Hoy en día cuesta mucho trabajo
esperar. Hay que aceptar que la
tecnología nos ha hecho cambiar radicalmente nuestra tolerancia a cualquier
tipo de espera. Ya no tenemos siquiera
que llamar por teléfono. Un simple
mensaje de texto e inmediatamente puedo saber si la persona ya leyó mi
recado. Ya no es necesario ir a una
tienda para comprar artículos. Desde cualquier
parte puedes utilizar tu celular y ordenar tu compra en línea para que, unos
días más tarde, llegue a la puerta de tu casa.
¿Cómo aprender a esperar con tantos servicios a nuestro alcance que satisfacen
nuestras necesidades físicas de manera casi inmediata? No hay ningún otro camino más que ejercitar
la paciencia para aprender a esperar. Pero
no termina ahí. Podemos pensar que es fácil
esperar a que llegue cierta fecha, pero ¿qué sucede cuando tenemos que esperar
para que una enfermedad ceda? ¿Cómo
esperar para que el dolor que sentimos se vaya?
¿Cómo esperar para sentirnos mejor?
¿Cómo esperar cuando no tenemos sentido para seguir adelante? ¿Cómo esperar cuando las cosas están de
cabeza? Ahora todo se complica. Queremos implementar lo que acostumbramos físicamente
a nuestra parte espiritual. Queremos que
las cosas se solucionen de manera inmediata pero la realidad es que no funciona
así. Vuelve a leer el versículo de
hoy. Esperamos confiados en el
Señor. Él es nuestro socorro y nuestro
escudo. Medita por un momento en la
descripción de Dios: socorro y escudo.
Tu socorro lo utilizas cuando no tienes a dónde ir. El escudo lo utilizas para defenderte de los
ataques. En ningún lugar de la biblia encontrarás
un pasaje que te prometa que no habrá ninguna dificultad en tu vida. ¡Ni uno solo!
Lo que sí encuentras es cantidad de promesas sobre el cuidado y amor tan
especial que tiene sobre sus hijos. Creer
en Dios no significa estar libre de problemas.
Tener fe significa recordar constantemente que las circunstancias no
reinan sobre nosotros sino Dios. Vivir conforme
a la voluntad de Dios significa pasar momentos difíciles de rodillas ante Él,
orando, suplicando y clamando para que nos llene de su paz, entendimiento y
fuerza para seguir adelante. Vivir conforme
a su voluntad significa pedirle que su escudo detenga todos los ataques que
recibimos pues de otra forma estaríamos tirados sin poder movernos. La biblia es clara. Habrá momentos difíciles. Está en ti y en mí decidir cómo
atravesarlos. Con Dios como nuestro
socorro y escudo, esperando confiados en Él o tratando de resolver todo con nuestro
esfuerzo y conocimiento. Date cuenta que
de las dos formas tienes que aprender a esperar. Ya sea confiando o en tus fuerzas, no puedes
adelantar el tiempo. La gran diferencia
es que, cuando esperas confiado en Jehová, puedes estar tranquilo sabiendo que
su camino siempre llevará a un crecimiento espiritual, mientras que tu camino,
puede llevarte a un mayor vacío.
Esperar es una virtud que debe ejercitarse. No llega de un día para otro. Tienes que tener una mentalidad enfocada a
recordar que, cuando llegan las pruebas, es momento de ejercitar la espera en
el Señor. Los días serán difíciles. Seguirás necesitando socorro y escudo. Cada día caerás de rodillas para que el Señor
te hable y anime. Sin embargo, cuando
todo haya pasado, voltearás y verás la transformación que Dios ha hecho en tu
corazón. Hoy quiero animarte a que
aprendas a esperar confiado en el Señor.
No en tus habilidades sino en Jehová y sus habilidades.
Oración
Señor: gracias. Tu palabra siempre me llena y da sentido a mi
vida. Gracias por recordarme que no hay
nada fuera de tu voluntad. Gracias por
recordarme que siempre puedo acudir a ti por socorro y escudo. Padre, ayúdame. Protégeme.
Consuélame. Tú conoces mi corazón
y sabes cuánto te necesito. Quiero aprender
a esperar en Ti y por ello te pido que me llenes de tu paz. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén
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