el resultado, la respuesta de la gente es: lo volvería a vivir cien veces.  ¿Cómo es posible?  Simple.  Después del sufrimiento vemos que pudimos salir adelante.  Después del sufrimiento vemos las cosas de manera distinta.  Mejor.  Después del sufrimiento ponemos en mejor perspectiva la vida y nuestras prioridades.

En conclusión: no dejes de orar expresando tu frustración y desesperación como lo hizo el salmista mientras que, al mismo tiempo, le pides a Dios por darte fuerzas para seguir y entendimiento para ser transformado.

 

Oración

Señor: Gracias por tu palabra y la increíble guía que es a mi vida y mi caminar diario.  No sé cuánto tiempo ni cuántas veces tendré que atravesar momentos duros e inexplicables, pero lo que sí sé es que siempre quiero vivirlos arrodillados y pegado a Ti.  En Cristo Jesús.  Amén.

3 may 2023

Salmos 44:8


¡Por siempre nos gloriaremos en Dios!  ¡Por siempre alabaremos tu nombre!


 

Una forma muy fácil de entender y reflexionar sobre el lugar que ocupa Dios en nuestras vidas es imaginando que vamos manejando en un coche y tratar de definir quién ocupa qué asiento.  Algunos tenemos a Dios en la cajuela.  Va con nosotros pero no opina mucho pues decidimos callarlo hasta que sea “necesario”.  Si nos comprometemos más con Dios, lo “promovemos” y ahora está dentro del coche.  En el asiento trasero.  Está más “presente”.  Le escuchamos más sin que necesariamente le estemos buscando o queriendo su opinión con respecto a nuestro destino y el camino que tomamos.  Otra promoción sería poner a Dios en el asiento del copiloto.  Realmente tomamos en cuenta su opinión y sabemos lo importante que es escuchar su consejo y observaciones.  El siguiente ascenso involucra ceder el control y dejar que Él sea el piloto.  Él toma las decisiones sobre la ruta e incluso el destino.  Hasta aquí pareciera que no hay forma de dejar que Dios tome un puesto más alto.  Falso.  El siguiente ascenso es el más importante de todos.  ¿Cuál es esa promoción?  Cuando el Señor decide dar vuelta a la derecha, tú y yo, no nos quejamos ni cuestionamos esa decisión.  Cuando decide tomar el camino largo, tú y yo no brincamos buscando otras opciones.  Cuando decide el destino diferente al que queríamos, tú y yo no criticamos su decisión.  En conclusión: el lugar más alto que puede ocupar Dios en nuestro corazón es aquél donde le entregamos nuestra vida, agradecemos su luz que nos guía y nos mantenemos fieles al camino que ha escogido.  Vivimos con gozo y con esperanza que cada paso, cada vuelta, cada destino son siempre lo mejor para nuestra vida aunque sea difícil de comprender pues confiamos más en Él que en lo que nosotros vemos.

Ahora vuelve a leer el pasaje.

Solamente entendiendo el lugar que Dios ocupa en nuestra vida podemos verdaderamente alabarle siempre.  De lo contrario, solamente le alabamos cuando estamos contentos, cuando las cosas están a nuestro favor o cuando estamos de acuerdo con lo que Dios ha decidido.  ¡Qué difícil alabarle cuando las cosas parecen estar en contra!  ¡Qué difícil gozarnos cuando hay adversidad que no podemos entender!  ¿Cómo entender que Dios decidió girar a la izquierda en lugar de la derecha y ahora hay sufrimiento?  ¿Cómo entender el camino tan largo de las tragedias en lugar del corto y alegre?  ¿Cómo entender lo que no podemos entender?  No podemos.  Simplemente no se puede.  Lo que sí podemos es alabarle y gozarnos si nuestro corazón y nuestra mente están completamente entregados, confiados y alineados en que su palabra es real y verdadera.  ¿Dónde está Dios en tu vida?  

 

Oración

Señor: perdóname porque no te he dado control absoluto y pedido porque pueda vivir gozoso en todas las vueltas y caminos que decides para mi vida.  Te pido que no solo tomes el lugar más importante de mi mente y mi corazón, sino que también pueda vivir alabándote siempre y dándote gloria sin importar las circunstancias.  En Cristo Jesús.  Amén 

5 abr 2023

Salmos 44:5-7

Por Ti derrotamos a nuestros enemigos; en tu nombre aplastamos a nuestros agresores.  Yo no confío en mi arco, ni puede mi espada darme la victoria; tú nos das la victoria sobre nuestros enemigos, y dejas en vergüenza a nuestros adversarios.



