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29 jul 2008

Filemón 1:10


Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones.



Pablo nunca se casó. Cuando habla de su hijo Onésimo no se está refiriendo a una relación padre e hijo como la conoce toda la gente. La palabra de Dios explica que cuando una persona acepta a Cristo es una NUEVA criatura, NACE de nuevo (Juan 3), y se le da el derecho a llamarse hijo de Dios (Juan 1:12). Es por ello que se utiliza entre las personas que siguen a Cristo el llamarse hermanos pues todos tienen a un mismo padre: Dios. Entonces, cuando Pablo le llama hijo a Onésimo se está refiriendo a que él fue su “padre espiritual”. Pablo le platicó sobre Cristo y Onésimo lo quiso aceptar en su corazón.
Lo interesante de este versículo son dos puntos principales:
1- el amor de Pablo hacia Onésimo
2- el trabajo que realizó Pablo sin importar el lugar en el que se encontrara
La verdad es que muy pocas personas “meten sus manos al fuego” por alguien más. La sociedad es egoísta y además lo promueve como una virtud diciendo que es mejor no meterte con nada ni con nadie pues puedes involucrarte en problemas que no deberías. Pero Pablo no pensó en los problemas que encontraría sino que sin dudar, abogó por Onésimo. Hizo algo muy similar a lo que Cristo hizo por ti y por mí, se humilló y pidió por que se tuviera compasión de alguien más. Pablo, como expliqué anteriormente, no utilizó su autoridad para dar instrucciones a Onésimo sino que con amor, rogó a él. De la misma manera, Cristo no utilizó su autoridad para llegar y juzgar al mundo, sino por el contrario, en su amor, vino a ofrecer una esperanza a través de su muerte.
Por otro lado, ¡es verdaderamente increíble y digno de resaltar que Pablo estando en prisión se dedicara a hablar de Cristo! ¿Qué no se le habrá antojado descansar?
Este ejemplo me hace pensar lo fácil que es ponernos pretextos para no hablar de Dios. Muchas veces he pensado que “no es el momento” o que la persona “no lo va a entender” cuando en realidad lo que está pasando es que en ese momento, Dios, no fue mi prioridad. Preferí pasar “sin problemas”, preferí “no involucrarme” en lugar de darle el lugar que le corresponde a Cristo.
Pablo existió. Es un ejemplo real. Hoy te puedo decir que en los reclusorios (cárceles) hay gente compartiendo la Palabra de Dios. Estoy seguro que en los lugares que menos te imaginas hay personas testificando que existe Cristo, que es Real y que quiere transformar vidas a través de su amor. Todo ese trabajo se lleva a cabo con personas que entendieron el ejemplo que dejó Cristo. Pablo lo entendió. Sin importar su situación de preso, siguió compartiendo de Dios. Me imagino que para él no tenía relevancia si se encontraba en una casa con comodidades, en el camino o en prisión. Lo único que probablemente tenía en mente era ser “padre espiritual” de todas las personas que cruzaran su camino.

Oración
Padre: quiero seguir tu ejemplo de amor. Me cuesta trabajo amar a los demás. Te pido que pongas amor en mi corazón para hacerlo. También te pido que pueda compartir de Ti y de tu Palabra en cualquier circunstancia, no permitas que me de temor o timidez. Quiero recordar el gran ejemplo de Pablo y de Cristo para que mi vida sea diferente, permite que así sea Señor. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

1 comentario:

Anónimo dijo...
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