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9 jun 2015

Salmos 10:12-14

¡Levántate Señor!  ¡Levanta oh Dios tu brazo!  ¡No te olvides de los indefensos!  ¿Por qué te ha de menospreciar el malvado?  ¿Por qué ha de pensar que Tú no lo llamarás a cuentas?  Pero tú ves la opresión y la violencia, las tomas en cuenta y te harás cargo de ellas.  Las víctimas confían en ti; tú eres la ayuda de los huérfanos.



Los judíos siguen esperando al mesías por no querer aceptar la confirmación de todas las profecías en la vida de Jesús.  Quieren un mesías a su manera.  Que traiga el reinado que ellos esperan.  Que establezca al pueblo de Israel como líder.  Sin embargo, Dios nunca prometió que así sería.  El reino al que hacía alusión es al espiritual y cómo se acabaría la esclavitud al pecado a través de la muerte de Cristo y el descenso del Espíritu Santo para morar en cada uno de nosotros.
En ocasiones, hay predicadores que toman fragmentos de la biblia y los acomodan como ellos quieren para poder crear un mensaje que rompe con lo que realmente nos dice la palabra del Señor.  Si tomamos el pasaje de hoy como ejemplo, podría ponerme a predicar sobre el castigo que Jehová traerá sobre todos aquellos que hacen el mal.  Podría hacer énfasis en cuánto podemos confiar en Él y cómo ayuda al desamparado.  Él no se olvida de la opresión ni tampoco hace caso omiso de la violencia.  Sin embargo, lo que la biblia nos está diciendo es que debemos confiar en Él y no buscar que haya un castigo a nuestra manera.  ¿Lo entiendes?  Así como los judíos querían a un mesías a su manera, muchas veces nosotros queremos que la justicia del Señor se aplique a nuestra manera.  Queremos que los castiguen.  Que los aplasten y que todo lo que nuestra carne siente, Dios se haga cargo de cumplir esos caprichos.  La realidad es que el pasaje nos habla sobre aquellos que menosprecian al Señor y pide que no se quede sin hacer nada.  Pero no termina ahí.  Dice: las víctimas confían en Ti.  ¡Eso es un verdadero creyente y seguidor de Jesús!  Una persona que, a pesar de sufrir (siendo víctima), sigue confiando en el Señor.  No se llena de auto conmiseración.  Ni se queda pensando que es una víctima y los demás deben tratarle distinto.  No.  Simplemente sabe que, sin importar lo que haya sucedido o pueda suceder, debe seguir confiando en Jehová.  No busca venganza ni guardar el rencor.  Sin importar el que le hayan hecho daño, dejará que Dios se encargue.
Así que, no predico que Dios castigará a nuestra manera.  No predico que verás cómo el Señor se encarga de aplastar al que te ha hecho daño.  Predico la palabra de Dios que nos dice que confiemos en Él.  Te animo a que así lo hagamos.  No tenemos que entender todo lo que sucede.  Simplemente podemos confiar en que Él nos ama y se encargará de absolutamente cada detalle para guardarnos o permitir ciertas cosas para moldearnos conforme a su voluntad.

Oración

Padre: gracias.  Gracias por recordarme que tú eres Dios y yo soy un simple mortal.  Gracias por recordarme que no trabajas para mí ni vas a estar cumpliendo con mis caprichos.  Gracias por hacer tu voluntad por encima de la mía.  Gracias porque hoy aprendí que debo confiar y esperar en Ti.  Sin importar lo que venga.  Sin importar que lo entienda o no.  Padre: yo confío en ti.  No permitas que nada me aparte de Ti y permanezca a pesar de las pruebas.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén  

Salmos 10:10-11

Bajo el peso de su poder, sus víctimas caen por tierra.  Se dice a sí mismo: Dios se ha olvidado.  Se cubre el rostro.  Nunca ve nada.



Cuando uno es niño y desobedece a sus padres, hay un castigo inmediato.  ¿Lo recuerdas?  Cuando uno va a la escuela y no obedecía alguna instrucción, había un castigo inmediato y tangible.  Sin embargo, en lo espiritual no es igual.  Si uno miente no necesariamente fallece al terminar de mentir como castigo de lo que hizo.  Como hemos aprendido en los últimos días en el Salmo capítulo 10, hay gente mala allá afuera que no parecen estar recibiendo un castigo por esa maldad.  Pareciera incluso que pensar como el ejemplo del versículo de hoy tiene sentido.  Tal vez Dios se ha olvidado.  Tal vez no ve nada.  Tal vez no existe.  Tal vez me conviene hacer mi voluntad pues volteo a mi alrededor y no pasa nada.  ¿Ya te identificaste?  Al estar acostumbrados a recibir un castigo físico e inmediato en nuestra vida carnal, confundimos el crecimiento y comportamiento espiritual.  Recuerda que Pablo dice: puedo hacer todo lo que quiera pero no todo conviene ni edifica (1Corintios 10:23).  Uno puede desobedecer al Señor y no por eso va a ser castigado al día siguiente de la manera en la que estamos acostumbrados.  Entonces, debemos ser sabios y entender que esta manera de pensar es la que utilizan aquellos que no obedecen al Señor y que por el contrario buscan siempre su voluntad.  El que piensa que debe portarse bien para no ser castigado no ha entendido lo que es ser hijo de Dios y está basando su comunión con Él de manera carnal.  Dios no se ha olvidado.  Dios no se cubre el rostro.  Dios lo ve todo.  ¿Cómo son sus castigos?  No lo sé exactamente.  Lo que sí sé, es que la biblia nos dice que Él nos disciplina y por lo tanto significa que de alguna manera nos dará una corrección en la tierra.  Además está el castigo a aquellos que no aceptaron a su Hijo Jesús y estarán privados del cielo. 
Hoy quiero animarte a no caer en el mismo pensamiento del pasaje de este día.  No pienses que Dios no ve o no le importa lo que haces.  No pienses que va a pasar por alto las maldades que se hacen en la tierra.  Él nos ama y por eso mismo quiere corregirnos.  Hebreos 12:6 dice: porque el Señor al que ama disciplina y azota a todo aquel que recibe por hijo.  Proverbios 15:32 dice: el que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma.  Busca obedecer al Señor.  No porque vendrá un castigo sino porque sus caminos son mejores que los tuyos.  Porque Él te ama y quiere lo mejor para ti. 
Oración

Padre: cuánta sabiduría hay en tu palabra.  Te agradezco el que pueda estudiarla y aprender de ella para guiar mi vida conforme a tu voluntad.  Te pido pongas humildad en mi corazón para que pueda entender lo que acabo de aprender y lo ponga en práctica buscando obedecerte en todo lo que haga sin pensar en lo que los demás hacen.  Señor, me pongo a tus pies y te pido me muestres tu voluntad.  En Cristo Jesús.  Amén.

8 jun 2015

Salmos 10:7-9

Llena está su boca de maldiciones, de mentiras y amenazas; bajo su lengua esconde maldad y violencia.  Se pone al acecho en las aldeas, se esconde en espera de sus víctimas y asesina a mansalva al inocente.  Cual león en su guardia se agazapa listo para atrapar al indefenso; le cae encima y lo arrastra en su red.



