Hoy en día resulta un poco difícil entender lo impactante de las palabras de Pedro puesto que vivimos en un país o países que promueven la tolerancia y aceptación. Pero si pudiéramos ir a aquellos en los que hay un enemigo (o varios) y simplemente no nos podemos acercar a él porque debemos odiarlo, nos serviría para comprender a detalle cuando Pedro dice: ustedes saben que tenemos prohibido juntarnos con un extranjero. Imagino que no fue fácil tener esa transformación. De hecho, la biblia nos dice que Pedro fue expuesto por andar haciendo diferencias entre judíos y gentiles. Actualmente tu vida puede ser distinta y realmente no te identifiques con esta situación, pero te voy a dar algunos ejemplos de cómo podemos atravesar circunstancias sumamente similares. Antes de conocer a Dios y hacer un compromiso con Él, mi vida tenía distintos principios y prioridades. Puedo decir que nunca imaginé que estaría yendo al reclusorio sur y hablar de Jesús. También puedo decir que en mi mente nunca había pensado que debía dar gloria a Jehová en todo lo que hiciera. Jamás pensé que cedería el trono de mi vida a alguien más: Jesús. Así como Pedro nunca pudo imaginar el sentarse en la misma mesa que un gentil y fue transformado por Cristo, nosotros debemos entender que nuestra vida debe estar encaminada en una dirección distinta a la que teníamos. Ahora Jesús es la meta. No nuestros deseos. No nuestras pasiones. No nuestros caprichos. No nuestros rencores o corajes entre muchas otras. Seguir a Jesús transforma vidas de manera radical. Imagina todo lo que cambiaría en tu vida si decides seguir un solo mandamiento: ama a tu prójimo como a ti mismo. No podrías odiar a los que te lastiman ni tampoco buscar venganza sino que perdonarías aunque no pidieran ni merecieran tu perdón. ¿Te das cuenta de la magnitud de la posible transformación?
Pedro estaba conviviendo con gente que antes de entregar su vida a Dios, nunca hubiera pensado siquiera acercarse. Hoy quiero animarte a subir un paso más en tu compromiso con Dios. Quiero remover tu estabilidad y confort para que te acerques más a Jehová y entregues más de tu vida a Él. Que puedas estar en lugares que nunca imaginaste y con gente que jamás pensaste compartiendo a Jesús. Tal vez tu transformación deba de empezar perdonando o entregando tus rencores. Cualquiera que sea tu situación, te animo a que dejes que Dios reine en tu vida. Él te ama y sus planes son buenos. Confía y déjate sorprender.
Oración
Señor: abre mis ojos y dobla mi corazón para que pueda entregarte mi vida sin restricción. Quiero que reines sobre mí y que tus principios sean mis principios. Quiero seguirte y hoy entiendo que esto significa que habrán grandes cambios. Dame fuerza para dejarte transformarme. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén
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