 

Un grave error que cometemos como personas es querer comprender a Dios en su totalidad.  ¡Es imposible!  La biblia nos da principios para tener comunión con Él, nos dice cómo es y qué quiere de nosotros.  Sin embargo, no nos dice todo en detalle.  Sabemos que es omnisciente y omnipotente, pero traer ese concepto a nuestro entendimiento y vida diaria resulta más complicado de lo que parece.  ¿Por qué hago referencia a esto?  Pues si lees el pasaje nuevamente con detenimiento, puedes ver claramente que Dios es quien da las victorias.  Entonces podríamos inferir que nosotros no debemos hacer nada y de todas maneras las victorias llegarían.  Pero no es así.  Dios tiene una dualidad entre lo que Él hace y lo que nosotros debemos hacer que resulta, a mi limitada comprensión, difícil de descifrar.  En otras palabras, ¿cuánto tengo que “luchar”?  ¿cuánto tengo que hacer y hasta dónde?  Realmente no hay forma fácil de descifrarlo.  Tenemos muchas historias en la biblia donde Dios da una instrucción y no es sino hasta que la obedecen que sucede el milagro.  Por ejemplo, cuando convierte Jesús el agua en vino, cuando alimenta a miles de personas con unos panes y unos cuantos peces, cuando Dios entrega Jericó con el ejército israelita solamente caminando alrededor de las murallas, cuando Dios protege a Eliseo del rey y le permite ver a su siervo el ejército celestial que los estaba cuidando, y así, los ejemplos abundan.  En todos ellos hay acción por parte de Dios y de los involucrados.  La manera en la que yo lo entiendo es la siguiente: mi deber es prepararme lo mejor que pueda y tratar de actuar siempre conforme a lo que agrada a Dios.  Buscar hacer mi mejor esfuerzo y después dejar que Dios decida sobre el resultado.  Hasta aquí, podría ser igual a lo que está diciendo el Salmista, pero no termina ahí.  Mi mente empieza a pensar en los números y probabilidades de que algo suceda o no.  Si intento algo más veces, la probabilidad es que suceda lo que busco versus el que lo intente menos veces.  Insisto.  ¿Hasta dónde debo “luchar”?  ¿Dónde entra Dios entonces?  

Lo que hoy quiero compartirte no es una solución sino una meditación sobre lo grande que es Dios, sus pensamientos, sus planes y su capacidad de hacer cualquier cosa.  Nosotros no estamos ni cerca de lo que Él puede hacer.  Justamente el día de hoy, una persona me compartió que estuvo orando para que se curara de una enfermedad y, al acudir al doctor le dijo que su enfermedad estaba disminuyendo.  Esta persona quería llorar de la felicidad y seguramente también quería llorar por el milagro tan increíble que Dios estaba haciendo al demostrarle lo real que es.  ¡Dios le estaba dando una victoria!

Dios reina sobre todo lo que pasa y deja de pasar.  No hay duda en esto.  Lo que hoy quiero animarte a meditar es en cuánto queremos intervenir en nuestras batallas diarias pensando que somos nosotros los que ganamos la victoria en lugar de reconocer que siempre ha sido el Señor el que se ha encargado de derrotar y acabar con cualquier “enemigo”.  Te animo a que busquemos ser sensibles para entender cuando debemos “luchar” más y cuándo debemos parar.

 

Oración

Señor:  Gracias por tu palabra, por tu amor, por tu sabiduría y por siempre querer darnos la victoria.  Hoy te pido que podamos ser sensibles a tu voz y escuchemos cuánto quieres que hagamos y cómo quieres que lo hagamos.  Te pido que no se nos olvide que Tú eres quien da la victoria y que nuestra vida sea siempre para darte la gloria.  En Cristo Jesús.  Amén.

16 ene 2023

Salmos 44:2-3

Con tu mano echaste fuera a las naciones y en su lugar estableciste a nuestros padres; aplastaste a aquellos pueblos, y a nuestros padres los hiciste prosperar.  Porque no fue su espada la que conquistó la tierra, ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas.

