Confortará
mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
La palabra
confortar según la Real Academia Española significa: dar vigor, espíritu y
fuerza a alguien, animar, alentar y consolar a una persona afligida.
Hace cuatro
años que adoptamos a mi perro Tomás. Estaba
en la calle y seguramente había sufrido mucho pues tenía miedo de todo. Tuve que aprender mucho acerca de los perros
y cómo poder ayudarlo. Hoy en día sigo
aprendiendo pero hay algo muy importante que aprendí desde el principio:
aprender a comunicarme con él y entender sus mensajes a través de su lenguaje
corporal. La gente piensa que cuando un
perro está asustado, es bueno acariciarlos y hablarles quedito diciéndoles que
todo va a estar bien. Los abrazan y los
tratan como si fueran niños cuando la realidad es que son perros que no
entienden lo que se les está diciendo.
¿Qué tiene que ver esto con el versículo de hoy? Que yo tuve que aprender a confortar a mi
perro. Tuve que aprender a conocerlo
mejor y entender su forma de comunicarse conmigo. Pero sobre todo, tuve que aprender a guiarlo
para que se sintiera protegido conmigo. El
pasaje de hoy nos dice que Dios quiere confortar nuestra alma y guiarnos por
sendas de justicia. ¿Cómo llegar ahí si
no sabemos escuchar la voz de Dios?
¿Cómo caminar esas sendas si no sabemos comunicarnos con Él? ¿Cómo recibir ánimo, aliento y consuelo del
Señor si no sé dónde encontrarlo? ¿Te
das cuenta de lo que estoy diciendo?
¿Puedes ver la relación de lo espiritual con el ejemplo de mi
perro? Nosotros somos humanos con una
naturaleza pecaminosa mientras que Dios es perfecto, puro y sin mancha. Resulta imposible entender su palabra si el
Espíritu no mora en nosotros y nos es revelada.
Así como resulta imposible tener una comunión con mi perro a mi manera,
también es imposible tener una relación con Dios a nuestra manera. No es como nosotros queramos sino como Él lo
estableció. Todos los demás intentos
serán fallidos. Así como tuve que
aprender a comunicarme con mi perro de una manera que él me entendiera,
nosotros tenemos que aprender a escuchar a Dios a su manera, en su perspectiva
en su grandeza y en su omnipotencia. Queremos
llegar a la parte del consuelo, el ánimo y aliento sin entender que hay un
proceso antes de ese punto. Dios quiere
llenarte de fuerza, aliento, ánimo y consuelo.
Quiere bendecirte como su hijo. Sin
embargo debes entender que las cosas funcionan a su manera. Primero debes reconocer a Cristo Jesús y
pedir que perdone tus pecados. Después debes
aprender a obedecerle y seguir sus pasos.
Tercero, debes tener fe en que sus mandamientos traen bendición a tu
vida aunque parezca que el fruto de obedecerlos será contraproducente. Piensa por un momento en todo lo que has
hecho y probado para hallar aliento, ánimo o consuelo. ¿Te ha funcionado? Es tiempo que dejes que Dios te muestre de lo
que es capaz. Escucha su voz a través de
la biblia y deja que Él te guíe por sendas de justicia. Estoy seguro que no te arrepentirás ni
tampoco dejarás de sorprenderte de los milagros que comenzarás a experimentar.
Oración
Padre:
creo en Ti. Creo que mandaste a tu Hijo
Jesús para que su sacrificio sirviera de expiación de mis pecados. Te pido perdón por haberte dado la espalda y
te pido que pongas en mi corazón y en mi mente sabiduría para escuchar tu
palabra y seguir tus direcciones. Quiero
que confortes mi alma y me guíes por tus caminos. Guíame Señor.
En Cristo Jesús. Amén
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