Vistas de página en total

23 jul 2009

Santiago 1:18

Por su propia voluntad (Dios) nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación.


En la versión de las Américas traduce la parte final como: para que fuéramos las primicias de sus criaturas. No sé si has pensado o meditado sobre la voluntad de Dios en el mundo y en particular en tu vida. Yo sí y nunca dejo de descubrir nuevas características. A veces tengo a Dios como mi Pastor que siempre va delante de mí. En otras ocasiones es mi Padre que consuela y llena de paz. También es mi Salvador y no dejo de estar agradecido por ello. Pero a veces se me olvida que también es el Señor de todo lo creado incluyéndome a mí. Olvido que a partir de su voluntad, el mundo fue creado, los vientos soplan, el sol sale y los planetas giran. Por su propia voluntad todo el mundo está en movimiento y funciona perfectamente. Si bien, la tierra gira alrededor del sol, podríamos decir que Dios es el centro de todo puesto que por su voluntad, todo, absolutamente todo lo que conoces, es. ¡Qué grande y poderosa es la voluntad de Dios! Ahora, esta voluntad, tiene un propósito en tu vida y es necesario que pongas atención, para llevarlo a cabo. Además, si te das cuenta, las palabras del versículo son: por su propia voluntad. En repetidas ocasiones, encontrarás en la Biblia, que ninguna persona tiene comunión con Dios por haber realizado buenas obras, por haber salido de una ciudad a un retiro espiritual, por haber vendido todos sus bienes o por cualquier otra razón. Entiende esto: nunca serás lo suficientemente santo y puro para poder tener comunión con el Señor por tus propios méritos. Es necesario que Dios, por su propia voluntad, te permita nacer de nuevo a través de la revelación de su Palabra de verdad.
Por otro lado, nuevamente se repite lo que Jesús dijo a Nicodemo sobre nacer de nuevo (Juan 3). Este nacimiento es espiritual y como lo explica el versículo, mediante la palabra de verdad.
Dios creó al ser humano. Todo ser humano es criatura de Dios. No todo ser humano es hijo de Dios sino aquellos que creen y reconocen a Jesús (Juan 1:12). Este nuevo nacimiento tiene como propósito ser los primeros y mejores frutos de la creación de Dios. Todo lo creado en este mundo da gloria a Dios. Hace tiempo vi una presentación en la cual resaltaba a ciertos científicos que habían entregado su vida al Señor puesto que no podían dejar de maravillarse da la extraordinaria creación que estudiaban día a día. Como hijo de Dios, tu compromiso es hacer lo mismo que la creación: que tu vida de gloria al Señor. Permite que toda tu vida, todos tus actos, todas tus palabras, todas tus actitudes puedan encaminar a las personas que se encuentran a tu alrededor, a voltear su mirada al Señor. Que a través de ti puedan ver que hay una vida diferente, que pueden nacer de nuevo y comenzar correctamente, que pueden enderezar sus caminos y corregir sus pasos. Que vean en ti parte de la hermosa creación de Dios, que vean en ti las primicias y mejores frutos de su creación. Que vean en ti, el trabajo tan grande que hace Dios con aquellos que le entregan su vida.

Oración
Señor: quiero seguirte. Dame la sabiduría para hacerlo y la humildad para reconocer lo que debes cambiar en mí. Permite que mi vida sea fruto tuyo y que traiga a más personas a tus pies. Reconozco que tu voluntad reina sobre todo lo creado y te doy gracias porque así sea. Perdona mis pecados y escucha mi oración, en el nombre de Jesús
Amén

No hay comentarios: