Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu y las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
La Palabra de Dios siempre ha sido causa de conflicto y discusiones. En México existe el dicho, e imagino que en otros países también, “de política y religión mejor NO hablamos”. Son temas sensibles que al final la gente puede salir herida si no se tocan con el cuidado y mejor dicho el RESPETO que se merece.
Me da mucha tristeza encontrar gente que tiene una percepción del cristiano como aquél que quiere “imponer” a todo el mundo su creencia y que no escucha razonamientos sino piensa que los demás están mal.
Estoy seguro que te has topado con alguien que piensa así o incluso podrías ser tú quien piensa así.
Sin disculpar a aquellos que no han aprendido a compartir de la Palabra de Dios, quiero que entendamos su “euforia” y deseo de salir a predicar como una bala. La Biblia nos dice que es cortante y penetra en el alma y hasta lo más profundo de nuestro ser, además que a través de ella, se pueden discernir los pensamientos y las intenciones. Entonces, cuando una persona conoce a Cristo y comienza a aprender sobre su Palabra y experimenta el gozo que es tenerlo como Señor y Pastor, lo más natural es que esa persona salga y quiera que TODOS puedan experimentar lo mismo. Se puede tomar como bandera de evangelismo el que la misma Biblia dice que al predicarla “será muy penetrante en las personas”. El hecho de que sea “filosa y penetrante” NO quiere decir que sea ¡HIRIENTE!
Debes aprender a compartir lo que la Biblia dice. ¿Cómo? El ejemplo se encuentra en la misma Biblia: la vida de Jesús. Él nos enseña a compartir de su Palabra y nos deja los ejemplos para diversas situaciones. Algunas veces fue amoroso, otras tajante y a veces incluso impulsivo, pero SIEMPRE actuó correctamente dependiendo de las circunstancias que se atravesaban.
Lo que quiero que pienses con este versículo es que NO debemos utilizar el filo de la Palabra para herir sino para sanar. Un bisturí se utiliza para sanar en una operación. El mismo bisturí mal utilizado puede matar a una persona. ¿Entiendes la diferencia? Al final, lo que Dios quiere que comprendamos es que nosotros somos “instrumentos” para llevar Su Palabra. La Palabra MISMA es la que hace TODA la transformación y el trabajo en las personas, NO nosotros.
COMPARTE el evangelio y PERMITE que Cristo sea quien transforme las vidas de los demás a través de SUS palabras y no de las TUYAS…
Oración
Padre Santo: gracias por dejarnos tu palabra y permitirnos leerla y estudiarla libremente. Te pido perdón si en ocasiones he compartido mal de ella y he utilizado el filo para herir y no para sanar. Guíame siempre para que mis palabras guíen a Ti y a tu palabra siempre y que Tú seas quien transforme a los demás en todo momento. Te doy las gracias por esta enseñanza en el nombre de Jesús
Amén
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