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23 sept 2010

Hechos 1:15-16

Por aquellos días Pedro se puso de pie en medio de los creyentes, que eran un grupo como de ciento veinte personas, y les dijo: Hermanos y hermanas, tenía que cumplirse la Escritura que , por boca de David, había predicho el Espíritu Santo en cuanto a Judas, el que sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús.



Pedro, discípulo de Jesús. De temperamento fuerte pero reconoció que Jesús era el Cristo antes que los demás. Su pasión lo llevó a decirle a Jesús que nunca lo negaría y que lo seguiría hasta la muerte. Cuando aprenden a Cristo él saca una espada y corta la oreja de uno de ellos. Posteriormente huye y niega tres veces a Jesús.
Así es nuestra vida. Tal vez con distintos eventos pero siempre son muy similares. Tenemos momentos en los que seguimos a Jesús con todo nuestro corazón y otros donde lo negamos. Días que queremos estar pegados a la palabra y días en los que no leemos un solo versículo. Pero Dios es constante y cumple sus promesas. Él no se cansa ni hace a un lado su palabra sino que siempre está ahí para cumplirla.
En el versículo de hoy veo a un Pedro que está meditando sobre lo acontecido. Los últimos tres años que había vivido con Jesús. Su aprendizaje. Recapacitando en las palabras que Jesús le dijo. Entendiendo el presente. Entendiendo sus miedos. Después de esta reflexión entendió algo que nos cuesta mucho trabajo: Dios cumple sus promesas y con todo lo que está escrito en su palabra y nos dice lo siguiente: Hermanos y hermanas, tenía que cumplirse la Escritura que, por boca de David, había predicho el Espíritu Santo en cuanto a Judas.
A veces se cumplen pronto y otras no. Ahí entra nuestra desesperación. Pensamos que Dios no escucha y que nos ha abandonado. Tenemos altas y bajas en nuestra vida espiritual y todo porque estamos esperando una señal o respuesta de Dios. Cristo fue entregado en el momento que Dios tenía destinado y falleció en el segundo exacto que Dios programó. ¡Dejemos de darle órdenes a Dios! Él va a actuar a Su tiempo y a Su manera.
Con el versículo de hoy quiero recordarte que Dios siempre cumple con su palabra y nosotros no conocemos el tiempo en que lo hará. Pedro atravesó por muchos momentos difíciles y gracias a que mantuvo las enseñanzas en su mente y su corazón, pudo meditarlas y comprenderlas cuando todo se resolvió frente a él. No antes. No después. El Pedro que negó a Jesús ahora entendía su error y comenzaba una etapa de liderazgo confiado en Cristo y no en su carácter ni fortalezas. Así debemos de vivir nosotros. No con alzas y bajas esperando respuesta de Dios sino con un corazón dispuesto a servir. Con un corazón que guarda la Palabra y medita en ella para comprender lo que sucede a su alrededor. Con un corazón que no se separa de Dios sin importar las circunstancias. Con un corazón de “oveja” que sigue a su Pastor…

Oración
Señor: quiero seguirte. Quiero dejar atrás mis temores y vivir confiado en que cumples con tu Palabra. Perdona que cuestione tus tiempos y ponga en duda tus promesas. Hoy entiendo que no me has abandonado sino que Tus tiempos son distintos a los míos. Quiero estar siempre pegado a Ti y escuchar tu voz. En Cristo Jesús te lo pido
Amén

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