Me gusta mucho ver documentales.  Últimamente han hecho muchos relacionados al tráfico de drogas y la industria multibillonaria que representa.  Cuando entrevistan a aquellos que han logrado ser “exitosos” y no han muerto o sido aprehendidos, todos tienen algo en común: tratan de pasar desapercibidos.  Buscan ser un vecino cualquiera y vivir “normal”.  ¿Sabes?  Esto me hace pensar sobre lo que la biblia nos describe hoy acerca de las personas malas apartadas de Dios.  Estas personas de las que habla la biblia no son unos entes raros que andan por el mundo apartados de todos.  No son de una personalidad en específica ni andan gritando que quieren aprovecharse del inocente.  No.  Están mezclados entre nosotros.  Vestidos de ovejas pero son lobos.  No creas que llegarán a tu vida de una forma en la que fácilmente puedas identificarlos.  ¡Al contrario!  Es probable que veas en ellos una vida “normal” y aparentemente buena.  ¿Cómo identificar a estas personas entonces?  Poniendo atención a sus acciones.  Abre los ojos.  Observa.  No para juzgar.  No para sentirte mejor o superior.  ¡Ese no es el objetivo!  Esto es para que te des cuenta con quién te relacionas y tengas cuidado de no ser arrastrado en su camino.  Tristemente es más fácil que nos convenzan de ir por el lado equivocado que por el bueno.  Así que, ten cuidado.  La biblia nos habla claramente que hay personas malas allá afuera.  Personas que harán injusticias.  Que se aprovecharán de ti.  Que buscarán aplastarte.  Sin embargo, no termina ahí.  Debes poner atención a que este tipo de personas no estén arrastrándote a su estilo de vida sino al contrario, que tú los estés acercando al Señor.  En conclusión, hay gente allá afuera, no muy lejos de ti, que parecen personas comunes y corrientes que harán cosas que te sorprenderán.  Ten cuidado y permanece fiel al Señor para no caer.

Oración

Padre: gracias por permitirme conocerte y tener luz en mi vida.  Te pido que pueda ser testimonio a los que me rodean y acercarlos a Ti en lugar de envolverme yo en sus caminos.  Te pido pueda entender que hay gente mala y dispuesta a hacer cosas terribles y sin embargo Tú quieres que se arrepientan y los quieres perdonar.  Te pido que no juzgue sino que sea sabio para no enredarme con las personas equivocadas y también que sea fuerte para separarme de aquellas que me apartan de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén

2 jun 2015

Salmos 10:4-6

El malvado levanta insolente la nariz, y no da lugar a Dios en sus pensamientos.  Todas sus empresas son siempre exitosas; tan altos y alejados de él están tus juicios que se burla de todos sus enemigos.  Y se dice a sí mismo: nada me hará caer.  Siempre seré feliz.  Nunca tendré problemas.



En las películas de Hollywood, siempre ganan los buenos.  Claro que hay personajes malos y que causan daño pero nunca pueden hacerle frente a aquél que vela por los principios correctos y que quiere hacer justicia.  Por más ridículo que sea el desenlace, siempre ganan los “buenos”.  Sin embargo, salimos a la vida real y no vemos que suceda lo mismo.  Al contrario.  Vemos personas enriqueciéndose con secuestros, robos y extorciones.  Vemos quienes hacen fraudes y toman ventaja de alguien más que les ha dado su confianza.  Vemos a quienes aplastan al indefenso con tal de seguir con sus ambiciones.  Todo esto no es justo.  No está bien que pasen estas cosas.  ¿Por qué lo permite Dios?  ¿Dónde está Dios en todo esto?  Primero que nada, debes entender que Él tiene conocimiento pleno de lo que está pasando.  Tan es así, que en el pasaje de hoy, nos da un ejemplo que lo vemos claramente por todos lados.  Él sabe de lo que somos capaces cuando hacemos nuestra propia voluntad.  Sabe perfectamente lo que nuestra carne puede hacer cuando damos rienda suelta.  Así que no debemos sorprendernos de que existan este tipo de personas y hechos.  Lee nuevamente el pasaje y pon atención a la descripción que hace Dios de estas personas.  ¡Hay mucha gente allá afuera con estas características!  Peor aún.  Hay gente que anhela ser así.  Si Dios permite que estas personas se levanten un día más es por el mismo motivo que tú y yo nos levantamos también: gracia y misericordia.  En lugar de criticar a aquellos que se comportan así, debemos orar por ellos.  Debemos tener misericordia a pesar de sus groserías y fallas.  ¿Por qué?  Porque Dios lo hace contigo todos los días y quiere que hagamos lo mismo con nuestro prójimo.  No merecen que lo hagamos, sin embargo, nosotros tampoco merecemos lo que Cristo hace por nosotros y aún así lo hace todo el tiempo.  Estoy seguro que conoces a alguien con las características que describe el pasaje de hoy.  Espero que, en lugar de criticarlo o juzgarlo, ahora empieces a orar por él y a amarle como el Señor te pide que lo ames.

