En pocas palabras estaba comenzando a llover sobre mojado. No se conformaron con tener a unos cuantos inventando historias contra Esteban sino que buscaron alborotar al pueblo, ancianos y maestros de la ley mientras que él no había hecho absolutamente nada malo sino todo lo contrario. Cuando somos pequeños nos enseñan a comportarnos bien para que nos vaya bien. Te portas mal, te va mal. Cuando crecemos, sin darnos cuenta seguimos pensando que las cosas son iguales: yo no hago mal a nadie, cumplo con mi trabajo, llevo una vida sana (dentro de lo que consideras sano) y en general somos buenas personas. ¿Por qué entonces tuvimos que atravesar por un secuestro o robo, una enfermedad inesperada, un despido injustificado, una demanda sin fundamento, etc.? ¿Por qué esteban tenía que estar metido en esta situación si estaba predicando a Jesús y haciendo señales milagrosas? Porque la vida no funciona así. Todo está sujeto a la voluntad de Dios. Ahora, para nuestro bien, Él no está buscando jugar con nosotros sino que envió a su Unigénito al mundo para que fuera brutalmente asesinado y pagara lo que nosotros debíamos en la cruz para poder así ser reconciliados con Él. En ocasiones es necesario que el Señor nos sacuda un poco para darnos cuenta de lo alejados que estamos de Él. Cuando perdemos algo que considerábamos seguro o como un hecho, nos cambia la vida. Pienso en aquellos padres que han perdido a un hijo. Esa noche no pudieron dormir pensando en por qué pasó y cómo pudieron evitarlo de haber hecho tal o cual. La verdad es que no podían haber hecho nada pues el Señor es quien nos llama a Su tiempo. En resumen, a veces pensamos que las cosas están mal pero definitivamente pueden ponerse peor sin que nosotros podamos hacer algo para mejorar la situación en sí. Esteban no había hecho nada y aún así todo estaba en su contra. Hoy es posible que tú tampoco hayas hecho nada y estés atravesando por un momento difícil o lleves ya mucho tiempo arrastrando un problema. Cuando el Consejo y el pueblo voltearon a ver a Esteban vieron su rostro como el de un ángel. ¿Por qué? Porque estaba entregando su vida a Dios. Porque no estaba gritando desesperado sobre la injusticia que estaba atravesando ni amenazando a los que tenía alrededor. Por el contrario, estaba en paz, quieto y probablemente gozoso. Hoy tú puedes estar igual. Hoy puedes recibir la paz que solo Dios puede dar y dejar atrás tus rencores, odios, corajes, temores, angustias y demás cargas que te están aplastando. No es coincidencia que las cosas se hayan puesto más difíciles sino que es Dios sacudiéndote para que voltees a Él. ¿Qué vas a hacer?
Oración
Padre: definitivamente no entiendo lo que me sucede pero sí sé que me he alejado de Ti y quiero poder reconciliarme contigo. Te pido que traigas paz a mi vida y pueda vivir tranquilo y gozoso sin importar lo que estoy atravesando pues tengo mi confianza puesta en ti. Te pido que así como Esteban tenía el rostro como de un ángel a pesar de todas las acusaciones en su contra, pueda yo tener un rostro de amor y paz a pesar de lo que pueda venir. En Cristo Jesús te lo pido
Amén
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