Imagina que alguna persona famosa como el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, llegara con el presidente de Estados Unidos y le dijera que pensaba que el capitalismo es el camino correcto para que una nación se desarrolle correctamente y que todo lo que había dicho y criticado era un error. ¿Posible? Sí. ¿Probabilidad de que pase? Prácticamente cero. Pero con Saulo sí pasó. Ese punto cero, cero, cero, cero, cero, uno de probabilidad que existe de que una persona pueda ser transformada de un extremo a otro solamente puede pasar a través de Jesús. No siendo optimista, no con pasos o sistemas impuestos por personas que igualmente están atrapadas sino por la sangre de Jesús que nos redime y reconcilia con el Señor. Solamente Dios puede cambiar y transformar. Solamente Él puede abrir caminos donde nunca imaginamos que podrían existir y de la misma forma, sin importar que las estadísticas estén en su contra y todo parezca imposible, Él trabaja y transforma vidas destruidas. Regenera familias. Rescata vidas llenas de amargura, atrapadas en vicios y engaños, envueltas en celos y corajes. Nos permite nacer de nuevo y empezar por el camino correcto.
Saulo tenía una gran fama de perseguir a los creyentes y no es de extrañarse que los discípulos no le creyeran sobre su transformación. Fue a través de Bernabé y sobre todo, del testimonio que Saulo fue dando día con día que los discípulos pudieron darse cuenta de la obra de Dios en su vida. Por el contrario, hoy en día veo que las personas se dicen cristianas pero su testimonio nos hace dudar de que realmente crean y amen a Jesús. Saulo demostró con sus obras que lo que decía era realmente lo que creía y por lo que vivía. Y ¿nosotros? Decimos que creemos en Jesús pero ¿dónde queda nuestro testimonio? ¿La gente puede creer que seguimos a Cristo por nuestros actos? La biblia nos dice que seremos conocidos por nuestros frutos. ¿Cuáles son los tuyos? No puedes llevar una relación con Dios estática y sin movimiento. Debe estar en constante crecimiento y sobre todo activa. Si tuvieras que convencer a la gente que crees en Cristo con tus actos, ¿crees que los convencerías? Tal vez éste resulte un buen parámetro para medir nuestra entrega y obediencia a Dios. Saulo nos muestra que no basta con hablar de lo que creemos sino debemos vivirlo y demostrarlo día a día en todo lo que hacemos. Espero que dejemos a un lado el decir que creemos en Jesús y por otro lado nuestros actos son totalmente opuestos… ¡Tomemos un compromiso por Aquél que murió por nosotros!
Oración
Padre: perdona mis pecados. Quiero que mi vida tenga congruencia y mis hechos expresen mi deseo de servirte y ganas de estar pegado a Ti. Te pido que pueda ser sabio y entender que mi vida entera debe representar lo que creo y mi compromiso contigo. Ayúdame a entregarte mi ser y dejar que gobiernes en mí. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén
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