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22 jul 2009

Santiago 1:15-17

Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte. Mis queridos hermanos, no se engañen. Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras.


Estos versículos no dan mucho espacio para maniobrar. El pecado es causa de muerte. ¿Quiere decir que se muere al instante? Sí, pero no como lo estás pensando. La Biblia nos explica que por cuanto todos pecamos, hemos sido destituidos de la gloria de Dios. Esta es la muerte de la cual está hablando Santiago. La separación del hombre con Dios. Podría parecer algo no muy grave esta separación, pero cuando lees un poco más sobre lo que la Biblia muestra en nuestra condición apartada de Dios, te das cuenta que es sumamente triste. Las personas que no aceptan a Cristo, se encuentran en tinieblas, no conocen la verdad, son esclavos del pecado y los dirige Satanás. (Lucas 1:79, Romanos 6:17, Juan 8:32,34). ¿Te das cuenta que la separación de Dios sí tiene consecuencias? Tus pasiones desordenadas, tus malos deseos te seducen para realizar lo que no es agradable a Dios. La naturaleza humana es una naturaleza caída, con pecado. Es importante que sepas que Cristo vino para cambiar esto y que todos sus seguidores debemos tener como gran prioridad el reconciliar a las personas con el Señor compartiendo de su Palabra y exponiendo su Verdad.
Con mucho cariño Santiago te dice: no te engañes. Lo que es verdaderamente bueno y perfecto, solamente proviene de Dios. No puede venir nada de bien fuera de Él. Además, si creías que como han pasado varios años de que vino Jesús, debes saber que Dios no cambia ni se mueve como lo que vemos en la tierra. Su palabra siempre será y su verdad siempre permanecerá.
Me gusta que dice la traducción: no se engañen. En la versión de la Reina Valera dice: no erréis. Cualquiera de las dos versiones te dice que estás cayendo en un error al no querer aceptar la verdad de Dios. Estás en el camino equivocado cuando crees que Dios puede tentarte, cuando quieres tomar como excusa el que creías que el Señor estaba en medio de lo que te estaba pasando, cuando tratas de ocultar tus verdaderas intenciones y pones al Señor en medio para disimular lo que realmente está pasando. ¡No erréis, no os engañéis!
Quiero pedirte que medites seriamente en esto: todos son pecadores, tú y yo. Al pecar, se crea una separación entre Dios y tú que solamente puede ser restituida con la aceptación de Cristo en tu vida como tu Salvador, con el reconocimiento de tus pecados y tu necesidad de ser limpio. Solamente de Dios puede venir algo bueno. Seguir tu propio camino no conduce a nada bueno. Te animo a probar nuevas direcciones: las de Dios.

Oración
Padre Santo: perdona mis pecados. Reconozco que Cristo murió por mí para que pudiera tener comunión contigo. Te pido que así sea en mi vida. No permitas que siga engañándome y tomando malas decisiones siguiendo mi voluntad por encima de la tuya. Permite que pueda conocer tu verdad y ser libre. En el nombre de Jesús te lo pido.
Amén