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3 feb 2010

Colosenses 1:7-8

Así lo aprendieron de Epafras, nuestro querido colaborador y fiel servidor de Cristo para el bien de ustedes. Fue él quien nos contó del amor que tienen en el Espíritu.



El día de ayer leí unas estadísticas sorprendentes. Estos son algunos de los datos:
En los Estados Unidos, el 63% de la gente no sabe lo que es el evangelio. El 80% no conoce el versículo de Juan 3:16. En 1963 el 65% de los estadounidenses creía que la Biblia era literalmente cierta y la palabra de Dios. En 1993 ese porcentaje disminuyó a 31% y sin indicios de que pudiera revertirse esta tendencia. ¿Cómo estaremos el día de hoy?
¿De quién es la culpa? ¿De los medios de comunicación? ¿De los padres educando a sus hijos? ¿De la música que ahora se escucha? ¿De la iglesia?
La culpa la tenemos tú y yo.
Lee nuevamente el versículo…
¿Cómo fue que los colosenses aprendieron del evangelio? Lo aprendieron gracias a un fiel servidor de Cristo llamado Epafras quien a su vez contaba lo que Dios estaba haciendo en Colosas a los demás hermanos para que siguieran orando y gozándose por la obra del Señor. ¡Tú y yo debemos hacer lo mismo! ¿Por qué dejamos que la tarea de compartir el evangelio la lleve a cabo alguien mas? Cuando Jesús dijo: vayan y hagan discípulos en todas las naciones, no se refería solamente a los pastores o discípulos de ese momento sino a cada uno de sus seguidores, a ti y a mí.
Los versículos anteriores nos dicen que lo aprendido por Epafras es la esperanza que radica en el evangelio y la transformación que tiene en la vida de aquellos que lo siguen.
El día de hoy hacen falta más Epafras. Hacen falta siervos que quieran dejar su Yo a un lado y poner a Cristo en el trono de sus vidas. No basta con amar a Dios. Se debe amar sobre TODAS las cosas incluyéndote a ti mismo. Necesitamos siervos dispuestos a servir y no a ser servidos, que se preocupen por aquellos que todavía no conocen de Cristo y tengan una carga para llevar las buenas nuevas. Y tú ¿dónde estás? Tal vez piensas que no eres bueno para compartir, pues te propongo que regales algún libro que pueda revelar a la gente lo que Dios quiere de ellos. También te puedo decir que a través de estos correos y el blog, mucha gente ha tenido acceso a una pincelada de la palabra de Dios. No pongas pretextos. Es momento de entrar en acción y tomar el compromiso que el Señor nos pide. Es hora de seguir el ejemplo de personas como Epafras quienes lo único que hicieron fue obedecer la voluntad de Dios y compartir su evangelio por todas partes. ¿Lo podrás compartir en tu oficina? ¿Qué tal en tu casa con tu cónyuge o hijos? ¿Con tus amigos? ¿Te preocupa el qué dirán? Y ¿qué tanto te preocupa lo que dirá Dios de ti? Te invito a entregar tu vida al servicio de Dios. Te animo a que podamos cambiar las estadísticas para que cada día más personas conozcan de la esperanza que hay en el evangelio. Te invito a ser siervo de Cristo.

Oración
Padre: reconozco que no te he amado sobre todas las cosas. Ahora entiendo que cuando no obedezco al cien por ciento, quiere decir que estoy poniendo primero mis intereses que los tuyos. Ayúdame a cambiar. Ayúdame a entregarte mi vida y obedecerte. Quiero ser un siervo fiel que trabaje para Ti. Transfórmame. Te lo pido en Cristo Jesús
Amén

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