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13 feb 2012

Hechos 18:24-26


Por aquel entonces llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría.  Era un hombre ilustrado y convincente en el uso de las Escrituras.  Había sido instruido en el camino del Señor y con gran fervor hablaba y enseñaba con la mayor exactitud acerca de Jesús, aunque conocía sólo el bautismo de Juan.  Comenzó a hablar valientemente en la sinagoga.  Al oírlo Priscila y Aquila, lo tomaron a su cargo y le explicaron con mayor precisión el camino de Dios.


¿Recuerdas cómo Aquila y Priscila acompañaron a Pablo y cómo le permitieron que trabajara con ellos?  ¿Recuerdas cómo estudiamos que cada uno de nosotros cumple con un papel único en el cuerpo del Señor sin importar que sea arriba del escenario o tras bambalinas?  Nuevamente esta pareja entregada al Señor aparece para aportar un granito de arena que tiene un impacto como ola de mar.  Estaban en el lugar correcto y en el momento correcto para poder dirigir a Apolos.  Nos dice el versículo que lo tomaron a su cargo para declararle con más detalle el evangelio.  Esto quiere decir que no fue una simple intervención sino que le dedicaron de su tiempo y esfuerzo.  Lo voy a decir otra vez por si no lo entendiste: le dedicaron de su tiempo y de su esfuerzo.  Este fin de semana decidimos traer a la casa un perro que encontramos en la calle y había sido atropellado.  Personalmente no estaba muy convencido de hacerlo.  De hecho, espero que le podamos encontrar un hogar.  Sin embargo, he estado orando para que el Señor muestre el destino de este animalito.  Te platico esto, porque el haberlo traído resultó en menos tiempo para mí el fin de semana y más tiempo para él.  En lugar de dormir un poco más, había que sacarlo a caminar.  En lugar de pasar un tiempo viendo una película, había que llevarlo al baño y peor aún , limpiar sus excrementos.  Me encantan los animales, no lo tomes a mal.  Lo que quiero hacerte reflexionar es en lo poco dispuestos que podemos estar para entregar de nuestro tiempo, dinero y esfuerzo.  Por esta razón hice énfasis en lo que Priscila y Aquila hicieron: tomar a su cargo a Apolos.  ¿Qué estás haciendo tú?  ¿Solamente escuchas de Dios?  ¿En qué estás participando en la obra de Dios?  Entregar nuestra vida al Señor significa quitar tiempo para nosotros y acomodarlo para Cristo.  No es algo que se diga y listo.  Conlleva acción.
El ejemplo de Apolos es excelente para este tema.  A penas aceptó a Jesús y comenzó a compartirlo por todos lados.  ¡Manos a la obra!  No se limitó ni titubeó sino que fue a las sinagogas y anunciaba el evangelio.  No pensó para sí mismo sino que entendió que Jesús debía compartirse.  Entregó de su tiempo y de su esfuerzo y salió a anunciar lo que le había sido revelado.
Nosotros debemos actuar de la misma manera.  Debemos tomar acción y dejar la pasividad.  Si tienes una idea sobre cómo servir a Dios, ponla en oración y ¡llévala a cabo!  Si has encontrado una necesidad, toma acción y cúbrela.  El trabajar para Cristo es simplemente lo mejor que podemos hacer.  Nos llena de gozo y satisfacción además de darle sentido a nuestra vida. 
Oración
Padre: hoy entiendo que debo dejar de pensar en mí y pensar más en Ti.  Debo tener más acción y menos pasividad.  Te pido que mi vida sea transformada y sea de servicio a Ti.  En el nombre de Jesús.  Amén 

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