Para mí, una de las mejores enseñanzas de la Biblia es la historia del éxodo. Cada detalle, cada queja de los israelitas contra Moisés y contra Dios, cada milagro realizado por Dios me hace identificarme perfectamente con mi vida. ¿Cuántas veces has necesitado ayuda? Personalmente muchas. ¿Cuántas veces la has buscado en todas partes menos en Dios y simplemente no encontraste paz? No dije una solución sino paz. Pienso, por ejemplo, en el momento en que los israelitas llegan al mar Rojo y tienen al ejército detrás de ellos. ¿Cuántas personas se habrán quejado de su situación? ¿Cuántos habrán tenido coraje de haber tomado la decisión de salir de Egipto y ahora morir en el desierto? ¿Cuántos habrán pensado que ahí terminaría todo? Nosotros sabemos cómo termina esa historia: con uno de los milagros más impresionantes que se han registrado. Lee el versículo nuevamente. Busqué al Señor y Él me respondió. ¿Qué haces cuando el miedo o la incertidumbre te atacan? ¿A quién buscas cuando las cosas no son como quisieras? ¿Sabes? Dios está ahí. Disponible. Esperando que abras tu corazón, que lo busques y le digas cómo te sientes y que necesitas de su amor y su paz. Toma un momento para meditar en tu vida y lo que está pasando a tu alrededor. ¿Cómo está tu matrimonio? ¿Cómo está tu relación con tus padres o con tus hijos? ¿Cómo están tus familiares y seres queridos contigo? Tal vez Dios está queriendo cambiarte y no lo estás dejando. Busca a Dios y Él te responderá librándote de todos tus miedos. Ojo, no te responderá como tú consideres que sea la mejor solución sino conforme a Su voluntad. Ahora. ¿Qué significa buscar a Dios? Significa orar, cantar alabanzas y buscar estar en su presencia. ¿Qué significa: me respondió? Significa que, al leer la Biblia, al escuchar alguna predicación, al platicar con algún hermano en Cristo o cualquier otra forma de referencia a Su palabra, te guían a un entendimiento de cómo abordar tu situación. Entonces, cuando buscas a Dios, ¡Él responde y quita todos tus temores! ¿No te parece increíble? ¡Lo es! El problema es que lo olvidamos muy rápido. Por eso me identifico tanto con la historia del éxodo. A penas se mostraba Dios con un milagro y ya estaban haciendo algo que estaba mal. ¡Así soy yo también! Se encarga Dios de abrir una puerta donde no había, me lleno de gozo y fuerza para después volverme a angustiar por otra circunstancia. ¡No está bien! Pero no podemos cambiar con buenos deseos. Uno solamente cambia tomando acción. Orando más. Leyendo más la Biblia o libros que estén relacionados. Compartiendo nuestra vida y problemas con gente que nos guía a la voluntad de Dios. Y, por último, teniendo un corazón humillado y agradecido por la oportunidad de ser moldeados a la imagen de Cristo.
Lo que sea que venga a tu vida. Lo que sea que robe tu paz y te llene de temor e incertidumbre, no puede ser más grande que Jehová. Búscalo. Abre tu corazón. Escucha. Deja que Él te libre.
Oración
Señor: líbrame de mis temores. No dejes que me aplasten. No dejes que roben mi esperanza. Creo en Ti. Confío en Ti. Lléname de tu Amor y tu Paz y no permitas que me aparte de Ti. Te lo pido en Cristo Jesús. Amén
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