Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Paz.
Hubo un movimiento fortísimo buscando la paz y el amor. ¿Lo recuerdas?
¡Cuántas personas quieren tener paz y no la encuentran! Llegan a tal extremo que prefieren terminar con su vida que continuar en la situación que están atravesando.
Al parecer, la paz es muy anhelada y poco alcanzable o muy fugaz.
Puedo decir que algunas veces siento paz en mis vacaciones, cuando trato de no pensar en nada y solamente disfrutar un momento de descanso, pero no dura más allá de unas horas o unos días. Hay un dicho cuando se terminan las vacaciones que dice “de vuelta a la realidad”. ¿Qué realidad? En la que no hay paz. En la que se tiene que lidiar con trabajo, jefes, compañeros, tráfico, presiones, gastos y así sucesivamente. Todas estas cuestiones nos inundan hasta ahogarnos y robarnos la paz.
Algunos libros dicen que busques la paz en tu interior.
Me parece que si lo haces es muy probable que puedas encontrar paz.
Pero tengo una opción muy superior: experimentar la paz de Dios que SOBREPASA TODO ENTENDIMIENTO. ¿Qué paz prefieres: la que puedas encontrar en ti o la que Dios puede darte que está muy por encima de lo que puedas entender e imaginar?
La paz de Dios guarda tu corazón. No se acaba. La paz que Cristo puede traer a tu vida es sin importar tus circunstancias. No tienes que ir de vacaciones o a algún seminario para encontrarla. Debes reconocer a Cristo como tu Señor y decirle que te arrepientes de tus pecados. Decirle a Dios que estás cansado y que necesitas de El. Pedir que te llene de su paz.
Te puedo compartir que esta promesa de Dios es cierta. En mi vida he tenido muchos momentos difíciles. Muchas veces las circunstancias me quitaron la tranquilidad y la paz desapareció. Después de poner las prioridades en orden, me di cuenta que Dios no estaba siendo el centro de mi vida. Pedí perdón y pedí por tener paz.
Mis circunstancias siguieron siendo las mismas. NADA había cambiado. Los problemas o inquietudes ahí estaban. ¡Pero en mi corazón había PAZ! ¡UFF! ¡Que gozo más grande! Te invito a que lo puedas experimentar en tu vida. Estoy convencido que has buscado y probado varias cosas para tener paz. Dale una oportunidad al Creador de la tierra para demostrarte la paz que puede darte. Empieza con una oración
Oración
Dios: te quiero decir que me arrepiento de mis pecados. Hoy aprendí que Tú puedes darme paz más allá de mi entendimiento. Te pido que cumplas esa promesa en mi vida. Trae paz a mi corazón, guárdalo y permite que pueda vivir tranquilo a pesar de mis problemas. Te necesito Señor. Oro confiado en que me escuchas, en el nombre de Jesús.
Amén
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