Canten Salmos al Señor, rey
de Sión; proclamen sus proezas entre las naciones.
¿Sabes lo que significa una
persona malagradecida? Es una persona
que no aprecia lo que tiene y no sabe agradecer por ello. No entiende que no merece lo que se le ha
dado y piensa que es normal tener. Hoy
quiero abrirte los ojos para que no seas un malagradecido con el Señor. Normalmente cantamos y agradecemos a Dios
cuando las cosas van bien o pedimos ayuda y consejo cuando van mal. Pero qué sucede con compartir nuestro
testimonio. El pasaje de hoy nos dice
claramente que debemos proclamar lo que Dios hace en nuestras vidas. ¡No podemos guardar esa bendición! Ir por la vida pidiendo y recibiendo no está
bien. ¡Tenemos que dar de vuelta! Esto se logra compartiendo a Cristo. Hace pocos días falleció el padre de un
hermano en Cristo que aprecio mucho.
Hablé con él y me contó que estaba teniendo la oportunidad de dar
testimonio a raíz de este evento. ¡Que
ejemplo tan extraordinario! Dejar de
pensar en nosotros. En lo que nos duele. En lo que se nos quita. En lo que nos gustaría. Y pensar primero en el Señor. Proclamar sus proezas. Decirle al norte y al sur que es un Dios que
jamás me ha dejado. Gritar al este y al
oeste que me ama y su hijo Jesús es el camino para reconciliarme con Él. Además, poder decirle a cada persona con la
que convivo que mis días difíciles no los vivo sin esperanza sino abrazado de
mi fe en Él. ¿No sabes cómo
compartir? ¿No sabes qué decir? Es muy simple. ¿Qué ha hecho Dios en tu vida? ¡Comparte eso! Personalmente puedo decirte que Jehová se ha
encargado de establecer principios en mi vida que me guían a ser un mejor esposo,
un mejor padre y una mejor persona en sus términos. Sigo teniendo muchos errores. Sin embargo, ahora entiendo la diferencia tan
grande que es el hacer mi voluntad versus la del Señor. Por eso estás leyendo estoy hoy. Porque no puedo quedarme callado sin salir y
animarte para que compartamos lo que Dios hace en nuestras vidas y lo que puede
hacer en las de aquellos que todavía no le conocen.
Oración
Señor: gracias por todo lo
que haces por mí. Quiero que mis días
estén llenos de agradecimiento a Ti y de testimonio a los demás de lo
maravilloso que eres. No permitas que
nada frene mis ganas de compartir tus bendiciones. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén
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