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12 feb 2009

Mateo 13:31-32

Otra parábola les refirió, diciendo: el reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.



En cualquier deporte profesional, existen personas que se les llama “cazadores de talento”. Estas personas se dedican a buscar entre los niños o adolescentes, a aquellos que tengan un futuro prometedor. Cuando las encuentran, prácticamente no los dejan ir sin contratarlos y planear todo su desarrollo.
Con la parábola de la mostaza pasa algo similar. Dios hace una especie de muestreo y busca aquellos corazones que estén dispuestos a servir. La gran diferencia es que los busca talentos, tratan de encontrar al que tenga mejores cualidades, por el contrario, el Señor busca a los que por nosotros mismos nada podemos hacer.
Estoy seguro que te estarás preguntando si escribí bien la frase anterior. Sí.
El grano de mostaza, como lo dice el versículo, es la semilla más pequeña y posteriormente se convierte en la más grande. El mundo funciona al revés: toma al más grande y lo quiere agrandar todavía más. Dios toma al más pequeño y demuestra su gracia y poder transformándolo en el más grande.
La Biblia está llena de ejemplos que cumplen con esta parábola. Piensa en David que era un pastor de ovejas y se convirtió en rey, Jesús fue carpintero, Mateo era recaudador de impuestos, entre otros.
Este versículo engloba el plan que tiene Dios para cada uno de nosotros y Juan el bautista lo entendió perfectamente cuando dice: es necesario que El crezca y que yo mengüe. Cuando tú te haces a un lado y permites que sea el Señor quien dirija tus pasos, te conviertes en una semilla que empieza a crecer. Cada momento que escuchas al Espíritu Santo y le haces caso por encima de tus deseos, otro poco de crecimiento le has agregado a la semilla.
Dios no escogió a los más fuertes ni los más preparados sino a los débiles para avergonzar a los fuertes (1Cor 1:27)
Hoy te invito a que medites sobre tu orgullo y concepto de ti mismo. Dios quiere que seamos granos de mostaza. Pequeños nosotros para que El nos haga grandes en su misericordia. Pequeños nosotros para que SUS obras sean las que sobresalgan. Pequeños nosotros para que la gloria sea solamente a El. Pequeños nosotros para vivir sus milagros. Pequeños nosotros para experimentar su paz única e inconfundible. Pequeños nosotros para reconocer al único grande. Pequeños nosotros para que El haga los cambios necesarios. Seamos granos de mostaza que lo único que hacen es dejarse cultivar por aquél que las sembró.

Oración
Señor: quiero ser un grano de mostaza. Quiero dejarte moldear mi vida y que hagas los cambios que sean necesarios en mi vida para que pueda crecer conforme a tu voluntad y no la mía. Pon humildad en mi corazón y permíteme entender que buscas corazones que quieran servir y no ser servidos. Gracias por escuchar mi oración, en el nombre de Jesús
Amén

6 comentarios:

Unknown dijo...

Maravillosas explicaciónes, sobre el grano de mostaza, lo humilde nos hace crecer.

Un Tiempo con Dios dijo...

¡Correcto!
Gracias por escribir

Unknown dijo...

Bendiciones me ayudó mucho 🙏

Un Tiempo con Dios dijo...

¡Qué bueno!
Bendiciones para ti también

Anónimo dijo...

Excelente y clara explicación, gracias

Un Tiempo con Dios dijo...

Gracias por escribir.
Bendiciones