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15 sept 2008

NVI Salmo 23:5

Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar.


De algunos comentarios que leí, dicen que este versículo se refiere a nuestro tiempo en el cielo. El momento en el que Dios nos tenga en su presencia y llene de bendiciones. El día en el que nos tendrá a su lado, como sus hijos y donde no habrá necesidades (tendremos nuestras copas a rebosar).
Lo interesante es notar que nosotros no somos los encargados de hacer venganza contra aquellos que nos hicieron daño. En lugar de que David diga “me apoyaste para destruir a mis enemigos” dice “me llenaste de bendiciones frente a ellos”. Quiere decir que Dios se encarga de tus enemigos y no tú. Tú por el contrario debes de pedir por amar y regresar el mal con un bien. Sé que suena difícil y prácticamente ridículo, pero eso es lo que pide el Señor y eso es lo mejor para tu vida. Pide a Dios que ponga el perdón en tu corazón y trabaje en tus sentimientos para poder llevar a cabo esto que te manda. No permitas que las ganas de regresar el daño que te hicieron te roben el ser ungido con perfume en tu cabeza y que tu copa sea llenada a rebosar. Es muy fácil olvidar que de Jesús es el encargarse de los demás y no de ti.
Por otro lado es increíble ver el cuidado que tiene Dios de nosotros.
¡Imagina a Dios ungiendo tu cabeza con perfume y llenando tu copa a rebosar! ¡Que promesa tan maravillosa!
Hay una canción que siempre me pone la “piel chinita” cuando la escucho y se trata de lo que se sentiría el escuchar al Señor hablarnos. Dice que probablemente le haría llorar o reír pero que seguramente caería rendido ante Él. Sé que es difícil imaginar estas cosas y por ello normalmente me gusta enfocarme a la parte práctica de la Biblia, pero es necesario hablar de las promesas de Dios e imaginar el momento en que podamos estar en su presencia.
¡No hay nada mejor!
Deja por un momento todas tus preocupaciones y pensamientos. ¿Ya?
Ahora imagina lo que sería tener un encuentro con Dios. Imagina escuchar su voz; imagina a Dios sirviendo un banquete para ti; imagina al Señor ungiendo tu cabeza con perfume; imagina a Jehová llenando tu copa para que nunca te haga falta nada.
¡Qué más puedes pedir!

Oración
Padre: hoy te pido que pueda vivir confiado en tu palabra. Yo quiero tener esas promesas para mí. Te pido que no quiera yo vengarme del mal que me han hecho y te lo pueda entregar por completo, también te pido que hagas conmigo como hiciste con David y llenes mi copa a rebosar. Estoy ante Ti para que cambies mi vida y me muestres tus caminos. Oro a Ti en el nombre de Jesús
Amén

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