Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el
Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de
Asia. Cuando llegaron cerca de Misia,
intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron
a Troas.
Es difícil explicar en pocas palabras cómo trabaja el
Espíritu Santo y por ello quiero enfocarme principalmente en el efecto que tuvo
su intervención.
Había un plan: ir a la provincia de Asia. El Espíritu dice que no y tienen que cambiar
sus planes. Tenían otro plan: pasar por
Bitinia. El Espíritu nuevamente dice que
no. ¿Cuántas veces has querido llevar a
cabo un plan y simplemente no se puede? Pensabas
que sería sencillo. No tendría por qué
tener complicaciones. Todo está
arreglado y listo. En el momento en que
intentas llevarlo a cabo, todo aquello que no imaginaste que podría pasar
comienza a tomar acción. Para mí, esta
es una de las formas en las que Dios nos está diciendo que por ahí no va su
voluntad o que el tiempo y la forma no son los correctos. No quiere decir que debemos dejar de
planear. Lo único que debemos hacer, es
entender que todo, absolutamente todo, está sujeto a su aprobación. Recuerdo hace varios años el momento en el
que surgió la idea de ir a la cárcel para compartir a Cristo con los
presos. Rápidamente teníamos varias
ideas y cómo llevarlas a cabo. Lo
pusimos en oración y comenzamos nuestro plan.
Prácticamente todas nuestras ideas se derrumbaron en poco tiempo. Lo increíble fue ver que Dios tenía otra
forma de llevarnos a la cárcel. En sus
términos. En sus planes. Finalmente, por un camino que ninguno de
nosotros imaginó, nos encontramos formando un ministerio en el reclusorio
sur. ¿Increíble cierto?
Dios puede estar frenando muchos de tus proyectos el
día de hoy y tú ni te has dado cuenta.
Tal vez estás tan encerrado y enfocado en lo que tú quieres que no te
has percatado que no es la voluntad de Dios.
Nos pasa a todos. Te envuelves
tanto en una idea, un proyecto, una persona o un deseo que te olvidas
totalmente del Señor. Incluso, puedes
involucrar a Dios pero pidiendo porque te ayude a lograr cumplir con tu
objetivo. ¿Te das cuenta? Eso no es seguir a Jesús.
Los discípulos tuvieron que cambiar la trayectoria de
sus misiones porque estaban atentos a lo que Dios mostraba. Si se abría camino por la izquierda iban por
ahí. Si la derecha se cerraba, daban la
vuelta a pesar de que significara caminar más y por un lugar menos
placentero. Esto es obediencia. Esto es seguir a Jesús. No pongas en duda el plan de Dios solamente
porque significa mayor esfuerzo o porque parece no ser el óptimo o más
eficiente. Recuerda que Dios quiere
trabajar con tu corazón y en esa área, cualquier plan que tenga, siempre será
el más eficiente y el más óptimo.
Analiza tus planes. Date cuenta
de tus intenciones. ¿Dónde está tu
corazón? ¿Dónde están tus deseos? ¿Estás escuchando la voluntad de Dios? Medítalo.
No dejes que pase el tiempo sin poner en una balanza todo lo que traes
en mente.
Oración
Señor y Padre: cuántas gracias te doy por darle sentido
a mi vida. Te pido que pueda ser sabio para
entender en dónde estás cerrando puertas y en dónde las estás abriendo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén
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