Empezando por Abraham, seguido por Isaac y luego Jacob, la ascendencia de Jesús incluye al Rey David, su hijo Salomón y así sucesivamente hasta llegar a un nuevo Jacob quien nombra a su hijo José quien decide unirse en matrimonio con una mujer llamada María de la cual nació Jesús llamado el Cristo (Mt. 1:16). Pasaron varios cientos de años para que se diera el nacimiento de Jesús. Cada año meticulosamente planeado y medido por Dios para que el momento fuera preciso. Hoy quiero escribir acerca de la genealogía de Jesús para descubrir otro atributo de nuestro Dios: la perfección.
¿Con cuánto tiempo de anticipación puedes hacer tus planes? Si bien pueden ser muchos meses e incluso años, voy a limitar un poco más la pregunta anexando lo siguiente ¿sin que tengas que corregirlos o postergarlos de la fecha que escogiste desde un principio? Probablemente no pase de algunos meses si no es que estoy exagerando. Existen demasiadas variables que no controlamos que por más que quieras esforzarte y limitarlas, es imposible. Por mi trabajo, es necesario que tome aviones muy seguido. Cuando compras tu boleto con mayor anticipación, el vuelo es más barato en comparación de unos días antes. ¿Por qué pasa esto? Por que las aerolíneas necesitan asegurarse de cierto número de pasajeros para seguir con sus “planes”. De la misma forma, tú y yo buscamos tener ciertas variables “controladas” para (según nosotros) poder seguir con nuestros planes.
Nuestros planes distan mucho de ser perfectos. Nuestra vida dista de ser perfecta; te voy a recomendar algo: deja que Dios te muestre sus planes en lugar de quererle mostrar los tuyos. Jehová se encargó de planear el mundo y su existencia en cada detalle que puedes ver a tu alrededor, lo hizo con una precisión absoluta e incomprensible para nosotros. Controla el día y la noche, cada animal que fue creado, cada flor, montaña, lagos etc., pero sobre todo: a ti. Tú eres su creación preferida e igualmente perfecta. Así como Jesús tiene su genealogía, tú tienes la tuya. Dios se encargó de que pasaran miles de años (por lo menos unos 8 mil que tiene la tierra de existir) para que nacieras. Naciste en el momento que Dios lo permitió, no antes, no después, viviste lo que tenías que haber vivido, todo en una perfección y precisión que nadie pudo haber controlado. Tuviste a la familia que Dios decidió que debías tener, naciste en el lugar que Dios escogió para ti y tienes el carácter que Dios quiso para ti (¡aunque sea lo que más haya que trabajar!). No creo en las coincidencias. Creo en la exactitud y perfección de Dios Padre. Creo que debes analizar tu vida y tratar de encontrar cómo se manifiesta la perfección de Dios a tu alrededor. Ahora observa tu cuerpo. ¿Acaso le dices a tu corazón que debe trabajar o lo hace por sí solo? ¿Coincidencia o perfección? Estoy seguro que si de ahora en adelante, abres tus ojos y pones atención, podrás darte cuenta de la increíble perfección del Creador. Posteriormente, confiarás más en sus planes que en los tuyos y podrás vivir más fácilmente su camino haciendo el tuyo a un lado.
Oración
Padre: gracias por ser perfecto. Ayúdame a darme cuenta de tu perfección en todo lo que me rodea. Gracias por planear el nacimiento de Jesús. Gracias por planear mi nacimiento. Ahora entiendo que yo no puedo planear con la misma perfección que tú lo haces y por ello quiero entregarte mis planes para que seas Tú quien los guíe. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén
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