Recuerdo (vagamente) un “chiste” que hablaba de una persona que terminaba en medio del mar, flotando y conforme pasa el tiempo, pasan barcos, lanchas, helicópteros y niega que lo rescaten pues está convencido que Dios lo va a salvar. Obviamente muere. Cuando se encuentra con Dios le pregunta por qué no acudió a rescatarlo y le contesta preguntando por qué no tomó ninguno de los barcos o rescates que mandó. ¿La relación con este pasaje? En ocasiones queremos que Dios actúe conforme a nuestra voluntad. Queremos que nos rescate a nuestra manera. Queremos que resuelva las cosas como nosotros consideramos mejor. Si leímos en la Biblia que mandó un ángel a abrir las puertas de la cárcel, pensamos que de igual forma enviará a otro para abrirnos aquellas que están cerradas. Error. Si bien, el Señor es capaz de hacer cualquier cosa, no quiere decir que siempre actuará de la misma manera. ¿Cómo lo sé? Porque cada uno de nosotros somos únicos y necesitamos aprendizajes distintos.
Un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó…
Se llama milagro. Poder sobrenatural. Poder de Dios. Recuerdo que el apóstol Pablo pudo salir de una aprehensión porque su ciudadanía era romana. En otras ocasiones hubo terremotos y se abrieron las puertas de la cárcel. En esta ocasión Pedro estaba siendo rescatado por un ángel. ¿Cómo nos rescatan ahora? De mil y un formas distintas. Sería mentira si te dijera que Dios siempre mandará a un ángel para abrir puertas. Puede ser que lo que necesites sea lo contrario y las puertas deban permanecer cerradas por un tiempo. No podemos controlar lo que sucede a nuestro alrededor. Solo Dios lo puede hacer. Tenemos dos opciones: luchar y tratar de cambiar nuestro entorno o vivir entendiendo que lo que sucede a nuestro alrededor es para bien propio y para que seamos transformados.
Vayan, preséntense ante el pueblo y comuniquen el mensaje de vida…
El que salieran de la cárcel tenía un propósito: seguir compartiendo el evangelio. Tal vez has atravesado situaciones muy difíciles como la pérdida de un ser querido, tu hijo, tus padres, tu cónyuge. Tal vez atraviesas enfermedades que no comprendes y son duras de tratar. No te voy a decir que entiendo el por qué de las cosas. Lo que entiendo es que Dios quiere que, a pesar de las circunstancias, salgamos “al pueblo” y comuniquemos el mensaje de vida. ¿Lo puedes ver? Puedes utilizar tu vida y circunstancias como historias reales que contar sobre lo que Dios ha hecho y hace en ti. Comparte cómo puedes tener paz, gozo y paciencia cuando todo está de cabeza. Eres, como los apóstoles, un ejemplo viviente que a pesar de las circunstancias, ¡sales a compartir el mensaje de vida!
Oración
Señor: gracias por tus enseñanzas y por recordarme que no hay nada que salga de tu control. Te pido que me des paciencia y paz para poder soportar todo lo que hay a mi alrededor y sobretodo que pueda salir y compartir tu mensaje de vida. Perdona si te he pedio que soluciones todo a mi manera. En Cristo Jesús, Amén
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