 

Actualmente estoy leyendo el libro del Éxodo y estaba meditando en la mañana en cómo Faraón le pide a Moisés que por favor los libere de cada plaga o castigo que Dios manda a Egipto por no dejar salir a su pueblo, y Moisés tiene que ir con Dios a orar y pedirle que quite la plaga.  Me parece un poco sin sentido.  Dios le dijo lo que tenía que hacer a Moisés e incluso le dijo lo que iba a pasar (Faraón no los dejaría libres).  De todas maneras, en lugar de que Moisés regresara con Dios y le dijera: pues ya sabes lo que pasó y preguntara, qué sigue, se pone a orar e interceder por los egipcios para que Dios quitara cada plaga.  ¿Por qué?  Lo pienso y comparto porque el pasaje de hoy habla también sobre lo que Dios hizo y hace en nuestras vidas.  Nos da victorias.  Nos hace milagros.  Nos sorprende.  Nos confirma que Él reina.  Sin embargo, nosotros también tenemos que hacer algo.  ¿Qué debemos hacer?  Obedecer.  Por ejemplo, Gedeón va a la batalla con muy pocos hombres porque obedece a Dios al ir quitando a todos los que no cumplen con ciertos requisitos que Dios le menciona y terminan ganando batallas con todos los factores en su contra.  ¿Quién dio la victoria?  Dios.  ¿Quién luchó?  Gedeón y sus hombres.  Es una interacción perfecta.  No es Dios que solamente manda un rayo y “todo” se resuelve.  Siempre hay una parte que nosotros debemos cumplir.

El pasaje habla sobre las victorias que Dios dio a su pueblo.  Victorias que no hubieran podido haber logrado solos pues no tenían la capacidad militar ni la estrategia para realizarlo.  Por ejemplo, cuando Dios les entrega Jericó, no tenían armas para derribar los grandes muros de la ciudad, pero sí obedecieron caminando y marchando por 7 días consecutivos tal y como lo pidió Dios.

El pasaje nos dice que Dios nos ama.  Que nos da victorias.  Que su brazo lucha por nosotros.  ¿Esto lo puedes aplicar en tu vida?  ¿Qué estás viviendo que puedas relacionarlo con este pasaje y te sirva para poder tener paz pues la victoria es de Dios?  ¿Cómo puedes obedecer hoy para dejar que el Señor te de la victoria?  Piensa y medita en estas cosas.  Dios es real y quiere mostrarse poderosamente en tu vida.  No minimices lo que Jehová puede hacer.  Obedece y sigue su camino para después disfrutar de una vida llena de guerras ganadas por el brazo del Señor.

 

Oración,

Padre: Gracias por amarme y luchar por mí.  Gracias por todas las victorias que has traído a mi vida.  Te pido que pueda permanecer confiado en Ti y caminar conforme a tu voluntad, siempre en obediencia a Ti y dejando que Tú trabajes.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

4 ene 2023

Salmos 44:1


Oh Dios, nuestros oídos han oído y nuestros padres nos han contado las proezas que realizaste en sus días, en aquellos tiempos pasados.


 

El capítulo está por narrar lo que Dios hizo y tiene grandes cosas que aprender, sin embargo no quise dejar de avanzar del primer versículo pues quiero hacer hincapié en el impacto que tiene cuando compartimos nuestro testimonio con alguien más y qué mejor que, con nuestros propios hijos.

Así como queremos que nuestros hijos aprendan de nuestros errores y no los cometan nuevamente, el pasaje de hoy nos recuerda lo importante que es compartirles lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.  Es importantísimo compartir las batallas peleadas y cómo Dios se encargó en que se convirtieran en batallas ganadas.  Ahora, si estás pensando en qué podrías compartirles te diría que les compartas lo que más trabajo te haya costado atravesar.  Diles tus errores y deja que vean que eres una persona común y corriente que se equivoca como todos los demás.  La diferencia es que, una vez que reconoces tu error, doblas tu rodilla, doblas tu orgullo y vas a pedir perdón al Señor.  Si no tienes hijos y tienes la oportunidad de compartir lo que Dios ha hecho en tu vida con alguien más, ¡no lo dudes!  Uno nunca sabe la profundidad y el impacto que tienen nuestras experiencias en los demás.  Hace un par de días tuve la oportunidad de compartir de Dios con otra persona y me emocionaba poder expresar lo increíble que es el Señor y cómo se ha encargado de contestar mis dudas sobre su existencia.  Le compartí que no todas las religiones son iguales y poco a poco fue entendiendo cómo es un engaño el pensar así.  Estoy seguro que, de no ser por mi decisión de obedecer a Dios por encima de mi voluntad, no hubiera podido compartir a Dios con esta persona con la misma pasión y emoción.  No es sino hasta que vivimos y experimentamos en carne propia el que Dios se vuelve real.

