Para recordar la escena, Pablo se encuentra hablando en Antioquía y está haciendo un recuento de historias conocidas por el pueblo judío para finalizar explicando que el mensaje de Jesús es justamente para aquellos que son del linaje de Abraham.
Definitivamente Dios tiene todo bajo control y sus planes no están sujetos a nuestras ideas o acciones. Sin embargo, esto no quiere decir que no podamos tomar decisiones equivocadas. Por ejemplo, una persona que ha tenido problemas de alcoholismo, puede venir a Cristo y transformar su vida, pero todo lo que hizo tuvo y tiene consecuencias. Todo esto viene en relación con la audiencia que Pablo tiene frente a él y lo que les está comunicando. Varones, les dice, deben entender que un hombre inocente ha sido crucificado. Jesús fue enviado por Jehová y no lo pudieron reconocer. No pudieron darse cuenta que vino a reconciliarnos y anunciar el perdón de pecados. Estaban tan metidos en sus costumbres, en sus vidas y en sus ideas, que no fueron capaces de darse cuenta de lo que tenían frente a ustedes. Al Hijo de Dios. Al Salvador. Al rey de reyes. Es fácil para nosotros juzgar a los fariseos y a sus contemporáneos pensando que nosotros no hubiéramos caído en el mismo error y que seguramente hubiéramos reconocido a Jesús. La verdad es que muy probablemente habríamos hecho lo mismo. Seamos honestos. ¿Cuántas veces has preferido tu camino por encima del de Dios? ¿Cuántas veces has tenido que caer de rodillas y pedir perdón porque no quisiste escuchar y obedecer? ¿Cuántas veces te has topado con pared y reconocido que habías tomado tus propias decisiones? ¿Te das cuenta? Somos necios. Orgullosos. Tenemos en nuestro ser una naturaleza caída. A pesar de esto que está en nuestra contra, te tengo buenas noticias. Si has aceptado a Jesús, has recibido al Espíritu Santo que ahora vive en ti. Ya no estás solo. Estás totalmente equipado para poder vivir en obediencia al Señor.
Pablo nos recuerda que aun como seguidores de Jesús podemos cometer grandes errores. Personas que conocían de las escrituras estaban involucradas en la muerte de Jesús. ¿Lo puedes creer? Pues esto nos debe servir como alerta para no caer en los mismos errores. Pon atención a tus actos. Analiza lo que dices y piensas. Medita en tu vida y trata de evaluar si estás en obediencia y en sintonía con Dios pues no queremos ser encontrados como los fariseos que pensaban y decían que estaban con Dios mientras sus acciones demostraban lo contrario.
Oración
Señor: gracias por enseñarme que tu Espíritu Santo puede transformarme. Te pido que así sea. No quiero seguir más mi camino sino el tuyo. No quiero estar en tu contra sino pegado a Ti. Guíame para no fallarte. Guíame para vivir obedeciéndote. Te lo pido en Cristo Jesús. Amén
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