Recientemente leí un comentario en facebook (para aquellos que no lo conocen, es una especie de pizarrón electrónico donde todos tus conocidos ponen comentarios) que atacaba a los creyentes de Jesús sobre su ignorancia y probablemente falta de intelecto por creer en Él. Lo primero que sentí al leerlo fue un ataque contra mi persona, pensé en qué contestar para poner a esta persona en su lugar. Después me calmé. Pensé que esta persona no tiene ni idea de lo que está escribiendo y probablemente en su vida ha abierto y leído una sola página del evangelio. Lo comparto porque el versículo de hoy nos dirige a ser bondadosos, humildes, amables y que perdonemos a los demás (yo no lo fui). ¿Cómo perdonar cuando alguien te ofende? ¿Cómo perdonar cuando tienes coraje? ¿Cómo perdonar a aquel que no le interesa ser perdonado? ¿Además de todo debo ser humilde y amable con esas personas? ¡Suena imposible!
Pienso que la imagen o percepción de las personas sobre los que seguimos a Jesús sería muy distinta si nos dedicáramos al cien por ciento en obedecerlo. No en inventar ritos, no en juzgar, no en criticar, no en excluir, dedicados a la obediencia y nada más. ¿Cuál sería el resultado? Una vida llena de retos. Recuerda rápidamente lo que viviste de una semana a la fecha. ¿Cuántas veces te hicieron enojar? ¿Te humillaron? ¿Te faltó paciencia? ¿Fuiste grosero? ¿Perdonaste o preferiste guardar el coraje? Ahora imagina que haces todo lo contrario. Te humillaron, te humillas aún más entregando tu orgullo a Dios; te lastimaron e hicieron enojar, pides que en tu corazón no haya coraje y pueda abundar el perdón; te desespera lo que hacen los demás, pide a Dios porque te llene de paciencia y tolerancia pero sobre todo amor para no juzgar. ¿Te das cuenta? ¡Seguir a Jesús está lleno de retos para tu vida!
Estoy convencido que seguir a Cristo es lo mejor que cualquier persona puede hacer y me da tristeza que haya personas que tengan un concepto tan erróneo de ello. Te animo a comprometerte con Jesús. A dejar todo lo que estorba en tu comunión con Él. A expresar de manera pública tu fe y principios. Pero sobre todo a obedecer. ¡Obedecer y obedecer! Que cada día que pase, hayamos sido más amables con los demás, hayamos sido menos orgullosos y más humildes, más amorosos y menos contenciosos, perdonando a nuestro prójimo sin esperar una disculpa. Todo esto lo puedes hacer entendiendo que Cristo ya lo hizo por ti…
Oración
Padre: cuántas gracias te doy por el amor tan increíble e inmerecido que me das. Gracias por guiarme y mostrarme tus principios que me guían por una vida plena y llena de Ti. Te pido que me enseñes a perdonar, a humillarme, a ser amable, a ser amoroso, a obedecerte. Quiero entregarte toda mi vida y seguir tus pasos sin restricción. Quiero comprometerme contigo y dejar de restringirte el acceso a mi vida. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén
3 comentarios:
Estuve buscando una respuesta y Dios llegue a esta cita
Hola y gracias por compartir tu experiencia.
¡Dios es increíble y hace cosas inexplicables!
Qué bueno que te sirvió.
No dudes en compartirlo.
Muchas gracias, es de bendición.
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