Vistas de página en total

7 ene 2015

Hebreos 13:16

No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque ésos son los sacrificios que agradan a Dios.



El evangelio de Marcos capítulo 12 versículo 41 al 44 nos narra a Jesús viendo cómo la gente venía y depositaba su ofrenda.  Gente rica ponía mucho.  Gente pobre ponía poco.  Sin embargo, al pasar una viuda pobre echó dos monedas de poco valor y Jesús se volteó a sus discípulos para decirles que era la persona que más había puesto.  ¡¿Cómo?!  Se sorprendieron los discípulos.  ¿Qué no se dio cuenta el maestro cuando vinieron los ricos y echaron grandes cantidades?  La biblia no nos dice lo que los discípulos dijeron pero yo me imagino que en sus mentes lo pensaron puesto que Jesús tiene que aclarar el por qué de sus palabras diciendo: estos dieron de lo que les sobraba pero ella, dentro de su pobreza, echó todo lo que tenía.  Hebreos 13:16 es una continuación de lo que aprendemos en el pasaje con la viuda pobre y también podría agregar la parábola de los talentos.  “No te olvides de hacer el bien y comparte lo que tienes” te dice Dios.  ¿Sabes?  Quise complementar la historia de la viuda pobre porque muchas veces olvidamos que Dios ve nuestro corazón por encima de nuestras obras.  Él ve nuestros pensamientos en lugar de nuestras acciones.  Él conoce perfectamente nuestros motivos detrás de cada acto.  Así que, dejemos a un lado la hipocresía y pongamos la vara alta como lo hizo la viuda pobre.  No compartamos de lo que nos sobra sino entreguemos para satisfacer una necesidad.  De hecho, si lo piensas, lo que realmente debemos pensar es que le estamos regresando a Dios parte de lo que ha decidido darnos poniéndolo al servicio de los demás.  No es para que te sientas bien.  No es para presumir que tienes más.  No.  Es para obedecer a tu Dios.  Recuerdo un video que pasaba a una persona que iba y pedía comida a los que estaban comiendo pizza.  Todos se negaron.  Posteriormente, otra persona le da una pizza a alguien que se encontraba pidiendo dinero en la calle.  Regresa el mismo tipo y le pide un poco de su pizza.  En lugar de decirle que no tiene para comprar más o que está muy hambriento, le dice que por supuesto.  Se sienta con él y comen juntos.  No puedo asegurar lo que el indigente pensó.  Sin embargo, puedo especular que, dentro de su agradecimiento por lo que recibió, supo que debía compartirla.  ¿Lo puedes ver?  Cuando reconocemos que no merecemos nada y que todo es un regalo de Dios, todo toma la perspectiva correcta y podemos compartir gozosos lo que tenemos.  Por el contrario, cuando pensamos que nuestro esfuerzo es quien nos ha dado lo que tenemos, resulta difícil desprendernos de las cosas.  Has el bien y comparte lo que tienes.  No es fácil pero es lo que Dios quiere que hagas.  Recuerda, Dios conoce tu corazón así que no compartas de lo que te sobra ni hagas el bien para aparentar.  Por el contrario, comparte con gozo y reconociendo de quién proviene todo.  Hay mucha necesidad allá afuera.  Probablemente no tengas que ir muy lejos para darte cuenta de ello.  Pon en oración el deseo de compartir y pide a Jehová que te muestre qué y cómo puedes compartir lo que te ha dado.  Estoy seguro que si lo pides de corazón, te sorprenderás de todas las oportunidades que se presentarán para hacerlo.

Oración

Padre: quiero hacer el bien y compartir lo que tengo.  Te pido pongas en mi corazón los deseos correctos y pueda entender que todo proviene de Ti.  Gracias por tus bendiciones y cuidado tan especial de mí.  Permite que mi vida sirva para que otros vean lo grande y amoroso que eres.  Permite que la gente vea que todo lo que hago es para agradarte y no para “sentirme bien”.  Gracias mi Dios.  En Cristo Jesús.  Amén

No hay comentarios: