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9 jun 2014

Hebreos 9:27-28

Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio, también Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan.



Mi principal deseo es que la gente se reconcilie con Jehová y puedan tener comunión con Él.  Seguirle, entregar mi vida a Él y obedecerle es, por mucho, la mejor decisión que he tomado en mi vida.  Por eso escribo.  Por eso animo a que compartas estos mensajes.  Porque hay gente que necesita la luz de Cristo.  Hay gente que está perdida y necesita ser encontrada.  Si en ocasiones, conociendo a Cristo mi vida se torna sumamente complicada, no puedo imaginar cómo le hace la gente que no le tiene.  Constantemente trato de mantenerme fiel a lo que dice la biblia.  Sin exagerar o disminuir.  Trato de compartir el evangelio tal cual está escrito y simplemente utilizo ejemplos que pudieran ayudar a entender mejor su mensaje.  Tiene poco tiempo que empecé a utilizar redes sociales para promover estos devocionales de Tiempo con Dios.  Al igual que en las iglesias físicas, se utilizan frases bonitas de Dios pero no se habla de Él ni se expone el evangelio.  Se comparten promesas como Dios todo lo puede sanar o Dios te llenará de bendiciones y abundancia pero nadie explica lo grave de nuestro pecado y nuestra necesidad de ser perdonados.  Miles o millones de personas (sin exagerar) comparten estas frases tratando de encontrarse con Dios obviamente sin lograrlo.  Lo único que saben es que Dios puede sanar o que Dios es amor o alguna otra cosa por el estilo.  Eso es todo.  Y así, tristemente, millones de personas van de un lado a otro sin saber absolutamente nada de su vida espiritual.  Existe un movimiento llamado COEXIST.  Promueve que las religiones se respeten y toleren y que busquen el bien.  ¿Suena bonito no?  Igualmente tiene millones de seguidores y personas pegando estampas en sus coches con los símbolos religiosos que leen coexist.  ¿A dónde voy con todo esto y el pasaje de hoy?  Quiero dejar claro que nosotros no decidimos sino Dios.  Él puso los parámetros.  Él creó la tierra y nosotros somos su creación.  Él decide que haya un cielo y un infierno e incluso quienes irán allí.  Nos dice la biblia que solamente moriremos una vez y después viene el juicio.  No vamos a un limbo.  No reencarnamos.  No nos convertimos en polvo que viaja por el mundo.  Morimos una sola vez y después el juicio.  No hay más oportunidad una vez que fallecemos.  El juicio no es tu oportunidad de hablar y defenderte.  El juicio es para llamarte a cuentas de todo lo que no hiciste y de cuántas veces rechazaste los brazos abiertos del Señor por preferir seguir con tu vida pues así estabas bien.  Hay mucha gente que utiliza el nombre de Cristo y de Dios pero no necesariamente le pertenecen o tienen comunión con Él y eso es lo que quiero que aprendas el día de hoy.  Para discernir entre un verdadero servidor, debes estudiar la biblia y guardar los pasajes como el de hoy que nos ayudan a entender Su voluntad.  Si alguien te habla de Dios y al mismo tiempo te dice que las demás religiones están bien y se van a “su cielo” al morir, debes recordar que hebreos enseña que uno muere una sola vez y después viene un juicio y no un “cielo”.  Debes recordar que Cristo vino y murió pero su siguiente venida vendrá como Rey y Salvador.  ¿Cómo creer en la biblia y que Cristo regresará y al mismo tiempo pensar que hay otras formas de ser perdonado u otros cielos?  ¡No se puede!  Tal vez pienses que estoy exagerando.  Debes saber que no es así y que por el contrario, tu comunión con Dios probablemente no crece porque no has creído en su palabra completamente.  Cuando uno acepta el evangelio y deja que Cristo reine, toda la palabra se convierte en nuestra guía.  No por partes.  No somos nadie para decir esto es mucho y solo los fanáticos lo hacen.  No.  Si realmente crees en Cristo, debes aprender a amar su palabra, seguirla y vivirla sin restricción.
Concluyendo.  No te dejes engañar.  Acude a la biblia.  No se trata de mi religión contra la de los demás.  Lo importante no es que yo estoy bien y tú estás mal.  ¡Eso no tiene sentido!  Se trata de Cristo.  De su palabra.  De tu pecado.  Del sacrificio que hizo para pagar por él.  De su posición como sacerdote para interceder por nosotros.  De su amor para perdonarnos y de su justicia para que muramos una sola vez y después venga su juicio.  De su regreso como Rey y Salvador cumpliendo con las escrituras.  ¡Eso es lo importante!

Oración

Señor: Perdóname.  No he querido creer al cien por ciento en tu palabra.  La he limitado y ahora entiendo que era yo mismo el que se estaba limitando también.  No quiero seguir así.  Te pido que pueda aprender a discernir entre aquellos que son verdaderos servidores tuyos de los imitadores.  Te pido que pueda dejar de frenar mi crecimiento espiritual y realmente entregarme a Ti por completo.  Guarda estas palabras en mi corazón pues no quiero olvidar que solamente muero una vez y después vendrá el juicio.  Gracias mi Dios.  En Cristo Jesús.  Amén.

5 jun 2014

Hebreos 9:25-26

Ni entró (Jesús) en el cielo para ofrecerse vez tras vez, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.  Si así fuera, Cristo habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo.  Al contrario, ahora, al final de los tiempos, se ha presentado una sola vez y para siempre a fin de acabar con el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. 



Tristemente mucha gente no ha escuchado el evangelio y se mantienen en la ignorancia.  Es triste escuchar frases u “oraciones” en las que le piden a Dios algo a cambio de otra cosa.  Es decir, Dios, te pido sanes a tal o cual persona y te prometo que voy a hacer esto o lo otro.  Dios, te pido que si pasa esto que tanto quiero, no vuelvo a hacer tal.  ¿Te suena familiar?  No encuentro ninguna otra explicación más que ignorancia.  Después de estudiar pasajes como el de hoy, no tiene sentido pensar que necesitamos hacer algo a “cambio” de un milagro.  Jesús hizo el sacrificio perfecto una sola vez y para siempre.  ¿Qué tipo de “sacrificio”  podemos ofrecer nosotros?  Piénsalo.  ¡No tiene sentido!  Sin embargo, hoy te puedo asegurar que alguien que conoces o cercano a ti está atravesando una situación difícil y está tratando de “negociar” con el Señor.  En semana santa, hay un enorme ritual donde la gente deja de comer carne roja o algún otro alimento dependiendo el país por un periodo de tiempo.  ¿El propósito?  Tratar de reconciliarse con Dios y pedir “perdón” por sus pecados.  Lo triste es que no estamos ahí para compartirles esta gran noticia.  Nos da pena.  Nos da miedo.  No queremos incomodar a nadie.  Y así los pretextos sobran.  Sin embargo, la gente sigue sin conocer a Jehová y deseando tener comunión con Él.  Por esta razón insisto una y otra vez en la importancia de estudiar la biblia.  Debes tener muy claros los principios que Dios, y no los hombres, ha establecido.  Tal vez todavía acostumbras realizar ciertos sacrificios porque los consideras necesarios.  Después de leer el pasaje de hoy, debe quedarte claro que Jesús hizo el sacrificio que cumple con todos los requisitos para el perdón de nuestros pecados.  Por ello, no es necesario que hagas absolutamente nada más.  Sería minimizar lo que Cristo hizo.  Cada vez que alguien realiza otro “sacrificio” está negando lo que Jesús ya hizo.  Espero puedas entender que no se trata de criticar o juzgar a aquellos que realizan esto.  ¡Al contrario!  Estoy llamando a acción a todos aquellos que sí conocemos de la verdad y entendemos lo lejos que está de la voluntad de Dios el querer acercarse a Él a través de sacrificios.  Claramente nos dice la biblia que el sacrificio no se repite una y otra vez sino que fue perfecto y para siempre.  ¡Esto es lo que debemos anunciar!  También son principios que debemos guardar en nuestro corazón y utilizarlos como fundamento de nuestra esperanza en Él.  No solo murió por nosotros sino que además nos espera para interceder por nuestros pecados y poder entrar en presencia del Padre.  Este sacrificio debe humillarte y guiarte a reconocer lo pequeño que eres y lo grande que es Él.

