El entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
Esta es la respuesta del padre al hijo en el versículo del día de ayer. De alguna manera, fue imposible para el hijo entender que TODO lo que su padre tenía, también era suyo y además YA estaba disfrutando de ello.
A veces es necesario que nos recuerden lo que YA estamos disfrutando.
Pero hoy quiero tocar la reacción del padre. Su papel es una analogía a la manera en que Dios nos ve.
La verdad es que tú y yo sin Dios estamos perdidos. La Biblia incluso nos muestra que estamos muertos por causa de nuestro pecado y al aceptar a Cristo tenemos vida.
Pero independientemente de que creas o no lo anterior, piensa por un momento en tu vida. La vida NO es fácil. Tal vez ahora estés pasando por un tiempo de bonanza y tu sueldo y casa te permitan sentirte tranquilo, pero ¿qué pasa cuando la salud se va de tu hogar? ¿A quién acudes? Cuando la muerte toca a tu puerta y recuerdas lo frágil que eres, las cosas cambian de perspectiva. La vida no la tienes garantizada. Por más que te has levantado y vuelto a dormir por muchos años, tú NO decides cuántas veces más te irás a dormir y levantar al día siguiente. LO DECIDE DIOS.
Ahora, es importante entender la postura de Jehová. Él está pendiente de que nosotros lo busquemos. Está esperando el momento en que digamos: Estoy perdido y necesito ser rescatado.
He escuchado testimonios que hablan de sus momentos antes de reconocer a Jesús como su Señor. Muchos coinciden en que su vida perdió sentido. Ya NO sabían para qué vivían. Otros me platicaron que sentían que no valían nada y nadie se preocupaba por ellos. Otros más han atravesado por pérdidas de familiares, problemas severos de salud entre otras cosas. Al final, TODOS dijeron de una u otra forma: Señor TE NECESITO. Se encontraron con pared de frente y pared atrás. ¡No hay a dónde voltear! El único lugar disponible con una posible solución aunque no muy tangible es VOLTEAR AL CIELO. ¿Te has sentido así? ¿Te sientes así actualmente? Así como el padre hizo fiesta por su hijo que regresó, de la misma forma Dios se goza y hay fiesta en el cielo cuando tú reconoces que lo necesitas y le pides que te rescate. Dios está esperando que dobles tu corazón, bajes tu orgullo y te dejes de tantos pretextos para que finalmente le puedas decir: Dios estoy perdido y necesito ser hallado.
Oración
Padre: definitivamente sin Ti estoy perdido. Gracias por preocuparte por mí y gozarte por mi regreso a Ti. Te pido perdón por mis pecados y que pueda entender que todo te pertenece. ¡Dale sentido a mi vida y rescátame! Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén
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