Recuerdo haber escuchado de una persona que salió de vacaciones si mal no recuerdo a Miami y le picó un mosquito que le transmitió el dengue. Posteriormente murió. También recuerdo noticias tristes en las que personas fallecen de un paro cardiaco o respiratorio a edades tempranas. Por otro lado están los accidentes en los que escuchamos tragedias cuando fallecen los hijos y los padres no o viceversa. No quiero que te desanimes ni te pongas triste sino que podamos entender la realidad de la vida: no la tenemos comprada. No depende de nosotros decidir cuánto vivir. No depende de nosotros decidir cómo morir. Lo que sí podemos hacer es darnos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor y tomar cartas en el asunto. Por ejemplo, vemos que Ananías y su mujer intentaron seguir a Dios a su manera y terminaron en el suelo sin vida. ¿Qué nos hace pensar que el seguir nuestro camino nos llevará a un resultado mejor que el de ellos? ¿Tan orgullosos y soberbios somos? El día de ayer estuve enfermo y no pude salir ni tenía ganas de hacer nada. Una simple gripa me tumbó. Pienso en el instante en que me empecé a sentir mal la noche anterior. Un estornudo, luego otro, luego mi nariz tapada y yo ya no podía respirar. Un segundo. No lo vi venir. No lo pude evitar. Toda la noche sin dormir y al día siguiente sin muchos ánimos. Después en la noche, poco a poco empecé a sentir que mi cuerpo mejoraba y mi cabeza no se sentía inflamada. Tampoco lo controlé ni decidí que así fuera. Dios es quien nos da y nos quita. Hoy le doy gracias por recordarme que mis planes están sujetos a su voluntad y no a la mía. Recuerdo haber salido del trabajo pensando que al día siguiente haría tal cosa. Error.
Cuando la gente se enteró que Ananías y su mujer habían fallecido, se llenaron de miedo. ¿Miedo a qué o de qué? De que Dios es real y su palabra también. Miedo de que con Dios no se juega ni se le tienta. ¿Debemos tener miedo a Dios como creyentes? Sí. La misma biblia nos lo dice. Pero no es un temor a que nos lastime o a algo desconocido. Es un temor a la desobediencia. Un temor de respeto. Un temor que busca nunca fallarle.
La biblia está llena de historias como la de Ananías en las que nos muestran cómo seguir nuestro camino por encima del de Cristo nos trae consecuencias terribles e impredecibles. ¿De qué le sirvió a Ananías quedarse con parte de ese dinero si falleció al día siguiente? Tu vida debe estar encaminada a servir y obedecer a Dios y Él se encargará de darte lo que necesitas. Hoy quiero recordarte que no controlas tu vida ni la de tus seres queridos. Dios te los da y te los quita conforme a su voluntad. No nos espantemos cuando escuchemos historias difíciles como la de hoy. Mejor estemos pegados y confiados en Dios. Busquemos cada día su gloria, cada día su amor y cada día su misericordia.
Oración
Padre: me cuesta trabajo aceptar mi dependencia a Ti y mi falta de control sobre las circunstancias. Hoy entiendo que Tú das y quitas conforme a tu voluntad por lo que te pido pueda vivir agradecido y no quejándome de lo que no me das o has decidido quitar. Te pido que mi vida se de servicio a Ti y que aprenda a temer a nunca fallarte ni desobedecerte. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén
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