El versículo de hoy nos abre los ojos al impacto que tiene nuestro testimonio en la vida de los demás.  No minimices lo que ha pasado en tu vida.  ¡Al contrario!  Dios quiere utilizar nuestras alzas y bajas para que nos animemos los unos a los otros constantemente y caminemos juntos por el camino que Dios muestra.  Por último, este pasaje me da esperanza.  Esperanza que mis hijos no olvidarán lo que Dios ha hecho en mi vida y me recuerda lo importante que es compartirles mi historia constantemente y los milagros que Dios ha hecho en ella.

 

Oración

Señor: gracias.  Eres un Dios amoroso y bueno.  Te pido perdón por mis pecados y agradezco tu palabra que me guía siempre.  Ayúdame a tener valor para compartir todo lo que has hecho en mi vida y que otros puedan verte a través de mi testimonio.  Te lo pido en Cristo Jesús.   Amén.

20 dic 2022

Salmos 42:11 ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!


No tengo que pensar mucho para poder enumerar las cosas por las que me puedo inquietar o angustiar.  Falta de salud.  Carencia económica.  Una guerra.  La pérdida de un ser querido.  Tristeza.  Depresión.  Y así, muchas otras.  Me imagino que tu lista puede ser similar a la mía y ojalá sea más corta.  La realidad es que hay muchas cosas por las que podemos angustiarnos.  ¡Es algo natural angustiarnos!  ¡Es natural inquietarnos!  Ninguno de nosotros “escoge” el tener estos sentimientos.  Lo que sí podemos escoger es controlarlos o no.  Dios nos creó de manera perfecta.  Nuestro cerebro lo hizo con dos hemisferios: uno controla lo racional y el otro lo emocional.  Uno actúa de manera inmediata mientras que el otro nos hace pensar y después decidir.  Aunque hay personas que tienen desarrollado un lado más que el otro, al final, el angustiarse o inquietarse llega de igual forma sin importar cuál sea.  Entonces, cuando leo por qué voy a inquietarme o angustiarme, la verdad es que por muchas cosas.  No puedo sentirme mal de que así sea.  Dios me hizo así.  Lo que tengo que aprender de este versículo no es a dejar de inquietarme o angustiarme sino a entregar a Dios mis angustias e inquietudes.  Piensa en esto: tarde o temprano vamos a pasar por muchas pruebas que forzosamente nos harán angustiarnos e inquietarnos.  No hay forma de escapar el perder a un ser querido.  Tampoco podemos evitar atravesar enfermedades ya sean personales o de nuestros familiares que nos hagan sentir tristes y acabados.  Entonces tenemos que meditar cada vez que las circunstancias sean adversas.  ¿Es Dios un egocéntrico y maniático que le gusta vernos sufrir?  ¿Está Dios distante de su creación?  ¿Qué nos dice la Biblia de Él?  ¡Este es un verdadero parteaguas en tu crecimiento espiritual y relación con Dios!  Este punto es cuando puedes pasar de una persona que dice creer en Dios versus una persona que confía en Dios.  ¿Puedes ver la diferencia?  La biblia nos dice que los demonios creen en Dios y tiemblan.  ¿Qué nos puede separar entonces de ellos?  El creer, confiar y obedecer.  Piensa bien en todo esto.  ¿En dónde estás?  ¿Te has quedado en el límite de los que creen o has dado el paso de fe para convertirte en hijo de Dios confiando y obedeciéndole?

 

Oración

Señor:  sin duda hay muchas cosas que me angustian e inquietan.  Hoy quiero traerlas a tus pies y pedirte que Tú seas quien se encargue de todo lo que me quita la paz y me aparta de Ti.  Tú eres mi Dios, mi Señor y mi Salvador.  En Ti confío y en Ti tengo dirección y paz.  Te pido guíes todos mis pasos y tu amor abunde en mi vida para no desviarme de tu camino.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

28 nov 2022

Salmos 42:8-9 Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor y de noche su canto me acompañe. Y le digo a Dios, a mi Roca: ¿por qué me has olvidado? ¿Por qué debo andar de luto y oprimido por el enemigo?