Oración

Señor: gracias por permitirme aprender de tu palabra y conocer tu voluntad.  Gracias por mostrarme el sacrificio tan perfecto y eterno de Cristo y lo vital que es para mi vida espiritual.  Te pido perdón por mis pecados y que mi vida lleve a otras personas a conocerte.  En el nombre de Jesucristo.  Amén.

4 jun 2014

Hebreos 9:23-24

Así que era necesario que las copias de las realidades celestiales fueran purificadas con esos sacrificios, pero que las realidades mismas lo fueran con sacrificios superiores a aquéllos.  En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios a favor nuestro.



Debemos entender la dualidad en la que vivimos: la carne y el espíritu.  Constantemente se nos recuerda en Hebreos esta realidad y la importancia que tiene el separarlas.  Hay un santuario en el cielo y había una copia en la tierra.  Los sacerdotes entraban al santuario e intercedían por los hombres aquí en la tierra mientras que ahora tenemos a Cristo haciendo lo mismo en el cielo.  Nos habla el versículo que las características del santuario en la tierra tienen una diferencia esencial: la realidad celestial es superior a la terrenal.  El santuario al que Cristo entra no fue hecho por hombres y tampoco necesita ofrecer sacrificios.  Él entró al cielo y directamente a la presencia del Padre para interceder por nosotros.  En pocas palabras, se nos dice que lo que hay en el cielo es mejor, superior, a lo que hay en la tierra.  ¿Sabes?  Constantemente aprendemos este principio en la biblia.  No se trata de vivir fantaseando sobre un lugar lejano al que iremos al morir.  Tampoco es una forma de vivir como optimistas deseando que nos vaya mejor en la “siguiente vida”.  No.  Es una realidad el que el cielo es mejor que la tierra.  Es una realidad que no todos van a ir al cielo.  Es una realidad que nuestra meta debe ser estar en esa presencia de Dios porque entendemos este principio perfectamente.  Sabemos que el camino del Señor es mejor que lo que podamos encontrar aquí en la tierra.  Ahora, si no lo has entendido, quiere decir que todavía no has permitido que Dios reine en tu vida.  Es probable que sigas luchando entre tu vida espiritual y tus deseos y costumbres carnales.  Es importante que entiendas que Dios es superior a ti.  Su palabra tiene mejores planes que los tuyos y su soberanía y poder es mucho mayor que tú.  ¿Por qué seguir luchando contra Él?  Dios nos dice que perdonemos mientras nosotros pensamos que hay personas “imperdonables”.  Dios nos dice que amemos a nuestro prójimo mientras que nosotros le ponemos “peros” para justificar nuestra falta de amor.  Se nos pide que hablemos verdad pero aceptamos las mentiras “blancas”.  Todo esto son señales que estamos prefiriendo vivir conforme al mundo en lugar de entender que conforme a Dios todo es superior.  ¿Lo puedes entender?  Tus costumbres te arrastran a seguir igual.  Tus deseos son un estorbo para poder crecer espiritualmente.  Debes armarte de fe y de la palabra de Dios para poder caminar en dirección opuesta y decidir firmemente por el camino de Dios.  Si algo hemos aprendido en hebreos es la superioridad de Dios y esto debe impactar la manera en la que vivimos día a día.  ¿Para qué insistir en una lucha que tenemos perdida?  Mejor comienza a corregir tus pasos y deja que el Señor reine.  Vive en carne propia la superioridad del cielo sobre la tierra.  Cristo ya hizo todo.  Te corresponde a ti dar el siguiente paso.

Oración

Padre y Señor mío: te pido perdón por mis pecados.  Hoy entiendo mi necedad y orgullo.  Quítalos de mí.  No quiero seguir así y mucho menos estar peleando contra Ti.  Hoy entiendo que seguirte y confiar en Ti es lo mejor que puedo hacer.  Te pido reines en mi vida y tu voluntad sea mi voluntad.  Gracias por el sacrificio de Jesús y la oportunidad de reconciliarme contigo.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén.

