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2 mar 2016

Salmos 23:2

En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.



Siempre resulta fácil leer pasajes así.  Resulta más fácil escucharlos y pensar que podemos salir al mundo y vivir felices.  El problema llega cuando no nos sentimos en pastos delicados ni aguas de reposo sino en desiertos donde hay todo menos descanso y paz.  ¿Qué pasó?  ¿Dónde está Dios?  ¿Dónde está mi pastor?  Creo que muchas veces escuchamos lo que queremos escuchar y lo demás lo hacemos a un lado creando un gran conflicto entre nuestra vida carnal y espiritual.  Me explico mejor.  Cuando leemos: Jehová es mi pastor y me hará descansar en pastos delicados junto a aguas de reposo, en mi mente comienzo a pensar en mi idea de lo que esos pastos y aguas significan.  Les doy forma y sentido.  Las pienso conforme a mi entendimiento e imagino cómo deberían de ser.  ¿Me estás siguiendo?  Bien.  El problema es que las cosas no funcionan así y el pasaje no nos está diciendo eso.  El versículo no dice que Jehová te llevará a los pastos que tu quieres y las aguas que tú consideras de reposo.  Lo que dice es que Él, siendo el Pastor, te guiará hacia los pastos que Él sabe que son delicados y te hará descansar en aguas de reposo que Él considera son las adecuadas.  ¿Ahora lo estás entendiendo mejor?  Tal vez en tu mente se forme una idea específica al escuchar: en delicados pastos y aguas de reposo.  Puede ser que lo asocies con más dinero para que estés menos estresado o con un mejor trabajo o con un cambio de jefe o con una infinidad de cosas que consideras correspondería a verdaderos pastos delicados y aguas de reposo.  Sin embargo, Dios, siendo omnisciente y omnipotente, no trabaja de esa manera.  Sus pastos delicados pueden encontrarse en medio de la enfermedad, la soledad, la angustia, la desesperación o cualquier otro momento difícil.  Leíste bien.  Las aguas de reposo a las que el Señor nos lleva no se encuentran físicamente en ningún lugar.  No son un estado de ánimo ni situación temporal.  Es una oferta infinita y siempre disponible para los que en Él hemos creído.  ¿Sabes?  Las ovejas no se quejan del camino que toma el pastor.  No reclaman si antes había más pasto o si la vista estaba mejor en otra montaña.  Tampoco se quejan si el camino es complicado o el del día anterior era más bonito.  Las ovejas simplemente siguen a su pastor.  Avanzan confiadas y sin cuestionarse si estará haciendo lo correcto.  Caminan sin dudar que están siendo llevadas al mejor lugar que pudieran estar.  Mientras el Señor nos repite una y otra vez que seamos como ovejas y nos dejemos guiar, nosotros luchamos constantemente.  Pensamos que podemos hacer mejor las cosas y que nuestras ideas serían lo mejor.  Medita en este principio.  ¿Realmente estás dejando que Dios guíe?  ¿Estás gozoso y en paz en donde sea que te encuentres y en las circunstancias que sean?  ¿Vives en pastos delicados y aguas de reposo?  Ponte en línea con el Señor.  Reconoce si has sido orgulloso y prepotente al no querer soltar las riendas de tu vida.  Si realmente crees en Jehová, da un paso de fe y simplemente deja que te guíe sin poner pretextos ni peros.  Solamente obedece y deja que Él te llene de su paz y elimine cualquier duda o temor.

Oración

Padre: gracias.  Tu amor es increíble y tu palabra siempre viene llena de ese amor.  Gracias por traer esperanza a mi vida.  Gracias por dejarme tener acceso a pastos delicados y aguas de reposo aunque las circunstancias sean adversas.  Gracias por el cuidado que tienes de mí.  Te pido que no me dejes seguir dudando y queriendo tener el control de mis decisiones.  Hoy quiero obedecerte.  Hoy quiero seguirte sin restricción.  Toma mi vida Padre y llévame por tu camino.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén

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