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18 nov 2009

Juan 8:34

Jesús les respondió: de cierto de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.




En la Nueva Versión Internacional lo traduce todavía más directo: les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado.

El pecado es uno de los temas que no nos gusta que nos recuerden. Preferimos escuchar acerca de tener fe, esperanza, ser consolados por Dios, recibir su amor, ser perdonados, en fin, todos los temas “bonitos”. Pero aunque no nos guste, es necesario estudiar la Biblia completamente incluyendo aquellos temas difíciles y complicados, pero sobre todo, aquellos donde nuestra comunión con Dios se pueda ver afectada. En este caso el pecado es uno de ellos.

El pecado no se define individualmente. Dios ha dado las pautas para entender lo que está bien y lo que no. Como humanos, nos hemos encargado de “flexibilizar” estos principios y tratar de escoger los que consideramos importantes y eliminar o minimizar los que no. Además, estamos viviendo un acercamiento al pecado muy peligroso con la eliminación de principios por ser considerados “extremistas” o demasiado conservadores.

¿A quién se le ocurrió hacer estos cambios y por qué lo permitimos?

Muy fácil. Nosotros mismos nos estamos “eliminando” las cargas de hacer bien las cosas y obedecer a Dios. Nos estamos haciendo “libres” a nuestra manera.

El problema radica en que tu forma y mi forma de aligerar nuestra vida, crear nuestros propios principios y nuestras propias maneras de vivir, no nos llevan a ningún lugar de bien sino que nos encierran en un círculo vicioso: el que peca es esclavo del pecado. Escucha bien esto: si no reconoces que has pecado y pides a Jesús que te perdone por ello, seguirás siendo esclavo del pecado. No importa si lo quieres aceptar o no. Es lo que Dios dice. Es lo que es. Si no lo quieres creer directamente de la Biblia, te recomiendo que pongas atención a lo que hay a tu alrededor. La gente ¿ama a su prójimo o lo critica? ¿Las parejas se casan una sola vez o las que cada quien considera necesarias? ¿La pornografía de todo tipo está en disminución o en aumento? ¿La prostitución infantil es imaginación o una realidad? ¿Las personas se están muriendo de hambre o de enfermedades básicas? ¿Hay guerras? ¿Hay luchas por el poder? ¿Hay pleitos y odios entre familias? ¿Hay pleitos entre las iglesias? Todo esto no son más que consecuencias del pecado y el círculo vicioso en el que caemos al ser esclavos de él. Todos sabemos que está mal robar o asesinar o violar a una persona. Aún así sucede. ¿Por qué? Porque al no aceptar tus pecados y entregarlos a Jesús te vuelves esclavo de tus pecados. Un esclavo no dirige ni controla, solamente obedece. Así que si pensabas que tenías el control sobre tus pecados, ahora sabes que no es como creías sino todo lo contrario, por ello, te quiero animar a que reflexiones sobre tu percepción del pecado, sobre tu actitud hacia él y lo que has permitido o rechazado y por qué.



Oración

Señor: perdona mis pecados. No quiero ser ya más esclavo de ellos sino ser libre a través de Ti. Tú conoces mi situación y te pido que me guíes para salir adelante. Ahora entiendo que Tú eres quién decide lo bueno y lo malo y no yo y sobre todo que definitivamente no tengo el control sobre el pecado sino que él lo tiene de mí. Te pido en el nombre de Jesús, que a través de Él pueda ser libre como Tú lo prometes en tu palabra. En ese mismo nombre oro.

Amén

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