3 jun 2014

Hebreos 9:16-22

En el caso de un testamento, es necesario constatar la muerte del testador, pues un testamento sólo adquiere validez cuando el testador muere, y no entra en vigor mientras vive.  De ahí que ni siquiera el primer pacto se haya establecido sin sangre.  Después de promulgar todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, Moisés tomó la sangre de los becerros junto con agua, lana escarlata y ramas de hisopo, y roció el libro de la ley y a todo el pueblo, diciendo: “Ésta es la sangre del pacto que Dios ha mandado que ustedes cumplan.”  De la misma manera roció con la sangre el tabernáculo y todos los objetos que se usaban en el culto.  De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.



Cuando hablamos de un testamento, hay dos partes involucradas: el que da y el que recibe.  La parte que da decide todo mientras que el que recibe simplemente debe aceptarlo.  Me parece interesante que el autor utilice la palabra testamento en lugar de pacto como en muchas otras ocasiones.  Sin embargo es perfecta la palabra.  Cristo ha decidido todo.  Él ha dejado todo preparado para nosotros.  Ahora que ha muerto, este testamento ha entrado en efecto.  ¿Qué involucra?  Que a través de su sangre somos perdonados.  ¿Sabes?  Hay iglesias que se dedican a predicar el gran amor de Dios y el perdón que se nos ofrece mientras que olvidan anunciar que todos somos pecadores y que solamente se puede pagar ese pecado con sangre.  Se les olvida anunciar que Jehová aborrece el pecado y su justicia no tiene comunión con él.  Por otro lado, hay iglesias que están en el polo opuesto.  Predican la justicia y se les olvida el amor.  Las dos posturas son correctas pero nos corresponde equilibrarlas pues ambas son de igual importancia.  Estos versículos juntan las dos tendencias perfectamente.  Si bien, nos habla de la gran misericordia y amor de Dios mediante el testamento que adquiere validez al morir Cristo, también nos recuerda que sin derramamiento de sangre no hay perdón.  Debes tener muy claro esto.  El amor no es más importante que la justicia.  Se complementa uno a otro.
Dentro de mi trabajo, le explico a la gente lo importante que es tener un testamento o de preferencia un fideicomiso pues facilita todo para la sucesión de bienes.  Le evita problemas a sus seres queridos y permite que reciban su herencia sin contratiempos.  Esto es lo que hizo Jesús.  Preparó cada detalle para nosotros.  Mientras caminaba en el calvario, se escribía cada letra en el testamento que nos dejó.  Cada gota de sangre que derramó iba pagando por mis pecados.  Al mismo tiempo el amor incondicional se hacía presente para que pudiera dar otro paso.  Así fue.  Sufrió por ti y por mí.  Sin merecerlo. Tú y yo merecíamos pagar por lo que hicimos.  Sin embargo el testamento que nos han dejado dice que ya ha sido pagado.  ¿No te parece increíble?  ¿Cómo no anunciar estas buenas nuevas?  ¿Cómo recibir tanta bendición y no compartirla?  Por eso estás leyendo hoy este devocional.  Porque no puedo guardar la luz sino que en mi corazón está el deseo de compartirla para que ilumine también tu camino.  El pecado acaba con nuestra vida.  La destruye.  Nos aplasta  y deja sin esperanza.  Mientras tanto, Cristo ha vencido a la muerte y nos libera de esa esclavitud.  Nos da vida.  Nos llena de esperanza.  Nos llena de sentido y fuerzas para seguir adelante y servirle en todo lo que hagamos.  Te animo a que entregues tu vida a Aquél que hizo todo por ti y te ama incondicionalmente.  Te animo a que le aceptes y dejes atrás la esclavitud al pecado.  Te animo a que busques servirle y obedecerle en todo lo que hagas.  Te animo a que tengas comunión con Él y dejes que transforme tu vida. 

Oración

Señor: gracias.  No puedo entender por qué has venido a sufrir por mí.  No puedo entender por qué me has dejado un testamento que no merezco.  Perdona mis pecados y no permitas que mi vida siga igual sino renuévala y transfórmala.  Entiendo que mi pecado debe pagarse con sangre y que Cristo ya ha pagado por mí.  ¡Gracias Señor!  Reina en mi vida.  Reina en todo lo que haga.  En el nombre de Jesús te lo pido.  Amén