En
lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me
pastoreará.
Siempre
resulta fácil leer pasajes así. Resulta
más fácil escucharlos y pensar que podemos salir al mundo y vivir felices. El problema llega cuando no nos sentimos en
pastos delicados ni aguas de reposo sino en desiertos donde hay todo menos
descanso y paz. ¿Qué pasó? ¿Dónde está Dios? ¿Dónde está mi pastor? Creo que muchas veces escuchamos lo que
queremos escuchar y lo demás lo hacemos a un lado creando un gran conflicto
entre nuestra vida carnal y espiritual.
Me explico mejor. Cuando leemos:
Jehová es mi pastor y me hará descansar en pastos delicados junto a aguas de
reposo, en mi mente comienzo a pensar en mi idea de lo que esos pastos y aguas
significan. Les doy forma y
sentido. Las pienso conforme a mi
entendimiento e imagino cómo deberían de ser.
¿Me estás siguiendo? Bien. El problema es que las cosas no funcionan así
y el pasaje no nos está diciendo eso. El
versículo no dice que Jehová te llevará a los pastos que tu quieres y las aguas
que tú consideras de reposo. Lo que dice
es que Él, siendo el Pastor, te guiará hacia los pastos que Él sabe que son
delicados y te hará descansar en aguas de reposo que Él considera son las
adecuadas. ¿Ahora lo estás entendiendo
mejor? Tal vez en tu mente se forme una
idea específica al escuchar: en delicados pastos y aguas de reposo. Puede ser que lo asocies con más dinero para
que estés menos estresado o con un mejor trabajo o con un cambio de jefe o con
una infinidad de cosas que consideras correspondería a verdaderos pastos
delicados y aguas de reposo. Sin
embargo, Dios, siendo omnisciente y omnipotente, no trabaja de esa manera. Sus pastos delicados pueden encontrarse en
medio de la enfermedad, la soledad, la angustia, la desesperación o cualquier
otro momento difícil. Leíste bien. Las aguas de reposo a las que el Señor nos
lleva no se encuentran físicamente en ningún lugar. No son un estado de ánimo ni situación
temporal. Es una oferta infinita y
siempre disponible para los que en Él hemos creído. ¿Sabes?
Las ovejas no se quejan del camino que toma el pastor. No reclaman si antes había más pasto o si la
vista estaba mejor en otra montaña.
Tampoco se quejan si el camino es complicado o el del día anterior era
más bonito. Las ovejas simplemente
siguen a su pastor. Avanzan confiadas y
sin cuestionarse si estará haciendo lo correcto. Caminan sin dudar que están siendo llevadas
al mejor lugar que pudieran estar. Mientras
el Señor nos repite una y otra vez que seamos como ovejas y nos dejemos guiar, nosotros
luchamos constantemente. Pensamos que
podemos hacer mejor las cosas y que nuestras ideas serían lo mejor. Medita en este principio. ¿Realmente estás dejando que Dios guíe? ¿Estás gozoso y en paz en donde sea que te
encuentres y en las circunstancias que sean?
¿Vives en pastos delicados y aguas de reposo? Ponte en línea con el Señor. Reconoce si has sido orgulloso y prepotente
al no querer soltar las riendas de tu vida.
Si realmente crees en Jehová, da un paso de fe y simplemente deja que te
guíe sin poner pretextos ni peros. Solamente
obedece y deja que Él te llene de su paz y elimine cualquier duda o temor.
Oración
Padre:
gracias. Tu amor es increíble y tu
palabra siempre viene llena de ese amor.
Gracias por traer esperanza a mi vida.
Gracias por dejarme tener acceso a pastos delicados y aguas de reposo
aunque las circunstancias sean adversas.
Gracias por el cuidado que tienes de mí.
Te pido que no me dejes seguir dudando y queriendo tener el control de
mis decisiones. Hoy quiero
obedecerte. Hoy quiero seguirte sin
restricción. Toma mi vida Padre y
llévame por tu camino. Te lo pido en el
nombre de Jesús. Amén
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