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5 feb 2016

Salmos 22:25-26

Tú inspiras mi alabanza en la gran asamblea, ante los que te temen cumpliré mis promesas.  Comerán los pobres y se saciarán; alabarán al Señor quienes lo buscan ¡que su corazón viva para siempre!  



Nuestro principal enemigo se llama Satanás.  Te lo repito: tu principal enemigo se llama Satanás.  ¿Sabes qué hace?  Apagar tu esperanza.  Oscurecer tu alegría.  Acusarte y hacerte pensar que no tienes perdón.  Humillarte y hacerte sentir que no vales nada y nadie puede quererte.  Señalarte y hacerte sentir que no eres lo suficientemente bueno.  Piénsalo por un momento.  ¿Cuántas veces te has sentido así?  Piensas que son las circunstancias pero en realidad es Satanás queriendo entorpecer tu comunión con Dios.  Cuando el pasaje dice: comerán los pobres y se saciarán, no se refiere a la comida física sino al estado espiritual.  Dios no está prometiendo que todos los pobres tendrán comida.  Si así fuera, sería un mentiroso porque sabemos que hoy en día, tristemente hay gente muriendo de hambre.  La promesa hace referencia a los pobres de ánimo, de espíritu y de consuelo.  Vuelve a leer el pasaje y pon atención a los tiempos.  Dios nos inspira.  Cuando estamos sin ánimos y sintiéndonos sin rumbo, el Señor nos inspira y llena de gozo al saber que él tiene un plan, nos ama y cumplirá sus promesas en nosotros que le tememos.  Posteriormente, Dios nos sacia.  A pesar de las circunstancias, él se encarga de derramar su paz en nosotros y poner paz en tiempos de guerra.  Él nos llena de esperanza cuando nos sentimos abatidos.  Nos llena de amor cuando pensamos que no merecemos nada.  Nos da todo cuando no tenemos nada.  En otras palabras: alimenta a los pobres hasta que se sacian.  Por último, aquellos que buscamos al Señor y estamos en comunión constante, le alabamos por lo que hace en nuestras vidas.
Todos pasamos pruebas.  Cada uno de nosotros tiene días, semanas o meses con situaciones sumamente complicadas.  Recuerda que Satanás aprovecha estos momentos para querer interrumpir tu relación con Jehová.  Utilizará todo lo que describí al principio para engañarte.  No te dejes engañar y ven constantemente a la palabra de Dios para encontrar luz en tu oscuridad.

Oración

Padre: gracias.  Siempre estás cuando te necesito.  No me abandones.  No permitas que el enemigo me confunda.  Yo sé que me amas y estás siempre a mi lado.  Lléname de tu paz, de tu amor y esperanza.  Trae luz a mi vida y no permitas que me olvide ni aparte de Ti.  Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús.  Amén

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