El dolor y el sufrimiento son de los mejores forjadores de la fe.  Por alguna razón, somos mucho más sensibles cuando estamos vulnerables versus cuando todo está bien.  No quiero decir que no podamos aprender cuando hay salud o abundancia.  Lo que quiero decir es que el sufrimiento o el dolor nos doblan las rodillas inmediatamente.  Por ejemplo, hoy en la madrugada me desperté con un dolor en el abdomen como si me hubieran dado un golpe.  Me paré y no entendí lo que pasaba.  Pensé en lo que había comido y hace cuánto tiempo y no me hacía sentido.  Después de aproximadamente una hora, el dolor se quitó por completo.  Ahora, mientras pasaba esa hora, estuve orando y pidiendo a Dios por mi salud.  Pensé que era necesario poner mis prioridades en orden.  Incluso, parte por la que estoy escribiendo hoy es por eso.  El salmo 42 pareciera que todo el tiempo habla de tristeza o desesperación seguida de fortaleza en la fe y alegría.  En los versículos de hoy vemos una necesidad de Dios tanto de día como de noche, así como una plegaria cuestionando Su presencia.

No hay un tiempo definido para que las cosas mejoren.  A veces el “dolor” será de una hora mientras que en otras ocasiones, tal vez pasarán años.  Lo que me parece interesante es la intención de este pasaje.  De día y de noche busca a Dios.  Lee la biblia para pasar tiempo con Él y poder tener muy presente su amor y cuidado.  De noche, recuerda que nunca te desampara.

No hay que caer en desesperación.  Los días pueden pasar y pasar pero eso no quiere decir que Dios nos ha desamparado.  Las circunstancias pueden ser injustas, pero no significa que Dios no hará justicia.  En lo personal, entiendo que pueden haber épocas largas donde las cosas no sean como a mí me gustaría y eso no quiere decir que Dios no me ame.  De hecho, cada vez que atravieso algo difícil, siempre trato de preguntarme qué me quiere enseñar Dios.  ¿Qué quiere cambiar de mí?  ¿Qué ve Él que no veo yo?

Para terminar, la esperanza no viene de pensar que las cosas malas pasarán pronto sino de entender que podemos entregarle nuestras cargas a Dios y tomar la suya que es ligera.  La esperanza nos llena de gozo al entender que nuestro Señor nos ama y jamás abandona.  El problema no es Dios sino nosotros.  Nosotros somos los que olvidamos sus promesas, le damos la espalda y olvidamos pasar tiempo con Él.

 

Oración

Padre: Gracias por nunca abandonarme.  Gracias por recordarme tu amor y te pido que lleves mis cargas que no me dejan seguir adelante.  Perdona mis pecados.  Ilumina mis pasos y te pido que tu paz y tu amor abunden en mi vida.  En Cristo Jesús.  Amén 

27 oct 2022

Salmos 42:4-5. Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud, y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración. ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

