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8 may 2015

Salmos 9:13

Ten compasión de mí, Señor; mira cómo me afligen los que me odian.  Sácame de las puertas de la muerte.



La biblia nos dice que oremos sin parar.  Que pidamos y nos será dado.  Que Dios quiere bendecirnos.  Que es nuestro refugio.  Sin embargo, tantos privilegios nos hacen olvidar quién es quién y comenzamos a exigir en lugar de pedir.  Ten compasión de mí, pide el salmista.  El mismo ejemplo de Jesús en el Padre Nuestro comienza diciendo: Tú estás en el cielo y eres Santo.  Mientras tanto, nosotros estamos en la tierra y somos pecadores.  Debemos tener cuidado de no querer “abusar” de Dios.  Él nos da la mano y queremos tomar el pie.  Tristemente es común que la gente ore exigiendo por esto o aquello y se justifica diciendo que tiene mucha fe.  “Señor tengo fe en Ti, haz tal o cual cosa”.  Por eso tenemos el ejemplo de cómo orar: que se haga Tu voluntad en el cielo y en la tierra (Mateo 6:10).  No podemos ignorar el lineamiento que dejó Jesús para orar y crear el nuestro.  Cada vez que acudimos a Dios en oración, tenemos que entender que lo más importante es que se haga su voluntad por encima de la nuestra.  De lo contrario, ¿para qué oramos?  ¿para qué acudir a Dios si queremos que las cosas sean conforme a nuestra voluntad?  ¿Lo puedes entender? 
Estos últimos días he estado enfermo.  He estado pidiendo por mi salud y reconociendo que Dios es quien nos la otorga.  Sin embargo, el día de hoy me sentí desesperado.  Estoy harto de estar enfermo y sentirme mal.  Pero al leer este pasaje, me doy cuenta de cómo debe ser mi oración y lo mal que la estaba haciendo.  Ten compasión de mí, Señor.  Así tenía que empezar y no lo estaba haciendo.
No sé qué estás atravesando en este momento.  Tal vez tienes enfermedad, angustia, rencores, impotencia, soledad, miedos o cualquier otra situación.  Hoy quiero recordarte que tu oración no debe ser exigencia tras exigencia sino un acercamiento lleno de humildad y reconocimiento de quién es quién.  Dios nos ama y quiere tener comunión con nosotros pero eso no significa que debamos perder toda deferencia ante Él.

Oración

Señor: ten compasión de mí.  Tú conoces mi vida.  Conoces lo que hay en mi corazón y lo que quita la paz y el sueño.  Te pido me llenes de tu amor y pueda vivir confiado en Ti.  Te pido pueda transformar mi forma de vivir y piense primero en darte gloria y luego en mis necesidades.  Te pido que no me olvide que Tú eres Dios y mereces todo el respeto y reverencia.  Oro en el nombre de Jesús.  Amén  

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