Lo primero que pienso cuando leo estos versículos es que Pedro estaba visitando a todos. No estaba quieto sino que cada día se levantaba y caminaba a otra ciudad para visitar las iglesias que se estaban formando. Tenemos que tomar acción en nuestra vida. No podemos quedarnos en nuestras casas, escuchando de Dios y conociendo a Jesús para no salir y compartir su evangelio. Esta responsabilidad es para cada uno de nosotros. No es para Pedro o para los pastores la ordenanza de ir y hacer discípulos sino para ti y para mí. Piensa en las distintas maneras en las que puedes “visitar” o ayudar a compartir a Cristo. Tal vez ya hay un estudio bíblico en tu casa, qué tal que ahora tú vas a otra casa o algún hospital y compartes de Jesús. Tal vez ya destinas tres días de la semana a la obra de Dios. ¿Qué tal si le dedicas otro día más con otra obra? Me parece que Dios no quiere que esperemos a tener “vacaciones” para que le dediquemos más tiempo. Él es celoso de nuestra vida. ¡Dediquemos más tiempo a Dios!
Por otro lado, me encanta leer pasajes como éste, donde se nos presenta la autoridad de Jesús: levántate y haz tu cama, le dice Pedro y al instante se levantó. Dios tiene el poder de sanar lo que le pongamos enfrente. No hay nada que Él no pueda hacer. ¿Entonces por qué tenemos tantos enfermos? ¿Por qué mi familiar o ser querido sigue enfermo? ¿Si hemos orado mucho por qué no pasa nada? ¿Por qué permitió que falleciera? Porque nuestra perspectiva de las cosas no es igual a la de Dios. Recuerda que Jesús pidió a Dios si era posible evitar su crucifixión. Aún así, el Señor la permitió. Sus planes tienen una perspectiva muy superior a la nuestra y debemos alinearlos con ellos. Debemos enfocar nuestra vida para darle gloria y buscar su reino. Si podemos hacer esto, las enfermedades y las dificultades que atravesamos en esta vida se minimizan. Hace algunos meses conocí a una persona que nació sin piernas ni brazos. Hoy puede escribir en computadora, comer solo, vestirse y realizar muchas actividades. ¿El milagro? No es que pueda hacer todo esto solo sino que él entendió que su vida la debe entregar al servicio de Dios y se dedica a ir por el mundo compartiendo su historia y anunciando a Jesús llevando esperanza a los que le escuchan. ¿Le gustaría tener piernas y brazos? ¡Seguro! Pero no deja de vivir y servir a Dios por no tenerlas.
Sé que las enfermedades no son fáciles. Pero nuestro deber es buscar el reino de Dios y amarlo sobre todas las cosas incluyéndonos a nosotros mismos. Tal vez es tiempo de cambiar nuestras oraciones y pedir porque nuestra vida de gloria y sirva al Señor en lugar de pedir por lo que nosotros consideramos que debe ser. Es un gran paso para nuestra vida espiritual el pedir por la voluntad de Dios por encima de la nuestra pero el resultado será increíble. ¡Hagámoslo!
Oración
Padre: no logro entender el por qué de las enfermedades y el sufrimiento, pero sí entiendo que tienes planes y que mi vida la quiero entregar en servicio a Ti. Te pido que pueda tener paz y que sea sabio para utilizar mis circunstancias para crecer espiritualmente y compartir a Jesús. Transforma mi corazón y permite que mi perspectiva pueda estar en línea con la tuya para que no busque y pida por salud sino porque mi vida te de gloria. Te lo pido en Cristo Jesús
Amén
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