En 2 Corintios capítulo 1, leemos que Dios nos da consuelo en todas las tribulaciones para que después vayamos y consolemos a los que se encuentran en tribulaciones.  Una vez que comienzas a servir a Dios y obedeces sus mandamientos, empiezas a “almacenar” recuerdos y experiencias de cómo el Señor hizo milagros, abrió puertas, cerró peligros e iluminó oscuridades entre muchas otras cosas.  ¿De qué sirve todo esto?  Para que lo recordemos cuando nos encontremos nuevamente en circunstancias adversas.  El salmista está recordando un momento bello en medio de incertidumbre.  Está recordando algo que le trae gozo mientras su corazón está triste.  ¿Qué recuerda?  Medita bien en esta pregunta.  No hace memoria sobre un momento en que tenía más dinero o poder sino el momento en el que servía a Dios compartiendo de su palabra y celebrando en acciones de gracias cada momento.  Después de recordar estos tiempos de felicidad, recobra esperanza y retoma la dirección confirmando que no tiene que angustiarse ni inquietarse pues en Dios puede poner su esperanza y alabarlo pues es su Salvador.  ¡Increíble!  Has una pausa.  Piensa en algún momento que te hayas sentido acabado.  Recuerda alguna circunstancia que haya destruido tu esperanza, fe y dirección.  ¿Qué fue lo que hiciste?  ¿Cómo reaccionaste?  Si tomaste malas decisiones, no te preocupes.  Pide perdón y aprende del pasaje de hoy para no cometer los mismos errores.  Lo importante es entender que no podemos crecer espiritualmente si no estamos buscando obedecer a Dios cuando las cosas están “bien”.  Si estás esperando a que llegue algo malo para “realmente acercarte” a Dios, cuando llegue el momento no sabrás que hacer y tomarás decisiones malas.  La esperanza del salmista llega al recordar lo que Dios ya ha hecho en su vida.  La fortaleza y gozo en su fe llegan al entender que no debe dejar que las circunstancias dirijan sus decisiones y estado de ánimo sino en la confianza que Dios es Rey y Señor.  ¿Cómo puedes acercarte más a Dios el día de hoy?  No dejes que pase más tiempo.  Estés bien o mal, no debe cambiar tu deseo por permanecer cerca de Dios.

 

Oración

Padre: gracias por tu palabra que es grande y maravillosa.  Gracias por darme fe, esperanza, consuelo y dirección.  Mi Dios, quiero servirte, quiero obedecerte y quiero que mi vida te alabe.  Guíame para que cada día pueda lograrlo.  En Cristo Jesús.  Amén.

19 oct 2022

Salmos 42:3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y noche, mientras me dicen todos los días ¿dónde está tu Dios?

 

Algo que he notado es que, como sociedad y, probablemente tengo que agregar el adjetivo pecadora, nos gusta juntarnos con aquellos que cometen los mismos pecados que nosotros.  De cierta manera nos hace pensar que estamos “bien”.  Esto no solo aplica a los pecados sino también a pasatiempos o gustos.  Si te gusta correr, es muy probable que tengas amigos que corren.  Entonces, si eres una persona que piensa que está bien engañar a tu pareja, tienes dos opciones: o lo escondes o te juntas con otras personas que piensan que puedes justificar tu decisión.  Todo esto lo escribo porque cuando decidimos obedecer a Dios por encima de nuestra voluntad, forzosamente tenemos que desprendernos de vicios, actitudes, pensamientos y, tristemente, de personas.  Ahora, una vez que comenzamos a hacer estos cambios y los demás lo notan, inmediatamente están esperando el momento, conscientes o no, de que nos caigamos y nos puedan señalar para decir: ya ves, todos somos iguales.  Piénsalo.  ¿Lo puedes ver y entender?  El ser diferente y, en especial, buscar agradar a Dios hace que las personas reaccionen para mal porque les estás mostrando que sí es posible vivir diferente.

Lee el pasaje nuevamente.

Habrá muchas ocasiones en donde las cosas no estén bien en tu vida.  ¡Muchas!  Cada una de ellas te puede hacer crecer espiritualmente y como persona mientras que al mismo tiempo te pueden aplastar.  La biblia nos enseña que habrá personas listas para señalarnos, juzgarnos y cuestionarnos.  Peor aún, cuestionarán al Dios que seguimos y alabamos.  No te distraigas.  No te desanimes.  Todo tiene ciclos.  Todo va y viene mientras que Dios se mantiene firme y sin fluctuar.  Nosotros vamos a fluctuar.  Nuestra fe va a fluctuar.  Sin embargo, Dios sigue siendo el mismo.  Poderoso.  Todopoderoso.

El sufrimiento siempre existirá.  Cristo no vino a suprimirlo.  Vino a mostrarnos que Él puede llenarnos de amor, paz y gozo en medio de ese sufrimiento.  Los que no conocen a Dios piensan que esto es una locura y sin sentido por lo que buscarán cuestionar lo que hacemos y a nuestro Dios en cada oportunidad que surja.  ¡Ánimo!  Dios ya venció al mundo…

 

Oración

Padre: gracias por tu palabra, por tu amor y tu misericordia.  Gracias por permitirme tener comunión contigo.  Te entrego todo lo que me está aplastando y te pido que pueda mantenerme siempre con testimonio agradable a ti sin importar lo que las personas digan o juzguen.  Guíame siempre en tu camino.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.