Oración

Padre: perdóname.  Hoy entiendo que no merezco lo que has hecho por mí y que debo hacer lo mismo con los demás.  Gracias por enseñarme a humillarme y dejar que Tú reines en mi vida.  Te pido que aplastes mi orgullo y tu amor sea lo que brille en mis días.  Te pido que pueda aprender a imitarte sin importar que parezca injusto o que la gente no lo merezca.  Te pido que me des entendimiento para poder hacer tu voluntad convencido que es lo mejor.  En el nombre de Jesús.  Amén.

1 jun 2015

Salmos 10:2-3

Con arrogancia persigue el malvado al indefenso, pero se enredará en sus propias artimañas.  El malvado hace alarde de su propia codicia; alaba al ambicioso y menosprecia al Señor.



No es fácil mantener la perspectiva correcta cuando todo está de cabeza.  Dios nos pide que amemos a nuestro prójimo mientras que él nos lastima.  Nos pide que perdonemos aunque no nos piden perdón.  Además, mientras uno trata de hacer lo correcto, vemos al que la biblia llama malvado haciendo alarde de su vida y sus decisiones.  En nuestra cara nos restriegan lo que hacen y obviamente nos hace dudar si vale la pena hacer lo que Dios quiere o lo que nuestro “instinto” nos dice que hagamos.  No parece irle mal al que sigue su propia voluntad.  El malvado persigue al indefenso y nadie lo detiene.  Presume y nadie lo calla.  ¿Qué hacer en estos casos?  ¿Cómo poder mantenerse firme mientras vemos tanta gente alejada de Dios y que al parecer les está yendo bien?  La respuesta se divide en dos partes.  La primera está relacionada a la fe.  Simplemente tenemos la certeza de lo que nos espera al seguir y obedecer a Cristo y tenemos la convicción de que es real aunque no le veamos.  ¡Eso es verdaderamente tener fe!  Segundo.  Necesitas poner por práctica esa fe para vivir en carne propia la diferencia entre obedecer a Jehová y obedecer tus instintos.  Estos dos principios van de la mano y se convierten en un círculo virtuoso.  Mientras más practiques y obedezcas al Señor, tu fe se fortalecerá y te guiará a querer más y más.  Ahora, si nunca has dado ese paso y solamente tienes la teoría de lo que Dios hace, es probable que sea más difícil el decidir por la voluntad del Señor por encima de la tuya.
La biblia nos dice en el pasaje de hoy que habrán personas que están alejadas de Dios y sin embargo aparentarán estar bien.  Nuestro ejemplo no está en lo que vemos alrededor de nosotros sino en Cristo.  Te lo repito porque es de gran importancia que lo entiendas.  La gente alrededor no es nuestro parámetro ni guía a seguir sino el Hijo de Dios, Cristo Jesús.  No importa lo que veas en los demás.  No te dejes engañar por las apariencias.  Sigue y obedece al Señor. 
Deja que transforme tu vida y vive en carne propia la bendición que es hacer su voluntad versus la tuya.

Oración

Padre: gracias.  Tu palabra es sabia y me guía por el camino correcto.  Definitivamente es difícil ver gente que está apartada de ti y que tiene éxito haciendo lo que hace.  Ayúdame a entender que los demás no son mi ejemplo a seguir sino Cristo.  Ayúdame a entender que hacer tu voluntad es lo que más me conviene y me llenará de bendición.  Perdona mis pecados Señor y guía mis pasos.  En Cristo Jesús.  Amén